10 de junio de 2014

Instalados en la normalidad

Ahora mismo tengo sentimientos encontrados con Martín y María.
Evidentemente que puedan gozar de su felicidad sin problemas es algo que no puedo dejar de desear, y espero que esto ya no cambie. Lo que no me gusta tanto es que los conviertan en una casi aburrida pareja, que parece que tengan como único cometido intentar arreglar la vida de los demás, en este caso de Aurora. Aunque sé el peligro que supone ni siquiera insinuar que les den más trama, porque esto con demasiada asiduidad suele acarrear algo malo para ellos. Pero supongo que debe existir un término medio que les permita lucir su protagonismo, sin que por ello tengan que volver a pasar por situaciones infumables. 

Aunque también es cierto que hay algo de la actual situación que me encanta. Las escenas con su pequeña hija son lo de más tierno y precioso. Ver a Martín acunando a su hija en brazos, mirándola arrobado o cuidándola con mimo, es impagable. Al igual que sucede con María, con la que vive una relación en la que ambos se prodigan en muestras de cariño y complicidad.
Otra cosa son las escenas cotidianas, que tienen esto, normalidad total. Y lo digo cruzando los dedos. Porque al fin y al cabo esto tendría que ser así, y Martín ha de dedicarse a lo que toca, que es trabajar para el sustento de su familia. Y preocuparse por el bienestar de ésta, en la que se incluye a su hermana. Porque por mucho que la chica vuele a su libre albedrio, más que nada porque es imposible impedirlo, no hay que olvidar que Martín aún se siente responsable de ella.
Y entiendo que comparta sus preocupaciones con María. Ella es su mujer, la persona en la que más confía y con la que puede hablar sin tapujos. Y no creo que se les pueda reprochar que ambos estén preocupados por la actual manera de comportarse de Conrado, y lo que pueda suponer para Aurora. Como tampoco creo que se les pueda censurar que, de momento, guarden silencio y no lo compartan con ella. Echar a correr la liebre sin tener pruebas ni certezas, cuando todo puede no pasar de ser un malentendido, es cuando menos arriesgado. Y más teniendo en cuenta el carácter de la chica. Aunque creo que lo que más les ata es la posibilidad de hacerla sufrir sin motivo, además del temor de que su familia vuelva a sufrir algún sobresalto. 
Aunque Aurora ya ha intuido algo. Lo cierto es que, como ha dicho María, como espías no tienen precio.  

3 comentarios:

  1. buenas!
    lo primero: me encanta tu blog y tu manera de escribir. Y conste que no siempre estoy de acuerdo contigo (raras veces, he de confesar) pero me parece que siempre lo haces desde el respeto y el cariño y así da gusto leer cualquier cosa.
    respecto a lo que dices de no instalarse en esta cotidianidad, yo siento algo similar pero si bien es cierto que salvo la boda poco más puede dar de sí esta pareja, a no ser que vuelvan a separarlos. Suele ocurrir con los protagonistas de cualquier serie: una vez finaliza la tensión del quiero y no quiero, es dificil darles una continuidad.
    Aún así me encanta verlos en su relación como pareja. Me encantaría verlos casados y me gustaría que nos dieran más escenas hablando de cuando se conocieron (como la del otro día en la que él la llamo "engreída y caprichosa" y ella a él "ufano" pero con una sonrisa que delataba cuánto se querían ya por esa época..
    en fin, bien claro lo ha dicho Aurora Guerra en una entrevista, que Bosco venía a dar historias nuevas, incluida de amor.
    Yo sólo quiero que si acaban, les den un final digno con la boda que se merecen. Y si siguen, que además de este tipo de escenas compartiendo vida cotidiana, nos den una trama a la altura, sin demasiado sufrimiento pero sí con algo de interés o picardía. Como no soy guionista, he de decir que me parece tarea dificil pero collons! para eso les pagan, para tener buenas ideas y plasmarlas en dialogos y escenas. A ver si lo consiguen...
    en fin, vaya rollo te he metido así sin proponermelo. Lo dicho: que gracias por tu manera de escribir. Siempre es un placer leerte.
    bs

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  2. Hola Anna!!
    Como va siendo habitual estoy completamente de acuerdo con lo que dices. La verdad es que después de tantos padeceres ver que al fin Martín y María estén pasando por momentos de tanta tranquilidad y felicidad se me hace hasta raro, aunque los esperaba como agua de mayo... Pero esas escenas juntos,de família, con la niña, son inpagables y preciosas. Y coincidiendo con el comentario anterior al mío a mí también me gustaría ver más escenas recordando momentos que vivieron en el pasado juntos, con esas caritas de enamorados... Yo creo que aún pueden darnos más tramas y sin necesidad de producir más sufrimiento y ojalá esa carta que les llega en el capítulo del viernes les lleve a la felicidad plena: convertirse en marido y mujer!!
    Besos!!!

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  3. Al igual que las demas ,me encanta esta faceta dela pareja ,han sido tanto lo que vivieron y sufrieron que se agradece esta dosis de amor y paz ,no voy a negar que me gustaria un poco mas de movimiento y no me refiero a sufrir sino que tengan recuerdos de cuando empezaron a enamorarse ,el momento Martin arreglando la chimenea de la confiteria y Maria mirandolo con intensidad,los momentos de la escuela,momentos intensos y sabemos que los guionistas cuando quieren bordan con sus guiones

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