31 de mayo de 2015

Otra vez la venganza....

Dicen que el amor puede impulsar a hacer locuras. De hecho en PV hemos tenido una muestra de casi todas las posibilidades que puedan existir de ello y sin distinguir edad, condición social o sexo. Pero a lo visto aún había otra, aunque es una de la que muy pocos pueden disponer: gastar el dinero a manos llenas, sin reparar en nada, solo para agasajar a la persona depositaria de sus desvelos.
Aunque en el caso de la doña es muy probable que hacer esto sea solo vaya a suponer un ligero socavón en su fortuna, cuando se ha vanagloriado una y otra vez que tiene dinero para pasar sin privaciones siete vidas. Pero ¿de dónde proviene su dinero? Probablemente de lo que pudo haber heredado de su esposo, más lo que ha ido amasando durante años con propiedades, valores, participaciones y otros, además de lo que le pueda reportar la finca. Sin embargo no se le conoce ningún negocio industrial, porque el tema de la fábrica textil ha hecho mutis por el foro y ya no se habla de ello, además de que ya era algo ruinoso. Así que se supone que la mayor parte de lo que posee es intangible, y que para convertirlo en efectivo tiene que venderlo. De hecho ya tuvimos un ejemplo cuando Leonardo el cubano le hizo chantaje, y tuvo que vender varias propiedades para reunir el importe.
De todas maneras Francisca también debe disponer de un cierto capital en efectivo que le permite afrontar los gastos más directos, como los de la hacienda y los suyos personales. Si no fuera así no creo que obrase tan a la ligera y de manera tan despreocupada, cuando además la imagen que se tiene de ella es la de verla regatear cada céntimo y recortar cada soldada de sus jornaleros o empleados, solo para acumular más a su favor. Lo que hace aún más sorprendente su actual desprendimiento, que es claro que no se puede achacar a que el dinero haya dejado de importarle o se haya vuelto solidaria de repente, sino más bien al deseo de comprar con ello la voluntad de Raimundo, que ahora junto con D. Anselmo (al que también ha conseguido encandilar con su supuesta generosidad), son los únicos que parecen creer que está cambiando.
Y que no lo ha hecho se ha evidenciado otra vez, aunque solo l@s espectadores seamos testigos de ello. El término venganza en la doña siempre tiene connotaciones que van más allá de hacer pagar una supuesta afrenta. En su caso siempre tiene la última palabra, y suele ser definitiva. Y, otra vez, Severo vuelve a ser el blanco. Por cierto, no deja de ser sorprendente que sea tan olvidadiza y no tenga en cuenta que esta guerra la ha empezado ella, que por su causa la familia de Severo fue desmembrada, y éste y su hermana tuvieron que ver cómo primero su padre y después su madre, sucumbían a los manejos de Francisca, antes de que les sucediera lo mismo a ello y se vieran separados a la fuerza. Parece que para la doña esto no existe, y sólo ella es la agraviada.
He llegado a la conclusión que lo suyo más bien va encaminado a satisfacer una morbosa satisfacción periódica de ver sufrir a alguien. Sólo en los últimos meses hemos asistido a una auténtica sucesión de desmanes, aunque con resultados desiguales, algunos consumados y otros en grado de tentativa: asesinato de Bernarda, intento de deshacerse de Aurora quebrantando su lucidez, encargo de asesinato de Martín, intento de encarcelamiento de María, internamiento de Fulgencio en un manicomio, engaño y manipulación de Bosco, intento de asesinato de Amalia, secuestro de Inés con finalidad incierta, asesinatos de Sabina, Silverio y Leonardo (éste último por su propia mano), absoluta indiferencia sobre la suerte corrida por María y Esperanza, a las que cree muertas,……y ahora encargo de asesinato de Severo y Carmelo. Por cierto, hecho a Mauricio que, una vez más, ha demostrado que solo es un perro fiel con conciencia voluble. (La verdad es que me ha hecho volver a preguntarme si deseo que Fe se haga con semejante animal)
En vista de todo ello, solo me resta una cuestión que me ronda hace días y que también tiene que ver con Francisca y la comparación que se hace de Amalia con ella.
Hay quien habla de que ésta es más mala que la doña. No comparto esta opinión, porque antes de que consiga reunir semejante historial (del que falta todo lo sucedido a lo anteriormente mencionado, y que es igual de voluminoso. Recordar, por ejemplo, la implicación de Francisca en la muerte de Pepa, la muerte de su esposo León, el encargo de asesinato de Fernando….) creo que a Amalia aún le quedaría bastante camino por recorrer. Aunque lo cierto es que ya se ha mostrado como una alumna aventajada de la doña.

29 de mayo de 2015

Y vuelta la mula al trigo.......

¿De qué puedo escribir sobre ESDPV, sin repetirme como un eco? ¿De personajes invisibles o que están perdiendo credibilidad a marchas forzadas, de protagonistas que han dejado de serlo, de tramas sin sustancia, de expectativas que no acaban de cuajar o de planes que nunca llegan a ponerse en marcha, de actores o actrices desaprovechados, de situaciones reiterativas o surrealistas, ………? Porque realmente considero que ahora mismo no hay mucho más que esto, pero sin embargo me niego a tirar la toalla. Aún no, aunque admito que a veces miro la serie, pero no la veo. Es decir, tengo la televisión puesta pero la mente en otro sitio, ya que mi interés por las tramas ha menguado mucho.
Salvo en algunos casos concretos.
Supongo que mi mayor “error” (si es que puede llamarse así) ha sido engancharme a otra serie “Seis hermanas” donde a mi parecer las situaciones transcurren a un ritmo razonable y coherente. Cierto que las comparaciones son odiosas y las dos series son muy diferentes, pero en la de las hermanas (aparte del planteamiento novedoso)  las situaciones dramáticas pienso que están llevadas en su justa mesura y se combinan con toques de humor que hacen que todo sea más ligero. Sin olvidar lo que la envuelve: los actores y actrices, los decorados, el vestuario,…todo muy cuidado y con mucha luz. Por supuesto admito que también influye el hecho de que Àlex Gadea, mi querido y añorado Tristán, esté en el reparto, aunque ello me ha permitido conocer a otros actores y actrices de un gran nivel interpretativo.
Sin embargo no es mi intención al escribir esto, hablar de esta última serie. Aunque recomiendo su visionado si se desea ver algo distinto, en el que el drama no es el argumento principal, y lo coral está por encima de protagonismos.
Pero este blog está destinado principalmente a hablar de PV, y a ello me remito.
Creo que es el tercer comentario seguido en el que hablo de Candela, pero después del episodio de ayer no pude evitar pensar que le están haciendo un flaco favor, y que incluso su personaje lamentablemente también empieza a producirme cansancio, a pesar de que siempre (y lo reitero) ha sido de mi agrado. Parece que ahora su papel gire exclusivamente en torno a Inés, dejando a un lado ya no su propia vida, sino también la de las otras personas de su entorno.
Evidentemente es lógico que tome partido por ésta y que ponga todo su empeño en librar a su sobrina de la cárcel. También que busque aliados, porque enfrentarse ella sola al aparato judicial sin contar con pruebas que permitan exculpar a Inés, es una ardua tarea. Aunque la línea que han tomado tampoco creo que vaya a servir, porque el hecho que se pruebe que Amalia ha engañado a la chica para quitarle a su hijo no lo considero suficiente para que Inés quede automáticamente exonerada por el supuesto de haber intentado enterrar vivo a un niño. (Que sea la verdadera madre no quiere decir que no pueda suceder esto. Esta misma semana ha saltado a las noticias una mujer que ha matado a su bebé de seis meses, movida por un episodio de depresión o de enajenación). Sólo una confesión completa de Amalia  podría librarla de esta acusación, porque es evidente que la otra persona que conoce los hechos, Francisca, no va a abrir la boca para decir que sabía de ello. Y no hay que olvidar que también hay pendiente el tema del intento de asesinato de Amalia, un hecho probado del que no existen dudas, ni sobre la autoría ni la intencionalidad. Y ello sin contar que también pende el asesinato de Melchor, el padre de ésta.   
La justicia ha de ser igual para tod@s y , aunque sea ficción, me parece que no se puede trasladar la sensación de que alguien, por el sólo hecho de que todos piensen que es una buena persona, puede librarse de pagar por un delito.
En realidad pienso que hacer que Inés atentara contra Amalia fue otro de los errores en los que han hecho incurrir a este personaje. Probablemente la sensación que se quería trasladar era la de una madre luchando por su hijo, pero considero que había otras maneras de hacerlo sin meterse en un berenjenal difícil de justificar después de manera coherente.     
Hay otra cosa en la que tampoco me he sentido a gusto con Candela. Como he dicho antes, puedo entender que busque la complicidad de quien puede ayudarla, pero la escena en la plaza con Fe y Aurora, o antes en el dispensario, me ha parecido más bien un episodio de cotillas hablando mal de una persona (por supuesto no voy a censurar que despotriquen contra Amalia). Una situación que empieza ser algo habitual, aunque tengo que romper una lanza a favor de Aurora, que es la única que parece sopesar todos los pros y contras e intenta ser justa en sus valoraciones. Y la única que piensa también en Bosco y sus sentimientos, aunque también le oculte cosas importantes a su hermano.  
Por último.
Admito que ahora mismo estoy deseando casi desesperadamente que esto se acabe. Que Amalia desaparezca de una vez y para siempre, y que se haga algo con el tema de Inés, un personaje que considero que en este momento no aporta nada. De hecho su presencia física en los episodios es casi testimonial, algo que paradójicamente no sucede con Amalia.

28 de mayo de 2015

Dos amigos para toda la vida

Dicen que el amor logra ganar muchas batallas y derribar muchos muros, pero parece que también puede conseguirlo una amistad profunda y sincera.
Porque ha sido cuando Carmelo ha estado en peligro, cuando Severo se ha dado cuenta de que la amistad de éste seguía estando por encima de todo, que Carmelo seguía ahí a su lado, y que su apoyo incondicional es lo único de valor que ha tenido desde que ambos eran niños. Además que estos lazos fraternales les han permitido crecer y asentarse en su actual posición.
De hecho se ha evidenciado de manera cristalina que los vínculos que les unen son más fuertes que cualquier obstáculo que se pueda interponer en su camino, y que estos lazos podrían ser considerados mucho más que de una amistad entrando casi en la categoría de hermanos, no de sangre, pero sí de corazón.  
Mientras no exista nadie más, y con ello me refiero a la posibilidad de que encaucen sus vidas por separado con otras personas, siempre se necesitarán y tendrán el uno al otro. E incluso aunque se dé este caso.
Aunque me sigue sorprendiendo que se dé la impresión que ambos han optado por aceptar la vida que tienen ahora, sin plantearse otros escenarios para el futuro. Estos días pasados Severo hablaba de dejar todo a su hermana, sin siquiera imaginar la posibilidad de dejarlo a una hipotética descendencia. Y el caso es que él y Carmelo son dos hombres jóvenes que todavía disponen de toda una vida por delante (siempre que la Montenegro lo permita), y que pueden tener otros horizontes, aparte de intentar prosperar en los negocios. Esto último no tendría por qué ser una meta, sino un medio. 
No creo que el trabajo les dé felicidad, sólo ocupa su tiempo. Porque ni Severo ni Carmelo parecen los típicos empresarios que sólo viven para acumular dinero y poder. Creo que les falta algo más, y esto sólo lo podrán encontrar mezclándose con la gente, y buscando su propio lugar en la vida en el que intervengan más los sentimientos y no tanto otras cosas más superficiales o materiales.
Y ya que estoy metida y dando vueltas antes de llegar a la cuestión, mejor me tiro de cabeza. ¿Qué tal si van pensando otra vez en la posibilidad de incluir a Candela en esto? Eso sí, sin que se vuelva a convertir en un hombro en el que apoyarse, o al menos que sólo lo haga en parte. Todos merecen ser felices, y especialmente Candela.  

27 de mayo de 2015

¡Basta ya de floreros!!

Definitivamente tendré que darles la razón a quienes opinan que los actores dan la impresión de trabajar con un cierto desencanto. Y no es para menos, porque entiendo que les cueste ilusionarse con las tramas que tiene actualmente la serie, salvando algunos casos puntuales que empiezan a despuntar y que permiten mantener la esperanza.
Y si en comentarios anteriores ya he hablado de este tema en relación con algunos personajes concretos, hoy me he decidido por otro de ellos. Otra para ser exactos.
Reconozco el esfuerzo que hacen algunos actores y actrices para sacar adelante su papel, pero tengo que añadir a mi lista de los que no sólo mantienen en la invisibilidad, sino que cuando los sacan de la misma es para tramas absurdas, a Aida de la Cruz. O lo que es lo mismo,  a Candela, un personaje que desde siempre me ha gustado, pero que últimamente parece no contar nada más que para ser paño de lágrimas de los demás y verse inmersa en situaciones que la privan de tener vida propia. Como la escena de hoy con Inés, que pienso que además no favorece a ninguna de las dos.
No puedo evitar retrotraerme a situaciones parecidas, que ha habido muchas y diversas. Recuerdo las escenas de la cárcel con Pepa y Tristán, de este último con su hijo de pequeño o de mayor, de Martín y María, o al revés cuando ésta era la prisionera. También las de Conrado y Aurora, o incluso éste con Isidro. Todas ellas cargadas de emotividad y que fácilmente quedan en el recuerdo. Pero dudo mucho que la de Inés y Candela sea recordada más allá del minuto siguiente después de suceder la acción, y no por culpa de las actrices, sino de un guion no muy currado que además incluye unos diálogos reiterativos y sin sustancia, que encima contienen mucha imprecisiones como si la historia se pudiera variar a medida que convenga. Diálogos en los que, por cierto, ha habido algo que si me ha llamado la atención, aunque sea sólo un detalle. Inés ha dicho: “¡lo que digo es tan cierto como que hay dios en el cielo, y diablo en los infiernos!” Evidentemente esto entra del terreno de las creencias de cada uno, y además en aquella época la religión influía mucho más en la vida de las personas que en la actualidad. Pero fiar su palabra a unos entes sobrenaturales que nadie ha visto, es lo mismo que pedir un acto de fe incondicional que no todo el mundo está dispuesto a hacer. Otro tema es lo que ha contado a su tía, que volvía a incurrir en una versión sesgada de los hechos. Y ocultándole cosas, como la verdadera implicación de Amalia. Pero lo que me ha parecido más surrealista es que dijera que el mismo captor había dejado caer la pistola con la que supuestamente fue abatido, y Candela ni siquiera haya parpadeado.  
Y ésta no se queda atrás. Entiendo que todo el mundo quiere deshacerse de Amalia (incluid@s los espectadores), pero sigo pensando que Inés ha cometido un delito punible, aunque parece que por el hecho de haber sido solo en tentativa tiene una importancia relativa. Y no me gusta que Candela caiga también en estas consideraciones y reste importancia al error de su sobrina.  
Otra cosa será la confesión de la verdadera muerte que se puede atribuir a Inés. Pero que, estoy convencida, también va a caer en saco roto porque sería el fin de la chica.
Lo dicho, y volviendo al principio. Pienso que lo están haciendo muy mal con Candela y, en consecuencia, con Aida de la Cruz. Hace meses que sus escenas son de simple relleno (desgraciadamente como sucede en otros casos) y pienso que ya sería el momento de dar un golpe de timón a su personaje. El Jaral ya tiene suficientes floreros.  

Nuevos aires

Considero que algo que necesita urgentemente la serie son relaciones frescas, aunque cuenten con el mismo ingrediente que caracteriza a todos los personajes nuevos como es el de tener uno o varios secretos.  
Y pienso que estos nuevos aires que se empieza a vislumbrar con algunas de las nuevas incorporaciones, pueden ser el revulsivo para sacar a ESPV de la atonía en la que está inmerso, que aunque no se ha traducido en una gran pérdida de espectadores, si es fácilmente visible en las redes sociales el poco interés que despierta en este momento.



La relación de Matías y Prado, y la de Hipólito y Gracia, junto con los escarceos de Fe y Mauricio (que parece que van camino de dejar de serlo para convertirse en algo más sólido), creo que pueden insuflar nueva vida a un producto que ahora mismo da la impresión de contar con una relación de personajes que andan todos como pollo sin cabeza. Y quizás podría incluir a otro tipo de pareja en esta lista, como son los habitantes de La Quinta Miel Amarga, pero es una trama que ahora mismo está como estancada hasta que previsiblemente se produzca un descalabro con la llegada de Sol, y también llegue el momento que Severo finalmente se ponga manos a la obra para llevar adelante sus planes. 
Todo ello porque no creo equivocarme en la apreciación que los que se suponían principales personajes, han dejado de contar para ello. Por lo que se hace casi imprescindible que se dé paso a algo diferente.  
Para ello, y sin querer minusvalorar a las parejas que ya existen, considero que todas las anteriores tienen ingredientes para volver a captar la atención del espectador, eso sí, cada una con una particularidad que la hace especial. No es lo mismo el ardor juvenil y la inocencia de un par de adolescentes, que la atracción de dos personas con un cierto bagaje a sus espaldas pero que aún conservan un cierto candor, que la relación de un hombre con un pasado aterrador y una chica que está de vuelta de casi todo, pero que ha conseguido con su actitud y su perseverancia ir cambiando a éste y remover su conciencia. Que dos hombres dispuestos a llevar a cabo una venganza, hablando de tú a tú con la doña (aún falta saber el papel de Sol en esta historia).  
Realmente deseo volver a ilusionarme con esta serie que me ha dado tanto. Y que vuelva la luz a las escenas y desaparezca este ambiente sombrío y eternamente instalado en lo dramático que sobrevuela la mayor parte del tiempo sobre los personajes. 

25 de mayo de 2015

Personajes invisibles

No es mi intención meterme en polémicas, pero creo que ya ha pasado suficiente tiempo desde la marcha definitiva de Rubén Serrano como para que esta situación se haya asumido y se pueda hablar de ello sin grandes problemas. Es algo que se acabó y ya no hay vuelta atrás. 

Pero queda Aurora. Y mientras no se produzca también su marcha, no es mi intención privarme de exponer mi opinión acerca de ella y Lucas, un tema que no tiene por qué ser tabú, ni dejarlo de lado por razones que no considero necesario mencionar. Además hay todo un sector que siente interés por esta pareja (entre l@s que me incluyo), y considero que merece igual respeto que todos los demás. 

Un sector que por cierto, ha sabido encajar bien los derroteros de esta trama, y un desenlace que puede ser un impasse o algo definitivo. Aunque quizás tenga mucho que ver la manera cómo lo han desarrollado, pues no ha sido traumático ni ha supuesto ningún drama para nadie, porque nadie ha salido perdiendo. 

En realidad Aurora puede considerarse afortunada, porque tiene a su lado un hombre fantástico, que ha sido capaz de dejar a un lado cualquier tentación egoísta y renunciar por amor a la mujer que quiere. Por cierto, una renuncia que después se ha mostrado inútil, pues los motivos han dejado de serlo. 
Pero la verdad es que a estas alturas creo que aún debemos ser much@s (y no solo l@s conradoauroristas) que nos preguntamos a que vino la historia de un noviazgo exprés y una boda fallida, y todo ello a escasos dos meses de la desaparición del que se vendía como el gran amor de la vida de Aurora. Visto en perspectiva no tiene ningún sentido, más después de ver los derroteros que han tomado a continuación y el comportamiento actual de la pareja, que actúa como si nada de todo ello hubiera existido y solo hubiera sido una chiquillada irreflexiva. 

Bueno, para ser más exactos es más bien poco lo que se está viendo de su relación, pero también de escenas de otro tipo, porque ambos personajes han pasado casi a segundo plano. Algo que quizás podría entenderse en el caso de Lucas, cuya inclusión en las tramas se antoja algo complicado de encontrarle una explicación. No acabo de creerme que el objetivo era el de poner un obstáculo en la relación de Conrado y Aurora, cuando era un secreto a voces desde meses atrás que Rubén abandonaba la serie y que el final sería definitivo, por lo que no considero que fuera necesario enredarlo más. Evidentemente existe la idea de que una relación placida es una relación aburrida, y que hay que meterle cizaña para que se revitalice, pero precisamente la de Conrado y Aurora era de todo menos plácida. Además sigo pensando, a pesar de que hay muchas personas que opinen lo contrario, que Lucas jamás fue este obstáculo y que además no hizo nada para entrometerse. Lucas no llegó a PV por su propia voluntad, sinó que fue llamado por Conrado, lo que ya de entrada descarta una voluntad desestabilizadora de la pareja, más cuando ni siquiera sabía si podría ayudar a Aurora a recuperarse. Y es cierto que una vez curada ésta podría haber tomado su camino, pero no creo que las cosas hubieran sido muy diferentes, porque si bien Conrado parecía tener muy claros sus sentimientos, no así era el caso de ella. La chica dio muestras muy claras de estar confusa al respecto de sus sentimientos hacia los dos hombres de su vida, pues no hay que olvidar que incluso cuando Conrado aún estaba vivo, Aurora ya expresó en privado sus dudas sobre la naturaleza de sus sentimientos hacia Lucas. Evidentemente cuando existe algo así no se trata solo de sentimientos de amistad, sino de algo más profundo. O que Aurora, a pesar de haber dado muestras de madurez para otras cosas, en este tema aún le falta mucho por aprender. 

Aunque el error principal que veo en esta trama es no haber dado un tiempo prudencial para que se desarrollara una relación. Pero no para impedir que exista, pues lo que no es lógico es que se pida que Aurora preserve la memoria de Conrado para los restos. Quizás peque de poca romántica, o de demasiado escéptica sobre el tema de los amores que perduran por encima de todo y para toda la vida, por lo que no veo ningún motivo para que una persona no pueda rehacer su vida y volver a enamorarse con la misma intensidad. Más cuando se ha tratado del primer amor y además es el caso de una persona muy joven. 

Lo que falta por saber es si esta relación tiene futuro o quedará como una anécdota más. Creo que Lucas quiere sinceramente a Aurora y desea pasar el resto de su vida junto a ella, pero cometió un error al proponerle matrimonio sin esperar más tiempo, dejando que una confusa Aurora se dejara llevar por un impulso. Y después podría censurársele que además permitiera que las cosas llegaran tan lejos, para después echarse atrás en el último momento. Pero lo cierto es que no hay nada perdido, porque no se ama más por estar casado, ni son necesarios los lazos del matrimonio para que exista algo profundo entre dos personas. 

23 de mayo de 2015

Un rival en horas bajas

No hace mucho en una de las páginas de Facebook de las que participo en la administración, alguien dejó un comentario que me pareció un símil muy gráfico de cómo dan la apariencia de desarrollarse algunas situaciones en PV. Decía que le recordaban las redacciones que hacía de la escuela: las empezaba con mucho entusiasmo, pero lo iba perdiendo a medida que iba escribiendo, hasta terminarlas deprisa y corriendo y de cualquier manera. Pensé que tenía mucha razón, y que a veces ponen en escena algunos personajes, les dan una determinada trama y después da la impresión que no saben qué hacer con ellos, decepcionando ya de entrada las expectativas creadas.
Algo así está pasando con Carmelo y Severo. Aunque más bien con este último, que se supone era el que, sin desmerecer el concurso de su amigo y compañero, había de ser el que diera un vuelco a la serie, convirtiéndose en el único capaz de hacerle sombra a quien durante años se ha encargado de mover los hilos en PV. El digno rival para la doña que tanto se ha demandado.
Pero……….
¿Qué ha pasado con el hombre que allá por el mes de noviembre del año pasado, llegó a PV dispuesto a consumar una venganza largamente cocinada? ¿Qué ha sido del que intentaba consolar y dar consejos a su mejor amigo cuando éste perdió de manera violenta a la mujer de la que supuestamente se había enamorado, a manos de los secuaces de Francisca? ¿Del que se ha convertido en uno de los principales apoyos de Bosco fuera de su familia, y un buen amigo para él? ¿Del hombre generoso, educado, afable, y el brillante y emprendedor empresario que fue capaz, partiendo de cero, de acumular una fortuna considerable y un estatus de poder importante?
Es difícilmente reconocible en el hombre huraño, mal encarado y calavera que vemos ahora, alguien dispuesto a ponerse el mundo por montera y dejarse arrastrar al fango, con el único objetivo de calmar la pena que le consume y que le nubla las entendederas. Alguien al que parece que ha dejado de importarle todo y todos, incluido el amigo que siempre ha estado a su lado y al que ahora trata casi a patadas.
Quizás sea comprensible que después de alimentar durante años la esperanza de poder cumplir su promesa y volver a reunirse con su hermana, abocado ahora a la certeza de que no va a poder hacerlo nunca, el golpe sea muy difícil de sobrellevar. Más cuando parecía que después de años jalonados de múltiples desengaños, ahora la pista se antojaba creíble y la posibilidad abierta. Y descubrir que todo se ha acabado de la peor manera, es posible que pueda ser mucho más doloroso que el sufrimiento continuado de seguir viviendo dándole la espalda a una realidad tozuda empeñada en impedirle reencontrarse con la única persona con la que tiene lazos de sangre.
Es como si durante años los sentimientos se hubieran ido acumulando y ahora las compuertas se hayan abierto dejando salir todo lo que retenían. Que podría haber sido alegría o alivio, pero en este caso ha sido un inmenso dolor.
Sin embargo sorprende que se haya demostrado tan frágil alguien que durante años ha tenido que luchar contra la adversidad, y ha salido adelante con resultados tan brillantes. ¿O habría que suponer que no lo habría logrado sin el concurso del amigo que ahora mismo parece que tiene como única misión sacarle las castañas del fuego y ser la voz de su conciencia?
Pero volviendo al tema concreto de estos personajes.
Admito que fui de l@s que creyó en las posibilidades de éstos y de l@s cada vez menos numeros@s que aún sigo creyendo, aunque en mi caso y ahora mismo más por deseo de que sea realmente como lo presentaron que por lo que se está viendo, que parece instalado en un bucle desde hace meses. Evidentemente tampoco se podía esperar que llegaran y arrasaran, pero estamos presenciando que otra vez Francisca vuelve a ganar la partida. Y esto empieza a ser exasperante, no por el hecho en sí, que ya es algo a lo que a pesar de que nunca será aceptable, ya estamos habituados, sino por lo que decía antes de que habían sido creadas unas expectativas que se están viendo defraudadas.
¡Y tanto va el cántaro a la fuente…………..!

22 de mayo de 2015

La deriva de un personaje

A ver, seamos serios. Inés ha cometido un intento de asesinato y esto, se vea justificable o no a ojos de la gente, es un delito punible. Intentar solucionar las cosas por medio de la violencia no es la manera, como tampoco tomar la justicia por su mano, de lo contrario esto acabaría siendo algo parecido al salvaje oeste. Si bien es cierto que desgraciadamente aún hay lugares en el mundo donde se ve como un hecho normalizado, aunque no se trate de nada parecido a la justicia sino de venganza, fanatismo o algo peor, en este caso se supone que estamos en un país civilizado (incluso en 1920) y existen unas leyes que hay que acatar y unas penas para quién se las salta.
Por supuesto no olvido que siempre hay quien se escapa a estas consideraciones, y aunque nunca voy a justificarlo (más bien todo lo contrario), si se puede llegar a entender el porque sucede. El poder y el dinero siempre han estado al lado de los poderosos, y tod@s hemos podido apreciar que desgraciadamente muchas veces éstos salen impunes o bien librados de delitos que, en el mismo caso y para las clases más desfavorecidas, suponen una condena considerable. No siempre se tiene la sensación de que la justicia sea esto, justa.
Y por descontado entiendo que los habitantes del Jaral estén hartos de Amalia y deseen no tener que tratar con ella. También entiendo que se hayan puesto del lado de Inés, pues los hechos mandan y es claro que hay algo que no encaja en las diferentes versiones. Pero a lo sumo que pueden aspirar, cuando un caso es tan claro como este, es a que la pena sea lo más benevolente posible, especialmente teniendo en cuenta que Inés tampoco se muestra arrepentida de haber intentado acabar con Amalia. Lo que, por cierto, no dice mucho a favor de la chica, pues la retrata como alguien sin muchos escrúpulos.
Espero que se entienda que no estoy utilizando un doble rasero y que me olvido de que la doña entra también en estas consideraciones. Creo firmemente que tendría que pagar por sus delitos, aunque no habría suficiente condena para ella, ni iba a purgarlo en siete vidas, pero lo que es claro es que ella si ha sabido cubrirse las espaldas y eliminar todas las pruebas que la puedan incriminar. Es demasiado lista y retorcida para dejarse pillar, cosa que no sucede con Inés, que se ha dejado llevar por los instintos sin calibrar las consecuencias.
Pero si Martín estuvo a punto de pagar con su vida, María con diez años de reclusión y Aurora con su cordura, todos ellos por delitos que o no habían cometido o no eran por actos de violencia, Inés que si lo ha cometido tendría que pagar por ello.
Por supuesto tengo que reiterar que no pierdo de vista que se trata de una ficción en la que la lógica no siempre impera, pero lo estoy poniendo en el contexto de la realidad y considero un error trasladar el mensaje de que hay hechos a los que se puede restar importancia o que pueden quedar impunes solo porque al responsable se le supone una cierta bondad. 
Mi impresión es que han ido demasiado lejos con este personaje. Mirado en perspectiva el papel que le tocado a Fariba pienso que no es nada agradecido, y como ya he dicho en otras ocasiones no muy desarrollado en cuanto a personalidad. Además, en el tiempo que lleva en PV, su personaje ha vivido casi siempre recluido o apartado de la sociedad, en ambientes lóbregos. Primero en la cocina de La Casona sin poder ver a nadie, en especial a la única familia que tiene que es Candela, después en unas catacumbas durante semanas, para a continuación vivir en soledad en una barraca aislada. Y ahora, con un pequeño impase de una cierta libertad, encerrada otra vez en una celda. Ya no digo de los diálogos que le han escrito, que han sido prácticamente calcados día tras día durante todo este tiempo.
La verdad es que no entiendo la deriva a la que es sometido este personaje, especialmente si se pretendía convertirla en una protagonista principal, cosa que a la vista está que no ha sucedido. Por descontado no la veo llevando parte del peso de la serie, y mucho menos en el puesto de señora del Jaral, para lo que considero se requeriría de un personaje con más fuerza.
Aunque pienso que parte de “culpa” también la tiene su supuesto partenaire y la presunta historia de amor que muy pocos entienden como tal, y que más bien se ve como pasión. Lo que le resta muchos enteros.
En cambio por separado y en otro contexto, considero que el personaje de Bosco si tiene algunas escenas interesantes, especialmente en los últimos tiempos con Severo y Carmelo (aunque a veces parece un intento de reedición de la historia de Tristán y Martin, cosa bastante imposible de llevar a cabo). No sucede otro tanto con la interacción con Aurora, con la que veo una actitud que no acaba de aportarme la sensación de fraternidad que se pretende (claro que con Martín se puso el listón muy alto en este tema y es inevitable establecer comparaciones).
Ah, sí otro tema que por poco se me pasa por alto. Entiendo que haya quien piense que Bosco está alunado por hacer caso de su esposa (aunque creo que a veces se olvida que tampoco dispone de la misma información que l@s espectadores, que todo el mundo le esconde cosas, así que ha de creer en lo que le dicen, además con cuentagotas). Pero si bien es posible que se le pueda censurar por ello e incluso impacientarse por su actitud, pienso que nunca lo habría de ser por que asuma su responsabilidad como marido, cuya obligación a los ojos de los hombres es ponerse al lado de la mujer con la que está desposado. Por mucho que no sienta nada por ella, está atado a Amalia, quiera o no.
En resumen y volviendo al principio. No veo muchas salidas interesantes al personaje de Inés, aunque pienso que aún podría ser posible recuperar al de Bosco.
Y puesta ya a ello, volver a reiterar lo mismo. ¿Qué pasa con Candela, Rosario, Lucas, Mariana y Nicolás, por ejemplo…? Han pasado de ser secundarios de lujo, a pasar casi desapercibidos, con apariciones a lo sumo de tres minutos de relleno en cada capítulo. 

21 de mayo de 2015

La familia Castañeda crece


Poco puedo añadir sobre el tema de Matías y Prado a lo que ya se ha escrito, en particular mi querida Mar en su blog.
Yo también coincido en las expectativas que ha despertado esta trama, que de entrada tiene unos ingredientes que captan la atención: juventud, inocencia y algo completamente nuevo: unos personajes que crean empatía inmediata y sin necesidad de caer en temas recurrentes. No hay amor a primera vista, sólo una especie de atracción que entra dentro de la normalidad de dos jóvenes que acaba de conocerse y comparten el mismo camino.
Si algo no lo estropea, considero que esta nueva posible pareja tiene muchas posibilidades. También es cierto que de alguna manera retrotrae a la de Martín y Maria, que considero supieron llevar con bastante tino (a pesar de los múltiples obstáculos que se sucedieron), cosa que no ha sucedido con tanta fortuna en otras posteriores.
Además Matías es quizás de los pocos personajes que han sabido adaptar a la edad que se supone que tiene. Y alguien que a pesar de haber pasado una vida de penalidades al lado de alguien no precisamente ejemplar, conserva intacta una naturaleza pura, además de una alegría contagiosa, una curiosidad innata, un carácter afable y cercano y una mente despierta. Y caudales de ternura. Sin olvidar que puede conseguir de rebote que otra trama como la de Emilia y Alfonso salga del sopor en la que está instalada. Convertidos en padres de un adolescente, su vida tiene todos los números para pasar a ser de todo menos tranquila, aunque seguro que van a disfrutar también de ejercer esta renovada condición, y volver a ser llamados no por su gentilicio si no por su parentesco.   
Por supuesto también hay que hacer inciso en el caso de Ivan, que ha demostrado que, a pesar de su juventud, tiene madera para llegar muy lejos. Y este también puede ser un factor importante.
De verdad que espero que esta trama algo de luz a la serie, junto con la de Hipólito y Gracia y con el concurso impagable de Fe, que cada día se supera. Sin ellos y sus momentos, ahora mismo sería muy difícil seguir la serie sin caer rendida al aburrimiento. Como dice mi querida Mar, poco de lo que sucede tiene sustancia y casi todo es oscuro y tenebroso, especialmente en lo que se refiere al Jaral, una casa cuyos habitantes viven sumidos en la congoja continua y que parecen haber contagiado al resto. Y ahora encima tenemos que unir a todo ello a los habitantes de la Quinta Miel Amarga. Mientras que paradójicamente, La Casona, el lugar de donde parten la mayoría de las desdichas para los demás, vive momentos especiales, que incluso se contagian a la parte baja de la casa, donde Fe y Mauricio no acabar de creer lo que sucede.  


20 de mayo de 2015

Un arrepentimiento para salir del paso

Esta vez voy a dejar salir mi lado más irreverente.
Entiendo que eran otros tiempos y otra mentalidad, y que probablemente los guiones se ajustan a la manera de pensar de la época, por lo que establecer comparaciones con la actualidad no viene al caso. Pero en el trasfondo subyace algo que creo que no se ha perdido del todo: el poder de la iglesia.
Ante todo he de manifestar que creo en primer lugar en la libertad individual y en el respeto a las personas, pero no necesariamente en las ideas, que considero que pueden ser aplaudidas, cuestionadas, mejoradas o incluso combatidas. Nunca ser tomadas necesariamente como acto de fe, porque de esta manera se puede llegar incluso a anular la voluntad y llegar a darse ideas extremas, que desgraciadamente aún en la actualidad siguen vigentes. Incluso en alza en según qué países (más en unos que en otros)
Por supuesto no pretendo generalizar, ni desvirtuar unas creencias pues, aunque no crea en ello, acepto que la religión cumple también con una misión. Y, por supuesto, es un hecho que en el seno de las diferentes confesiones hay personas realmente válidas, aunque no más que en otros estamentos de la sociedad.
Lo que me ha llevado a hacer esta reflexión es el hecho de, en este caso de D. Anselmo y Francisca, imbuido de un poder que no tiene nada que ver con la justicia, el sacerdote tenga el privilegio de perdonar e incluso mantener al margen de la ley, hechos punibles y, por supuesto, denunciables. Lo que además de convertirlo en cómplice (involuntario eso sí), provoque que para salvaguardar a una persona, permita que se haga daño a otra. Claro que habrá quien lo justifique con el secreto de confesión, igual que, por ejemplo, un abogado o un médico se ceñirían al secreto profesional, pero creo que por encima debería existir la conciencia individual de cada persona. 
Y ahora voy al meollo de lo que realmente pretendía comentar.
Evidentemente no está muy lejos de la realidad, y por ello no sé calificativo darle. Quizás el que mejor cuadre sea el de denigrante que alguien como Francisca pueda sentirse liberada de sus culpas solo por el hecho de acercarse a un confesionario, soltar que se arrepiente en este momento, justificar sus actos como si lo de “ojo por ojo” no fuera reprochable, y esperar el perdón de un ente que existe sólo para los creyentes. Y al darse la vuelta volver a las andadas, como si la confesión hubiera supuesto borrón y cuenta nueva, como si usar de este método otorgara impunidad para que sus múltiples crímenes jamás puedan ser juzgados por los hombres.
Y lo siento, pero el papel de D. Anselmo en este tema tampoco me gusta. Evidentemente no puede ir por ahí soltando lo que sabe (probablemente es el único que conoce todos los desmanes de Francisca), pero tampoco mantenerse al margen. Puede hacer muchas cosas sin traicionar el secreto de confesión, pero las más de las veces se ha quedado de brazos cruzados, lo que me parece también reprobable. Por cierto, al parecer no todos sus fieles merecen la misma atención, pues ni siquiera se ha acercado a la Quinta para interesarse por los problemas de Severo. Solo se ha limitado a hablarlo con otras personas. 

19 de mayo de 2015

Una tregua salomónica

Para la salud mental de tod@s, incluida la de los espectadores, ha sido bueno que se cerraran semanas de darle vueltas a lo mismo, y Emilia y Raimundo acercaran posiciones, dejando de lado sus querellas. Y además considero que han sabido encontrar la fórmula correcta, porque ninguno de los dos se ha visto forzado a renunciar a sus propias convicciones.
En días pasados ya expuse mi opinión de que no me gustaba el hecho de que indirectamente se diera la impresión que era Emilia la que no daba su brazo a torcer, a pesar de que es la que tiene más motivos para sentirse traicionada. Ahora lo han enmendado, porque ésta, sin ceder en sus sentimientos de rencor hacia la doña, ha sabido encontrar el punto medio con el que reunirse con su padre. No dejando que Francisca condicione su relación con Raimundo, pero manteniendo una postura inalterable en cuanto a su rechazo del hecho que éste conviva con la mujer que les ha hecho tanto daño a ella y a su familia.
No creo que nadie pueda censurarla porque en su corazón no haya lugar para el perdón a Francisca, por mucho que Raimundo parezca haber perdido la memoria. Considero que todas las personas tienen derecho a tener sus propias opiniones y sentimientos, y no ha lugar para que tengan que seguir el dictado de los demás solo por el hecho de que les una un lazo familiar. Emilia puede aceptar la decisión de Raimundo, dejar que éste siga el camino que ha elegido, sin intentar entrometerse ni convencerlo, pero no tiene por qué ceder también en lo que siente hacia la doña.  
Otro tema es Raimundo.
Aunque él piense que por primera vez está haciendo lo que desea, me vienen a la mente varias cosas.
La primera es que si bien al parecer piensa que ahora está siguiendo lo que le dicta su corazón, no creo que pueda afirmar que realmente se siente realizado cuando ello le ha llevado a alejarse de su familia y amigos. Por supuesto, a estas alturas de su vida no se le puede censurar que sea egoísta y desee agotar los últimos cartuchos para intentar ser feliz, pero ¿lo será realmente si una parte de su existencia queda relegada a segundo plano?
Otro tema es lo que implica la afirmación anterior. Es cierto que hacer lo que uno/a desea es una aspiración, aunque la mayoría de las personas no consiguen jamás este propósito. La vida con frecuencia suele llevar por derroteros no previstos y provocando que lo que se anhele tenga que posponerse o dejar en manos de un futuro incierto. Pero afirmando que es ahora cuando hace lo que realmente quiere, de alguna manera está dando carpetazo a su vida anterior, en la que, sin pretender tergiversar las cosas, parece que no cuentan los buenos momentos vividos por ejemplo, con sus hijos.
Y vuelvo a lo anterior. Quizás no era esta la vida que Raimundo había pensado, el futuro que había anhelado, pero la vida escoge por uno/a y hay que aceptarlo. Aunque por supuesto no pretendo decir que haya que resignarse, además cuando se presenta la oportunidad de cambiarlo.  
Pero hay otro tema de fondo y que englobaría los dos anteriores. ¿No será que está cansado de su vida y desea darle un cambio, agarrándose a algo feliz que sucedió en el pasado, pero que ya no puede reeditarse? Por mucho que se empeñe, ni él ni Francisca son los mismos, han sucedido muchas cosas en estos años, muchos desencuentros, y además hay muchas cosas entre ellos que silencian. Por cierto, casi tuve un sobresalto cuando Francisca sacó el tema de María y Esperanza, porque por un momento tuve la sensación que Raimundo iba a contarle la verdad. Cosa que tuvo la lucidez suficiente para no hacer. Otro cantar es Francisca, que sigue con sus manejos al margen de Raimundo, diciéndole una cosa y haciendo otra. Y lo peor es que éste lo sospecha, pero al parecer prefiere mirar hacia otro lado. 

18 de mayo de 2015

Un amigo en apuros

El valor de la amistad se puede demostrar en todo momento, pero aún más en tiempos difíciles. Estar al lado, apoyar, comprender y dar consuelo cuando las cosas se presentan complicadas, da cuenta del verdadero amigo. Y Carmelo lo es, como también antes lo ha sido Severo para éste.
Ahora Severo necesita más que nunca un amigo. El frio y calculador hombre de negocios se ha destapado como una persona sensible, a la que el dolor hace mella y le hace perder el mundo de vista, dejándose llevar por los sentimientos. Alguien que en vez de deprimirse y alejarse de todo contacto para intentar sobrellevar su sufrimiento, parece que ha decidido canalizarlo a través de la ira y de exteriorizarlo hasta consecuencias imprevisibles.
Y es ahora cuando la amistad de Carmelo ha de jugar su partida, aunque Severo rechace cualquier intento de que su amigo le ayude.
Pero lo que les une ha de superar este obstáculo, porque es mucho más que los años que han pasado juntos y que han forjado unos lazos que a priori se antojan inquebrantables. Es también la lealtad, solidaridad, sinceridad, compromiso, cariño y principalmente incondicionalidad. Y de esto ambos saben mucho, aunque ahora la pelota esté en el tejado de Carmelo.
Es realmente conmovedor verlo luchar por su amigo y la desazón que le provoca el sufrimiento de éste. Por lo demás su único amigo y probablemente la única persona por la que siente algo más que un vínculo de cercanía. Creo que se consideran el uno al otro la única familia que tienen. Ambos huérfanos y sin referencias familiares (salvo la hasta el momento desaparecida hermana de Severo), son lo único que tienen en este mundo: el uno al otro. Se conocen bien, tienen las mismas convicciones y valores, confían en el otro y son capaces de ponerse en su piel,…. todo ello después de años de fatigas y haber bregado juntos en mil batallas para salir adelante y forjarse un porvenir (Aunque aún falta la explicación del porqué Severo es el propietario de la fortuna y Carmelo el ayudante. Cuesta entender que si no se han separado nunca desde la infancia, ¿cómo es que cada uno ha asumido un rol diferente? Probablemente un misterio que, como tantos otros, quedará en el limbo).
De lo que no hay duda de que Carmelo es leal, como su apellido. Y que ahora se ve forzado a ser la voz de la conciencia de Severo, siendo claro y franco, reprendiendo e intentando corregir a su amigo, sin importarle el trato casi despreciativo al que es sometido. Pero es la única manera que tiene para frenar a alguien que no desea ser frenado, y que parece autocomplacerse en su propia destrucción.  
Tiempo habrá para que Severo llegue a darse cuenta del error y de lo que Carmelo está haciendo por él. Y de comprender que cualquier tristeza es más llevadera cuando se puede compartir con un amigo. Quizás es por esto que Carmelo éste además buscando otros aliados en su lucha, demostrando al mismo tiempo que entiende la amistad como un todo y que no le importa compartir la de Severo con otros si es que esto puede beneficiar a éste. Y Bosco puede ser este otro.  

17 de mayo de 2015

Tomar la justicia por su mano

Dicen que una madre es capaz de todo por sus hijos, pero me cuesta aceptar que ello pueda justificar el asesinato.
Es cierto que Amalia es una loca peligrosa. Pero concluir que hay que sacarla de en medio haciendo uso de métodos expeditivos, es ponerse a  la altura de Francisca, que lo utiliza cada vez que le conviene a sus propósitos. En ningún caso puedo convenir que ello sea una solución, aunque admito que también es posible que la desesperación ante la impotencia puede llevar a que se cometan las mayores locuras. Sin embargo segar la vida de otra persona va mucho más allá y siempre será un asesinato. Por supuesto susceptible de castigo, independientemente de si se considera que la víctima lo merecía o no.
Además si esta vez hubiera salido bien, Inés habría de cargar sobre sus espaldas otra muerte, pues no hay que olvidar que ya acabó anteriormente con otra persona. Equivocada o manipulada, pero fue ella la que apretó el gatillo sin pensárselo demasiado. Ahora ha vuelto a intentar matar a otra persona y además sin mostrar ningún arrepentimiento. Así que el hecho de que no haya podido salirse con la suya tampoco la libra del castigo, porque la intencionalidad era manifiesta, cuando además se ha arrogado el derecho de hacer justicia en nombre de todos (frase textual: usted y todo el mundo en PV saben que he obrado bien librando a este mundo de Amalia) Me parece que como excusa es de todo menos convincente.
Admito que me empieza a cansar el hecho de que todo el mundo se crea con derecho a hacer justicia por su cuenta, como también que, como en este caso, alguien hable en nombre de todos cuando es un tema que concierne personalmente.
Por supuesto entiendo que todas las consideraciones anteriores no sirven para un folletín, porque la cosa en la ficción ha de ser mucho más simple y también puede caer en alguna licencia.
Se trata simple y llanamente de la historia de una madre que intenta desesperadamente salvar a su hijo de una loca que pretende hacerle daño. Y por ello no tendría que ser muy difícil empatizar con la parte débil de la ecuación, que además es la supuesta protagonista. Cuando además se añaden otros ingredientes para alimentar el drama, como la dificultad que nadie dé crédito a una mujer que, vista desde fuera y sin la información de la que sí disponen los espectadores, puede pasar también por una loca que se está inventando una historia. Los hechos valen más que las palabras y estos se han puesto en contra de Inés. Buena prueba de ello es que incluso los que son conscientes de que Amalia está desquiciada, dudan de la inocencia de la chica, más cuando además ahora ha añadido otro hecho inconcebible a su historial.

Probablemente no soy muy objetiva en este tema, principalmente porque esta historia no ha conseguido engancharme. A pesar de que tiene los mismos ingredientes que otras anteriores, no puedo evitar verlo con mirada crítica. Porque además cada vez se hace más evidente de alguna manera se pretende reeditar la historia de Tristán, Pepa y Angustias, aunque considero que están a años luz de conseguirlo, igual que los actores necesitan de mucha más convicción y rodaje para dar la talla de sus antecesores. Lo peor de ello es que además todo se convierte en muy previsible, lo que no ayuda mucho a mantener una expectativa. Como si sucedía anteriormente.
Imàgenes: http://www.antena3.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/momentos/francisca-consiente-que-nadie-ayude-pepa_2011050504287.html
Lo cierto es que después de ver otras series diarias donde los sentimientos se tratan de manera más ligera, menos visceral, (en definitiva algo más normal), una se da cuenta que la distancia es lo más prudencial en este tema. Y creo que lo voy consiguiendo.

14 de mayo de 2015

Una mala decisión

Evidentemente no pierdo de vista que la decisión de Inés no es más que un recurso romántico (o dramático) de la telenovela para dar una salida a unos hechos, y que se vayan resolviendo algunos temas. Pedirle además lógica o coherencia ya es otro cantar.
Porque quizás lo que estén haciendo es enredarlo aún más.
A veces el temor o las prisas pueden llevar a malas decisiones, y es evidente que Inés ha cometido un error. Quizás no tenía muchas opciones, pero no creo que haya calibrado mucho la que ha tomado, y que además puede arruinar su vida. 
Cierto que sus intenciones son buenas, porque se trata de alejar a Beltrán de una loca peligrosa, pero ¿quien asegura que con ella el niño estará a salvo? No es la mejor opción lanzarse a los caminos con un pequeño en brazos, un sitio donde pueden acechar otros peligros. Y además sin techo donde cobijarse, ni recursos para mantenerse. Por no decir sin ningún oficio y sin muchas posibilidades de conseguir trabajo, menos si se presenta con un bebé. Pero lo principal es que ha perpetrado un secuestro en toda regla, pues legalmente el niño no es nada suyo y lo ha arrebatado a su familia y a un padre que le quiere. Negándole a ésta la posibilidad de tener a su hijo a su lado.
¿Ha pensado en el sufrimiento que esto puede causar a Bosco?
Habrá quien diga que se trata de un acto de coraje, pero en mi opinión más bien es de insensatez. Especialmente porque tenía otras opciones: la primera contar la verdad, toda la verdad, la que ella conoce que, por cierto , no es toda. ¿Qué puede perder con ello? Cierto que no es fácil que nadie la crea, pero ni siquiera lo ha intentado. 
Se ha dejado impresionar por Amalia, cuando ésta tampoco puede salir bien librada. La complicidad también es un delito punible, así que ésta también tendría que dar muchas explicaciones, por ejemplo por qué ha encubierto a la supuesta asesina de su padre, o como sabía dónde estaba Inés. Si Amalia es suficientemente lista no va a sacar este tema ante la justicia, porque las mentiras que tendría que contar son demasiadas.
Pero ahora Inés le ha puesto en bandeja la solución para que pueda librarse de ella, y además la suerte la ha acompañado. Porque Amalia podía planificar muchas cosas, pero que no que encima Inés la ayudara sin pretenderlo y, con una situación que a pesar de distar mucho de la realidad, a simple vista no admite explicaciones más allá de lo que parece. Encima y para más regodeo, contando para ello con testigos y ayudado todo por la misma actitud de Inés, que ha quedado como una loca desquiciada.
Ésta no lo va a tener fácil, especialmente teniendo en cuenta que su palabra vale mucho menos que la de Amalia. 

12 de mayo de 2015

Una lucha desigual

Evidentemente es la función de los guionistas enredar y desenredar tramas, pero a veces cuesta encontrar la coherencia en algunas. Y también los posibles derroteros, que más de una vez da la sensación que al final solucionan por la vida rápida, sin margen para una explicación con algo de lógica.
Por supuesto tampoco se trata de pretender decirles cómo han de hacer su trabajo, que para esto se han preparado. Otra cosa es que se esté de acuerdo en la deriva de los guiones. Al parecer existe una especie de lo que ellos llaman biblia, en la que se da una idea general de las tramas, y en consecuencia se supone que un posible desarrollo con principio y final. Pero una se pregunta si a veces no se lían demasiado para llegar a ello.
Es el caso de Inés. Lo han enredado tanto, que pienso que en una situación normal y real la chica lo tendría más que crudo, a pesar de ser sólo una víctima.
Su ingenuidad la ha llevado a una especie de callejón sin salida, en la que tiene todas las de perder. Es su palabra contra la de Amalia, o lo que es lo mismo, la de una sirvienta contra la de una señora. Y en este caso huelga decir quién gana la partida. Pero es que además es cierto que mató al padre de Amalia. Aunque manipulada y sugestionada, el caso es que en caso de que este tema salga a la luz, aún con sus múltiples implicaciones, Inés ni siquiera podría alegar legítima defensa cuando el hombre no tuvo ninguna opción antes de que le disparara cinco tiros a quemarropa, sin que siquiera ésta esperara a ver quién era el que entraba por la puerta. Otra cosa es el arma, que Amalia utiliza como motivo de extorsión, pero que no está en su poder si no en el de Francisca. Y por este lado veo la única posibilidad para Inés, y es que la doña niegue tenerla. Aunque no sé porque tendría que ayudarla, excepto para vengarse de Amalia (que por otra parte también tiene armas contra ella, pues no hay que olvidar que Francisca fue la auténtica secuestradora de Inés).
Por cierto, hay una pregunta que ronda y es el tema de las huellas dactilares y si la investigación criminal estaba tan avanzada como para hacer uso de ellas. Y es realmente curioso descubrir que ya en las antiguas Persia y Babilonia se utilizaban para autenticar registros en arcilla. Pero no fue hasta 1892 cuando se hizo una primera identificación con este método. Así que es muy posible que las huellas dactilares de la pistola acusen sin lugar a dudas a Inés.
Además no se puede negar que Amalia, a pesar de estar desquiciada, ha sabido atar todos los cabos, ayudada por el poco pesquis de la chica. Aunque también cuesta imaginar cómo va a explicar que ha sido cómplice y ha ocultado a Inés. 
En fin, un auténtico rompecabezas.
Llegados a este punto quería dejar un par de cuestiones.
Es cierto que Amalia es alguien detestable, pero en cuanto a desarrollo del personaje lo veo mucho más rico en matices y más agradecido para la actriz, que tiene mayor espacio para mostrar su talento sobre las tablas. Y lo corrobora el hecho de que Amalia haya conseguido despertar una antipatía unánime. Muy diferente veo el caso de Inés, cuyo papel se limita prácticamente a unos pocos registros. En mi opinión (y ya lo he dicho en otras ocasiones) es un personaje sin personalidad y que no reúne las condiciones para ser una protagonista principal. O al menos no se puede comparar, ni de lejos, con ninguna de las anteriores protagonistas, aunque pienso que su supuesto partenaire, Bosco, tampoco ayuda mucho a que esta trama sea demasiado interesante. Al menos esta es mi opinión, que evidentemente tiene sus adeptos y sus contrarios.
Otro tema son las escenas, que dan la sensación de estar instaladas en un día de la marmota, y ello desde hace varios meses. Siempre con diálogos parecidos e idéntica resolución, y además varias veces en el mismo capítulo. Lo peor es que todo ello provoca que a veces me encuentre, de alguna manera, incluso dando la razón a Amalia (que no quiere decir que la justifique) y aunque sus métodos son de todo menos correctos, entiendo que el caso es que está luchando para retener a su hombre. Lo que sería legítimo de no mediar otras consideraciones, porque no olvido como consiguió embaucar a Bosco, y que además ha arrebatado un niño a su verdadera madre.  
En resumen, no consigo encontrar en esta trama nada que suscite demasiado mi interés, ni siquiera la posibilidad de que Inés descubra la verdad sobre Beltrán, porque no creo que cambien mucho las cosas. Al menos a corto plazo.
Y a largo plazo, cuando es evidente que Amalia ha de desaparecer, no consigo imaginar una trama que pueda ser interesante y en la que estén Bosco, Inés y el niño. Otro elemento de decoración en el Jaral no se me antoja nada apetecible. Como ha he dicho en otras ocasiones, creo que Amalia e Inés son dos personajes unidos inexorablemente, y de desaparecer uno, el otro queda sin apenas esencia. Cierto que habrá quien diga que está Bosco, pero hasta el momento las escenas entre la pareja no considero que aporten mucha vidilla.

11 de mayo de 2015

Habemos "no-boda"

Antes que nada he de puntualizar que estoy escribiendo con la certeza del desenlace de la no-boda de Lucas y Aurora. Es difícil hablar de esta trama obviando la cuestión, ya que además es un tema que es “vox populi”. No así la continuación de la historia, para lo que habrá que esperar próximos acontecimientos.
Quizás sea pecar de ingenua al creer en la remota posibilidad de que la opinión de l@s espectadores puede variar el rumbo de una serie. Pero de todas maneras considero que sería un error ignorarla, pues de ello puede depender la continuidad o no de la misma. Aunque también es evidente que solo sería algo a tener en cuenta cuando exista una opinión mayoritaria en la misma dirección, no cuando hay diferentes corrientes (en algún caso incluso antagónicas) que serían difíciles de contentar al unísono.
Pero si en este caso hay algo de todo ello, si existe una remota posibilidad de que se haya decidido satisfacer unas demandas, pienso que finalmente se ha optado por una solución salomónica y dar cabida a todas las partes, dejando que la historia de Lucas y Aurora tenga un final (o punto y aparte) lo menos traumático posible. Y creo que lo han conseguido dejando que sea Lucas el que tome la iniciativa, así ninguno de los protagonistas sale muy malparado. Aurora se libra, de alguna manera, de acabar siendo considerada una dubitativa y caprichosa mujer que es incapaz de entender sus sentimientos y el personaje de Lucas se engrandece, convirtiéndole en un hombre generoso, dispuesto a renunciar a todo por amor.
Y así, mientras l@s seguidores de la pareja Conrado y Aurora ven colmado su deseo de que la relación de ésta con el médico no se consolide en el corto plazo, l@s partidari@s de Lucas y Aurora pueden seguir manteniendo una incierta esperanza. Aunque hay que decir que en toda esta situación, y de ser correcta la hipótesis que planteo, se dejaría de lado la parte de la audiencia, probablemente la más numerosa, de los que no siguen ni a una pareja ni a otra, que miran la serie como un global, y que van a perder la oportunidad de disfrutar de una trama que podría ser bonita. Algo que, por cierto, últimamente escasea.
Evidentemente no pierdo de vista que probablemente podría existir otro factor importante para que se haya dado esta trama, y es la supuesta marcha de Ariadna, que nadie sabe (excepto claro está, l@s interesados) si será temporal o definitiva. Una relación de matrimonio sería un inconveniente importante y difícil de desarrollar de manera creíble, más en la distancia y previendo que sería para una larga temporada.
Aunque en realidad pienso que no era necesario plantear esta situación, para después dejarla sin efecto.
Entiendo que es un recurso que puede ser útil para la serie y para crear un efecto llamada, que se creen expectativas con escenas de este tipo. Pero viene el después y es que l@s espectadores también pueden sentirse engañados, e incluso decepcionados. De hecho ya es un tema recurrente que se ha utilizado en otras ocasiones, montando toda una parafernalia alrededor de un acontecimiento de este tipo, para en el último extremo suceda una situación muy diferente a la que se espera. Cierto que también ha habido bodas que han llegado a buen puerto, pero casi ningún protagonista se ha librado de sobresaltos en este día importante para sus vidas: en la boda de Pepa y el médico, Tristán no llegó a tiempo. Y después éste último fue el protagonista de tres ceremonias con su correspondiente momento: cancelación en el último segundo de la boda con Gregoria por la irrupción de Pepa en la iglesia, ceremonia de casamiento con Pepa interrumpida por la aparición de Francisca que incluso llegó a maldecir a los contrayentes y a toda su descendencia,  y finalmente boda con final trágico con Candela.  También Martín y Maria estuvieron a punto de no poder celebrar su boda “gracias” a la intervención de Francisca…. Y ahora les toca el turno a Lucas y Aurora, aunque en este caso no exista el factor externo.
Pero, como he dicho antes, no veo la necesidad de que se haya llegado a este extremo. Poniéndome en la piel de los personajes, han tenido tiempo de sobra para pensar en este paso y si había necesidad de darlo con tanta premura. Y después una no puede dejar de preguntarse porque de pronto lo que una semana antes no era un problema ahora es algo insalvable, porque ambos han dejado que todo llegara tan lejos para después salir por peteneras. Y porque Aurora, a pesar de poder albergar dudas, estaba totalmente decidida a dar el sí quiero a un hombre al que ni siquiera está segura de amar, pero sí de querer, y ahora éste puede pasar a un segundo plano en un abrir y cerrar de ojos.  
Quizás sea así cómo funcionan las telenovelas, y quizás sea absurdo hacerse preguntas sobre algo que es ficción, pero admito que es algo inevitable cuestionarme algunas incoherencias. Y considero que las hay.