27 de diciembre de 2015

Amigos sin derecho a roce

Primera premisa que creo que hay que valorar: un hombre puede ser amigo de una mujer sin que ello presuponga que existan, o vayan a existir en el futuro, segundas intenciones.
Segunda premisa: una mujer puede acercarse a un hombre y establecer vínculos de amistad con él sin que ello signifique que busque su cercanía para algo más. 
Y también puede que me esté equivocando, y que la intención de los guionistas con la trama de Emilia y César acabe convertida en otro desaguisado. Evidentemente existe el peligro de que el roce lleve a algo más. Pero, de momento, les doy un voto de confianza a ambos, primero porque César, a pesar de que en apariencia puede ser un tercero en discordia, el caso es que me cae bien, y ahora mismo (y mientras no se demuestre lo contrario) no lo veo como alguien que pretenda aprovecharse de la debilidad de otros. Segundo porque considero al personaje de Emilia como alguien con la cabeza bien asentada y, aunque independiente y poco dispuesta a dejar que la coaccionen los convencionalismos, tampoco la veo como para liarse la manta  a la cabeza y hacer lo mismo que la ha llevado a apartar a Alfonso de su lado.
Pero especialmente porque tapar un despropósito con otro significaría, en mi opinión, un enorme error de cálculo.
Lo cierto es que en los malos momentos un hombro sobre el que apoyarse creo que puede ser una buena cosa. Otro tema es quien es el escogido para ello, que normalmente suele ser alguien de entera confianza, ya que sincerarse, dejando los sentimientos al descubierto, no es fácil sin tener la absoluta seguridad de que el interlocutor sabrá escuchar, aconsejar y comprender. Sin embargo Emilia ha optado por un hasta hace poco desconocido, y encima hombre, lo que es algo cuando menos sorprendente, teniendo como tiene a gente con la que podría desahogarse, como su propio padre. Pero también es cierto que casi todos los que conforman su círculo más cercano tienen vínculos con Alfonso, y quizás esto la haya llevado a sincerarse con alguien que puede mirarlo con más perspectiva. O simplemente porque enseguida se ha establecido entre ella y César un feeling especial, que no hay que confundir con otros sentimientos.

22 de diciembre de 2015

La lògica se impone

Después de todo tampoco era tan difícil ¿no?
En realidad la actitud de Sol hasta el momento se me antoja fuera de toda lógica, más cuando las posibles víctimas de las intenciones de Eliseo son personas a las que ella quiere.
Por supuesto no tengo ninguna duda que la intención de esta trama es llenar espacio de los capítulos, porque de otra manera carece de sentido. Menos cuando nos han presentado a Sol como una mujer de carácter, no la pusilánime que ha sido en este tema hasta ahora (al menos de cara a la galería). Es cierto que a solas con el personaje mezquino de Eliseo se mostraba de otra manera, pero también con el trasfondo de lo que suponía ser mujer en 1922, con no demasiado espíritu crítico hacia lo que suponía la claudicación de sus derechos como persona. Aún con un punto rebelde, siempre parece acabar trascendiendo en Sol la sumisión debida al esposo, tal como estaba establecido en las leyes y en las normas de la época. Y ello a pesar de que se pretenda disfrazar de temor hacia las represalias de Eliseo si se niega a acatar sus deseos, algo que no voy a negar que también pueda influir.
Y solo el hecho de haber sido puesta entre la espada y la pared, entre el supuesto deber y la pérdida, aparte de saber que Francisca también anda de por medio, ha conseguido lo que no parecía posible: hacerla reaccionar y darse cuenta de que su actitud empeoraba aún más las cosas, no solo para ella, al estar expuesta a los caprichos y malos tratos de un esposo deleznable, sino para todos los suyos, a los que expone al no hacerlos participes de las amenazas de Eliseo. Por cierto, al que no doy más que una mínima credibilidad (como ya he dicho en otra ocasión) porque que se sepa está solo y no veo que podría hacer frente a todos los demás, siempre que éstos sepan realmente a qué atenerse, estén prevenidos y le tengan controlado. Severo, Carmelo, e incluso Lucas, son mucho más fuertes que el tipejo, y tienen muchos más medios, así que cuesta entender el porqué del miedo irracional de Sol, cuando su hermano y los demás podrían protegerla y protegerse fácilmente, y encima sacar al individuo de en medio. 

20 de diciembre de 2015

Los locos en PV

¿Quién es más peligroso, una mujer con problemas psicológicos u otra que carece de escrúpulos, que no siente empatía hacia casi nadie, que no duda en sacarse de delante a quien entorpece su camino? ¿Qué no duda en ejercer de juez, jurado y verdugo, decidiendo sobre la vida de otras personas?
¿Quién merece menos simpatías, una mujer que, aun con problemas de personalidad, está sola e indefensa (y ahora además sabiéndose en peligro), o un capataz desalmado que tiene una conciencia voluble, que por una fidelidad mal entendida puede incluso llegar a postularse para utilizar la fuerza contra personas que no tienen apenas posibilidades de defenderse?
Quizás existe la posibilidad de que Berta pueda representar un peligro para Beltrán, pero por lo que se ha visto hasta ahora nada indica que su problema sea de instintos violentos, más bien lo que parece tenerla coartada es el miedo a un fantasma del pasado. Por supuesto no pretendo minusvalorar un problema de este calibre, y es cierto que cualquier persona con desequilibrios psicológicos puede ser totalmente impredecible, por lo que no es nada recomendable que tenga a su cargo a alguien, mucho menos a un menor. Pero me da la impresión que en este caso de Berta los guionistas van un poco a salto de mata, porque no tiene mucho sentido la evolución del personaje. Se supone que antes de llegar a PV Berta ha estado sirviendo en casa de una gente pudiente sin ningún problema, sin que nadie haya detectado nada, y ahora, de pronto, se hace patente su desequilibrio mental y encima salen a la luz unos informes médicos que no se sabe quién ha pedido, ni porque, que la retratan como alguien que puede tener tendencias asesinas. Y encima que nadie, ni D. Anselmo que fue quien la encontró, la recomendó y la trajo al pueblo, ni Severo que la hizo investigar sin resultados relevantes, consiguiera sacar a la luz lo que Francisca con solo chasquear los dedos ha descubierto sobre el pasado de la chica.
Quizás el tema sea que el aire de la sierra también puede provocar efectos nocivos ¿o será el agua de la fuente?

14 de diciembre de 2015

Una vida en la palestra

Hay dos factores a tener en cuenta: uno que PV es una historia de ficción y que ello permite ciertas licencias, y el otro que probablemente cueste un poco meterse en la piel de una mujer de 1922 y aceptar no solo que existieran unas leyes que condicionaban totalmente los movimientos de las féminas, sino que incluso ellas mismas pudieran llegar a resignarse al papel impuesto por la sociedad y con respecto al hombre. Aunque es cierto que tampoco tenían muchas opciones, pues la desobediencia estaba penada con cárcel; y aún con ello hubo mujeres valientes que desafiaron leyes injustas y discriminatorias. Eso sí, normalmente se trataba de mujeres cultas, de familias pudientes, que solían poseer una esmerada educación y que generalmente vivían en grandes urbes; así que los ecos de las sufragistas difícilmente llegaban a los núcleos de población rural, donde además la religión seguía imponiendo sus criterios y amordazando cualquier conato de protesta.
Aún así cuesta entender la deriva del personaje de Sol, cuando no nació pobre y hasta una cierta edad tuvo una buena educación que tendría que haber dejado un poso. Aunque en cierto momento todo ello se viera interrumpido al quedar huérfana y ser internada en un hospicio, donde es sabido que predominaban unas maneras de educar que nada tenían que ver con moldear personas con criterio, más bien al contrario, hacer de las niñas mujeres sumisas y obedientes a los hombres, tal como se estipulaba con las leyes y las normas de una sociedad predominantemente machista y misógina.
Sin embargo lo que sucedió después con ella, y cómo su vida llegó a hundirse más al tomar el camino de la prostitución, no lo recuerdo, aunque supongo que Eliseo tuvo mucho que ver.
Antes de continuar he de decir que sé que estoy intentando hacer un ejercicio algo arriesgado, porque quizás no logre hacerme entender o no ser capaz de plasmar lo que quiero decir sin meterme en un fregado. También he de decir que no es mi pretensión poner en entredicho a quien se dedica a esta que considero mal llamada “profesión”, aunque sé que no todas las mujeres lo hacen de manera voluntaria, que muchas son explotadas por individuos sin escrúpulos y convertidas en meros instrumentos de placer. Y sigo pensando que los principales culpables de que esto exista no son sólo los proxenetas, madames o propietarios de burdeles y casas de citas, sino los que utilizan estos servicios y que no reparan que en cierto modo es una manera de degradar a la mujer. Como tampoco tengo muy claro si reivindicaciones feministas y prostitución pueden ser compatibles; o al menos no lo eran en aquel tiempo en el que, por cierto, estas prácticas eran penadas para las mujeres, mientras que para los hombres la manga ancha era considerable.  
Pero volviendo a Sol. Pienso que en estos años que se dedicó (obligada) a vender su cuerpo no estaba en una situación muy propicia para alimentar el espíritu, ni creo que dedicara tiempo a culturizarse y a forjar un criterio crítico con algunos aspectos de su entorno y que le incumbían. Si acaso alimentar una cierta rebeldía, pero que vimos que tampoco era suficiente para salir del lugar en el que la explotaban. ¿Cobardía, miedo a lo desconocido, acomodo,…? ¿O simplemente que no creía tener otras opciones? (De hecho esta última pregunta se podría responder cuando ella misma se infravalora por su pasado, y por considerar que jamás se podrá librar de este estigma).  
Evidentemente no voy a negar que sea una mujer de carácter fuerte, que pretende ser independiente. Pero al final ha demostrado que no lo es tanto al aceptar los roles establecidos: primero poniéndose bajo la protección de su hermano y Carmelo (que no se han manifestado para nada como los típicos machos dominantes, sino que saben dejar espacio a sus mujeres), y después dejándose manejar por un malnacido, del que no deja de sorprender que sea capaz de amilanarla con unas amenazas que no llegarían más lejos de esto si se sincerara con la persona adecuada (que no ha de ser D. Anselmo, porque ello no soluciona nada), o que tomara cartas en el asunto. Solución por cierto, que no creo que sea la de alejar a todo el mundo para protegerlos, y que podría ser mucho más efectiva si pusiera sobre aviso a los amenazados.
Sin embargo esta situación no es nueva. Ya lo hemos visto antes, y con la misma impresión por parte de l@s espectadores con respecto a ciertas actitudes. De hecho María hizo lo mismo con respecto a Fernando, cuando podría haberse ahorrado muchos sufrimientos si hubiera confesado a Francisca lo que le estaba haciendo éste. Ahora sucede lo mismo con Sol, cuando no considero a Eliseo con suficientes medios como para llevar a cabo sus amenazas. De hecho pienso que si ello llega a materializarse, parte de culpa la tendría Sol por permitirlo.
Pero esto es una novela, y quizás una cierta coherencia es pedir demasiado. 

11 de diciembre de 2015

Y la lista sigue creciendo!

Calculando así por encima, aunque de manera un tanto optimista y en base a los resultados de las recientes elecciones municipales de PV, la población total de este pueblo debe rondar alrededor de los 800-900 habitantes. Pero lo que a priori podría parecer un sitio tranquilo, unido a que es lugar de paso alejado de los grandes núcleos de población, en realidad ha acabado siendo algo parecido al salvaje oeste, un lugar donde el índice de incursiones dolosas de gente de mal vivir no parece tener fin. Y para mayor regodeo, lo más habitual es que encima cada personaje nuevo traiga detrás de sí alguien de este calibre.
Evidentemente entiendo que es una situación alejada de la realidad y motivada por los intereses de la serie, que necesita que sucedan cosas para seguir estando en el candelero. Pero pienso que ya se está abusando de algunos temas, y no lo digo en plan de censura por el tema en concreto (aunque en realidad algo hay de ello), sino por la reiteración, y también porque parece circunscribirse a un género determinado.
No me voy a poner a enumerar los casos de desquiciamiento, locura, desvaríos y trastornos psicológicos varios que han jalonado durante cuatro años esta serie, porque seguro que me iba a dejar algunos. Pero lo que sí da la sensación de ser un denominador común que esto, además de suceder con una frecuencia que destroza cualquier estadística, afecte mayoritariamente a mujeres, mientras que en los hombres que se han puesto en el lado oscuro la apuesta es por lo malvado y retorcido. Que evidentemente también puede ser un factor de locura,  y en esto no se distinguen hombres y mujeres, cuando se trata de personas que presentan una baja respuesta a las amenazas, son fríos, su agresividad no tiene límites y solo valoran las posibles consecuencias positivas de sus actos, por muy maquiavélicos que sean. Son personas sin empatía, que además no aprenden de los castigos y errores, y no sienten la necesidad de modificar su conducta, malvados por naturaleza o por las circunstancias (algo que, por supuesto, no puede admitir jamás ninguna justificación).
Ahora llega Berta. Pero en el caso de ésta, además de interrogantes creo que hay que añadir otras cosas.
Y la primera cosa es: o Bosco es gafe (de hecho parece llevarlo impreso desde su mismo nacimiento), o han decidido ensañarse con él. En principio parecía que la última idea era la de darle al fin la tranquilidad afectiva, después de una primera mujer desquiciada (por cierto, creo que perdieron la oportunidad con Aida Flix, que seguro hubiera dado mejores resultados escénicos que la equivocada apuesta por Fariba), después se cargan en pocos meses a su segunda mujer, y cuando parecía que podría llegarle la estabilidad y recomponer su vida sentimental, le “colocan” a otra mujer con problemas psicológicos. Sin contar que el chico está bajo la égida de otra mujer no menos retorcida, que le manipula a voluntad para sus propios fines.  
Lo cierto es que me cuesta entender que es lo que se proponen con esta trama. Evidentemente uno de los fines es devolver a Bosco a La Casona para dar visibilidad a Francisca, aunque con ello lo único que consiguen es hundir la poca credibilidad del chico. Pero aún es mayor el interrogante sobre Berta y su papel final en esta historia, que espero que no sea sólo el anteriormente mencionado. Sería un total sinsentido levantar expectativas para después volver al punto de partida, ya que creo que ello además iba a significar el final del personaje de Bosco.  
¿O es esto lo que se pretende? 

6 de diciembre de 2015

Un Sol que se apaga

Una se pregunta ¿en qué momento se decidió que la mujer era inferior al hombre, que había de estar sometida a su voluntad? ¿Quién y cuando llegó a la conclusión de que las mujeres queremos ser princesas?
Sorprende descubrir hechos como que en el concilio de Nicea, en el año 325, se llegó plantear la cuestión de si las mujeres tenían alma o no, y sólo por dos votos se resolvió a favor.  O que aún avanzado el siglo XX había quien sostenía que el hombre era superior a la mujer tanto física como intelectualmente. Aunque ya antes el derecho romano había definido a las mujeres como el “fragilitas sexus” (sexo frágil), lo que en cierta manera puede ser el inicio de la idea de que la mujer necesita de alguien que cuide o vele por ella, Y que, generalmente, este alguien debe ser del género masculino.
Aunque una de los mejores compendios de este pensamiento llegó de la mano de un teólogo, Santo Tomás de Aquino, que en el siglo XIII sistematizó la idea general sobre la mujer, y que la Iglesia Católica se ocupó de seguir manteniendo vigente hasta fechas bien recientes. Aunque el hecho de que sea una institución en buen grado misógina, donde las mujeres solo tienen un papel bastante residual, puede explicar en buena parte todo esto. (Un resumen en: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/72697-santo-tomas-mujeres-sexo/. Y un aviso para navegantes: el enlace anterior en algún caso puede provocar un serio ataque de hilaridad).  También un inciso importante: aunque en este caso lo haya limitado a la religión católica, las otras confesiones, con diferentes matices, también han hecho uso de argumentos parecidos. Y desgraciadamente aún siguen haciéndolo, porque la religión ha llegado a jugar un papel importante en la sociedad, ha influido en los gobiernos y, aun hoy en algunos países las leyes funcionan a su dictado.
Afortunadamente y de manera progresiva, la situación de la mujer en la sociedad ha ido cambiando, pero que aún siga presente en nuestros días parte de esta manera de entender el género femenino es cuando menos preocupante. Y hay muchos factores que han conseguido perpetuarlo, entre ellos y aunque duela reconocerlo, pero sin pretender generalizar, las mismas mujeres es posible que tengamos parte de culpa. Porque hemos caído en la trampa, unas veces utilizando la supuesta fragilidad para nuestros fines, pero otras dejando que esta actitud se instale en nuestras vidas, aceptando roles establecidos.

Pero como el objetivo de este blog no es hacer comentarios sesudos (que, por otra parte tampoco me creo capacitada de hacer), y aunque no voy a negarme el derecho a incursionar en temas que las mismas tramas me sugieren, voy a intentar comentar lo que me ha llevado hasta aquí: la trama de Sol y el chulo.
Es cierto que nos presentan a una chica de carácter fuerte, que ha tenido una vida dura y que se ha visto obligada a valerse por sí misma. O no. Porque esta afirmación se puede cuestionar cuando la mayor parte de su vida ha sido de dependencia, aunque también hay que decir que no voluntaria, si no forzada por las circunstancias. Y probablemente habría seguido siendo así de no haber sido arrancada de ello también por la fuerza, aunque por supuesto con fines muy distintos de los que la habían retenido hasta el momento.
Pero el caso es que ha pasado a depender de otros hombres. Sin embargo hay una diferencia sustancial porque, hasta la llegada de Eliseo, ninguno de ellos, los que ahora están a su lado, ha dado muestras de intentar coartarle su libre albedrío, su libertad, su independencia,…., lo que unido a su actual solvencia económica la sitúa en una posición que le permitiría no tener que depender de nadie.
Pero con las leyes hechas por hombres para los hombres, se ha topado. Leyes injustas, que colocaban a la mujer en una situación de total vulnerabilidad.
Y es cuando tod@s hemos acudido en tropel a dar nuestra opinión sobre la actitud que tendría que tomar Sol en su actual situación, cuando se hace patente que no es fácil ser consecuente con la mentalidad de 1922 y mirarlo desde esta perspectiva. El divorcio no existía y la mujer estaba sometida a los deseos del esposo. Una vez unidos por el vínculo del matrimonio el marido se convertía en el dueño y señor, y la mujer no podía objetar nada. Pero Sol no es el prototipo de mujer sumisa, tiene un carácter fuerte y difícil de doblegar, y probablemente esto es lo que se esperaba de ella. Por lo que es difícil de entender (salvo si se concluye que conviene a los responsables de la serie que la pareja Lucas y Sol pase por situaciones límite, y así no caer en la monotonía) que la chica se deje amedrentar y además sea incapaz de confiarse con nadie. Eliseo no tiene tanto poder, es un hombre al que pretenden mostrar con mucha capacidad de hacer daño, pero que una se pregunta cómo puede conseguir sus propósitos si está solo. De hecho, con sólo levantar un dedo, Severo y Carmelo se lo iban a cepillar sin problemas, por lo que la actitud de Sol cuando menos es bastante irracional. Poniendo a todos en alerta, ¿que podría hacer Eliseo? Y especialmente ¿no es ser muy necio que, pudiendo evitarlo, alguien permita que un indeseable le destroce la vida, arruine su futuro, y de rebote haga lo mismo a otros? 

2 de diciembre de 2015

Casi un matrimonio

Quizás es como ha de ser, aunque no lo comprenda.
Porque admito mi total analfabetismo sobre cómo se estructura una serie y si es  realmente necesario que las tramas se alarguen sin más motivación que la de llenar capítulos. Pero lo que sí sé seguro es que en este momento ello provoca que la expectativa que me generaba antaño la serie ya no suceda, sino más bien impaciencia. Y, ¿porque no?, una cierta perplejidad de que se empiecen las cosas y después dé la sensación que se dejan aparcadas, sin que se vea un horizonte cercano para resolverlas.
Tal sucede con Candela y Severo.
Hicieron falta largos meses de encuentros, confidencias, acercamientos y que Candela estuviera al borde de la muerte, para que se produjera el esperado momento de que la relación diera un paso más.  Pero después parece que se haya quedado ahí.
Cierto que esta situación puede generar que se vivan con mayor intensidad los que me parecen escasos momentos entre esta deliciosa pareja, pero creo que no están sacando a esta trama el rendimiento que sería deseable en este momento.
De hecho, y aunque casi cada día hay alguna escena en la que se demuestran sus sentimientos, pero que normalmente no dura más que unos segundos, por lo demás han pasado a ser una pareja que, sin haberse cruzado los votos, no se diferencia de cualquier matrimonio. Porque no viven todavía bajo el mismo techo, pero su relación está tan normalizada que si alguna vez (que espero que sea pronto) deciden que ha llegado el momento de establecer lazos más sólidos pasando a ser marido y mujer ante la ley, pienso que su devenir diario no se va a diferenciar en casi nada.  
Aunque por otra parte soy consciente que  pedir que les den más vidilla hace que al mismo tiempo tenga que encomendarme a……… no sé muy bien quién o qué,  pero a alguien o algo,…. para que no se les ocurra a los guionistas ir por el camino recurrente de crear un mal rollo entre ellos o de provocar alguna situación límite. Los personajes respectivos ya han sufrido lo suficiente para que ahora les nieguen a posibilidad de un remanso de paz y felicidad.
Y estoy convencida que también se pueden escribir buenas historias a partir de ello. 

1 de diciembre de 2015

Familia de primera, familia de segunda.....

Por enésima vez me he propuesto el difícil ejercicio de intentar entender a Bosco aunque, con los últimos acontecimientos, si antes era un objetivo complicado, ahora se antoja un imposible. Ya que su actitud actual ahora no solo le hace parecer inocente y bobo, sino que también hay que añadirle el calificativo de injusto.
Es cierto que las apariencias señalan a Severo, pero dejarse llevar por ello y sin pruebas irrefutables de la intervención del hombre en los hechos que le imputa, señalarle con el dedo acusador movido solo por la palabra de alguien que además es una evidente antagonista, y sin ni siquiera ofrecerle a éste el beneficio de la duda, es incurrir en una flagrante injusticia. O un enorme error que le puede costar una buena y desinteresada amistad, que ha quedado demostrada con creces.
Por supuesto habrá quien diga que la familia es lo primero, y que no es objetable que Bosco le dé mucho valor a ello porque ha carecido durante la mayor parte de su vida de una referencia de este tipo, así que es lógico que establezca una prioridad en sus afectos. Pero Francisca no es la única familia que tiene, aunque a veces parece querer ignorarlo. Aparte de Beltrán, Aurora, Martín, un hermano que no conocemos, una sobrina, tíos, primos, y Candela y Rosario, existe su abuelo, pero parece que con todos ellos el tema familiar lo ve de otra manera. También es cierto que Francisca es a quien le está más agradecido pues le sacó de la miseria (dejemos aparte los intereses que hubo en ello, y los que sigue habiendo, por lo que el altruismo no existe en este caso. Aunque Bosco desconozca este particular).
Pero Raimundo, aparte de ser un hombre de reconocido criterio, cabal  y  con una cabeza bien amueblada, también es alguien muy cercano para él. Y como mínimo tendría que respetar su criterio y experiencia. De hecho, al igual que los demás (exceptuando Francisca) no intenta manipularle, ni dirigir sus pasos, y por encima de todo no intenta comprar su afecto. Pero, a tenor de los resultados, el hombre no consigue tener mucho ascendiente sobre su nieto, que parece que está interpretando los consejos de su abuelo a su manera. Manera obnubilada y sin resquicio de intentar por lo menos escuchar y valorar que puede haber de cierto en las palabras de éste, con lo que queda claro que la telaraña que Francisca está tejiendo a su alrededor haciéndose pasar por una anciana desvalida, empieza  a dar los resultados esperados. Ahora solo falta que el chico decida trasladarse a La Casona para completar el desaguisado.