El nombre de Martín

El otro día hablaba de la serie con una buena amiga y salió a relucir un tema del que creo que nunca he escrito en este blog, aunque si en el foro de Formula Tv. Me refiero al nombre que todos utilizan para llamar a Martín: Gonzalo.

Ya sé que es algo menor y que no tiene importancia para las tramas, pero es también un tema que aún a día de hoy sigue desconcertándome y, por qué negarlo, me causa incluso cierto dolor de oídos cuando le apelan por Gonzalo personas que le conocieron en su infancia por su verdadero nombre. Sólo Tristán lo llamaba Martín, así como a veces lo hace también Aurora, mientras que más ocasionalmente Rosario, Candela e incluso Francisca, siguen llamándole por el nombre que le corresponde y no el que le forzaron a tomar.

También es cierto, aunque no recuerdo muy bien el argumento utilizado, que no es más que algo que él mismo provocó con sus palabras, pero ello no evita que me lo siga cuestionando. Porque Gonzalo no existe, al menos de manera legal. Claro que se puede utilizar el razonamiento que la mayor parte de su vida la ha vivido con este nombre, y que durante dos tercios de la misma nadie le llamó por el apelativo de Martín. Pero negar este nombre es como hacerlo de los únicos días felices que tiene en el haber de su joven vida, mientras que las connotaciones del nombre de Gonzalo son todas negativas. Con este nombre, dos personas corrompidas por la ambición y el fanatismo le obligaron a romper con su infancia, con su familia y con todo lo bueno que había vivido, para pasar a tener una adolescencia y primeros años de juventud marcados por malos tratos, vejaciones y presiones, obligado a  llevar una vida no deseada, y mantenido en la inopia sobre unos padres que le habían seguido buscando hasta la desesperación. Unos padres que se vieron obligados a aceptar la pérdida de un hijo, mientras que lejos, en otro continente, éste seguía estando muy vivo, pero desaparecía bajo otra identidad.

Y aún hoy sigue llegándome hasta lo más hondo la escena del reencuentro y la profunda emoción en la voz de Tristán al recuperar a su hijo, llamándole por su verdadero nombre. Para éste su hijo era Martín y no otra persona fabricada para satisfacer oscuros intereses.

Es cierto que también hay personas, entre ellas María, que no le han conocido por otro nombre que Gonzalo, y para las que ha de ser más difícil cambiar. Pero no imposible. Y como decía mi amiga. Ahora que parece que Martín y María van a poder contraer matrimonio, ¿qué nombre va a utilizar el sacerdote para unirlos, si Gonzalo legalmente no existe?