31 de mayo de 2014

Una chica de diecisiete años

Hasta ahora nos han enseñado a una Aurora muy madura pero, con algunos rasgos no muy creíbles para una chica de sólo diecisiete años, educada en una institución elitista y cerrada.
No conozco muy bien el tipo de enseñanzas que se podían impartir en un colegio para señoritas, pero me imagino que debía ser aplicada una férrea disciplina para forjar mujeres destinadas a administrar sus casas, pero también a saber estar en sociedad y, entre otras cosas, ser capaces de mantener una conversación culta. Aunque también es posible que entre ellas se dieran casos como el de Aurora, que provocaran que los estudios estimularan también su ansia de saber y les hicieran tomar otros rumbos diferentes a los que se proponían las familias que enviaban a sus hijas a estas instituciones.
¿Pero cómo ha llegado Aurora a desear ser médico, como quería ser Pepa? No creo que sean sólo los genes. No hay que olvidar que tenía alrededor de siete años cuando Tristán la alejó de él, por lo que creo que inconscientemente fue la gente que la cuidó durante estos primeros años, la que le inculcó esta vocación hablándole de su madre y de sus sueños. Y esto quedó larvado en ella, alimentando su curiosidad por el tema, aunque también pienso que ayudó el sentirse sola y abandonada lejos de los suyos, y encontrar refugio en algo que la acercaba a su progenitora.
Otra cosa es su carácter. Dudo mucho que su obstinación le sirviera en el internado, excepto en el tema antes mencionado del estudio de disciplinas que no se impartían en el mismo. Y también dudo que tuviera libre albedrío para hacer su voluntad, a pesar de vivir entre algodones y sin grandes contratiempos. Pero el carácter indómito tiene precisamente esto, que no se puede dominar, sólo ponerle freno ocasional. Y me imagino que en los casi diez años que pasó alejada de los suyos y forzada a depender de sí misma, estos rasgos que posiblemente ya tuviera de niña se fueron acentuando, llegando a su máxima expresión cuando se encontró abandonada y sin recursos en un país extranjero, y obligada a buscarse la manera para sobrevivir.
Pero aun así, Aurora sigue siendo poco más que una adolescente, de hecho una menor de edad que probablemente está bajo la tutela legal de su hermano (aunque nunca se haya hecho mención de ello). Y aún le falta mucho que aprender de la vida. Porque alguien puede decir que ya tiene el carácter forjado, pero creo que aún posee cierta vulnerabilidad que le otorga su inexperiencia en ésta. Cierto que sabe algo sobre medicina, lleva a cabo curas básicas en un dispensario, es inteligente y generosa. Pero también ha llegado mostrando su impulsividad, pretendiendo abarcar más de lo que puede e intentando cargar con el peso del mundo ella sola, lo que provoca en consecuencia que cuando las cosas se tuercen sienta que falla a la gente. También podría ser, como comentaba alguien el otro día, que de tanto machacarle la gente lo que se parece a su madre, hayan provocado que haya crecido en ella la presión por no defraudarles. O en el caso más extremo, es posible que también lo que hayan conseguido es hacerle crecer tanto el ego que crea que es realmente lo que dicen de ella.
Pero hay otro tema mucho más personal. Ahora sabe lo que es el cariño que se siente por la familia, pero deslumbrada por la magia del primer amor ha quedado también de manifiesto su desconocimiento sobre el tema. Claro que nadie nace aprendido y que hace falta tiempo para conocer todos los entresijos de este sentimiento profundo, especialmente si como ella se tiene una imagen tan idealizada como la que ha mostrado. Porque al parecer no sólo leía libros sesudos, sino también historias románticas, que le transportaban a un mundo de príncipes azules y vestidos vaporosos. Y la realidad es mucho más mundana y el amor más caprichoso.
Por ello no puedo más que sentir que está cometiendo un error al comprometerse tan joven y sin apenas conocer nada sobre el hombre con el que quiere pasar el resto de su vida. Y de paso también lo están cometiendo quienes la jalean. Incluso me atrevo a decir que también lo está cometiendo Conrado, pero no por la chica en sí, sinó porque le está marcando un futuro que no era para nada el que Aurora se había imaginado. Si ya sé que el futuro es de lo más imprevisible y que casi nunca es el que uno se imagina, pero aún es posible para la chica. No digo que Conrado tenga renunciar a pasar el resto de su vida al lado de la mujer a la que ama, sólo esperar un tiempo. Más teniendo en cuenta los años que los separan y que él si que presumiblemente conoce mucho de la vida.  

30 de mayo de 2014

Las señoras del Jaral

No voy a cuestionar el pleno derecho de Aurora y Candela a ostentar el título de señoras del Jaral, adquirido una por ser dueña de una parte de la hacienda y la otra por ser la viuda del antiguo señor. Pero aunque es posible que ambas intervengan de alguna manera en la administración de la casa, el hecho de que dediquen la mayor parte del tiempo a otros menesteres fuera de ésta, hace que sea necesario que alguien se ocupe de las tareas cotidianas. Y aunque es cierto que también está Rosario, creo que este papel es de María, la otra señora de la casa, aunque en este caso porque es la mujer del señor.  
De lo que no hay duda es que Martín es el señor del Jaral, además de que se ha ganado a pulso esta distinción y el respeto de sus conciudadanos no sólo por su linaje, sinó por sus actos. Y María no le va a la zaga. Aunque educada para ello, considero que por sí misma ha hecho méritos sobrados para que también sea considerada algo más que un mueble y si toda una mujer, de la que Martín pueda sentirse orgulloso. Hoy lo ha vuelto a demostrar, encarándose con Francisca. De hecho es la primera vez que creo que la lucha entre las dos voluntades ha estado a la par, porque la chica ha estado conciliadora pero firme. Y creo que ha quedado bastante claro que ya no hay vuelta atrás en su relación con la doña.
El hogar de María ahora es el Jaral, y su lugar estar junto a su hombre y a su hija. Es cierto que ya lo he dicho otras veces, pero no me cansaré de repetir que Martín y María junto con su hija hacen una estampa preciosa, y dan la viva imagen de una familia feliz. Y si, Martín anda embobado con sus dos mujeres, pero no creo que se le pueda censurar que los sentimientos se le trasluzcan en cada poro de la piel. Su vida ha estado plagada de dificultades y sufrimientos, pero al fin parece que el destino ha decidido dejar de ensañarse con él y permitir que sea feliz. Igual que María.   

De hecho la felicidad parece que se ha instalado en el Jaral. Y pronto volverá a estar toda la familia reunida, junto con Candela.
Al respecto de ésta, hoy hemos tenido otra imagen preciosa. La de otra familia que, sin lazos de sangre, constituyen un magnífico ejemplo de una de las características de este pueblo: la estrecha relación que une a sus mujeres. 

El descontento también llega a PV

Reconozco que a medida que transcurren los capítulos cada vez me resulta más interesante el personaje de Raimundo. Y me gusta que, de alguna manera, tenga su protagonismo, aunque es posible que esta percepción no sea compartida por muchos. Lo admito, no siento mucho apego por los políticos, pero si me interesa lo que sucede en la sociedad, y Raimundo es un personaje comprometido con ello y con el que siento que tengo puntos en común.
Me gusta la personalidad de este hombre que, a pesar de lo que dice la doña, creo que tiene la mente mucho más clara que buena parte de la gente de PV. Y que aún con su carácter contestatario contra las injusticias cometidas por los terratenientes y la clase pudiente, es lo suficientemente amplio de miras como para no dejarse llevar por los radicalismos, y discernir lo que es correcto y lo que no.
No conozco mucho de su vida, pero creo que en su día también perteneció a la clase por la que ahora siente rechazo, y quizás ello puede influir en su manera de entender la situación. Es importante conocer las dos caras de las cosas para poder hacerse una idea exacta, aunque también es cierto que tampoco es fácil ser ecuánime teniendo a la doña cerca, el ejemplo más claro de la clase social tirana y explotadora. Cuya manera de obrar y la impunidad con la que se manejaba en el momento en el que transcurre la acción, estaba provocando un levantamiento de protesta de las masas obreras y la población en general. Porque se puede reprimir a la gente, pero no callarlos definitivamente y, en consecuencia llega un momento en que la olla llega al punto de ebullición y el contenido amenaza con salirse del recipiente.
También hay otra cosa. El descrédito que la clase dirigente y los medios afines al poder establecido consiguieron crear (cosas que desgraciadamente siguen teniendo mucho en común con el momento actual) y que hacen que Raimundo se cuestione lo que pretenden hacer creer a la población. Y, por cierto, no andaba nada desencaminado porque el país iba derecho al desastre en África, con más de 10.000 muertos entre las tropas españolas. Esperemos que entre ellos no esté Florencio, aunque ello no quita la importancia de todas las vidas segadas por unos intereses que eran más que nada económicos y que favorecían solo a unos cuantos. 
Pero creo que lo que realmente es posible que haya marcado su idea de la vida, es la lectura de libros escritos por personajes que han cambiado el rumbo de la historia. Demostrando que la cultura es importante.  

29 de mayo de 2014

Nuevos aires en el Jaral

Por fin vuelven la sonrisa a PV! Si no fuera por la cansina y repetitiva conversación en La Casona entre Bernarda y Francisca (por cierto, ¿lo que tendrá Bernarda no serán “remordimientos” en vez de “resentimientos”?), todo sería muy bonito. O casi todo.
Incluso ha cambiado mi percepción de los Mirañar que, aunque siempre suelen ser divertidos, reconozco que ha habido momentos en que llegaban a cansarme. Será que ahora veo la serie de otra manera pero, aparte de que Hipólito y Quintina son una pareja fantástica, y que toda la familia, incluidos Enric y Maribel, son unos magníficos actores, hace un par de días que sus diálogos me enganchan. Primero con el tema del sacrificio del cordero y el primogénito, y hoy con los subterfugios de Hipólito para llegar al hecho de que Quintina parece que anda algo “revolucionada”. Sin olvidar hacer también una mención a los divertidos comentarios de Alfonso sobre su futuro cuñado, o al nuevo país, Estoeselcolmo, que se ha fabricado Fe.
Cierto que también ha habido una escena de tensión con Aurora, pero tengo que decir que me ha parecido excesiva y algo forzada. Porque aun admitiendo que la chica pueda sentir resentimiento por lo que Fernando le ha hecho a su familia (esta vez sí que la palabra creo que es la correcta) considero que es una situación que le correspondía resolver a Martín. Aunque no tengo ninguna duda que el resultado habría sido el mismo y que, otra vez, Fernando va a librarse. Solo espero que sus tropecientas vidas se terminen en la cárcel y de por vida.
Pero volviendo a la parte positiva.
Candela se está recuperando, María y Martín solo tienen agradecimiento hacia ella y le han demostrado lo que cuenta para ellos. Y el Jaral vuelve a estar bañado con una atmósfera de felicidad, porque Esperanza está con quien tiene que estar, con sus padres y su familia.
Por fin, Martín y María pueden vivir su amor con una cierta normalidad. Ya son una familia completa, y quedan atrás los momentos dolorosos sufridos con la desaparición de Esperanza. Tienen a su niña y se tienen ellos, así que ya nada importa. Salvo el futuro que se abre ante sus ojos.  

Me encantan estos momentos entre la pareja, en los que considero que la química fluye de manera intensa entre ellos. Y me encanta porque, en mi opinión, destilan ternura y complicidad, igual que cuando tienen escenas más íntimas. Porque a diferencia de lo que creen algunos/as, no creo que estos momentos tengan nada de intención morbosa, ni estén destinadas a satisfacer deseos reprimidos de los que seguimos la serie. Es hacer una lectura muy simple de los sentimientos que puedan albergar los espectadores/as con la visión de las mismas. Creo que el amor puede manifestarse de muchas maneras, con una mirada, una caricia, un beso intenso o uno robado a hurtadillas. O piel con piel. Y que todo ello no puede calificarse sinó de genuino y consustancial a la naturaleza humana y, en consecuencia, no tiene nada de vergonzoso.
Y que el protagonista o protagonistas, ya sean masculinos o femeninos, además dispongan de un físico potente, creo que es algo que no tiene porqué variar la visión de lo dicho anteriormente. 

28 de mayo de 2014

Un personaje con problemas

Podría volver al ya gastado discurso de que no entiendo que pretenden, pero mejor dejarlo. Me limitaré a poner en evidencia lo que veo y creo, aún sabiendo que esto no va a gustar a todo el mundo.
Lo que creo es que van a conseguir que el personaje de Aurora acabe provocando rechazo. A partir de aquí podría empezar una larga lista del porqué pienso que es así, y de las cosas que me he dejado en el teclado por respeto a quienes aún siguen viendo a la chica con buenos ojos. Cosa que admito que cada vez me cuesta más.
No soy nadie para cuestionar el trabajo de los guionistas, y seguramente debe existir alguna razón para estos guiones, pero en mi opinión el rumbo que le están dando a este personaje no es precisamente como para tirar cohetes, lo mismo que sucedió en su día con María.
Y se puede ser compresivo e intentar encontrar justificaciones alegando que es una ficción y que están permitidas las licencias que haga falta. Pero aun así creo que hoy el vaso casi ha llegado a colmarse, y que es difícil no cuestionarse lo que hace y dice Aurora. Reconozco que ya el otro día tuve un sobresalto cuando la oí decir que había que operar a Candela, ya que por un momento llegué a creer que tenía la intención de hacerlo ella misma. No fue así, pero hoy no lo han arreglado con la escena del hospital y con el hecho de que unos médicos titulados se pusieran a sus órdenes, haciendo dejación de sus funciones. Me parece un sinsentido total, primero porque los profesionales eran ellos y después porque lo único que tenían que hacer era administrar un antídoto. La verdad es que incluso da la sensación que están restando importancia a la carrera de medicina, cuando parece que lo único que hay que saber hacer para merecer todos los parabienes es suturar una herida (no olvidar que incluso Conrado se cosió él mismo), poner paños fríos o administrar un específico. Cosas que, por cierto, también hicieron las otras mujeres del pueblo cuando la epidemia. Y partiendo de buena parte de estas premisas, casi todas las madres del mundo podrían ser doctoras. 
Aunque lo que más lamento de esta situación es que creo que va arrastrar con ella a Conrado. Al carecer de trama propia, al menos en el momento actual, el geólogo pasa a depender del todo del personaje de Aurora y esto le resta protagonismo. Y es algo que ya no me gusta tanto, porque creo que es un personaje que venía con un bagaje muy interesante y que podría dar mucho de sí de manera individual, no como alguien dependiente de una protagonista principal.

Despejando el camino

Salir del fuego para caer en las brasas.
Esto es lo que aparentemente le va a suceder a Francisca, que aun insistiendo que no confía en nadie, exceptuando a Mauricio, su temor creciente a la soledad parece que le va a jugar una mala pasada con Bernarda.
Porque si la doña es taimada y calculadora, la prima no le va a la zaga. Igual como de despiadada. Aunque lo que en la primera era venganza, en la segunda creo que se trata más bien de una manera de sacarse estorbos del camino para llegar a gozar de una vida regalada y sin complicaciones. Y sabe muy bien cómo hacerlo, y además conseguir manipular y romper las defensas de Francisca que, a pesar de todo, es vulnerable. O al menos esto parece, de momento.
La verdad es que no me fío mucho de esta situación. Ya sabemos que en PV nadie está muerto a menos que lo veamos enterrarlo y poner una losa encima. Que Bernarda se haya mostrado cruel e implacable con Fulgencio, y que haya disparado un tiro no quiere decir que el resultado haya sido la muerte de éste. Porque además es bastante increíble que ella sola haya arrastrado el cuerpo de su marido hasta el lago y lo haya arrojado al mismo sin ninguna ayuda.
Será que me he vuelto muy escéptica, vistos los antecedentes, pero no consigo tragármelo. Aunque también es cierto que los argumentos para deshacerse de Fulgencio son totalmente válidos (que no quiere decir que los justifique).
Así que voy a dejarlo en cuarentena y aceptar, de momento, que otro malvado ha pasado a mejor vida. Aunque siempre quedan otros. O lo que es peor. Que, como las moscas, cuando muere una vienen cien al entierro, y en Pv desgraciadamente esto no es ninguna novedad (lo de los malvados, no las moscas).  
Sólo una cosa más. Reconozco que la trama de Fulgencio y esposa me ha pasado muy desapercibida, no así el magnífico trabajo de Juli Cantó, un actor al que deseo un montón de éxitos. (Pero al que siento tener que decir que espero no verle de nuevo en PV, aunque si en otros escenarios)

27 de mayo de 2014

Una pareja deliciosa

He leído que el capítulo de ayer volvió a tener una importante audiencia. Y no me sorprende, porque también fue un capítulo de intensas emociones. Desde una petición de matrimonio, hasta la lucha titánica de una gran mujer, pasando por la explosión de felicidad ante el reencuentro con una niña que ya daban por perdida. Con lo que se evidencia además que los espectadores desean ver algo más que desgracias (aunque lo de Candela se tenga que enmarcar, de momento, en esto ultimo)
Y creo que estas emociones aún pueden subir de grado con la llegada de Nicolás a PV y a la vida de Mariana.
Pienso que de todas las cosas que han pasado en PV, esta forma parte de las mejores. Y que la escena del reencuentro y posterior petición de matrimonio no tiene nada que envidiar a las más potentes escenas de amor que se hayan dado en esta serie. Cierto que la historia de Mariana queda a veces ensombrecida por las tramas de los protagonista principales, pero que sus grandes ojos vuelvan a brillar con la esperanza de un futuro, es algo que aun siendo una ficción, me alegra sobremanera.
Y creo que con Nicolás hacen una pareja preciosa, con una química extraordinaria, que hace muy creíbles los sentimientos que ambos actores son capaces de trasladar al espectador/a. Aparte de que sus personajes son deliciosos. Una  mujer bregada en la lucha, pero que aún conserva un punto de inocencia y candor, y un hombre encantador y detallista, que bebe los vientos por su amada.
Me encanta que la chica que siempre ha visto pasar la vida delante suyo, que ha vivido condicionada por su dedicación a los demás, y que también ha tenido que ver como la felicidad una y otra vez se le escapaba de entre los dedos, consiga al fin una vida propia, con expectativas. Creo que Mariana se lo merece y también merece un hombre como Nicolás, que estoy convencida, puede hacerla muy feliz.
Y especialmente espero que esto sirva también para que Carlota , una magnífica actriz que considero ha sido muy desaprovechada por los guiones, pueda recuperar el lugar que se merece. Con Alejandro como perfecto aliado. 

La herencia de los padres

¿Cuantas veces a lo largo de cada capítulo surge la comparación de Aurora con su madre? Dos, tres,…… La verdad es que, aunque suene a algo psicodélico, ya empiezo a pensar que nos están lanzando un mensaje subliminal con algún fin. De otra manera no entiendo este continuo interés en sacar a relucir a la partera. Como la frase “España está en la senda de la recuperación”, que a fuerza de que la repitan puedes acabar creyéndolo. 
O más bien no.
No conozco muy bien la historia de Pepa, porque me incorporé a la serie cuando ya llevaban cerca de doscientos capítulos, y no sé hasta dónde llegaban sus conocimientos para curar. Pero teniendo en cuenta su cuaderno de campo, más bien parece que lo que utilizaba eran remedios naturales y su experiencia, así que poco podría guiar a su hija en situaciones complejas. Aparte de que su título de comadrona sólo la capacitaba para atender partos.
Cierto que en esta cuestión interviene otro tema que ya entra dentro del terreno de las creencias personales, y ante todo tengo que decir que por nada del mundo quisiera molestar a nadie de los que amablemente me distinguen con su atención, con lo que únicamente son mis opiniones. Se trata de la influencia de la religión, que en aquellos tiempos era muy superior a la que se puede dar en la actualidad, y que estaba muy presente en todos los ámbitos. Pero también creo poder afirmar que la ciencia, entonces y ahora, no suele estar muy de acuerdo con la idea de las ayudas extraterrenales, y más bien lo que guía la mano de los que tienen la misión de curar son los conocimientos adquiridos por uno/a mismo a base de años de estudio y continuo reciclaje. Quiero creer que cuando hablan del espíritu de la partera se refieren a su legado, y a cómo su huella quedó marcada en la historia del pueblo. Porque si se quiere hablar con propiedad, Aurora ya estaría mucho más capacitada que su madre, dada su inmersión en lecturas especializadas de medicina. Que no quiere decir que pueda ejercer de alguna manera, porque no hay que olvidar que lo que está haciendo es casi intrusismo, algo que estaría penado por la ley. Aunque en este caso la necesidad haga que se mire hacia otro lado. 
Otra cosa es el carácter. Aquí sí puedo coincidir en que ambos hijos, Aurora y Martín, se podrían parecer a su madre. Aunque ni el uno ni el otro pudieran recibir su influencia, ya que no la conocieron. Quizás Martín un poco, pero nunca como madre. Y aquí tendríamos que volver al manido tema de los genes y a mi ya cansina protesta por el ninguneo a Tristán (lo siento, soy consciente de que es algo irracional, pero me enerva que no se haga ninguna referencia a él). No sé si se hereda la obstinación, el arrojo, o el carácter endiablado en Aurora, pero creo que esto sí que son características que se podrían atribuir a una herencia genética.

26 de mayo de 2014

Cumpliendo su promesa

Conrado ha cumplido su promesa. Pero lo ha hecho, como no podía ser de otra forma, de manera poco convencional. Como es él. Ni empalagoso, ni buscando una atmósfera adecuada, ni siquiera siguiendo los típicos tópicos que se esperan de una situación de este tipo. Pero lo que no ha podido obviar es el caer también en el romanticismo, incluso con tintes almibarados. Algo que por cierto y en otras parejas, más de una vez ha sido objeto de banalización. Aunque no por mi parte. 
Tengo que admitir que la petición de matrimonio me ha parecido preciosa y diferente.
Igual como tengo que admitir que hoy he visto a la pareja de diferente manera. Como si quisieran acallar lo que dije en días pasados, los he visto más sueltos y mucho más creíbles en sus manifestaciones de afecto. Como si de pronto al formalizar su relación, se hubiera roto alguna barrera.
Se aman, la diferencia de edad no es un obstáculo, y los familiares de Aurora han aceptado la relación sin reservas. Martín ha dado la mano de su hermana a Conrado, y todos felices.
Aún así no deja de sorprenderme la rapidez con la que han llegado a este punto. Creo que deben ser la pareja de PV que ha llegado más lejos en menos tiempo. Aunque es evidente que esto va a sufrir un brusco frenazo en cualquier momento, porque en este pueblo las cosas fáciles no existen.
Y creo que además hay muchos aspectos en esta relación que se han pasado por alto. Uno de ellos, la edad de la chica. En su momento esto fue motivo de críticas para María, por su precipitación al casarse tan joven, pero Aurora supuestamente va a incurrir en el mismo "error". También que a Conrado en este momento no se le conoce ninguna ocupación. Ya sé que es ir un poco lejos, pero no puedo evitar que salga a relucir mi sentido práctico. Porque aun admitiendo que no son una pareja convencional y que aquello de que el hombre ha de llevar el sustento a casa no creo que Aurora ni siquiera se lo haya planteado, es claro que Conrado también ha de hacer algo para ayudar a sustentar la economía familiar si pretende formar su propio hogar, ya que los planes de futuro para el balneario pueden demorarse mucho tiempo en hacerse realidad, y aún más en que se convierta en un negocio rentable. Por lo que su estatus económico es difícil de cuantificar. Además de que el deseo de Aurora de estudiar medicina se irá al garete, porque por no tener, a PV ni se le conoce escuela elemental. Y que se sepa la universidad por correo aún no existía, ni mucho menos da un título la experiencia, ni los libros especializados, ni las enseñanzas ocasionales de un profesional. 
Pero adelantar acontecimientos tampoco es lo que se tercia ahora. 

Vuelve (la) Esperanza

Después de varios días con tramas que no dejaban de dar vueltas sobre el mismo tema y sin que se produjeran demasiados avances sustanciales, se han condensado en un solo capitulo una escena impactante, otra de fuertes sentimientos, una de romántica, y otras que bien podrían merecer un comentario por sí solas.
Pero mejor ir por partes.
Por un momento me he puesto en la piel de María y Martin, y aún así creo que no he conseguido hacerme sinó una idea aproximada de los sentimientos que pueden recorrer a una madre que acuna en sus brazos a la hija de la que tanto ha llorado la pérdida. O los de un padre que es incapaz de dar crédito a que la niña que con tanta desesperación buscó sin descanso día y noche, esté aquí sana y salva, y en los brazos de María, a los que él hizo la promesa de devolverla. La pequeña que presentía viva y cercana, demostrando la fuerza de la llamada de la sangre.
Todo ello en una escena de gran carga emocional y con la tensión al límite. Porque, en otra parte y lejos de sus miradas, antes se ha gestado un drama potente y, por cierto, muy bien interpretado. Ya que Aida puede ser una mujer pequeña de estatura, pero muy grande actuando. Tanto como Candela, el personaje que le ha tocado defender.
Si alguien ha leído algo de lo que escribí en mis tiempos del foro de Fórmula TV, sabe que nunca he ocultado mis simpatías por el personaje de Candela, y que siempre que se ha terciado he mostrado mi rechazo a los ataques de quién o quienes la calificaban de intrusa por irrumpir en la vida de Tristán. Y lo hice y lo seguiré haciendo con la misma intensidad, porque jamás creí que fuera menos merecedora del cariño del Capitán que cualquier otra mujer, y porque considero que detrás de Candela hay una gran señora, que hoy ha sacado a relucir su coraje y valentía. Porque ¿quién se enfrentaría con gallardía a un hombre armado con un cuchillo, sabiendo que éste no se va a detener y que puede acabar con su vida? Y ello sin dudar un segundo en interponerse entre éste y la pequeña, sacando fuerzas de donde no las hay, y sólo con el único propósito de impedir que un malvado se salga con la suya. 
Un día dije que confiaba en Candela y en su determinación, que le podía llevar a dar su vida por Esperanza. Y hoy se ha demostrado que es así.
Porque aún enferma y herida, quizás de muerte, aún ha tenido la suficiente entereza y fuerza de voluntad como para alejar a Esperanza del hombre que ha pretendido llevar el dolor a su familia. Aguantando hasta dejarla a salvo en los brazos de sus padres. 

La venganza

Vaya con la prima! Aparentemente no sólo es la cabeza pensante, sinó que también es la ejecutora sin escrúpulos.
No sé si Francisca va a volver a caer en la trampa o no. Ha dicho que ha dejado de confiar en la naturaleza humana (aunque esta afirmación es realmente sorprendente en una persona que jamás ha tenido en cuenta a los demás. Pero pasemos también un tupido velo sobre ello) El caso es que aparentemente Bernarda consigue penetrar en las defensas de la doña con más facilidad de la esperada. Y lo que Francisca pretende, que Bernarda le saque las castañas del fuego para conseguir la venganza deseada contra Fulgencio, en realidad acaba siendo el seguimiento, eso si de manera involuntaria, del juego orquestado por ésta.
Otra más para el tropel de malvados de este pueblo. Aunque considero que Bernarda no es una al uso, dejando aparte a Francisca. Es lista, ambiciosa, manipuladora y calculadora, y especialmente sabe ser paciente y esperar el momento oportuno, aparte de ser una magnífica actriz (por partida doble). Y no creo que esté nada loca, ni desquiciada, sino que es una mujer despiadada que no duda en apartar de su paso todos los obstáculos que se le interponen para satisfacer su ambición y seguir disfrutando del estatus social al que está acostumbrada.
Veremos hasta dónde llega la que parece ingenuidad de Francisca. O quizás no sea esto, sinó apariencia.
Aunque siempre le quedarà el fiel Mauricio. 

24 de mayo de 2014

Otras historias de amor

He decidido aprovechar el impase del fin de semana sin capítulos, para reparar una deuda que tengo con una de las parejas de PV a la que menos espacio he dedicado. Sí que es cierto que individualmente les he prestado algo de atención en mis escritos, pero creo que como pareja sólo lo he hecho de pasada y muy ocasionalmente.
Me refiero a Alfonso y Emilia.
El hecho de que sea una pareja consolidada, con una ya larga vida en común y con una existencia asentada, quizás contribuya a que su historia pase a ser eso, común y corriente, sin grandes sobresaltos. Pero para llegar a ello tampoco lo han tenido fácil, y al igual que casi todas las otras de la serie, en su día tuvieron que librar una ardua lucha para conseguir estar juntos. En su caso contra la estigmatización y la incomprensión, aunque el amor se demostró más fuerte que todo esto.
Y  es de este amor, acrecentado con los años y el conocimiento mutuo, del que quería escribir, aunque sea brevemente y sólo para dejar constancia de que si tienen mi atención.
Por separado Emilia y Alfonso son dos personas con unos rasgos de personalidad muy marcados. Ella es una mujer fuerte, generosa y que ha recibido la influencia de un padre liberal y de ideas casi revolucionarias, mientras que él tiene grandes valores como el arrojo, un alma noble, el sentido de protección hacia los suyos,…aparte de que es un hombre adorable en todos los sentidos. Será por todo esto, que juntos constituyen una pareja fantástica, aunque creo que su mayor característica es el amor que se delata en todos sus  gestos, en sus miradas, en sus palabras,….
Se ha hablado mucho de la química de las parejas protagonistas (aunque no voy a entrar en ello, porque en esto hay opiniones dispares y además no éste el propósito de estas líneas). Sin embargo creo que nadie va a cuestionar la que desprende esta pareja, que con una mirada son capaces de trasmitir todo un montón de sentimientos creíbles.
Y creo que Emilia y Alfonso merecen estar en un lugar más destacado, no solo como los padres de una de las protagonistas de otra historia de amor igual de bonita. 

Adiós Aníbal

Parece que los días de Aníbal/Jorge Pobes en PV también llegan a su fin.
Y si bien la trama de los Buendía creo que ya no daba para más, primero con la desaparición de Rita y después la inesperada muerte de Isidro, y de la que me imagino dificultad de encontrar una historia suficientemente interesante y sólida para que el personaje de Aníbal siguiera en la serie, he de decir que éste sí había conseguido reivindicarse casi totalmente a mis ojos, y que incluso lamento su desaparición.
Es cierto que la historia de estos tres personajes, salvo por hechos puntuales, nunca fue motivo de mucha expectación, básicamente porque quedaba apagada detrás de las tramas principales, y con escasa o nula incidencia en las mismas. Que no quiere decir que por ello no tuviera que ser tenida en cuenta, porque detrás de cada personaje hay unos actores que merecen todo el reconocimiento, y tanto Charlotte como Xavi, como Jorge, han dado muestras sobradas de su profesionalidad. También es cierto que hubo un tiempo que Aníbal fue un personaje odioso, pero en las últimas semanas y especialmente en la relación con su hermano, habían conseguido que, al menos en mi caso, lo mirara de otra manera.
Sin concesión al rencor y anteponiendo a todo el cariño que nunca dejó de existir entre ellos, los dos habían conseguido recomponer los lazos que siempre los habían unido y volver a ser lo de siempre: dos hermanos unidos por la fuerza inquebrantable que dan los sentimientos de fraternidad y por el recorrido juntos por una vida de lucha contra un destino implacable.
Si bien es cierto que todo ello no habría sido posible sin la generosidad de Isidro, que supo perdonar a su hermano. Y también sin al arrepentimiento sincero de Aníbal, que finalmente dejó aflorar la parte buena que existía en él.
Y esta parte buena es la que le ha de llevar lejos del pueblo para siempre, no sin antes hacer algo precioso, que sólo pueden hacer personas con gran corazón. 
Adiós Aníbal !!

23 de mayo de 2014

Otro secreto en PV

¿Tendremos que añadir a la lista otro secreto? La verdad es que no entiendo muy bien porque Martín y Aurora han decidido enmascarar la verdad sobre Lesmes, incluso la manera en que han obtenido el antídoto. A estas alturas preservar la reputación del médico me parece una solemne tontería, aunque haya sido alguien importante para la chica y que ésta aún siga pensando en él como su mentor y maestro. Y olvidando que era un asesino, cómplice de una asesina despiadada, y que además pretendía acabar también con su vida. 
Lo peor es que también han mentido a Conrado. Aparentemente el pobre sólo ha llegado a saber que Aurora ha estado enferma y que se ha escapado del hospital (aunque ella ha dicho que le han dado el alta). Y si se ha enfadado por esto último y por la poca disciplina que muestra la chica, no me imagino como puede ponerse si llega a saber que ésta ha llegado a ingerir veneno voluntariamente para conseguir su objetivo.
De hecho Conrado habría entrado en otra lista al mismo tiempo. La de los hombres a los que sus mujeres mantienen en la inopia por alguna razón. La lista es larga en PV, desde Raimundo hasta Alfonso o Martín, y como lo fue en su día Tristán.
Hasta ahora una de las cosas que caracterizaban a la pareja Conrado y Aurora era que no tenían secretos el uno para la otra. Bueno, quizás esto no sea muy exacto, porque Conrado mantuvo el suyo durante mucho tiempo hasta que salió a luz cuando le metieron en prisión. Pero desde entonces, parecía que habían hecho bandera de una sinceridad total entre ellos. Sin embargo esto se ha roto y  ahora es Aurora la que no ha contado la verdad, sólo una versión sesgada de los hechos.
Y no creo que sea lo mejor para que fructifique una relación que recién empieza.  

Los extremos nunca son buenos

Toda la semana he vivido desde la retaguardia la expectación creada por unos avances en los que se parecía intuirse una escena romántica entre Conrado y Aurora. Reconozco que en mi caso lo he hecho con un total escepticismo. Primero,  porque como creo que le sucede a la mayoría de espectadores, ya empezamos a conocer como las gastan los guionistas. Pero especialmente porque cada vez me cuesta más creerme la manera como llevan esta relación. No dudo que Conrado y Aurora están enamorados y que su amor es fuerte, pero a mi entender sus demostraciones de cariño son en exceso frugales. También es cierto que es diferente si el que toma la iniciativa es Conrado/Rubén. En este caso la pasión es mucho más manifiesta, mientras que Aurora/Ariadna considero que es más comedida. Ello hace que me permita una afirmación que puede levantar ampollas, además de que estoy segura que no comparto esta sensación con todo el mundo, pero a mí me parece que a esta pareja aún les falta algo para ser creíbles totalmente.  
Antes de continuar he de decir que estoy convencida de que las personas que amablemente dedican un espacio de su tiempo a leer este blog, miran a todos los personajes de manera imparcial. Aunque es cierto que también existe quien tiene una especial sensibilidad hacia uno o unos de determinados, y que es posible que alguna de mis opiniones llegue a molestarles. Pero mis opiniones son sólo mías y, por supuesto, también pueden estar equivocadas. Y no me cuesta reconocerlo cuando esto sucede, pero lo que no estoy dispuesta a hacer es a renunciar a decir lo que pienso sólo para conseguir más lectores que, aun agradeciendo sobremanera que lean este blog y que no quisiera que se interpretara como una desconsideración por mi parte, no es el objetivo que tengo marcado, ni siquiera nunca me lo planteé. Aunque no voy a negar que me halaga descubrir como las visitas crecen, y lo hacen desde puntos tan dispares como Venezuela, Italia, Países Bajos o Miami, aparte de España. Y mentiría si dijera que cuando miro el contador que me dice que voy camino de las 50.000 en menos de cuatro meses, no me siento satisfecha. Aunque pueda sonar a vanidad por mi parte.    
Pero puesta a enfangarme, aún hay más cosas que me gustaría decir.
Creo que todos los extremos son malos y en el caso concreto de una serie pueden llegar a estropear a un personaje. Casi lo consiguen con María, un personaje que durante meses ha sido objeto de duras críticas (incluidas las mías), debido a su apocamiento e indecisión, así como a los continuos vaivenes en su comportamiento. (Algo que afortunadamente parece que está cambiando). Y creo que van por el mismo camino con Aurora, aunque en este caso su actitud sea diametralmente opuesta.
Sin entrar en el tema del intento de parecido con Pepa (y de paso el ninguneo a Tristán, un personaje del que casi nadie parece acordarse) y las continuas referencias a la partera, considero que su actitud empieza a provocar algo parecido al cansancio. Cierto que es una serie y que se puede ser muy indulgente con un personaje que te gusta, pero con el corazón en la mano ¿alguien puede afirmar con rotundidad que lo vería de la misma manera si fuera una persona real?
Veamos. En un mismo capítulo hemos visto de ella una recuperación casi milagrosa cuando los demás, incluido un hombretón como Mauricio, casi no se tienen en pie. A los dos minutos de aparecer en el Jaral ya ha soltado un rotundo “yo”, a los diez ya se volvía a culpabilizar de algo como haber traído a Jacinta al pueblo, a los quince la hemos visto hacer el diagnóstico exacto de lo que aqueja a Rosario, a los veinte acordarse de Candela, después de un par de semanas de olvido…. Eso sin obviar que ya de entrada ha dado la sensación de que retomaba las riendas de la situación como si los demás no hubieran puesto también el cuello.
Lo admito. Me gustó ver a la Aurora que luchaba para conseguir el amor de Conrado y más tarde para sacarlo de la cárcel (aunque al final el que solucionó el tema fue Lesmes). Y me gustaron las escenas de las visitas en la cárcel, que defendiera el trabajo del geólogo, y la dedicación que tuvo con él cuando quedó ciego. Hasta aquí creo que entra dentro de la normalidad. Pero considero que hay un término medio, y con este personaje también están cargando las tintas. 

La hermana y la mujer de Martín

El destino le ha arrebatado a su madre, a su padre y a su hija. Ahora pretende llevarse a su hermana. Sí, es cierto que aún le quedaría María, pero la vida no puede ser tan cruel con Martín, quitándole a la única persona de su sangre, la hermana que apenas ha tenido tiempo de disfrutar (aunque ello sea un decir, con el carácter que se gasta la chica). Lo que no se puede negar es que los dos hermanos se quieren y se necesitan. Y que el dolor que podría representar la pérdida de Aurora es casi inasumible para alguien que no ha hecho más que penar en la vida. 
Pero aún no ha de suceder. Y ello a pesar de que con la chica va de sobresalto en sobresalto, aunque también ha aprendido a aceptarla tal y como es, con sus virtudes y defectos. Y creo que también ha renunciado a intentar hacer algo para cambiarla, cosa que, por otra parte, es claro que es tarea imposible.
Aunque esta vez el susto no se lo quita nadie. Por unos momentos Martín ha revivido el dolor desgarrador ante la pérdida de un ser querido, y llevado por la desesperación ha vuelto a renegar de este dios que se empeña en no darle tregua. Pero exista éste o no, esta vez ha sido distinto, y a Aurora aún no le ha llegado su hora. Aunque poco le ha faltado. Y ahora me pregunto si ella era muy consciente de que su vida se estaba escapando rápidamente, y sin la seguridad de que el antídoto podía funcionar o no. En este momento, y a pesar de todo, creo que de manera inconsciente volvía a confiar en Lesmes, porque no ha hecho ni el intento de despedirse de su hermano, ni de dedicar un recuerdo a Conrado.
Pero hablaba de Martín.
Con la llegada del antídoto y la inmediata reacción positiva del mismo en los afectados, se va estableciendo la normalidad. Pronto el Jaral volverá a ser un hogar, y María y Martín podrán recuperar su vida. La que no hace sino unos días que volvió a renacer, y que les ha de dar nuevos bríos para salir adelante. Porque además también ha nacido una nueva María, más madura, que sabe reconocer en el hombre al que ama lo que los otros no ven. No sólo conoce el cuerpo de Martín, sino también su alma. Y le ha bastado una mirada para saber que detrás de las palabras había algo más de lo que ha contado.
Y me encanta la confianza de Martín al contarle sin tapujos lo sucedido, sabiendo que María ahora es lo suficiente fuerte para asumir la verdad, el orgullo que ilumina su mirada y que siente por ella y por su entereza, la felicidad por tenerla….
Creo de verdad que son una pareja encantadora, a los que ya no les es necesario demostrar nada. Y cuyo amor es tierno, apasionado y entregado.

22 de mayo de 2014

Fe. Un toque de luz


Reconozco que, como creo que sucedió a la mayoría, me sorprendió que de buenas a primeras la actriz Marta Tomasa apareciera en la cabecera, cuando Rubén Serrano, que ya lleva tiempo en la serie, sólo aparece en los créditos de inicio. Al igual que Mario Zorrilla cuyo caso es aún más flagrante, pues lleva en la serie desde el principio y por alguna razón inexplicable (al menos para los/as hemos clamado para que esto cambiara) su nombre aún sigue en segunda fila. Y ya no digo de Aida y Blanca, e incluso Ariadna, que necesitaron meses para merecer el supuesto honor de salir en la cabecera.
Pero aún sin aceptar esta situación de invisibilidad de los dos actores, he de admitir que Fe está consiguiendo hacerse un hueco en mis simpatías, y creo que en la serie. De hecho, me encanta el desarrollo de su personaje, su manera de ser, su cercanía a Mariana, su carácter desenvuelto y espontáneo. Y ¿porque no?, su lenguaje castizo y a veces ininteligible (por cierto, magnífico trabajo el de Marta con ello y, por supuesto, con su personaje). Y ahora hay que añadir a todo ello su dedicación hacia un hombre postrado, un corpachón indefenso que saca toda la ternura de la chica, así como su buen corazón. Además de que aunque ella se define como no leída, creo que si sabe leer en las personas y ha intuido que, por ejemplo, Mauricio no es como lo pintan o que Mariana también la necesita. 
Creo que ha sido un acierto introducir este personaje, que da un toque de luz a los escenarios cargados de tensión de La Casona. Y además, a menos que las cosas se tuerzan, debe ser de los pocos que no ha mostrado una doble faz, ni ningún secreto inconfesable. 
Cosa que casi es de agradecer.

21 de mayo de 2014

El vaso se desborda

Dicen que más vale tarde que nunca. Pero han tenido que pasar tres semanas, veinte muertos y decenas de afectados para que la doña se decidiera a mover un dedo por sus vecinos, cuando ha quedado demostrado que con una simple llamada (eso sí, con algo de amenazas incluidas) podía aliviar los sufrimientos de la gente. Y lo que es aún más importante, conseguir ayuda médica.
Queda en el aire la pregunta de si hubiera llegado a hacerlo nunca, si no fuera porque también ha caído Mauricio, y si además ello no se hubiera ayudado por el empujón de Mariana, que al parecer le ha puesto los puntos sobre las íes. Aunque no sé si esto último habrá sido decisivo o no.
Pongámonos en que finalmente hay un atisbo de esperanza. El ejército ha levantado el cerco parcialmente, Martín ha vuelto con el antídoto y hay un equipo médico desplazándose hacia el pueblo.
Pero la doña, sin saberlo, ha hecho algo más. Ha evitado una rebelión y un posible derramamiento de sangre.
El sentimiento de injusticia ha ido calando entre la gente y sólo ha bastado que alguien lo pusiera sobre la mesa para que los ánimos se encendieran. No es de recibo mantener a todo un pueblo aislado sin motivo, y llega un punto en que el vaso se desborda y la paciencia se agota. Porque ningún responsable político se ha  molestado en averiguar que sucede realmente y si las medidas tomadas son las correctas. Es evidente que para no sembrar el pánico se ha optado por lo más drástico, aunque ello suponga la muerte de todo un pueblo. Pero no han contado con las gentes de este pueblo y que no se iban a quedar de brazos cruzados.
No he podido evitar buscar las similitudes con lo que vivimos actualmente. Pueden haber pasado noventa y tres años, cambiado cosas y avanzado en muchas otras, pero hay algunas que aún perviven. Una de ellas sigue siendo la distancia que hay entre los que gobiernan y la gente de la calle y sus necesidades. Para esto no ha pasado el tiempo.
Y de la situación de rebelión larvada, también ha quedado patente algo más. La capacidad de liderazgo de dos hombres que son igual de tenaces y valientes, que no dudan en enfrentarse sin más armas que sus manos, y sin ningún temor, a todo un pelotón pertrechado con fusiles. Son Alfonso y Conrado. 
Porque Conrado ya es uno más, y su palabra cuenta. 

La deriva de la cordura

Admito que desde hace unos días me es un poco complicado encontrar un tema sobre el que escribir y del que ya no haya hablado en otras ocasiones. La trama del envenenamiento es casi el eje único, y los personajes, de alguna manera, tienen todos relación con la misma. 
Pero parece que algo se mueve. También la situación de Candela, Esperanza y Fernando.
La deriva en la cordura de Fernando parece que está experimentando un salto importante. Se advierte que por momentos se retrotrae a su adolescencia, y que su mente ofuscada no es capaz de discernir entre su madre y Candela. De alguna manera la mujer se ha convertido en la madre que le fue arrebatada, y que probablemente es la única cosa buena que le ha pasado en la vida, la que representa los únicos momentos en que fue realmente feliz.
La verdad es que todo esto ha hecho que últimamente haya llegado a mirar al hombre con otros ojos. Que no quiere decir que lo haga con indulgencia, porque por supuesto no olvido lo que ha hecho y está haciendo, y que su proceder no tiene perdón. Ni siquiera justificación, aunque sí puedo entender que en el fondo es un alma atormentada, que tuvo la mala suerte de tener un padre desnaturalizado. Pero no voy a entrar en el eterno debate de si un malvado nace o se hace, porque también es cierto que ha tenido la oportunidad de enmendarse y no lo ha hecho.
De todas maneras no acabo de decidirme por aceptar la idea de que, de alguna manera, la parte humana que aún podía quedar en él le está haciendo actuar como lo hace  cuidando con devoción a Candela, o si se trata realmente del miedo a que muera la mujer en la que ve a su madre. O quizás sea una amalgama de las dos cosas lo que ha hecho que incluso se arriesgara a que lo vieran, pero con el objetivo de conseguir las medicinas para la mujer. Ya no digo de su actitud con la niña, a la que realmente está cuidando con esmero e incluso parece que le gusta.
Un inciso. Cada vez que veo a Carlos Serrano con la niña, pienso lo difícil que debe ser para un actor hacer el papel de malo con un bebé. Y me parece que Carlos, la persona, sabe tratar muy bien a los niños, e incluso que tiene una cierta maña con Esperanza.
Pero volviendo al tema.
Otra cosa es la actitud de Candela ante la situación. Dejando aparte los reproches que se le puedan hacer por las ocasiones que ha tenido en días pasados para cambiar la situación, ahora ésta sí que se le ha puesto difícil. Porque ya no se trata solo de las normas impuestas por Fernando, sino que más que nada de su imposibilidad de moverse. En realidad ahora mismo también necesita al hombre. Pero en lo referente a la actitud que adopta con éste, dándole coba, creo que está actuando correctamente. Aunque es peligroso, creo que dejando que Fernando viva en esta situación entre dos mundos, está ganando tiempo.
Otra cosa es que este tiempo se esté agotando para ella.

20 de mayo de 2014

Tiempos de cambios

Últimamente hay momentos que pienso que estoy viendo otra serie. Casi todos los personajes han experimentado un cambio, en mayor o menor medida. Incluidos los malos, que ya no lo parecen tanto.
Claro que con alguna notable excepción.
Aunque quizás más que un cambio lo que está sucediendo es que la situación ha hecho aflorar sentimientos y actitudes que permanecían ocultas o aletargadas por diferentes motivos.
Y creo que uno de los cambios más notables es el de María. Sea porque los sufrimientos le han procurado una costra de dureza, o porque ha madurado a marchas forzadas, el caso es que ahora la que vemos es una mujer fuerte y decidida, que incluso muestra mayor capacidad de aguante que las personas que hasta ahora la llevaban en volandas. Ya no es necesario que sea así, y lo ha demostrado con creces, haciéndose cargo de la situación y responsabilizándose de ello. Y creo que Martín sabía que podía hacerlo, aunque es evidente que no en solitario.
Sólo espero que no lo estropeen otra vez, pero admito que me gusta esta María, que es capaz incluso de cambiar las tornas con su tía y darle ánimos a ésta. Por cierto, es de las pocas veces que no me ha gustado la actitud de Mariana, dando la impresión de buscar que la chica se derrumbase. Aunque entiendo que no es más que algo motivado por la preocupación, al ver a una inusual María con tanto ánimo y fortaleza. Y también es cierto que hasta fechas recientes María había hecho méritos más que sobrados para que todos la vieran como muy vulnerable. Pero espero que a partir de ahora las cosas cambien, y todos dejen de tratarla como una frágil damisela, que ya ha demostrado que no es.   

El antídoto

Después de ver la laboriosidad y minuciosidad con la que se ha tenido de emplear Martín en la elaboración del antídoto, considero que queda más que demostrada la imposibilidad que tenía Aurora de encontrar la solución. Diversidad de ingredientes, medidas exactas, tiempo de decantamiento,….es evidente que es una tarea que sólo está reservada para personas muy experimentadas o que, como en este caso, cuenten con supervisión.
Pero no quería hablar de ello, sinó del sufrimiento que supone para Martín esta situación. Entiendo que ahora mismo puede más en él la preocupación por la salud de su hermana que otras consideraciones. En realidad es casi un milagro que Aurora haya sobrevivido, después de tomarse una buena ración de veneno sin diluir. Si a las otras personas unas cuantas gotas les han hecho caer inmediatamente, el trago que se ha tomado la chica tendría que haberla fulminado casi de manera instantánea. Y sigo pensado que no tenía necesidad de ello y que, en todo caso, podía simularlo.
Pero creo que después de esto (porque no tengo ninguna duda de que la chica va a conseguir salir de esta) más que cantarle las alabanzas por su acción, cosa que considero bastante contraproducente habida cuenta de que su impulsividad podía haberla llevado a la muerte, lo que necesita es que alguien le ponga las peras al cuarto. Véase Martín, véase Conrado. Aunque no creo que vaya a suceder. La verdad es que pienso que en este momento Tristán se echa más en falta que nunca, porque no es fácil que los dos hombres puedan suplirlo en la tarea antes mencionada. Martín porque es de lo más indulgente con su hermana, Conrado por su comprensión y amor por ella.
De hecho creo que lo que va a suceder es que Martín encima se va a echar las culpas por no haber impedido que su hermana cometiera semejante imprudencia. Aunque esto no tiene ninguna razón de ser, ya que han bastado sólo unos segundos de desviar la vista de ella para que Aurora cometiera el desaguisado, y sin que él pudiera hacer nada. Porque nadie puede parar a la chica cuando toma una decisión, aunque se demuestre equivocada.
Cierto que los métodos expeditivos de Martín no han funcionado para sonsacar la fórmula a Lesmes (por cierto, Aurora le ha dicho a Martín: “Piensa con la cabeza “Y esto lo dice alguien que se ha tomado voluntariamente un trago de veneno….Sin comentarios). Y también es cierto que las alternativas eran cero, ante la inflexibilidad del médico. Así que he de admitir que sólo lo de Aurora ha logrado su objetivo, aunque para llegar a ello el guión escrito para el personaje del médico haya incurrido en varias contradicciones. Pero voy a pasar un tupido velo sobre esta cuestión. En lo que no voy a pasarlo es en el hecho de que la chica, intentando hacer algo por sus vecinos, ha causado daño a su hermano. Y podría causarle aún más de no conseguir superar el envenenamiento. 
Ya puesta con las palabras de Aurora. También ha dicho: “He fracasado”. Si se toma de manera literal, nada que objetar. Pero también podría tener otra lectura. Sabemos de su obstinación y de que no está muy acostumbrada a dejarse vencer, y aunque en esta ocasión el tema es ayudar al prójimo, lo que también puede esconder en el fondo es el temor a lo dicho antes, al  fracaso.  

19 de mayo de 2014

Jugándosela a la ruleta rusa

Hay quien va a calificar de heroicidad lo que ha hecho Aurora, pero sintiéndolo mucho, lo que pienso que ha cometido es una solemne imprudencia.
Es cierto que los actos heroicos tienen un punto de irracionalidad y que es evidente que suelen ser guiados más por el corazón que por otros motivos. Aunque en mi opinión, siempre (o casi siempre) se llevan a cabo porque se considera que hay alguna posibilidad, aunque sea remota, de cambiar una situación o conseguir un objetivo. En el caso de Lesmes, y a tenor de lo visto, esto se manifiesta como prácticamente una quimera, dada su palmaria dependencia de la voluntad de Jacinta. Algo que ha quedado claro de manera fehaciente, cuando ha sido incapaz de oponerse a la decisión de la loca de buscar la inmolación para ambos.
Pero antes de seguir, he de matizar que soy consciente de que lo que estoy intentando es hacer un ejercicio de racionalización de una situación que yo puedo entender de cierta manera, pero que es posible que tenga otras lecturas. Depende de quién o como lo mire. Aunque lo que si tengo claro es el meollo, y que ante todo hay que tener en cuenta que está en juego la vida de muchas personas. Y que Martín y Aurora están asistiendo impotentes a la agonía de un demente, que tiene la respuesta en sus manos.
Es evidente que las amenazas ya no funcionan y que el tiempo se agota inexorablemente. Pero lo que ha hecho Aurora al tomarse el veneno, me parece algo irreflexivo, fruto de la desesperación, y con la salvedad de que esta vez lo que ha puesto en la picota es su propia vida, sin muchas posibilidades de que su acto de valentía (o de inconsciencia) vaya a servir de algo.
Y con ello demuestra también que, a pesar de todo, aún le falta mucho mundo para poder llegar a conocer a las personas. Ha quedado en evidencia que no conoce a Lesmes tanto como ella creía, además de que el hecho de que éste haya sucumbido a Jacinta deja patente que tampoco no está mucho en sus cabales, por lo que considero que esperar encontrar la respuesta apelando a los sentimientos personales, es como jugárselo todo a la ruleta rusa.
Ahora el tiempo corre inexorablemente para las dos partes. Y si la jugada de Aurora sale mal, Martín va a perder a otro ser querido.
Un inciso, y cambiando de tema. 
No es que me moleste y, por descontado, no es mi intención criticar algo que atañe a la esfera personal de cada uno, pero no acabo de entender el porqué de tantas cruces, y porque casi no hay escena en la que no aparezca una. Incluido en un pajar.   

18 de mayo de 2014

El llamador de àngeles

Dice una antigua leyenda celta que un día los humanos y los ángeles tuvieron que dejar de vivir juntos. Pero, antes de despedirse, cada ángel dio a su protegido un colgante esférico que sonaba como una campanilla, con la promesa de cuando su poseedor lo agitara, el ángel acudiría en su ayuda. Eso sí, con una condición: cada persona tendría su propio colgante, con un sonido peculiar y exclusivo para ser reconocible por su ángel-guía. Si se contravenía esto, la protección desaparecía. Sólo había una excepción: la madre y su bebé, mientras éste se encuentra en gestación. Ya que en este caso comparten el mismo ángel.
No sé muy bien si en este caso el llamador de ángeles es de Francisca o de María, pero dejando aparte lo fantástico del tema, el caso es que la doña sí parece que tenga un ángel guardián, aparte de Mauricio. Porque si parecía que le estaba fallando el sexto sentido, este simple objeto ha sido capaz de devolverla a la cruda realidad, y ponerla ante la evidencia. Que no es otra que su primo se la está jugando.  
Y también ha hecho que además se haga cargo de otra evidencia. Que su fiel capataz estaba en lo cierto y ella no le ha escuchado. Esta vez ha sido una de las escasas ocasiones en las que hemos visto a Francisca dándose cuenta de que no es infalible, y especialmente de que ha tenido durante mucho tiempo a su lado a una persona en la que podía depositar completamente su confianza, sin fisuras, y a quién es posible que no haya prestado demasiada atención o no haya correspondido suficientemente. Por ello quizás también hemos visto a una Francisca desnudando su alma sin reparos, mostrándose humana y preocupada sinceramente. Hasta el punto de cuidar personalmente de este hombre, que al parecer le importa más de lo que nunca admitiría en público.
Sólo espero que ahora se dé cuenta de en quien realmente puede confiar e incluya en esta lista también a Mariana, una fiel sirvienta que, al igual que Mauricio, ha soportado sus desprecios sin rechistar, pero sin abandonarla y preocupándose por ella.

La foto es de mi propio llamador de ángeles. He de confesar que hasta hace poco más de un año desconocía la existencia de algo parecido, que descubrí después de verlo en la serie. Poco después una querida amiga me regaló uno, y  desde entonces lo tengo como algo muy preciado. No sólo por su valor parte sentimental, sinó porque es cierto que su tintineo es muy relajante. 

17 de mayo de 2014

Cambio de pareja

Es una situación normal que Martín y Aurora interactúen, porque por algo son hermanos. Lo que ya no lo es tanto es que lo hagan Conrado y María sin el concurso de los anteriores.
Y no sé explicar muy bien la sensación que me ha producido ver trabajar a éstos últimos codo con codo, aunque admito que me ha gustado. Especialmente verlos luchar juntos, a Conrado siendo el sostén de María, el que le da fuerza y apoyo. Y ver a María convertida en una mujer con coraje y energía, capaz de organizar y hacerse responsable del hospital de campaña. Una mujer que parece que ya ha dejado atrás sus días de indecisión, para pasar a ser alguien con los suficientes arrestos como para enfrentarse a una situación dura y difícil. Y que además lo hace sin apenas momentos de desfallecimiento. 
Aunque en realidad tampoco ni ella ni Conrado tenían muchas opciones, habida cuenta de la marcha de Martín y Aurora, por lo demás siguiendo una pista que bien podría no pasar de ser una corazonada. Sin embargo también es cierto que las casualidades en según qué casos no existen, y que un suceso dramático y Jacinta en el mismo espacio de tiempo da que pensar. Y en una situación extrema como en la que están inmersos, no se puede descartar nada.
Aun así me cuesta entender qué necesidad tenían de engañar a Conrado. Y tampoco me ha gustado que Aurora lo utilizase y decidiese por él, algo que ya hace tiempo que es un tema recurrente para buena parte de los personajes masculinos de la serie, y que es llevado a cabo por parte de sus respectivas mujeres o allegados.
Por ello y en un primer momento pude entender perfectamente a Conrado, su enfado y su sensación de haber sido traicionado. Incluso las excusas de la carta de Aurora se me antojaron poco convincentes, aunque si había en la misma algo de razón. Al marcharse los dos hermanos han dejado a María al cargo, y aunque es cierto que hay mucha gente ayudando, el peso de todo recae ahora sobre la chica. Y es una tarea ardua para alguien tan joven, y además para una situación en la que nadie sabe cómo actuar. Así que considero que la justificación de que Conrado puede ser más útil en el hospital que yendo con Aurora, y que el concurso de un hombre cabal y con arrestos que se quede al lado de María  puede ser de gran ayuda para ésta, tampoco me parece nada mal. Al contrario.
Y tengo que decirlo. También me gusta ver a Conrado haciendo algo más que ir a buscar a alguien, enterrar muertos o ser el guardaespaldas de Aurora. Creo que se merece algo más del protagonismo que parecen escatimarle, y que por ahora es tan limitado que incluso hay días que su presencia es residual. Y, por supuesto, lo que más deseo es que pueda vivir en paz su amor con Aurora, y que también ellos nos brinden escenas tan preciosas como las de otras parejas. Y no me estoy refiriendo únicamente a la de Martín y María, sino que también hay otros ejemplos en la serie.