No creo que nadie tuviera ninguna
duda sobre cuál iba a ser la reacción de Conrado al conocer la existencia de su
supuesto hijo. Y digo supuesto porque casi nada en esta serie es lo que parece
a primera vista, pero he de decir que espero que realmente sea el padre. No puedo
concebir que se lleve un engaño tan lejos hasta el punto de hacer pasar a dos personas,
un hombre y un niño, por este trance.
Aunque lo realmente sorprendente
de esta historia es la manera con la que Conrado ha asumido la situación. Si días
pasados la sola presencia de Alicia le supuso un gran desasosiego que se hizo
muy visible para todos, ahora algo tan importante y que puede cambiar su vida
para siempre, le hace actuar de manera mucho más discreta, poniendo en primer lugar lo que él cree que debe hacer y después
todo lo demás. Hasta el punto de mentir (esta vez sí) a Aurora.
Pero antes, y como si de alguna
manera los guionistas quisieran acallar la polémica de días pasados, hoy y sin
grandes alharacas, Conrado y Aurora no han
tenido ningún reparo en actuar por su cuenta y sin que al parecer hayan sentido
la necesidad de correr a dar explicaciones al otro sobre su proceder. Aunque no dudo que
Conrado va a darlas, pero cuando esté preparado y sienta que Aurora puede
entenderlo.
Al respecto de esta nueva situación para Conrado, ya lo dije anteriormente. Mi natural predisposición a buscarle más pies al gato de los que tiene, me hacen cuestionar y que me llegue a parecer poco creíble el hecho de que Alicia haya elaborado un plan tan enrevesado y con tan
pocas posibilidades de que saliera bien, como el que le ha permitido quedarse
en PV sin que la determinación parezca que haya salido de ella. Quizás sea muy ingenua, pero creo que la mujer estaba dispuesta a tomar el
autobús y alejarse para siempre sin contarle a Conrado lo del niño. Se habían de
conjurar muchas cosas para tener un argumento y poder permanecer cerca del hombre, suponiendo que, por ejemplo, lo del prendedor también fuera una trampa: que encontraran el objeto en cuestión, que lo hiciera la
persona adecuada, que ésta no se lo guardara y no dijera nada, que de hacerlo se lo enseñara a Conrado, éste lo reconociera y además decidiera devolverlo a su dueña, y que encima llegara a
tiempo antes de que la mujer tomara el autobús. Demasiados flecos, difíciles de
prever.
Pero lo que si se podía prever sin
riesgo de equivocarse, era que Conrado, una vez conocido el hecho de que tiene
un hijo, no permitiera que éste se alejara de su vida. Es una persona demasiado
recta y con sentido de la responsabilidad como para hacer dejación de lo que considera
su deber, además de que creo que ser padre no le disgusta en absoluto. Aunque aún
no haya podido hacerse a la idea.
Otra cosa es la actitud
sorprendente de Aurora. No quiero parecer mojigata, sólo ponerlo en el contexto
de la época. Me parece cuando menos inapropiado que la chica no muestre el
menor reparo en quedarse en paños menores ante un chico que casi es un
desconocido para ella. Y que aunque éste sea aparentemente una persona inocente
y sin doblez, al fin y al cabo es un hombre con sus instintos. Y no me vale que
sea su hermano, algo que sólo sabemos los/as espectadores. Sólo entiendo la
escena por la intención de que se haga patente la marca de la casa: las tres
pecas.
Sin más comentarios…………
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