Admito que se me hace muy raro
ver a la doña en actitud maternal con Bosco. No se corresponde en absoluto con su proceder habitual, aunque también es posible que la vulnerabilidad y la soledad hayan
hecho mella en ella, o que los años le hayan pasado factura y se haya ablandado
(aunque de ilusión también se vive).
Por descontado me alegra que el
muchacho haya tenido la supuesta suerte de haberse cruzado con la doña, y que a
partir de ahora pueda disfrutar de la vida. Aunque las cosas hayan de experimentar
para él un vuelco importante. Y supongo que la adaptación a su nueva situación no
será fácil, básicamente porque se trata de pasar de tener privaciones y llevar
una dura existencia a base de maltratos y sufrimiento, a vivir entre algodones
y sin mover un dedo para hacer nada.
Y ahora podría entrar en el tema
de que realmente ahora está en el sitio que le corresponde por derecho, aunque
nadie, ni él mismo, lo sepan todavía. Pero tiempo habrá para hablar de ello.
Lo que es realmente sorprendente
es que la doña le trate como si le conociera de siempre, cuando en realidad no sabe
nada de él, ni quién es, ni sus orígenes. Sólo que la ha salvado, y que las
huellas en el cuerpo del chico denotan que ha sido apaleado con frecuencia y
saña. Además de que es evidente que es una persona sin malicia, y deseoso de
sentir el calor de alguien que le quiera y que le trate como a un ser humano. Y
que me imagino sabrá corresponder a las atenciones de la mujer con reciprocidad, aunque también tendrá que convencer a los demás de que no alberga
ninguna mala intención, ni es un salvaje peligroso.
Por de pronto ya ha demostrado su
inteligencia y astucia, al pillar a Mauricio espiándole. Y después haciéndole quedar en evidencia por llevar una fusta sin tener caballo. Como también ha dejado asomar algo de rebeldía, que supongo que le va a suponer algún problema
en el futuro. Porque es difícil predecir hasta qué punto la doña es capaz de soltar
lastre y mirar hacia otro lado.
Me gusta mucho Bosco :-)
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