En vista que la relación de
Martín y María transcurre sin grandes sobresaltos (¡uf, que miedo me da decir esto!)
y que todo lo que se relaciona con ellos, aparte de escenas preciosas casi cada
día, es todo lo que se mueve alrededor de su niña y de los planes de boda (que
espero que cojan carrerilla pronto, antes de que algo, o alguien, que mucho me
temo que suele tener siempre el mismo nombre, los estropee o al menos haga el
intento), hoy voy a centrarme en María y su nueva faceta de profesora de Bosco.
Del preceptor del rey, un hombre
evidentemente muy estricto y con el que estoy segura el chico no habría durado ni
un día, a estar bajo la tutela de María, creo que media un abismo. Aquello
de que la letra con sangre entra, seguro que no va con Bosco, y María ha
entendido enseguida que hay otra manera de pulir sus modales y hacer que la
curiosidad sea la mejor arma en la tarea que se ha propuesto. Bueno, en
realidad tendría que decir que le ha sido propuesta, y es evidente que con
fines que van más allá del interés para que el muchacho reciba una buena educación.
Porque aparte de que a la doña le
sale gratis, y que además no creo que dude que María es capaz de hacerlo muy
bien, está meridianamente claro que su pretensión principal es la de aprovecharse
de esta situación para sembrar cizaña en la relación de la chica y Martín. Y,
de alguna manera, quedando demostrado que el supuesto cariño que dice tener por
Bosco, y que a veces parece incluso verdad, en realidad esconde también un plan
para salirse con la suya. Si días atrás ya tuve la impresión que cuando Bosco
desapareció, la doña se comportaba como si en realidad hubiera perdido a su juguete favorito,
ahora cada vez estoy más convencida de que el chico también representa para
ella otra marioneta a la que pretende manejar a su gusto. Eso sí, intentado al
mismo tiempo atraerlo a su redil, con mimos y desvelos, ya que ha quedado
patente que con gritos y reproches no le será fácil doblegarlo.
Aún así admito que las escenas de
“clase” tienen un punto divertido, básicamente por el carácter inocente de
Bosco, un chico que no tiene nada de maldad y si un gran corazón, además de una
perspicacia innata y un don natural que hace que sientas inmediata simpatía
hacia él. Y que creo que disfruta enormemente de sentir que las personas que ahora
se le acercan no lo hacen por nada más que por él mismo, buscando su compañía.
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