Es curioso, pero creo que uno de
los cambios más notables en la serie se ha producido en un lugar tan poco común
como es la cocina de La Casona, y coincidiendo con la llegada de Fe. También es
cierto que en este lugar han pasado muchas cosas, ha sido lugar de
confidencias, de grandes amistades, de satisfacciones y sufrimientos, de
expectativas de futuro y quebramiento de ilusiones,…..de risas de niños y de
dolor por su pérdida.
Pero con el paso de los años se
había convertido en un lugar oscuro, sin color, ni calor. El lugar de Mariana, una
chica que ya había renunciado a todo, pero a la que ahora la vida le ha
devuelto la ilusión. Y precisamente cuando ha sucedido esto, es cuando ésta ha sido
más consciente que nunca que este lugar no era más que una trampa, una cadena
que la ataba y le impedía volar. También es cierto que, en numerosas ocasiones,
ha surgido la pregunta de porqué no se decidía a dar un paso adelante, especialmente
cuando María dejó La Casona y la excusa esgrimida hasta el momento dejó de
tener validez. Pero finalmente ha sucedido, y esta vez creo que puede ser
definitiva. Ahora no está sola, y estoy convencida de que ella y Nicolás sabrán
salir adelante sin el concurso de la doña.
Y es en este lugar donde se está
fraguando algo que parece va a cambiar la vida de Mauricio un poco más. El asomo
de duda que ha tenido cuando Fe le ha preguntado si le gustaría sentir el arrebatamiento
del amor, me ha parecido de lo más explícito. Aunque quizás lo que parece
intuirse entre él y la doncella no sea más que producto de mi imaginación, pero
admito que no me desagradaría que sucediera. Lo que sí ha quedado claro es que el
hecho de que Mariana haya abandonado su trabajo es para él algo inconcebible y
no sólo por el hecho en sí, sinó porque representa dejar de tener cerca a
alguien a la que considera algo más que una compañera. Es alguien que con el tiempo se
había convertido en una confidente y una amiga con la que compartir cuitas, alguien
que para él se ha convertido casi en imprescindible. “Mariana no puede no estar
en esta casa”. Con estas palabras quedan
patentes sus sentimientos, y de que no se trata sólo de compartir ama, sino de
algo que afecta más a los sentimientos.
Porque Mauricio puede ser una persona
brutal y sin miramientos con sus subordinados, pero ha demostrado que en
ocasiones también es capaz de dejar hablar a su corazón. Y es cierto que ambas
cosas parecen incompatibles, pero considero que en el hombre se da esta dualidad. Que la
gente ya reconoce.
Me gustan Fe y Mauricio.
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