31 de enero de 2014

La elección

Es sumamente complicado seguir los derroteros de la mente de Francisca Montenegro. O al menos lo es para mí.
En realidad parece que cree en el pensamiento único y que éste, por descontado, es el suyo. La voluntad y los deseos de los demás no importan, y cualquier desviación del camino trazado supone la estigmatización del desafortunado que osa contradecir sus designios.
La máxima de “estás conmigo o estás contra mi” cobra en ella su máxima expresión. No hay medias tintas, ni sentimientos que la detengan.
La sensación de poder, alimentada por el servilismo de la gente, la ha llevado a considerarse por encima de todo y de todos, incluida su propia familia. No hay favor sin reciprocidad, ni motivo sin recompensa. No hace nada sin esperar algo a cambio, y en ello incluye el cariño que se ha manifestado que para ella también tiene condiciones.
Por lo que, aunque muy de cuando en cuando muestre signos de que su corazón no está del todo muerto, no considero que tenga remisión. Ante todo es un cacique que abusa de su poder, comprando voluntades y sometiendo a los más débiles. Sin olvidar que además es una asesina sin escrúpulos que, aunque no sea la mano ejecutora, es quién ordena sobre la vida o muerte de quien supone un estorbo para sus planes. Alguien que, de manera absolutamente despreciable, es capaz de justificar la muerte de una persona sin ni siquiera pestañear.   
Pero además está su egoísmo. Ella ha sufrido y lo sigue haciendo, (aunque todo hay que decirlo, esto último lo ha hecho por voluntad propia), pero no le importan los sufrimientos de los demás. Como si quisiera que los demás pasaran por lo mismo, por la sencilla razón de que ella  padece. Cierto que buena parte de su actitud considero que viene marcada también por los convencionalismos y un estatus social que hay que mantener, pero todos sabemos que cuando le conviene puede saltárselo y manipular el sentir de la gente a su antojo, bien ya sea por la fuerza o por el poder del dinero.
Pero parece que en los últimos tiempos está perdiendo el control. Está perdiendo fuelle y además, otra vez, la sangre de los Balmes ha irrumpido con fuerza para desbaratar sus planes.
Bueno esto y el amor que es capaz de saltar todas las barreras. Aunque ella opine lo contrario, el amor es importante y está por encima de todo.
Su mayor error ha sido obligar a elegir a María, con la idea de que podía comprarla con la visión de una vida regalada para ella y su hijo.  Obviando los sentimientos. 

29 de enero de 2014

El perdón

El perdón

“La Biblia nos dice que sólo a Dios le corresponde la venganza. Nos invita a poner la otra mejilla. Sentarnos a la mesa del enemigo sin temor alguno. Y a perdonar. A perdonar las ofensas, así como nosotros también seremos perdonados.
Yo lo siento, pero no puedo perdonarte. Lo único que puedo esperar es que el altísimo sea más benevolente y se apiade de tu alma”.














Palabras de Martín que reflejan todo un dilema interior, debatiéndose entre el hombre agraviado y el que aún conserva algo de la moral religiosa que un día marcó su existencia. También entre el que está lleno de ira y resentimiento y el que aún tiene un poso suficiente de humanidad para no dejar que estos sentimientos le nublen la razón. 
Pero la balanza se decanta visiblemente hacia el lado del primero, aunque el segundo actúe de contrapeso.  
De los sentimientos de rencor de Martín no se puede desprender que sea una mala persona. Solo es alguien que ha padecido en sus propias carnes los muchos desmanes de Fernando, pero que especialmente lo que le lleva a sentir lo que siente es el hecho de que éste se los haya infringido a la mujer a la que él ama. Por lo que el perdón es imposible, porque también lo es el olvido.
No puede perdonar porque esto además implicaría renunciar a reclamar un justo castigo o reparación por el daño causado.

¿Es venganza pedir esto?  



28 de enero de 2014

"La puerta mejor cerrada es aquella que puede dejarse abierta" . Proverbio chino

La confianza

Conrado se mueve entre el querer y lo que él considera su deber. 
Entre el corazón y la razón.

Pero no creo que sean necesariamente dos conceptos antagónicos, si bien pienso que también hay un tercero que puede influir: la confianza. Aunque no me refiero a la que le puede dar un amigo o alguien con quien compartir lo que le acongoja, sino que se trata de ir directamente al motivo de su desazón. Porque encerrándose en un caparazón no va a conseguir aliviar lo que le atormenta, que no son más que unos sentimientos que no puede controlar. 
Y creo que Conrado subestima a Aurora y de paso se subestima a él mismo, ya que si teme que algo de su pasado pueda hacerle daño a ésta, también quiere decir que es muy consciente de ello y por lo tanto puede hacer todo lo posible para evitarlo. 
Pero el camino que ha emprendido es el de la huida, sin pararse a valorar que no todo es blanco o negro. 
Porque por muy grave que sea lo que le aconteció y que ha marcado su existencia, siempre existe la posibilidad de una segunda oportunidad para enmendarlo.  Y en ello interviene la confianza.
Confianza en sí mismo y en la posibilidad de que no todo está acabado para él, que no tiene porque renunciar a una vida distinta de la que se ha autoimpuesto. Que el amor que tan categóricamente rechaza por miedo, e incluso diría cobardía, puede ser también el principio del fin de todo ello.
Dicen que el amor mueve montañas y, estoy segura que Aurora, de darle la oportunidad, sabrá estar a la altura y ayudarle a curar sus heridas. 
Pero ha de tener confianza en ella y en los sentimientos que los unen 


27 de enero de 2014

Más sobre la venganza

"No hay venganza más bella que aquella que infringen los otros a tu enemigo. Tiene hasta la virtud de dejarte la parte del generoso".
Cesare Pavese

26 de enero de 2014

La venganza

Venganza. Es un sentimiento que nace del rencor y persigue la reparación de un daño infringido, aunque para ello se tengan que utilizar métodos igual de injuriosos que los provocados.

Los diferentes personajes de PV muestran diferentes formas de ejercerla, aunque todos tienen el mismo objetivo :  Fernando.
De entrada, éste ya ha conseguido suscitar una unanimidad insólita, que incluye a los que están en el lado de los que se considera buenos, que han aceptado sin remilgos que supuestamente se haya hecho justicia al margen de la legalidad. Porque casi nadie parece cuestionar que , en este caso , la doña se haya erigido en juez, jurado y verdugo.
Sólo Martín, cuyas ansias de venganza no difieren de las de la mayoría y que además no se recata en admitirlo en voz alta, ha mostrado algo de cordura. Y quiero creer que en ello influye su naturaleza, aunque haya que añadir también un natural rebelde  que le lleva a rechazar el hecho de que alguien , solo por el hecho de disponer de poder y dinero, pueda decidir sobre la vida de sus semejantes e impartir (su) justicia a su libre albedrío. No hay que olvidar también, aunque ello parece no importar excesivamente a nadie, que mostrando beneplácito a esta situación todos se convierten en cómplices de un asesinato, cometido además con total impunidad.
Martín lo ha plasmado con total claridad. Es de hipócritas criticar cuando los desmanes afectan directamente a uno mismo, y en cambio aceptarlos, e incluso aplaudirlos, cuando se avienen a los propios deseos . 
Pero lo más importante que extraigo de su actitud es que, a pesar de haber padecido en sus propias carnes la injusticia e incluso haber estado a punto de perecer por ello, de haber sido víctima de un desalmado que ha intentado en múltiples ocasiones acabar con su vida, aún tiene la suficiente entereza como para creer y esperar que la justicia haga su trabajo.
Porque lo que es evidente es que Fernando ha de pagar por sus desmanes, pero para Martín el castigo lo tienen que impartir los que están legitimados para hacerlo.
En este punto tengo que decir algo.
Todos, sin excepción, parecen tener claro que este castigo ha de ser la muerte. No estoy de acuerdo, básicamente porque aun contando con el respaldo de la ley, creo firmemente que nadie debería estar legitimado para arrebatar la vida a otro ser humano. Entiendo que una persona puede albergar deseos de este tipo, especialmente cuando ha sufrido una situación límite que le lleva a tener este tipo de sentimientos extremos, pero matar a un asesino convierte a quien lo lleva a cabo, o a quien así lo dispone, también en lo mismo.



















Aunque hay otras venganzas y otra manera de entenderlas
La de Alfonso, el padre cegado por el dolor de no haber sabido proteger a su hija y no haber sido capaz de ver lo que pasaba. De no haber podido evitar que pasara por el trance de verse sometida a un maltratador y que además éste la humillara públicamente. 
Y entiendo su rabia y sus deseos de encararse con él. Pero actuando cegado por la ira y los deseos de vengar la afrenta, lo único que podría haber conseguido, de lograr llevar a cabo sus propósitos, habría sido un sufrimiento aún mayor. La impunidad de la que goza la doña no es extensible a los demás y lo más seguro es que Alfonso habría pagado con una condena a perpetuidad o quizás con su vida.


















Otra venganza de la que ya he hablado antes, aunque no de su mano ejecutora.
La de la doña que, antes de llevar a cabo la culminación de la misma, se ha regodeado en procurar la humillación más profunda para Fernando, haciendo que se arrastrara por el fango, aunque dejándolo creer que así podría librarse de algo más definitivo.  Pero solo se trataba de esto, un subterfugio. Porque la doña atiende a la máxima de que quien la hace, la paga, especialmente si ello la afecta directamente. No le ha temblado el pulso, ni ha mostrado el más mínimo atisbo de compasión, al ordenar la ejecución de un Fernando rastrero y lloroso, que en un último intento se ha lanzado a sus pies suplicando el perdón. 
Que no ha llegado.

23 de enero de 2014

Borrón y cuenta nueva

Es una obviedad, pero no por ello menos cierto. A veces hay que hacer un parón, especialmente cuando tienes la sensación que estás perdiendo el control de todo y se hace necesario reflexionar sobre el rumbo a seguir.
Aunque puede que después cueste volver a arrancar. Encima con la constatación de haber hecho muchas cosas mal ,que además ya no pueden remediarse.
Soy Virgo y aunque no creo en patrañas como los horóscopos, pienso que si comparto las características que se destacan de este signo. Suelo ser realista e intento ver las cosas como son, lo que hace que mi carácter sea poco optimista. Y lo que veo y lo que oigo no ayuda.
Por ello también he dejado de escribir en foros.
Aunque en realidad lo haya hecho por la sensación que me rondaba en los últimos tiempos de que estaba siguiendo por obligación pero sin la convicción de aportar nada, salvo ayudar a mantener abierto un espacio.Y ya hace tiempo que también sentía que estaba trasladando a mis escritos toda mi frustración y , lo que es peor, con el peligro de contagiarla a otros. 
Por descontado no deseo esto, porque ya está suficientemente estropeado todo como para añadir más zozobra.
Así que he decidido espaciar mis comentarios y cuando crea que realmente puedo aportar algo volveré a escribir y hablar de cosas o personajes concretos, entrando más profundamente en el tema. Aunque siempre intentando ser lo máximo de objetiva posible. 
Hasta ahora lo que he hecho ha sido pasar por encima. 
Pero le he tomado gusto a escribir, aunque soy consciente de mis limitaciones. Y ademas hacerlo me proporciona un espacio de libertad que he llegado a considerar casi como vital . 

20 de enero de 2014

Se acerca el fin de Fernando (20-01-14)

Hoy ha sido sin duda el día de Fernando. Pero de aquellos en los que uno piensa que habría sido mejor no levantarse. 
Poco podía imaginarse que las cosas se iban a torcer para él de semejante manera!!

Sólo ha faltado que la doña le enfrentara a lo que ha descubierto sobre sus desmanes para que su arrogancia y seguridad se hayan venido abajo en menos que canta un gallo y haya dejado asomar al verdadero petimetre que se esconde tras esta fachada. Un cobarde que se ha derrumbado a las primeras de cambio y que además no ha encontrado otra salida para salir del atolladero que escudarse en la infidelidad de su esposa. 
Como si se pudiera justificar lo injustificable.
Aunque dejando aparte el evidente pánico ante lo que adivina las represalias por sus deleznables actos, no ha tardado en sacar a relucir también lo que se podría calificar de machismo en grado sumo. El que aún hoy hace estragos, pero que en 1921 era aún más acentuado, siendo el común de las mujeres meros instrumentos de reproducción de la especie. 
Visto desde la perspectiva de una sociedad avanzada, las palabras de este ser infame aún suenan mucho peor, pero dan voz a una manera de entender la relación entre un hombre y una mujer que desgraciadamente aún a día de hoy no es difícil encontrar, y que no es ajena a ninguna clase social, ni religión, ni color de piel. Oír hablar de obligación de la mujer de sometimiento a los deseos del hombre, de considerar que éste es dueño de la esposa hasta el punto de anularla. Y, ante la posibilidad de encontrar oposición o rechazo a los deseos, justificar la violencia verbal o física con la excusa de que esto fuerza a desatar los instintos más primitivos. 
Todo ello revuelve las tripas al más pintado. 
Añadámosle a todo lo anterior el intento de Fernando de disculparlo con excusas baratas como la traición, los celos, unido a la intención de parecer benévolo por el hecho de que no haya abandonado a su esposa a pesar de todo, ya es el colmo del cinismo. Más cuando tod@s sabemos, incluida la doña, cuáles son sus verdaderos motivos para que siga al lado de María.
Pero aún hay más. Por si no fuera suficiente, oírle suplicar que no le obligue a enfrentarse a una humillación pública, ya es el súmmum de lo patético.
Es evidente que se sabe perdido, aunque también ha habido un destello de esperanza para él. Porque en todo esto hay otro factor: la actitud de Francisca, que no acabo de captar muy bien, ya que ha habido un momento que incluso ha parecido dispuesta a mostrarse comprensiva ante los actos infames cometidos contra su ahijada. 
Quizás es que solo pretende dejar que el hp se confíe antes de asestar el golpe definitivo y entretanto regocijarse humillándolo y obligándolo a arrastrarse ante ella aún más. ¿O realmente sigue teniendo en mente los propósitos que ha dejado entrever sobre el hijo de María? 
La verdad es que no sé muy bien que pensar.
Pero lo cierto es que nadie duda de que vaya a tomar cartas en el asunto. Hasta qué punto, falta por ver. 
De momento ya ha servido para desactivar lo que podría haberse convertido en un desaguisado, y además ha permitido a Martín darse una satisfacción. La cara del hp cuando le ha dicho que había cambiado de opinión, ha sido para enmarcar. 
Una cosa si es clara. Nada volverá a ser lo mismo.

Ver a Martín sentado en el despacho del Jaral retrotrae inevitablemente a Tristán. Y no voy a negar que me gusta que el chico traiga de vuelta el recuerdo de su padre, pero no con el ánimo de recrear recuerdos dolorosos, sino con el de mostrar la voluntad de salir adelante con su legado y hacerlo de manera que éste se pudiera sentir orgulloso de su hijo.


No recuerdo quien comentó que la madre superiora empezaba a caerle bien y admito que también voy por este camino. La verdad es que me parece que la mujer no es tan fiera como parecía. Nada que ver con los malos de la serie, pues Sor Encarnación ha demostrado que tiene sentimientos y una cierta sensibilidad. Es cierto que en algunos aspectos es dogmática y férrea en la disciplina, pero puedo entenderlo por su condición y su posición. Sin embargo se ha revelado también como una persona incapaz de hacer daño conscientemente. De ahí que le haya sido tan fácil a María conseguir embaucarla. 


Pues parece que las cosas se van enderezando para nuestra parejita. Y espero que a partir de ahora los guionistas les den a ellos y a nosotr@s algo de tregua y puedan gozar de algo de felicidad. 

Supongo que es pedir demasiado que lo mismo suceda con Conrado y Aurora. Lesmes va camino de convertirse en el gran obstáculo, aunque tampoco hay nada que impida que ahora mismo se lance a buscar el afecto de la chica. Aunque es más que evidente que Aurora no ha olvidado a Conrado, mirado desde una óptica realista no se le puede reprochar al médico que lo intente.

17 de enero de 2014

Fernando Mesia. Tu suerte está echada!! (17-01-14)

Fernando Mesia ¡Me temo que tu suerte está echada!
Incluso a mí se me ha erizado el vello por lo que representan estas palabras, aunque tampoco he podido evitar un subidón de contento porque, al fin, un malo se va a encontrar con la horma de su zapato. Y ya sé que no es muy de cristianos alegrarse por ello y tampoco me acabo de creer que esto sea el fin, pero lo que si tengo por seguro es que para el hp las cosas van a cambiar de manera drástica. 
Parece que la doña aún puede sorprendernos. Después de todo, la confesión de María la ha afectado mucho más de lo que se podía suponer, especialmente después de haber sido testigos de la actitud manifiestamente contraria mostrada hacia ésta en las últimas semanas. Pero lo mejor es que no ha dudado de la veracidad de las acusaciones, aunque haya necesitado contrastarlas con Mariana. Unido todo ello a las palabras de acusación de Martín, que hoy han cobrado todo el sentido. 
Como le ha dicho María, ya nada será igual a partir de ahora. 

Ha costado muchos meses y justificarlo con unas excusas tan poco convincentes que no hay manera de encontrarles la lógica, pero al final ha sucedido. María ha hablado y lo ha hecho sin dejar nada en el tintero, ante la mirada cada vez más horrorizada de Francisca. 
Aunque no sé exactamente si ello se puede atribuir exclusivamente al hecho de haber puesto al descubierto la verdadera careta de Fernando, que le haya sucedido a una chica que supuestamente estaba bajo su protección, o si se ha de sumar a todo ello al que haya pasado en su casa y sin que ella haya advertido nada. Tod@s sabemos que la doña controla todo con mano de hierro, y que algo de este calibre haya pasado ante sus narices, sin ser consciente de ello, supone un agravio adicional.
Que en primera instancia ha pagado Mariana. Aunque sorprendentemente después, aunque de manera sesgada, ésta haya recibido las disculpas de la doña por la violencia de su reacción ante la confirmación de los hechos. 


Como parece que ya vamos acabando con el personaje de Fernando, o al menos por una temporada, voy a romper mi intención de no hablar de él y lo dedicaré unas cuantas líneas más, aunque sólo porque interviene también Martín. 
Entiendo que éste busque todas las alternativas para salvar a María, pero coincido en que la propuesta de canjear su patrimonio por la chica es un sinsentido total, especialmente teniendo en cuenta todos los factores que ya se han comentado y que implican a más personas: Aurora, Candela, Rosario…. Con el añadido que el hp no es de fiar y que puede romper su palabra sin pestañear. 
Por cierto. No me gusta como están presentando a Martín, como alguien que actúa a impulsos y sin calibrar demasiado las consecuencias de sus acciones. Y no me gusta que tenga que ser reprendido continuamente por ello, como si de un chiquillo malcriado se tratara. Pero también entiendo que las tres mujeres vivan en un continuo sobresalto por él y por su integridad, y que le reprueben que se ponga en peligro. Sin embargo, y quizás porque le apoyan sin fisuras, es sorprendente que ninguna le haya reprochado su propuesta a Fernando. Al fin y al cabo todas tienen algo que decir sobre el asunto, pero parece que han aceptado la decisión del chico, aunque con las evidentes dudas sobre su factibilidad. 

A pesar de todo lo que le ha hecho y dicho Conrado, Aurora no parece que aún haya renunciado del todo a él. Y tampoco que se plantee canjearlo por el nuevo médico. No es fácil, cuando se quiere de verdad, dejar morir un sentimiento y Aurora aún no está por ello. Ya no digo de Conrado, que ya sabemos que tampoco puede alejar de él el amor que siente por la chica. 
Por cierto, me encanta el papel que Candela está teniendo en esta trama. Ha asumido perfectamente su rol de madre, y sabe actuar como tal. Y especialmente sabe leer en el corazón de la chica y ver lo que la acongoja. Sentimientos que, por otra parte, ésta no duda en compartir con ella. 

También es cierto lo de los paralelismos entre esta trama y la de Martin y María. La verdad es que más de una vez he tenido un dejà vû, como si lo que estaba viendo no fuera nada nuevo. Y como un eterno día de la marmota, las situaciones volvieran al punto de partida, pero con otros protagonistas. Ahora parece que, como nuestra parejita ya pasó en su momento, toca separarse físicamente, ya que Conrado se va por unos días. Dejando el camino aún más libre, si cabe, a Lesmes. 
Aquí surge una pregunta que me he hecho muchas veces ¿Para quien trabaja Conrado? Dice que para sí mismo, pero no acabo de entender que ello le suponga andar siempre tan atareado. Igual se podría decir del dinero que maneja, que no parece que sea una gran preocupación para él. 
Bueno, supongo que algún día lo sabremos. 

Ah, parece que el presupuesto de vestuario ha mejorado (para algunos). Candela lleva una chaqueta nueva que acentúa su aspecto de señora del Jaral y a Conrado le han puesto un sombrero también nuevo, aunque creo que el anterior era mucho más favorecedor. Eso sí, Martín sigue llevando la misma chaqueta con el pliegue que la levanta por detrás. 

Me cuesta mirar a Doroteo y no sentir un escalofrío. Aunque creo que algunos no son ajenos a esto mismo. Hemos visto la mirada de recelo de Alfonso y creo que también algo hay en D.Anselmo. Y en los avances va a ser Rita quién empieza a sentir que el hombre la molesta. Aunque por lo menos parece que vuelve Isidro. Pero ¿dónde está Aníbal? 
¿De verdad es necesario alargar la tontería de los descendientes de Atanagildo? Entiendo que le viene bien al supuesto arqueòlogo, que les está sacando los cuartos a los Mirañar, pero no puedo ni imaginarme a nadie que sea capaz de albergar tanta tontería como esta familia. 
De Olmo y Terence me reservo opinar otro día


16 de enero de 2014

Una propuesta incorrecta (16-01-14)

Me parece indecente la sola idea de que el innombrable pueda hacerse con la herencia de Martín, aun habiendo partido la propuesta de éste. 
Como indecente es oír decir a la doña que el bebé de María ha de estar en un hogar limpio (en sentido figurado) y cristiano, alejado/a de una madre pecadora. Francisca debe vivir en un mundo paralelo, porque en referencia a lo primero creo que La Casona dista mucho de ser ni una cosa ni la otra, y por lo que se refiere a lo segundo no tiene ningún derecho sobre el niño o niña y menos decidir con quién tiene que estar. Realmente su desfachatez y su seguridad absoluta en el poder que ostenta son merecedoras de un capítulo aparte. Ni siquiera se ha molestado en ocultar sus verdaderas intenciones a Emilia con respecto al bebé.
Pero es interesante que haya sido así, porque ello ha permitido a Emilia poner sobre aviso a su hija. Y con ello precipitar los acontecimientos ya que parece que, esta vez sí, María está decidida a poner al corriente a Francisca de los actos abominables de Fernando. 

Finalmente, y ante la perspectiva de perder también a su hijo, la chica se ha decidido a hablar. No voy a entrar en el tema del porqué no lo ha hecho mucho antes (hay que tener en cuenta que ello ha permitido alargar la serie varios meses) pero ahora no se trata sólo de ella sino también del bebé, y ha llegado el momento de luchar de verdad, empleando todas las armas disponibles. Aunque evidentemente ha de contar primero con que la doña la crea, y después ésta actúe como espera que haga a partir de sus revelaciones. Y esto ya es mucho decir, teniendo en cuenta que el panorama que puede quedar es el que finalmente María consiga estar con Martín, y ya sabemos que esto no entra dentro de los planes de la doña. 
Pero María no está sola en la lucha. 

Martín no está dispuesto a tirar la toalla, a pesar de las promesas que han hecho otros por él. Su natural rebelde, unido al amor sin mesura por María y su hijo, impiden que se rinda. Pero es evidente que todo lo que le han dicho ha hecho mella en él y que no quiere perjudicar a nadie. Y mucho menos hacer nada que empeore aún más la situación de la chica. Así que la única opción que tiene es comprar la voluntad del hp con la única cosa con que puede hacerlo: el dinero. 
Ya lo he dicho antes. Me parece indecente que un Fernando violador, asesino y maltratador llegue a apoderarse de lo que pertenecía a Pepa y que Tristán consiguió levantar a base de esfuerzo y tesón para legar a sus hijos. Que una persona que no merece más que una lóbrega celda en la más recóndita prisión, consiga a través de malas artes hacerse con un patrimonio, que además ya sabemos no tardaría en dilapidar. 
Al respecto, sólo decir algo. Jamás se ha aclarado que pasó con la parte del Jaral que pertenecía a Olmo y que es un tema sobre el que se ha pasado un tupido velo. Aparentemente toda la hacienda pertenecía a Tristán en el momento de su muerte y la ha dejado en herencia a sus hijos. Pero si no fuera así, Fernando tendría derecho a la parte de su padre. Aunque ya sabemos que esto nunca sucederá, dado que está desheredado. 
Esperemos que ni siquiera se tenga que plantear esto y, por supuesto, que no llegue a materializarse la propuesta hecha por Martín. Aunque no dudo que Fernando va a considerarla, ya que sería la solución a sus problemas. Pero también espero que Martín sea lo suficientemente precavido para no confiar en el hp. Ya se la ha jugado demasiadas veces. 


Casi se podía palpar el dolor de Conrado, como absorbía con ansía y desesperación el calor y el olor de la cercanía de Aurora. Como el amor que siente por ésta se desprendía de cada poro de su piel, haciendo aún más profunda la herida que él mismo se ha infringido (y no me refiero a la física. De la que, por cierto, nada más se supo…..????) También como soportaba con estoicismo el dolor físico, como si con cada uno de los actos poco delicados de Aurora recibiera un justo castigo. O la nota quebrada en su voz cuando ha dicho que no era hombre para ella. 
Pero difícil de valorar todo esto cuando una está dolida en lo más profundo y es incapaz de ir más allá de lo que ha visto o de la traición de la que cree ha sido objeto. 
Esperemos al menos que Alfonso hable y ponga las cosas en su sitio. ¿O acaso va a volver a suceder lo mismo de siempre y lo que ha visto no va a servir de nada?
Y hablando de heridas y de Aurora, aunque en un terreno más concreto. Ésta dice que tiene experiencia en curas, pero el vendaje que le ha hecho a Conrado creo que ha dejado mucho que desear. Para el caso considero que él mismo podría haberse curado y aún lo habría hecho mejor. 

Ya sabemos que Alfonso es un personaje muy poco valorado. Pero me alegro que también tenga sus momentos de gloria. Que pueden ser muchos, pero que pasan desapercibidos porque no suelen influir demasiado en las tramas. Por ejemplo Emilia le roba protagonismo en el tema de María, primero anticipándose en todo y después dejándolo al margen y ocultándole cosas. Pero al menos hoy ha tenido una escena magnifica con Martín, en la que ha vuelto a salir el hombre valiente y el padre que no le han dejado ser. El que quiere con locura a su hija y que es capaz de entender quién realmente quiere a ésta. Y que además puede encontrar justificación en lo que Martín ha hecho para sacarla de su cautiverio, pues es algo que él mismo estaría dispuesto a hacer. 
¡! De verdad que hoy estos dos hombres me han dejado KO!!





Y quien puede que también esté KO es Aníbal. O algo peor. 
Que de pronto aparezca Doroteo en la granja diciendo que éste ha muerto, no augura nada bueno. Lo que además ratifica que otro desquiciado ha hecho su aparición. Y van…………..

15 de enero de 2014

Colleja va , bofetón viene (15-1-14)

Parece que Aurora hoy andaba algo crispada. 
Colleja va, bofetón viene. 




Y no es para menos. Los dos hombres de su vida la están llevando por lo que se llama coloquialmente el camino de la amargura. Aunque afortunadamente para uno de ellos, Martín, el tropiezo al final ha sido leve y sin más consecuencias que un par de noches en prisión. Lo de Conrado ya tiene más miga y difícil resolución. 
Y mucho me temo que habrá un tercero que también le va a provocar zozobra. No sé si es el actor o realmente pretendía transmitir una sensación concreta, pero me ha parecido que cuando Aurora ha abrazado con cariño a su hermano, Lesmes ha mostrado cara de disgusto o celos. Lo cual me parecería una solemne tontería, a menos que esconda detrás de su apariencia simpática y cercana a una persona más retorcida.
Espero equivocarme, porque ello significaría que casi nadie de los que llegan a este pueblo se libra de una segunda personalidad. Como si todos los malvados o los que tienen algún problema de la índole que sea, fueran a recalar a PV.

Aunque también hay quienes, de alguna manera, se redimen. 
Hoy le ha tocado el turno a Sor Encarnación. De hecho la mujer no entraría en ninguna de las dos categorías anteriores, porque ya ha dado muestras de que sus decisiones no están basadas en ningún rencor ni en deseos retorcidos. Simplemente ha hecho lo que le dictaba su ministerio y lo que le ha encomendado la justicia. Cierto que también ha dejado que la manipularan por dinero y ello es censurable ya que con ello perjudicaba a una persona, pero en su descargo hay que decir que a María no le ha pedido más que a cualquier otra integrante de su comunidad. Y si ellas pueden hacerlo, lo mismo la chica. También existen sus convicciones ortodoxas, que la llevan a poner en la picota a María por su “pecado” de adulterio, equiparable para la justicia y la religión al delito más grave, cuando es algo que no tendría que haber pasado de los límites estrictamente personales. Pero no hay que olvidar que esta legislación no cambió hasta fechas muy recientes. 
Finalmente ha salido a la luz otra Sor Encarnación. Y no es como la presentaron. Puede haber cambiado con los años y endurecido su corazón, pero en el fondo sigue siendo una mujer que un día conoció el amor de un hombre, y esto deja una huella imborrable. Aunque probablemente el verse forzada a renunciar a sus sentimientos alimentó una amargura difícil de vencer, más cuando a ello hay que añadir el internamiento forzado en un convento de clausura, o lo que es lo mismo, verse enterrada en vida en contra de su voluntad. Y sin vocación. 
Más o menos como Celia, aunque ésta parece que se rebela ante su situación y está dispuesta a cambiarlo. 
Aunque también es cierto que probablemente nada hubiera cambiado para María y Martín de no intervenir D. Anselmo, que ha hecho revivir unos recuerdos enterrados en el olvido, y abrir los ojos de la religiosa sobre sentimientos que ella también conoció. Y que ha servido para que ésta reconsiderase sus últimas decisiones. 
Reconozco que he estado a punto incluso de aplaudir a la religiosa cuando ha hecho participe de su cambio de parecer a Francisca y al adosado. Me ha gustado como ha llevado la situación, conduciéndola hacia su terreno sin faltar a la verdad y con unos argumentos que han desarmado a la doña. Ha sido de las pocas veces que se ha visto a Francisca perdiendo una partida y encima quedarse sin palabras. 
Por cierto. ¿Martín es un don nadie? Si no me equivoco es el señor del Jaral y uno de los terratenientes más importantes del pueblo. Empiezan a cansarme en demasía estos desprecios y estoy esperando con verdaderas ganas a que la doña y el hp se los tengan que tragar algún día (con el permiso de los guionistas, por supuesto). De hecho Fernando no tiene ni poder, ni dinero, ni cuenta para nada. Así que mejor que se calle, a poder ser definitivamente. 
Otra cosa sobre Martín. 
Creo que ya tiene suficiente edad para decidir por sí mismo. Y tod@s vuelven a caer en lo mismo que hicieron con Tristán: intentar decidir por él. Aunque no creo que esta vez lo consigan, porque Martín no parece nada dispuesto a seguir la recomendación de no seguir adelante con su propósito de liberar a María. Y mucho menos por el hecho de que otros hayan hecho promesas por él, que no está obligado a cumplir más que por lealtad a quienes las han pronunciado. Sí que es cierto que, como Candela, pueden aconsejarle que deponga de su actitud e incluso entiendo que ésta se muestre firme como lo haría una madre, pero no es el caso por ejemplo de Aurora, que actúa como si fuera la hermana mayor y Martín alguien a quien es necesario reprimir. 


Sobre los demás personajes, no se me ocurre nada que decir. 
Bueno, quizás una mención (otra) a la solidaridad de las mujeres con Rita. La verdad es que cuando he visto a ésta sola y enfrentándose al hombre. he pensado que la situación podría acabar mal. Y por lo visto otras también lo han pensado, aunque no ha hecho falta su intervención.


¿Castañas en enero?


Besos

14 de enero de 2014

Los celos son un mal compañero (14-1-14)

Reconozco que no acabo de captar la intención de los guionistas al convertir a Conrado en un personaje tan desabrido y desconcertante.
Es cierto que desde el principio ha demostrado que tiene un carácter muy enrevesado y que es tarea harto complicada atravesar sus defensas. De hecho nadie lo ha conseguido, excepto Aurora. Y aún no del todo. 
Pero esto ha vuelto a experimentar un retroceso, aunque haya sido por su propia voluntad. 
No entiendo mucho de psicología humana y por ello no sería propio lanzarme a un análisis del porqué de esta actitud. Lo que es evidente es que Conrado arrastra una gran amargura que le lleva a no desear sociabilizar con nadie y que le empuja a la soledad. Pero ya hemos tenido muestras que su corazón y su humanidad no están muertos del todo, que tiene convicciones y las defiende a ultranza, y que aunque intente por todos los medios atenazar todo esto, aún puede albergar sentimientos. Le hemos visto defender a María de su marido, cuidar con dedicación a Martín y ofrecerle su ayuda desinteresada, desnudar su alma, aunque sólo sea parcialmente, con D.Anselmo o Alfonso. También hemos sabido que hay un par de niños que están bajo su protección y por los que siente algo que va más allá de la responsabilidad. 
Pero especialmente hemos visto que puede amar. 
Ahora sólo falta que consiga vencer sus miedos y darse cuenta de que aún tiene una oportunidad. 
De hecho pienso que su actitud guarda muchos paralelismos con la de Tristán después de la muerte de Pepa. Ambos, en su momento, tomaron la opción de una vida de ostracismo, ahogándose en su propio dolor (o quizás remordimientos en el caso de Conrado) y sin permitir que nada ni nadie entrara en la fortaleza que se habían construido. Pero si Tristán consiguió escapar de esta situación, aupado por la fuerza del amor en primer lugar de su hijo Martín y después de Candela, también puede hacerlo Conrado. 
Porque lo que es claro es que Aurora ha conseguido hacer mella en su corazón y lo ha hecho con fuerza. Tanta que encima le está llevando a la sinrazón, dejando que los celos le consuman y le conviertan en un energúmeno. No es que se trate de que rinda pleitesía a Lesmes por curarle, ya que éste básicamente estaba haciendo su trabajo, pero de ello a mostrarse además como un desagradecido va un abismo. Y encima el médico ha sido capaz de darle la vuelta y hacerlo quedar aún más como un patán. 

Por cierto, coincido contigo Miguelitas en que Lesmes tiene algo que no acaba de convencerme. Es verdad que no hay nada en su actitud que haga sospechar doblez y, de hecho, parece que nada le ha llevado hasta el pueblo más que la recomendación de D. Pablo. Además es un hombre joven, soltero, que trabaja estrechamente con una chica muy especial, y pienso que no ha de sorprender a nadie que llegue a sentir algo por Aurora. Otra cosa es lo que puede suceder si tiene que luchar por ella con Conrado, o viceversa. Sólo espero que no se reedite lo de Alberto y Pepa, que aunque no conozco la historia al completo si tengo referencias de cómo se desarrolló. 

¿Prisión incomunicada para Martín? ¡¡Vamos, ni que hubiera cometido un crimen horrendo!! Cierto que ha cometido un error de cálculo y que es cómplice de un intento de fuga, pero me parece algo drástico que no le permitan ni ver a su familia. Aunque es evidente que la mano de la doña está detrás de ello. Por cierto, algo que ya hace tiempo que cansa, como también las escenas que, un día sí y otro también, ésta tiene con Fernando y que parecen calcadas unas de otras. Hasta llegar al punto de que ya no consigo ni siquiera ver cinco segundos de las mismas sin que me entren ganas de salir corriendo. 
Lo que es inexplicable es que Francisca siga aguantándolo, cuando evidentemente siente un enorme desprecio hacia él. Sólo se explica porque es el instrumento para llegar al hijo de María, pero aún así no veo por qué tiene que seguir aguantando su permanente cara de amargado y sus continuas salidas de tono, que acrecientan aún más el ambiente enrarecido de La Casona.


El haber vivido siempre entre algodones le está pasando factura a María. No dudo de su buena voluntad y de su determinación para realizar las tareas, pero es evidente que no está acostumbrada a los trabajos físicos y menos de la dureza de los que le están encomendando. Y sin que pueda apelar a su condición de embarazada. 
Pero pienso que esto que puede sacar algo positivo de esto, ya que junto con el desapego demostrado por Francisca, puede ayudarla a madurar más si cabe y a forjar una nueva manera de enfrentarse a su presente. Porque no dudo que su situación de encierro no va a durar mucho. Lo que me tiene intrigada es saber cómo se va a desarrollar, a partir de este momento, su relación con la doña y el hp, ya que es claro que cuando suceda esto, María se va a ver obligada a volver al hogar conyugal. Porque lo que no va a cambiar es que va a seguir casada. 

Sorprendente el cambio de actitud de Aníbal. Parece realmente sincero cuándo dice que va a dejar el camino libre a Isidro y Rita. ¿Es posible? Y aunque esta trama es bastante aburrida, empieza a interesarme este cambio. Aunque, lo admito, quizá contribuya a ello que he empezado a mirarme a Jorge con otros ojos y lo que veo es un buen actor y a un tipo con bastante apostura. 


Y lo dejo, a la espera de ver cuál es la relación entre D.Anselmo y Sor Encarnación. Por los avances parece que es algo del pasado relacionado con un hombre de nombre Antonio. Y también que, sea lo que sea, a cambio va a suponer la liberación de Martín, que por lo que se ha dicho dependía exclusivamente de la voluntad de la abadesa. 


Besos

La personalidad compleja de Conrado (9-1-14)

Realmente la personalidad de Conrado es de lo más compleja. 
No es un cobarde, y ya lo ha demostrado. Pero parece que esto se pone en entredicho cuando no es capaz de dejar atrás lo que sea que le sucedió en el pasado, demostrando al mismo tiempo falta de confianza en sí mismo y en los demás. Además de autoimponerse un duro castigo, sin al parecer ni siquiera llegar a considerar la posibilidad de redención. 
Pero sí la tendría que tener, por muy gordo que fuera lo que arrastra. Todo el mundo tendría que tener derecho a una segunda oportunidad y él no ha de ser la excepción. Aunque para ello también necesita que alguien le ayude a abrir los ojos, lo que no será fácil con el carácter que atesora y con las pocas (o nulas) ganas que tiene que alguien le eche una mano. 
Sin embargo que haya decidido apartarse del mundo no tendría que ser un obstáculo para que también mostrara algo de educación, por lo que es complicado encontrar una justificación para que se muestre tan cerril con Lesmes. La única explicación que se me ocurre es que es una persona íntegra, que ha desterrado la hipocresía y ello impide que muestre simpatía hacia alguien al que considera un rival. 
Bueno, esto y que parece que ha dejado de importarle lo que la gente piense de él. También es cierto que ello no tendría que condicionar a nadie, porque muchas veces coarta decisiones o maneras de actuar, pero en el caso de Conrado lo que provoca además es que su soledad se agudice. 
Y nadie debería estar solo, aunque en su caso sea una opción voluntaria. 
Aun así me cuesta entender su proceder. Y su miedo irracional a hacer daño me parece más bien una excusa para autoflagelarse. Especialmente teniendo en cuenta que si es capaz de ser lo suficientemente lúcido para llegar a pensar que con sus actos puede hacer sufrir a alguien, también lo es para evitar llegar a este extremo. Sólo alguien muy malvado (de los que tenemos claros ejemplos en PV) es capaz de hacer daño voluntariamente, y no creo que Conrado entre en esta categoría. O al menos no ahora, aunque en el pasado quizás las cosas fueran diferentes y sean los remordimientos los que le hacen comportarse de la manera que vemos actualmente. 
De todas maneras creo que necesita urgentemente poner en orden sus ideas. Porque el amor que siente por Aurora no se ha apagado ni un ápice, algo que él mismo ha admitido. Por cierto, y a pesar de que el alejamiento de Aurora es algo que él ha provocado, no he podido evitar un nudo en el estómago al oírle decir, entre resignado y desolado, que le han arrebatado a la persona a quien más quiere. 
Pero no se puede estar en los dos bandos a la vez. ¿O es que recrearse en el dolor forma parte del castigo? 
Castigo que al parecer incluye el sufrimiento físico. De otra manera no se entiende que no le importe desangrarse antes que aceptar ayuda profesional. ¿De verdad piensa que podrá curarse tamaño estropicio él solo? Por suerte para él, Aurora es lo suficientemente obstinada para no dejar que esta vez se salga con la suya. 

Y ahora entran las preguntas. ¿Quién le ha atacado? ¿Conrado hará lo habitual en todos y también va a dejar que quién sea se vaya de rositas?
Por cierto. Me encanta que, por una vez, los guionistas hayan tenido en cuenta al personaje de Alfonso para algo. Ya que no funcionan las protestas por la ignorancia en la que lo mantienen al respecto de lo que le pasa realmente a su hija, al menos parece que se ha convertido en el confidente de Conrado y el único que sabe lo que siente éste. Y también el único (aparte de los interesados) que tiene la posibilidad de hacer algo para remediar la situación. 

Por suerte no creo que Martín sea capaz de llevar a cabo las amenazas que ha formulado. Y si tuviera alguna tentación de hacerlo espero que sepan frenarle a tiempo. Lo que sí tengo por seguro es que va a poner todo su empeño en evitar que Francisca arrebate el bebé a María, aunque llegar a la violencia me parece excesivo. Sin embargo lo cierto es que ahora mismo sólo podría hacer algo usando la fuerza y sin que el hecho de que finalmente pudiera probar que el bebé no es de Fernando suponga nada efectivo, porque la ley ampara al hp. 
No tiene que ser fácil hallarse en esta tesitura, más cuando existe la casi total certeza que él es realmente el padre de la criatura. Dejar a su hijo en manos de semejantes desaprensivos no es asumible. Aunque no deja de sorprenderme que haya llegado a conclusiones tan acertadas y de manera tan rápida, sólo por el hecho de la actitud de la doña con respecto a María. 

Otro personaje que crece es Soledad. Su lucha por su sobrina, empleando todos los medios a su alcance, la hace merecedora de todos los respetos. Además ahora se puede entender el porqué de su vuelta y también porqué sigue en una casa en la que ahora coexisten dos bandos que pugnan abiertamente en direcciones opuestas, aunque con el mismo fin: María. 

“La vida no es un camino cortado, es la búsqueda de la libertad y la felicidad. Hemos de arriesgar para ser felices. Ese es el sentido de la vida”. Las he tomado porque me han parecido unas hermosas palabras que Soledad ha dirigido a su sobrino. Y ella sabe muy bien de lo que habla. 

Ya lo apunté en días pasados y hoy se confirmado. La excusa de María sigue siendo válida para Mariana, aunque ahora mismo sea esto, un argumento sin sentido. Pero entiendo que tal como está planteada la trama debe ser difícil encajar la relación con el fotógrafo sin que la actriz se vea en la tesitura de tener que alejarse de la serie. El trabajo de Nicolás requiere que éste no pueda quedarse en PV y Mariana, de tomar la opción de acompañarle, dejaría de salir en escena. 
Aunque siempre queda la posibilidad de que el chico cambie de profesión. 

Aún así pienso que Mariana se equivoca anteponiendo a los demás a su propia felicidad. Tanto María como Rosario tienen a otras personas que velan por ellas, por lo que utilizarlas como argumento para quedarse en un lugar donde además es tratada casi como una esclava, no acaba de convencerme. Pero el amor parece que puede superar estas barreras. Nicolás se irá, pasarán unos cuantos meses y después, si aún continúa la serie, ya veremos. 


Sólo un inciso para hablar de alguien del que me propuse hacerlo lo mínimo. 
Es realmente patético ver como Fernando es capaz de dejarse humillar continuamente por la doña, sólo porque no puede ir a otra parte y la necesita para no morirse de hambre. 
Como también lo es ver a Francisca regocijarse con ello. 

Un dia pesimista (8-1-14)

“Querida María. No desesperes pues muy pronto has de verte pronto fuera de esta celda. Mientras tanto cuídate mucho y toma buen cuidado de nuestro hijo, que ha de llenar de dicha nuestra vida. Es de lo único que has de preocuparte, porque del resto ya me estoy encargando yo, y estoy seguro que todo va a salir rodado. Ten paciencia mi bien. Falta muy poco para que podamos estar juntos, créeme. Te quiero” (Martín) 
Qué bonito si fuera a ser verdad. Pero permitidme que ponga en cuarentena esto de que todo va a salir rodado. 




Deshojando la margarita. ¿Me voy o no con Nicolás? (Mariana) 


No quiero vivir! (Aníbal) 


Hoy Soledad ha sido oportuna y ha escuchado una conversación que puede cambiar muchas cosas. 


El protagonista (aunque a veces no lo parezca) 


Que tierno Hipólito!! Asustado por la posibilidad de que no llegar a ser un buen padre. 


Pensaba que me iba a echar la caballería encima, Candela (Conrado) 


Os aseguro que ahora mismo leer los avances es casi un ejercicio de masoquismo, por lo que os recomiendo que no lo hagáis. Ya que si la serie no está precisamente para tirar cohetes, no es mejor lo que se avecina. 
De hecho ya ni siquiera encuentro demasiados alicientes para mirarla. Supongo que sigo ahí porque me he instalado en la rutina y también porque en el fondo sigue gustándome, pero hoy, por ejemplo, ni tan solo recuerdo nada interesante que me haya llamado la atención o que considere que merezca la pena comentar. 
Y que me hace ver con creciente desasosiego que empieza a ser la tónica general, de lo que da cumplida cuenta el hecho de que el foro esté languideciendo por momentos. 
Lo que sí recuerdo es que la guionista principal dijo que tenían ideas para desarrollar la serie durante muchos años, pero a mí no me produce esta sensación. Hay un montón de escenas que, con algunos ligeros cambios, se reproducen día sí, día también. Por ejemplo las de Fernando, que parece que únicamente se limiten a tres: o destilando rencor hacia María, u odio hacia su padre o Martín. Es decir, nada nuevo desde hace tropecientos capítulos, lo que además hace totalmente prescindible su papel. 
Y de los demás podría decir casi lo mismo. Aparte de que, como en una espiral, volvemos a ver escenas que retrotraen a otras anteriores, del resto no hay casi nada que experimente avances significativos desde hace semanas, si acaso un retroceso. Porque si sucede alguna cosa que permite alimentar esperanzas, dura lo que un suspiro, en aras a lo que considero un intento de alargar las tramas para dilatar al máximo la serie. Algo que, por otra parte, no puedo censurar porque es totalmente lícito. 
Pero si de lo que se trata es que se parezca lo máximo posible a la realidad, puede que lo estén consiguiendo. Porque es cierto que en el devenir cotidiano no es tan fácil solucionar algunos asuntos espinosos como los que plantea la serie y que además, en la mayoría de los casos y para la gente real, los días se suceden sin grandes variaciones. Pero si es así creo que los guionistas se equivocan, porque PV es ficción y no veo necesario que tengan que hilar tan fino. De hecho tod@s hemos asistido a multitud de incoherencias en las tramas y en muchos casos incluso nos ha sido posible encontrar justificaciones razonables para ello. Aunque creo que cada vez están tensando más la situación, porque se supone que el objetivo final de la serie ha de ser un entretenimiento. 
Y para pasarlo mal sólo hay que poner las noticias. 
De veras que no quiero contagiaros mi pesimismo, pero es que además no veo nada que me haga concebir esperanzas de que esto vaya a cambiar. Es cierto que leí en algún sitio que se iba a producir un giro de 180º, pero no decía cuando, lo que puede suponer que lleguemos al verano sin que antes haya pasado nada significativo. Y la paciencia tiene un límite. Además creo que me voy a aplicar la fábula del lobo y las ovejas dado que, en mi opinión, normalmente las expectativas que crean los responsables de la serie , después se ven defraudadas ante lo que al final acaba sucediendo. Ver si no lo que dijo Rubén en el VE, de que en Navidad habría más amor que muerte. Sí que es cierto que no hubo muertes, pero lo que es amor aún ando buscándolo. 
Por cierto y ya que ha salido el tema de Rubén, no me gusta para nada lo que están haciendo con su personaje, haciéndolo bajar a los infiernos y convirtiéndolo en una persona malencarada y hosca, sin ninguna empatía con nadie. En definitiva, alguien de quién mantenerse apartado. 

La doña y la abadesa ( 7-1-14)

Salvo honrosas excepciones como D. Anselmo, y en su momento Martín, la religión católica (o quizás sea más justo decir sus representantes) no es que estén quedando en muy buen lugar en esta serie. Y ejemplo de ello son la loca de Calvario, el responsable del monasterio donde ésta ingresó a Martín después de raptarlo, D. Celso, y ahora Sor Encarnación, que además de un hábito religioso tienen otra cosa en común: la influencia que de una manera u otra ha ejercido el dinero en sus decisiones.

Es cierto que el último caso es distinto a los demás y que el dinero que la religiosa ha aceptado no es para su disfrute personal sino con la finalidad de ayudar a su comunidad, pero también lo es que tampoco ha demostrado tener demasiados escrúpulos para aceptar lo que a todas luces es un soborno. Ha bastado un cheque y la promesa de más donativos para que todos los supuestos pecados de María hayan sido convenientemente aparcados. 
Hasta este momento incluso podía entender a la monja. Supongo que una superiora de una congregación debe gozar de una cierta discrecionalidad para regir su comunidad (siempre claro siguiendo las normas de la orden a la que pertenece) y que por ello puede ser tan estricta como crea conveniente. Y que la obliguen a acoger en su comunidad a alguien que ingresa contra su voluntad y que no tiene como meta una vida religiosa, entiendo que no sea muy de su agrado, más cuando se trata de una persona condenada por lo que la iglesia consideraba un grave pecado. Claro que la idea de cómo debe tratar a su “prisionera” en principio quizás era excesivamente rigurosa, ya que lo pretendía aplicarle era casi un castigo a trabajos forzados y sin tener en cuenta su embarazo, con lo que además lo de la caridad cristiana queda totalmente en entredicho. 
Francisca ha conseguido con su dinero que todo esto cambie, aunque hay otro tema en el que se ha demostrado que la religiosa también puede mirar a otro lado cuando conviene. Porque la doña ha dejado claro que la que le mueve no es el bienestar de la chica sino el niño que María está gestando. Después del nacimiento del bebé las cosas ya toman otro cariz, algo de lo que las dos han evitado entrar en detalle.
Por cierto que Aurora, sin ser consciente de ello, ha contribuido a allanar el terreno para tapar convenientemente el súbito cambio de decisión de la religiosa. Y María ha pasado de la posibilidad de tener que enfrentarse a unos años llenos de penalidades, a pasarse el día mano sobre mano, encerrada en su celda y muerta de aburrimiento. Ni tanto ni tan poco. Porque tampoco se trata de que tengan que ponerla en una urna de cristal para que no le suceda nada. Desde tiempos inmemoriales las mujeres embarazadas han seguido con su vida, algunas faenando de sol a sol en su casa y fuera de ella. Y aun así han traído al mundo a niños sanos y hermosos. 
Y ya que hablo del embarazo.
Cada vez parece más claro que todos piensan que el bebé es hijo de Martín. Desde éste mismo hasta la doña. De hecho Francisca se lo ha dejado claro a Fernando. Sigue tolerando su presencia solo porque siendo el esposo de María es el padre legal del niño. No parece que considere para nada la posibilidad de que además la criatura lleve la sangre de los Mesia.
Y con respecto a Fernando. Además de tener un papel que considero totalmente prescindible, es difícil comprender porque sigue todavía en La Casona, salvo por el hecho de que quizás la doña lo quiera cerca para asegurarse el tema del niño. Porque otra cosa no será, ya que Francisca no ha dudado en hacerle saber que comparte con los demás el desprecio por sienten por él. Por alguien que a pesar de todo el daño que le ha infringido a su esposa, aún tiene la desfachatez de mostrarse ofendido por una supuesta humillación y encima pedir una reparación.


Por una vez, y no creo que siente precedente, Alfonso va un paso por delante de los demás. Es curioso que, sin ser cotilla, se haya enterado de algo que tendría que haber quedado oculto. Aunque teniendo en cuenta como las gastan los guionistas, lo más probable es que finalmente la información sobre la treta de Conrado pase a engrosar la lista de cosas que han sucedido (algunas sin razón aparente) y que después han quedado olvidadas por quién podría hacer algo para enmendar la situación. El ejemplo más paradigmático es la cincha cortada, cuyo descubrimiento por parte de Mauricio no ha supuesto ningún avance, si acaso para sus bolsillos. 
Acostumbrad@s a que los personajes tengan impedimentos para llevar adelante su relación, no tendría que sorprender que Aurora y Conrado pasen por lo mismo. Pero creo que esta vez han optado por la apisonadora, ya que esta relación ni siquiera se podía calificar de incipiente y ya se la han cargado. Y ahora, con un tercero en discordia, esto aún va a ser peor, porque ya se adivinan además los celos de Conrado, lo que le convierte en casi como el perro del hortelano que no come, ni deja comer.
Una trama que sí parece avanzar es la de Carlota/Mariana. Finalmente coge algo más de protagonismo, aunque en contrapartida pueda suponer finalmente su desaparición parcial o total de escena. Pero creo que a este personaje ya le toca tener una trama propia y no ser simplemente la sombra de María. Sin la excusa de velar por ésta y con la perspectiva de que su sobrina no vuelva en años, es el momento en que Mariana se plantee seriamente su futuro y lo que desea para sí misma. Y en Nicolás aparentemente ha encontrado a la persona perfecta para compartirlo. Es cierto que es lo suficiente decidida para valerse por sí misma, pero si además tiene la posibilidad de ser feliz mejor que mejor. Y aunque la vida de Nicolás no sea lo estable que se pudiera desear y que por su profesión tenga que moverse mucho, creo que ello no tendría que detener a Mariana para seguirle, aunque puedo entender que la chica sienta al mismo tiempo miedo. La vida le ha dado muchos sinsabores y es cierto que no ha tenido mucha suerte con los hombres, pero esto puede cambiar con el fotógrafo. Porque creo firmemente que éste no tiene doblez y que es realmente como se presenta, sin secretos, ni más pretensión que la que muestra: pasar el resto de su vida junto a ella. 
De hecho pienso que esta relación es de lo mejor que estamos viendo ahora mismo. Me encantan estos dos personajes que destilan cariño, ternura y que, en mi opinión, además desprenden una gran química, que los convierte en una pareja encantadora. 



Ya voy acabando. 
Es bastante sorprendente el cariz que está tomado la de Rita, Aníbal e Isidro. Este ultimo totalmente desaparecido y el otro mudando como un calcetín. Aunque supongo que debe ser porque Aníbal piensa que su vida se está acabando y los remordimientos no le dejan vivir. Que ya es mucho, porque indica que aún puede redimirse (o no). Veremos cómo reacciona ahora que sabe que lo suyo no es mortal (Por cierto, aún seguimos sin saber qué es lo que le pasa realmente). Y si realmente se confirma esto, cuál va a ser el futuro que le espera con Rita, de la que parece realmente enamorado. Aunque ya dicen que hay amores que matan y hasta ahora ha ido más bien por este camino. 



Para terminar me gustaría comentar algo que me ha sucedido estos días de mini-vacaciones en los que el tiempo libre me ha permitido navegar a placer por internet. 
No digo nada nuevo al afirmar que las redes sociales pueden ser un escaparate, más cuando algunos hacen uso habitual de las mismas, entre los que se encuentran algunos actores de PV. Ello permite conocer otros facetas de los mismos, y a través de sus posts saber algo más de sus aficiones y su manera de pensar. Pero lo que me ha llamado la atención es que algunos sean actores cuyos personajes andan o han andado por el lado oscuro de la serie, y que en la vida real no pueden estar más alejados de lo que interpretan. Aunque, por descontado, entiendo que esto no es nada excepcional, ya que tengo clara la diferencia entre lo que representan en la serie y lo que es la vida real. 
Uno de los más visibles es Iago García, cuya actividad en la red lo muestra como una persona comprometida, igual que Ramon Ibarra, Enric Benavent, Mario Zorrilla, Blanca Parés o Àlex Gadea. Pero a lo que quería llegar es a dos actores con un papel menos destacado en la serie, pero que también han sido un descubrimiento. Me refiero a Alain Hernández (en la ficción Ricardo, el ex de Candela) y Jorge Pobes (Aníbal), que además de dos grandes profesionales, se adivinan también grandes personas. 
De Alain/Ricardo puedo decir que a través de lo que cuelga en su perfil se visualiza alguien extrovertido, sensible, cariñoso, amante de los animales y con un gran sentido del humor. Y por lo que se refiere a Jorge /Aníbal, he oído una entrevista en la que explica que trabaja ahora mismo en el teatro con y para los niños (además de hacer otras cosas). 
Lo admito. Ya sé que es una tontería porque es mezclar las cosas, pero ello hace que ahora mire a sus personajes con otros ojos.