24 de enero de 2016

Don Berengario

Alguien me acaba de pasar un enlace en el que se acusa nada más y nada menos a los guionistas de PV de hacer algo parecido a una cruzada de proselitismo antirreligioso, de intentar ridiculizar la religión (en este caso la católica) para intentar establecer una línea de pensamiento más radical y cercana a unos postulados que es evidente que no son del agrado del autor.
Creo que es ir un poco lejos. Con todo mi respeto, creo que es sobrestimar lo que es simplemente una serie a la que no presupongo más pretensión que la de entretener. Es cierto que viendo los programas de mayor audiencia (y PV tiene una audiencia estimable) una llega a la conclusión de que hay que tener en cuenta cualquier posibilidad y que es relativamente fácil llevar a los espectadores por donde se quiere. Aunque, por descontado, no pretendo generalizar, porque también hay quien no se deja manipular y tiene el suficiente criterio como para decidir el rumbo de sus preferencias.
Pero no creo que algo parecido a lo que menciono al principio sea el caso de PV, una serie en la que caben situaciones de todo tipo, donde conviven librepensadores con el más rancio conservadurismo, donde la libertad de las personas es vista desde diferentes ópticas, igual que el tema de los diferentes géneros y su papel en la sociedad de 1924,……..
Pero centrándome en el tema concreto que ha motivado este comentario, la llegada de D. Berengario, un cura diametralmente opuesto a lo que ha significado D. Anselmo, quisiera aportar mi punto de vista.
Seguro que muchos y muchas hemos oído hablar a nuestros padres y abuelos de como las gastaban los curas en otros tiempos. No hay que olvidar que junto con los terratenientes o dueños de fábricas y negocios, el sacerdote constituía la otra pata del poder en los pueblos, y juntos sometían a la gente a sus criterios restrictivos en cuanto a moral y buenas costumbres, amenazando a la gente con los tormentos de un hipotético infierno, o peor aún, con la cárcel o la estigmatización. Por descontado, siempre limitado al pueblo llano, porque los poderosos eran intocables (y tenemos buena muestra de ello con Francisca).
Así que probablemente el nuevo sacerdote encarna con mayor precisión que D. Anselmo lo que era la realidad en los pueblos, especialmente los de menor tamaño. También es cierto que tampoco en este caso se puede generalizar, y es posible que existieran sacerdotes mucho más benevolentes con sus convecinos, que fueran capaces de mirar hacia otro lado cuando estaba en juego la felicidad de éstos.
Porque no hay que olvidar que la iglesia no es un ente sobrenatural, y que la forman personas. Por lo tanto susceptibles de tener criterio propio, y de no dejarse llevar por soberbia o vanidad de poder. Pero desgraciadamente la imagen de la religión (de casi todas) ha sufrido un bajón de credibilidad a lo largo de los tiempos, motivado especialmente por la actitud o las declaraciones de algunos de sus miembros. Y no es necesario remontarse muy atrás para encontrar ejemplos.
“28 junio 2015."Los discapacitados y subnormales son seres inferiores como castigo de Dios a sus padres pecadores" (Javier Echevarría, nombrado obispo sinodal directamente por el papa y prelado superior del Opus Dei)
Otro tema es la utilización que se pueda hacer de la religión para mover masas crédulas. Y aquí entran Francisca y las supuestas apariciones, aunque la verdad prefiero no opinar demasiado porque es un tema que lo único que me produce es hilaridad. 

19 de enero de 2016

Un corazón compartimentado

Pienso que quitar la vida a alguien, ya sea involuntariamente o por accidente (y más a un ser querido) ha de conllevar un dolor insoportable para una persona corriente, además de mucho tiempo, ya no solo de intentar asimilarlo, sino de perdonarse a uno/a mismo (si es que ello es posible).
También es verdad que cada persona es diferente y puede llevar esta situación a su manera. Y por descontado nadie tiene el derecho a reprochar que sea de uno u otro modo, porque entra dentro de la libertad personal que sea así.
Dicho esto, y ya en el terreno de la ficción, voy a saltarme esta premisa de respeto, y tomarme la licencia de opinar sobre un personaje concreto y su deriva emocional poco creíble.
Entiendo que, en aras de seguir dando visibilidad a Francisca, se ha optado por aparcar su supuesto sufrimiento para permitir que vuelva a lo suyo, que es manipular, conspirar y hacer la vida imposible a cualquier persona que tenga la mala suerte de cruzarse en su camino. Que, por cierto y afortunadamente, cada vez son menos, porque todo el mundo está avisado de las consecuencias de ello, incluidos los recién llegados. Aunque también es verdad que su (mala) fama también ha traspasado los límites de sus “dominios”.
Pero sorprende que la misma Francisca que sufrió una catatonia por la muerte de su hijo Tristán (aunque siempre he pensado que era por los remordimientos, no por el dolor), cuando ha muerto Bosco, el nieto del que se llenaba la boca de querer más que a nada en el mundo, lo haya superado tan fácilmente. Más cuando es la (doble) responsable de esta pérdida. Lo que da lugar a pensar que en lugar de corazón tiene una especie de órgano compartimentado, con estancias estancas, que puede cerrar y abrir a voluntad.
Nada en su actitud actual hace pensar que el recuerdo de Bosco la atormente de alguna manera, aunque su más que empujón para sacarse a su tía de encima podría estar motivado por una especie de depresión que la hace desear estar sola para fustigarse (cosa que no hemos visto aún que haya sucedido). Pero tampoco es que sea una justificación muy convincente, y alejar a Eulalia más bien puede tratarse del deseo de librarse de testigos incómodos. Porque no ha tardado ni un día en volver a las andadas, y no ha variado ni un ápice sus malos propósitos, ahora ampliando el abanico a los Mella.
Insisto, me fastidia tanto retorcimiento, maldad y ruindad, que no deja títere con cabeza. Alguien que anda todo el día fabulando como puede hacerla más gorda, no tiene cabida en ninguna sociedad, ni real, ni ficticia.  

17 de enero de 2016

Cinco años casi

Empiezo contestando un comentario en este mismo blog.
Es cierto que ya no consigo encontrar temas de interés para seguir escribiendo. Tendría que volver una y otra vez a lo mismo, y no creo necesario reiterarme en mis opiniones sabid@s por los y las que amablemente se acercan a este rincón.
Así que paulatinamente he ido espaciando mis comentarios, esperando que se dé la ocasión para volver a retomar temas que aporten algo más que lo anteriormente ya he escrito. Aparte de que cada vez dispongo de menos tiempo debido a una mayor concentración en las diversas páginas de Facebook y Twitter que también gestiono.
Sin embargo si hay algo que me gustaría comentar, y que no atañe directamente a ningún personaje concreto.
Semana tras semana estamos viendo el goteo de actores y actrices de PV que van pasando por la televisión italiana, donde son agasajados como verdaderos ídolos, mientras en nuestro país la situación es diametralmente inversa y son totalmente ignorados, excepto cuando intervienen intereses promocionales de la productora. Por supuesto, intereses legítimos, pero que dan escasa visibilidad al elenco y al equipo.
Y este poco entusiasmo en promocionar ya no a los actores, sino incluso a la misma serie, es una queja que se ha alzado muchas veces por parte de muchos y muchas, pero que es algo que siempre ha caído en saco roto.
Evidentemente no es lo mismo una serie diaria y de tarde, que una destinada al prime time, para las cuales si suelen destinarse recursos de todo tipo. Pero entiendo que ello no ha de ser óbice para que la calidad no pueda ser la misma, que no sean igual de cuidadas, y por ello que ambas tengan la consideración que merecen. Sin embargo no es así, y la promoción normalmente suele ser prácticamente inexistente para el primer caso (excepto en sus inicios) mientras que para el segundo no se suelen escatimar espacios publicitarios y aparición de los actores en programas de gran audiencia.
Aunque también es cierto que serie y actores van indisolublemente unidos, así que cualquier publicidad no tendría sentido sin quienes le dan protagonismo.
Centrándome concretamente en PV
Pocas series llegan a cinco años con la salud de la que aún puede presumir El Secreto de Puente Viejo. Aunque quien ha sido fiel a este periplo desde el inicio podrá constatar el gran vuelco que se ha producido en la misma que la hace irreconocible, así como también la especie de desánimo general que se da en este momento y que se hace mucho más patente en las redes sociales. Hecho que paradójicamente no se traduce en disminución notable de l@s espectadores.
La lectura que hago de ello (que es personal y por lo tanto susceptible de ser enmendada) es que la gente sigue fiel por inercia. Otra lectura es que compensando el abandono de much@s seguidores y seguidoras, bien sea por cansancio o por la desaparición de los personajes que les han marcado, se ha producido una incorporación de nuevos espectadores que, sin verse lastrados por las tramas anteriores, se han enganchado sin problemas a las nuevas.
Y en el caso de los fieles se ha producido una especie de resignación. Pero si uno/a es capaz de dejar la nostalgia atrás, poner distancia con antiguos personajes, asimilar que todo es susceptible de renovarse y que hay que dar la oportunidad a otros para que demuestren su valía, quizás aún es posible seguir buscando lo que enganchó en otros tiempos. Por otra parte tarea harto complicada, si siguen empeñados en utilizar situaciones ya vividas y fácilmente reconocibles a pesar de ser maquilladas convenientemente.
Entiendo que en cinco años puede ser bastante complicado encontrar líneas de acción novedosas, pero estoy convencida que existen sin tener que recurrir a la comodidad de lo que he comentado anteriormente. Como también estoy convencida de que la gente agradecería un cambio en esta situación, que las tramas dejaran de ser totalmente previsibles y aportaran algo diferente: por ejemplo, que hicieran desaparecer o cambiaran el registro del personaje de Francisca, que ya se hace totalmente insufrible para la mayor parte de l@s espectadores. Pero este es solo un ejemplo y hay muchos más, que no creo necesario mencionar.

7 de enero de 2016

Abriendo los ojos

Probablemente la suerte también ayude, pero es evidente que no se llega a la posición de poder e influencia de Severo si no es a costa de capacidad de trabajo, de esfuerzo, de voluntad, pero también de visión empresarial, todo lo que permite finalmente llegar a ganarse un respeto y un lugar privilegiado en la sociedad. Por supuesto y en el caso de Severo, también hay que añadir que probablemente no hubiera llegado tan lejos sin el apoyo de un sagaz e infatigable amigo y ayudante, algo que los ha convertido en un equipo formidable. Sin embargo para llegar a conseguirlo no hay espacio a la ingenuidad, y si a poner los cinco sentidos en todo lo que atañe a las personas, tanto en las que te rodean como con las que te unen intereses comerciales. No se trata de desconfiar de todo el mundo, sino de valorar antes de actuar, sin dejarse llevar por impulsos o apariencias.  Y es lo que puede llevar que en ocasiones se tengan que dejar de lado los sentimientos para aplicar la razón, los escrúpulos para defender los propios intereses,…Conceptos antagónicos, pero que obligan a elegir.
Pero hay otras consideraciones que tienen que ver directamente con la persona y su manera de entender su lugar en el mundo. Centrándome en un nivel social concreto: el de los que gozan de seguridad económica elevada, con dos muestras bien diferenciadas en PV, (que también podrían extrapolarse a la actualidad, aunque es algo que no entiende de épocas)
El hecho es que, a pesar de todo lo que supone su magnífico estatus económico actual, Severo no se muestra como la típica persona adinerada que gusta de hacer ostentación de su poderío, más bien ha dado muestras de una enorme generosidad. Lo que da cuenta de que para él el dinero es solo un medio, no un fin, y por ello le da una importancia relativa. Evidentemente no desdeña tener una seguridad económica para él y los suyos, además de que también es una persona responsable que se preocupa de la gente que depende de él, y no gusta de arriesgarse a dejarlos en la estacada.
Sin embargo quizás esta manera de no sentirse atado a su dinero sea el problema, ya que a pesar de ser consciente de las consecuencias de ceder a un chantaje y de que puede que con ello arrastre a muchas personas de manera colateral, no parece importarle en exceso el desprenderse de parte de su fortuna a cambio de la tranquilidad de su hermana. Con lo que antepone sus sentimientos a otras consideraciones, y ello lo hace vulnerable.
Afortunadamente para él no está solo. Porque al antes mencionado Carmelo ahora hay que añadir a Candela, que está demostrando ser el perfecto complemento, al dejar patente que es una mujer con la mente bien amueblada, que tiene las cosas claras y que no tira la toalla fácilmente. Y ha sido ella quién ha encontrado el punto de inflexión para que Severo finalmente abandone sus pretensiones y, especialmente, abra los ojos con Eliseo.
Y así se acelere el fin de éste, que no necesariamente ha de pasar por finiquitarlo.

4 de enero de 2016

Año nuevo, ¿vida nueva?

Por si no fuera suficiente haber hundido al personaje de Alfonso en la miseria, ahora parecen estar intentando que Emilia corra la misma suerte.
Pero tengo confianza en la integridad de ésta, y que no va a cometer el error de caer en lo mismo que la ha llevado a separarse de Alfonso.
Cierto que Emilia no muestra grandes signos de estar pasándolo mal, y lo que es más evidente es que además ha decidido que tiene que cambiar otras cosas, además de su situación como mujer separada. Pero no creo que ello incluya sustituir también sus afectos. Evidentemente cada persona lleva sus sentimientos, su sufrimiento, de la manera que le dicta su propia personalidad o carácter. Siempre nos han presentado a Emilia como una mujer fuerte, que ha sido educada para desenvolverse de manera independiente en una época en la que las mujeres pintaban poco o nada, que sabe sobreponerse a la adversidad y que rápidamente toma el toro por los cuernos, sin dejarse avasallar. Y así parece que ha sido con el tema de la infidelidad de Alfonso, sin permitir que sus sentimientos la coarten y la hundan en situaciones depresivas, aunque su mejor baza la ha encontrado al refugiarse en el trabajo y poniendo como prioridad la necesidad de tirar adelante con su negocio.  
Y así espero que siga, aunque actualmente tampoco veo demasiado peligro en Cesar, más que el que pueda surgir si el hombre, alentado por las muestras de confianza de Emilia, acaba sintiendo algo por ella. En este caso si podría haber conflicto, aunque dudo que ella siga el juego.
Tod@s sabemos el amor que Emilia siente por Alfonso y que ello sigue latente, pero parece que lo ha sepultado en algún lugar y ha decidido darse tiempo para curar las heridas. Y que la compañía de César ha sido una especie de bálsamo, porque el hombre sabe escuchar sin censurar, y además (y hasta que se demuestre lo contrario) es encantador, educado y sabe mantener una correcta distancia.
Sin embargo hay algo que chirria y que podría echar en tierra todo lo anterior: es el desapego que ella muestra hacia Alfonso, al que trata como a un vecino cualquiera, sin dar ninguna muestra de lo que les unió en otro tiempo. Y al mismo tiempo, y aunque ya sabemos lo poco que le importa las habladurías de la gente, me sorprende que no tenga problemas en mostrar públicamente sus simpatías y la nada habitual cercanía hacia un  hombre que hasta hace poco era un perfecto desconocido.
Lo cierto es que la relación que parecía inquebrantable de Emilia y Alfonso ha quedado seriamente tocada, y no veo una salida a corto plazo que permita albergar esperanzas de reconciliación. Más bien al contrario.

3 de enero de 2016

¿Nuevos aires, o simplemente maquillaje?

La semana que viene se incorpora a la serie toda una familia, con lo que se inicia una nueva trama. Además ya se anuncia que también llegan con su propio secreto, lo que por cierto me hace mucha gracia porque ¿quién no tiene un pasado y algo que prefiere no pregonar?
Pero no pretendo entrar a considerar la conveniencia o no de que haya más dispersión de historias, ni por supuesto conozco los motivos que llevan a incorporar nuevos personajes, a menos que haya establecido un número concreto de tramas a desarrollar y se tenga que sustituir la del desaparecido Bosco por otra. O que se pretenda un lavado de cara a la serie y darle un nuevo enfoque, lo que implicaría también ir desdibujando las tramas actuales (cosa que tampoco iba a costar mucho, dada la situación en la que se encuentran). La realidad es que ya hay poco que pueda asociarse a la esencia inicial de la serie, salvo la incombustible Paca, que no ha evolucionado ni un ápice, y los Mirañar que, con algunos cambios en sus filas, siguen instalados en su orgía de disparatadas ocurrencias. Bueno, quizás en esta lista también se puedan incluir D. Anselmo y Rosario, pero sus tramas suelen ser de relleno y no aportan demasiado movimiento a las demás, y también Raimundo, que aunque tuvo su momento de gloria, ha vuelto a hacer mutis por el foro. Los demás personajes si han experimentado cambios y adaptado a nuevas historias, incluidos Alfonso y Emilia, que ahora andan de capa caída y con un desenlace a su historia difícil de prever.
Y ahora llego a lo que realmente quería exponer: la consideración de que más que iniciar nuevas historias, lo que creo que tendrían que hacer es desarrollar las actuales, resolver las situaciones anómalas, no insistir en tramas ya caducas, y dar más protagonismo a personajes que aun a estas alturas una se pregunta cuál es su cometido en la serie (por ejemplo Ramiro).
Y, sin pretender simplificarlo, ni mucho menos desmerecer otros personajes, considero que los responsables de la serie en estos momentos tienen entre manos lo que podrían ser dos buenas líneas de acción, pero que la deriva de la novela está dejando languidecer. Quizás el querer guionizarlo de manera parecida a la vida real (cosa por otra parte que parece que no hay inconveniente para saltarse a conveniencia), hace que todo se alargue lo que parece un tiempo infinito, que se den situaciones que en ocasiones se escapan a toda lógica, y ya no digo a una explicación razonable. Por supuesto entiendo que una rápida solución implicaría tener que buscar nuevos alicientes para mantener la tensión, pero también que no estaría mal un término medio. Estoy convencida que los guionistas tienen suficientes recursos e imaginación para encontrar historias interesantes (que dicho sea de paso, no tienen por qué pasar por la misma vía que lo anteriormente escrito y desarrollado. Creo que l@s espectadores ya estamos algo cansad@s de ver lo mismo, aunque sea maquillado convenientemente)
Pero me he desviado de a lo que me quería referir. A dos historias ligadas, la de Candela y Severo, y la de Lucas y Sol, que con su desarrollo individual estoy convencida que podrían volver a traer a la serie algo de la magia de antaño. Quizás no de la misma manera que lo han hecho otras, porque cada una de ellas ha sido única, pero retornando a aquello que marcó la serie y que ya hace tiempo se perdió. Porque ambas están en los comienzos de las que parecen tener todos los números para ser unas bonitas historias de amor (sin desmerecer las ya existentes), muy diferentes en su concepción, pero con un denominador común: la profundidad de los sentimientos de sus protagonistas.
Sin embargo, veo con impaciencia como la historia de Candela y Severo no avanza, coartada por la de Sol y Lucas. Por supuesto es entendible que alguien que ha pasado media vida buscando a su hermana, cuando finalmente lo consigue sienta que debe resarcirla por los años de sufrimiento, y hacer todo lo posible para que sea feliz. Pero ello hace que Severo deje de lado su felicidad, y su propia historia con Candela.
Tampoco la de Sol y Lucas parece que vaya a solucionarse fácilmente, aunque en este caso entiendo que el tema del marido es un recurso (ya utilizado antes) para alargar la trama y ponerle algo de morbo, antes de que lleguen a poder vivir su amor sin trabas. (Supongo que de aquí unos dos mil capítulos, visto lo visto)
Claro que entiendo que estas dos historias por si solas no pueden llevar una serie, y que hay que añadirle un envoltorio de otras que pueden ser igual de interesantes si consiguen darles una pátina de novedad o algo que las haga renacer. Pero no es el caso del recurso permanente que Francisca se entrometa en todo y acabe estropeándolo, que considero que ya ha dejado de ser nuevo para ser fastidioso, especialmente porque da la sensación que este personaje no tiene otras opciones (veremos cómo se las arreglan ahora que se ha quedado sin vínculos con nadie).
La gente que ve la serie tiene mucha paciencia, bien sea por fidelidad o porque es lo mejor que se da a esta hora, pero lo cierto es que por el camino ya se han quedado mucha gente cansada de ver siempre lo mismo, y solo nuevas incorporaciones de espectadores permiten seguir manteniendo el nivel de aceptación. Pero hasta para esto hay un límite.
También para la fidelidad. 

1 de enero de 2016

A rey muerto, rey puesto

A rey muerto, rey puesto

Esto es lo que parece que piensa Francisca, que ni siquiera ha esperado que el cadáver de Bosco se enfriara para volver a las andadas. Con lo que además para mi queda patente algo: que para ella el cariño es algo accesorio, que su principal prioridad es perpetuarse ella y su estirpe, al precio que sea.
Y oír decirle a Mauricio que nadie puede entender su dolor produce al mismo tiempo indignación e hilaridad. Lo primero porque al parecer presupone que nadie sufre como ella y olvida el reguero de desolación que ha causado, lo segundo porque pensándolo bien es una verdad como un templo: nadie puede entender el tipo de supuesto dolor que dice sufrir, porque no parece que haya necesitado mucho tiempo para sobreponerse a la pérdida de Bosco, y la apariencia es que ya ni siente, ni padece. Tampoco parece importarle el respeto a la voluntad de un muerto, solo porque cree que son más prioritarios sus intereses.
Realmente la personalidad de Francisca es compleja y peligrosa, algo que es innecesario remarcar. Lo curioso de este caso es que si fuera otro personaje casi con toda seguridad sería tachada de desequilibrada (y me remito a tod@s los que han pasado por la serie que han mostrado actitudes perversas, y que han sido calificados de tal). En cambio para Francisca parece existir una especie de resignación general, como si su actitud fuera inevitable, e incluso justificada. Y la verdad es que viendo algunos comentarios una casi se tiene que echar las manos a la cabeza, hasta recordar que se trata de una ficción y que quienes justifican algunas cosas se espera que lo hagan pensando en la ficción y no en la vida real. Por ejemplo, no hace mucho leía refiriéndose a León, el marido de Francisca que fue “convenientemente ayudado” a morir por ésta, que total se iba a morir igual. ¿En serio alguien puede pensar esto, aunque sea en broma, solo para defender a un personaje?
De hecho solo hace falta hacer una búsqueda por internet para encontrar la palabra para definir a una persona como Francisca: psicópata.
“Necesariamente no quiere decir que siempre sean personas malas, sino simplemente que no sienten empatía por el prójimo, ni remordimiento por sus actos, con todo lo que esto significa. Viven bajo sus propias reglas, y solo sienten culpa cuando rompen con su código. Para los psicópatas las personas son cosas, objetos que sirven para satisfacer sus propios intereses. Si su “programación” no implica lastimar al otro, no lo harán. Y podrán vivir en comunidad porque comprenden los códigos sociales. Se adaptan. Lo terrible sucede cuando no pueden evitar hacer daño. Porque la mayoría no comete delitos, aunque no tienen reparos en mentir, manipular o lastimar para conseguir lo que tienen en mente” (http://id.tudiscovery.com/20-claves-para-detectar-a-un-psicopata/)
¿A que la mayoría de rasgos coinciden?
En menos de una semana hemos visto a un personaje que parece haberse sacudido la culpa por haber sido la mano ejecutora (involuntaria, pero culpable por omisión) de la muerte de un ser querido, que obvia la última voluntad de un difunto y que se ha hecho con un niño con la sola idea de poseer un heredero de su sangre, al que poder forjar a su imagen y semejanza. Evidentemente porque el clasismo la lleva a creer que los Montenegro son superiores al resto de los mortales. Pero, ¿qué hay que tener para ser un auténtico Montenegro? Es evidente que ha de tener una buena educación, disciplina para seguir las normas de la sociedad (por supuesto la alta sociedad), tener capacidad de manipulación, poca conciencia,…y sobretodo tener poder, mucho poder, para hacer y deshacer a antojo. Y esto es lo que le puede esperar a Beltrán, incluido quizás cariño, pero posesivo y excluyente.
Y ahora viene aquello de que Francisca es la única familia consanguínea del chico (cosa que no es cierta), que ella puede darle estabilidad y seguridad, y que es complicado que Aurora pueda hacerse cargo de un niño y seguir al mismo tiempo con sus planes de futuro. Hay que admitir que todo ello es cierto. Pero también lo es que, a pesar de no ser familia directa, también Candela y Rosario pueden darle a Beltrán una buena educación, además del cariño y un entorno cálido y cercano. Porque los sentimientos no entienden de sangre, y ambas ya han demostrado con creces que es así.  Además hay razones en contra de Francisca y es que se trata de una mujer mayor (la esperanza de vida en 1922 estaba situada entre el 10%  y 13% de la población mayor de 60 años), y en cambio Aurora es joven y también tiene medios para darle una buena vida al niño.
Otro tema es la repentina necesidad de Francisca de tener un heredero. Durante más de 16 años ignoró a su hijo Tristán, a la pequeña Aurora, y dejó que su otra hija, Soledad, languideciera en un convento. Entonces no tenía herederos, ¿porqué ahora es diferente? ¿Será porque ve más cercano el final de sus días?
Y no lo dejo sin volver a una cuestión que ya he planteado en otras ocasiones. Reconozco que, cada vez más, me subleva leer aquello de que sin Francisca la serie no tiene sentido. Por supuesto no creo que sea más imprescindible que otros personajes. Y es cierto que en todas las series suele haber el contrapunto a la parte buena, pero no es fácil encontrar una que tenga un personaje que llegue hasta el punto de Francisca, o al menos que consiga salir siempre bien librado de todo. Por lo que creo que, como decía alguien en un comentario, la gente ya empieza a estar cansada de ello, y no tendría problemas en asumir que esta trama se fuera diluyendo, dejando que otras historias pudieran salir adelante sin que siempre pendiera la sombra de la doña para estropearlas.
¡Como si la vida misma no fuera suficiente para poner problemas!

2016-1923 La esperanza de un nuevo año feliz

FINAL DE AÑO
Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares,
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
perdure algo en nosotros:
inmóvil. 
JORGE LUIS BORGES

!!!!FELIZ AÑO NUEVO !!!!!