26 de noviembre de 2015

Alegato para Emilia

Desconozco la edad de las personas que comentan sobre la trama de Alfonso y Emilia, pero no creo que esto sea lo más importante, ni decisivo, para explicar unas determinadas opiniones. El tema de fondo es que, sin querer entrar en descalificaciones y haciendo constar que es solo mi opinión, me estoy dando cuenta que se aplica un rasero diferente en el caso de uno y el otro, que trasladado a la vida real hace que se haga patente que, de alguna manera, aún perdura en nuestra sociedad un cierto sentimiento patriarcal, y que ello no distingue en edades, ni en géneros.
En estos días que se habla del tema del machismo y de sus consecuencias, una se da más cuenta de que hay actitudes que se siguen llevando implícitas en nuestra cultura, y que ésta sigue siendo en buena parte misógina, de hombres para mujeres. Por supuesto se ha avanzado mucho en temas de igualdad, pero si las mismas mujeres no tomamos conciencia que de alguna manera somos cómplices de ello y no nos levantamos para cambiar mentalidades que aún perduran, nunca se podrá avanzar lo suficiente.
Todo ello viene a cuento por lo que encabeza este comentario. En realidad no deja de sorprenderme que haya quien piense que Emilia se está pasando con Alfonso y que tendría que ceder. Incluso he llegado a leer que tampoco es para tanto lo que ha hecho el hombre, afirmación que, por supuesto, no comparto en absoluto. Porque no es solo el hecho, sino que se trata de una traición, se mire por donde se mire, y además el hombre no ha reparado en el daño que podía infringir, anteponiendo sus instintos primarios a todo lo demás. Lo que hace aún más injustificable su proceder, si es que se puede justificar de alguna manera que después de intentar traspasar su sentimiento de culpa a Emilia por un tema del pasado, mentirle durante semanas, dejarla plantada en más de una ocasión, rechazar sus intentos de acercamiento y finalmente consumar su infidelidad, ahora pida hacer borrón y cuenta nueva de la noche a la mañana, pretendiendo que Emilia no se lo tenga en cuenta.
Por supuesto me alineo al lado de Emilia, y puedo entender cómo se siente. Otra cosa es que en este caso de ficción, la trama pueda antojarse larga y aburrida pero, vista desde una óptica de la vida real, a mi entender está siguiendo una progresión lógica. Porque aquello de que el amor lo puede perdonar todo no creo que sea una afirmación que no pueda ser discutida, aunque también es cierto que hay que distinguir cada situación o contexto. Y el amor también se puede acabar, o al menos experimentar un cambio. Pero lo que no se puede pedir es que en nombre de este sentimiento se gire la vista hacia otro lado.   
También dicen que el tiempo puede curar las heridas. Y en todo caso Emilia es lo que està pidiendo: tiempo

20 de noviembre de 2015

No es la misma

Supongo que uno de los principales errores de los que vemos la serie casi desde sus comienzos, es intentar establecer comparaciones con lo que actualmente sucede en la misma. El caso es que en este momento no tiene demasiado que ver, opinión con la que creo coincido con bastante gente. Aunque tampoco tendría que ser nada sorprendente que se hayan producido cambios porque después del tiempo transcurrido es lógico que las cosas no sean las mismas. Incluso es posible que esto sea bueno si se quiere mantener el interés del espectador. Sin embargo mi impresión es que no siempre ello se traduce en cosas novedosas, vista la tendencia a repetir tramas. Eso sí, maquillándolas un poco, pero fácilmente reconocibles igualmente, con lo que conlleva de previsibilidad.
También los nexos que existen desde el principio con algunos personajes impiden, de alguna manera, hacer borrón y cuenta nueva, mirarlo con ojos diferentes. El “problema” que impide una total desconexión es que se puede decir que estos personajes han pasado a formar parte del paisaje de la serie, aunque con el lastre de su poca evolución en casi cinco años, ya que siguen moviéndose por los mismos parámetros que al principio. Evidentemente algo que solo puede entenderse porque, con alguna excepción puntual, buena parte de ellos solo tienen protagonismo ocasional, y sus tramas como único objetivo el de dar cobertura a todo el entramado. 
No olvido que muchos de los cambios también han venido forzados por la necesidad, porque protagonistas destacados se han marchado y ha sido perentorio crear nuevas historias. Con desigual fortuna, todo hay que decirlo. Porque si bien el salto temporal trajo consigo un par de ellas que consiguieron calar hondo, tres si contamos la preciosa relación de Tristán y Martín, después de que éstas hayan visto su fin todo ha experimentado una cierta decadencia, ante la que parece intención de volver a recurrir a personajes que considero ya en proceso de caducidad. Lo que en mi opinión es un error de cálculo, aunque sorprendentemente esto no influya en los índices de audiencia (cosa de la que, por supuesto, me alegro), aunque sí parece haber socavado el ánimo de l@s espectadores fieles a la serie, algo fácilmente reconocible en las redes sociales.
Sin embargo creo que ahora los responsables de la serie vuelven a tener entre sus manos dos buenas posibilidades de que la serie recupere algo de su antiguo esplendor: las parejas de Lucas y Sol, y la de Candela y Severo. No incluyo a Bosco porque en mi opinión es un personaje que difícilmente tiene posibilidades de salida en el futuro, ya que más bien parecen empeñados en convertirlo en un adosado de otros y sin darle una trama acorde que le permita desarrollar su propia personalidad.
No volveré a insistir en el tema del porque creo que sucede esto último y en el error que a mi entender ello supone, pero sí creo que debo hacerlo en el caso de las otras dos parejas que llevan mayor protagonismo. Sin, por supuesto, hacer de menos a las otras como Mariana y Nicolás, o Gracia e Hipólito, o Prado y Matías, o incluso a Emilia y Alfonso, aunque éstos ahora anden en horas bajas. Porque estoy de acuerdo que relaciones edulcoradas, sin ningún bache, tampoco tendrían mucho interés, y que la misma realidad se empeña en dejar claro que no todo es un camino de rosas, algo a lo que la serie no tiene por qué ser ajena. Pero creo que tampoco estaría mal que esto se dosificara, y que siempre hubiera algo a lo que agarrarse para no tener que estar continuamente en la zozobra.
Traducido: me gustaría ver más amor y menos odio. Por descontado hay que situarse en el contexto de 1922 y hacerse a la idea del poder de los terratenientes, lo que implica aceptar que Francisca pueda hacer y deshacer a su antojo casi siempre. Igual que Severo (aunque con diferente talante, todo hay que decirlo). Y aquí he introducido el elemento discordante al que me refería anteriormente como en proceso de caducidad: la doña. Admito que hasta el momento había pasado bastante de ella y de sus desmanes, pero ahora me cansa, me irrita, me aburre, me fastidia sobremanera ver como vuelve a tener el mismo papel de siempre ¿En serio no es posible que haya algo más que pueda hacerse con este personaje? Y además hago esta pregunta con un cierto conocimiento de causa, al haber leído los avances de la semana que viene, en los que al parecer se vuelven a producir situaciones de abuso de confianza y de manipulación llevada al extremo y en todos los frentes. Pero lo que es aún peor, volviendo a trasladar de alguna manera la sensación de impunidad asociada al poder y al dinero, además de una capacidad casi sobrenatural de maquinar continuamente maldades, que es lo que caracteriza a este personaje. 

16 de noviembre de 2015

Cayendo en la trampa

Es difícil entrar en el tema de Bosco sin acabar concurriendo en los mismos calificativos que se suelen emplear en la mayor parte de los sitios para referirse a este personaje. Y para mi es evidente que esto no va a mejorar con la que parece va a ser la propuesta para él en las próximas semanas.
La verdad es que me cuesta meterme en su piel y tratar de entender la deriva a la que pretenden llevarlo. Eso sí, reafirmandome en mi convicción que el motivo de que le vuelvan a acercar a Francisca no es solo para darle los minutos de pantalla que corresponden a un protagonista, sino para poder darle visibilidad a la doña, que sin este recurso difícilmente tiene nada más que aportar a las tramas. Pero, siempre en mi opinión, si los responsables de la serie siguen con el camino emprendido, no veo nada fácil que vayan a conseguir despertar ningún interés por esta trama concreta, con escenas calcadas día sí, día también. En realidad, y por lo que ya se ha visto, se vuelve a más de lo mismo: pueden cambiar los perceptores de las maquinaciones de la doña, sin embargo el resultado y la manera de llevarlo a cabo no cambia. Y ahora hablo por mí, aunque ya lo he dicho en otras ocasiones: aun entendiendo que ha de haber un contrapunto y que la vida no es un camino de rosas, volver a ver a Francisca destrozando vidas a su antojo y sin que nadie la tosa, ha acabado por hartarme del todo de este personaje.
Pero volviendo al principio.
Insistir en la idea de que Bosco es un personaje que ya nació con mal pie, solo es remarcar una obviedad. Como lo es que el posterior desarrollo de su trama no mejoró esta apreciación, ni siquiera creo que vaya a conseguirlo ahora, porque con él parece que salen de Málaga para meterse en Malagón. No fue creíble su nacimiento, ni la velocidad de crucero que imprimieron para convertirle en alguien acorde con la posición de su familia, ni la relación igual de precipitada con Inés que se saldó con lo que considero un estrepitoso fracaso, ni que pretendan que unos días sea alguien que hay que entender porque es supuestamente joven y manipulable, mientras que en otras ocasiones es lo suficientemente mayor para temas que requieren una experiencia que él no ha podido adquirir precisamente por su supuesta edad. Sin entrar en el tema de dos matrimonios y un hijo, bastante antes de cumplir los veinte años……
Pero ahora parece que además va a tener que hacer acopio del don de la ubicuidad y estar en todas partes.
Entiendo que hacer marchar a Bosco de La Casona en su momento pudo ser considerado necesario para las tramas, y que ahora se ven en la disyuntiva de encontrar una manera lo suficientemente creíble para que vuelva a tener un nexo de unión con esta casa, aparte del familiar. Sin embargo sacarlo del Jaral creo que sería demasiado arriesgado y poco entendible, teniendo en cuenta que es la casa de su familia y él es el principal, y en este momento, único responsable.
Pero tomando pulpo como animal de compañía y  aceptando que Bosco ha sido capaz en poco tiempo no sólo de culturizarse, sino también de tomar las riendas de una finca con destreza y sabiendo de cultivos y administración como el que más, además de otorgarle una capacidad de trabajo superior a la media, quizás no habría de ser muy sorprendente que sucediera algo que ahora mismo puede antojarse impensable. Porque su personalidad no ha evolucionado al mismo ritmo y sigue sin tener criterio propio cuando se trata de su abuela. De hecho sigue a años luz de sus hermanos, ambos con una personalidad marcada, lúcida y crítica, como corresponde a unos padres como Tristán y Pepa. Y además Francisca debe tener alguna especie de atracción fatal, que hace que los más vulnerables caigan bajo su influjo.
Bosco no es ciego y ve (e incluso ha sido cómplice) de los desmanes de ésta, pero como con él se porta bien parece que prefiere mirar hacia otro lado, además de tener siempre en mente un agradecimiento que le nubla los sentidos y le impide ver la realidad.  De hecho si alguna vez le ha hecho a su abuela un reproche por algo, nunca llega demasiado lejos. Y lo que es claro es que Francisca se aprovecha de ello para llevarlo a su terreno, sin tener ningún escrúpulo en manipularlo, aunque suponga alejarlo de su entorno y que pierda cosas importantes por el camino.
Pero especialmente impidiendo que este personaje tenga su propia historia. 

13 de noviembre de 2015

La tradición

Por supuesto todas las opiniones son respetables, pero ya hace tiempo que llegué a la conclusión que vivir apegado a la tradición a veces puede ser un error.
Afortunadamente a lo largo de toda la historia de la humanidad ha habido personas sabias e importantes que han pensado esto mismo, pues de otra manera aún estaríamos anclados en la prehistoria. Creo que todo, absolutamente todo, puede ser susceptible de experimentar cambios y transformaciones, incluidas tradiciones decimonónicas que en los tiempos actuales ya no tienen razón de ser, o al menos no de la misma manera. Por lo que tratar de imponer determinadas normas de conducta o de manera de obrar, o seguir empeñados en llevar a cabo celebraciones y festejos que a pesar de formar parte de que lo que se puede pretender como cultura popular pero a los que ya no se los ve de la misma forma que la que fueron creados, puede ser incurrir en un sinsentido.
¿Cuant@s de nosotr@s no hemos oído más de una ocasión la frase “es que siempre ha sido así” o “porque es la tradición”? Admito que esto me subleva porque, como he dicho anteriormente, creo que también lo que llaman así ha de evolucionar. Y que el hecho de que sea algo que viene del pasado, no implica necesariamente que sea sinónimo ni de acertado, ni de bueno, ni por descontado es incuestionable.
Evidentemente hay que diferenciar algunas cosas, y lo que no pretendo es criticar otras culturas o fiestas arraigadas que ya forman parte de la idiosincrasia de cada pueblo, aunque en ocasiones no comparta ni su sentido, ni su continuidad. Más bien mi intención es incidir en lo que afecta a la intimidad de las personas, sus creencias, su modo de entender el mundo y el sentido de la vida.
Antes de continuar, he de puntualizar que todo lo anterior solo está basado en lo que se da en los países supuestamente más avanzados (aunque a veces en éstos sucedan cosas que lo hacen dudar). En el tercer mundo, incluso en el segundo, este es un tema con connotaciones muy diferentes, en el que los ritos y tradiciones forman parte, no sólo del sentir popular, sino incluso de la normalidad cotidiana. Algo que por lo demás ni puede ser, ni pretendo que sea una justificación, aunque es claro que las posibilidades de cambiarlo sean más remotas. Y ello a pesar de que en muchos casos suponga la desgracia para los colectivos más vulnerables (las mujeres en primer término), y que daría lugar a la confección de una lista interminable de lo que directamente considero abominaciones.
Y ahora vamos al meollo de lo que quería comentar realmente, aunque me haya ido por los cerros de Úbeda: los partos en la propia casa.
La lógica me dice que en 1922 era algo corriente. Lo que tengo claro es que no todo el mundo tenía la posibilidad de desplazarse a una hospital, y que la mayor parte de los bebés nacían en casa porque no había más remedio. Eso sí, con la ayuda de un médico o una matrona (que podía tener o no conocimientos profesionales). Algo que por cierto, ahora vuelve a  hacerse, aunque no se pueden comparar los medios de aquel tiempo y los de ahora.
Así que la afirmación de Rosario, y su cerrazón para que el bebé de Mariana nazca en PV, se puede considerar fruto de algo habitual por necesario, porque no había otra cosa. Y por lo tanto hablar de tradición es incorrecto.
Aunque yo sigo diciendo que en el caso que lo fuera, ello tampoco habría de condicionar nada cuando interviene la voluntad de la propia persona y no la de la sociedad. 

¿Acercamiento o impasse?

Se dice que el verdadero amor nunca muere, aunque esta sea una afirmación que considero cuando menos cuestionable (a menos que uno/a sea una romántica empedernida). De hecho considero que el amor también se puede acabar, como todo en la vida. Asimismo se dice que una situación límite puede volver a hacer volver a aflorar unos sentimientos que permanecían en stand by, y que podían haber quedado ahí para siempre de no darse unas determinadas circunstancias.
Esto último si lo creo posible, y vendría a ser lo que le sucede ahora a Emilia, que cuando ha visto que podía perder a Alfonso, se ha dado cuenta que no podía asumir alejarse de él. Pero creo que en esta situación se conjugan otros sentimientos y es que ni el odio, ni el rencor han hecho mella en ella, solamente la decepción, el desengaño e incluso la duda de si ha tenido parte de culpa en la situación.
Así que puedo entender que, en un momento crítico, Emilia solo piense en el bienestar de Alfonso y no en lo que ha sucedido entre ellos. Porque una cosa es que éste le haya ocasionado mucho dolor con su infidelidad, y otra es perderlo para siempre. Esto último es algo muy difícil de asumir, a pesar de que no hace mucho incluso se había planteado el pedirle que se fuera.
Sin embargo no creo que esta situación vaya a suponer borrón y cuenta nueva. Al menos considero que no tendría que ser así para un personaje como el de Emilia, con una personalidad fuerte e independiente. Evidentemente la intención de esta trama es reivindicar la figura de Alfonso, que interponiéndose entre una bala y su mujer, e impidiendo que ésta resultara herida, ha llevado a cabo un enorme acto de generosidad. Y, aunque sea adelantarme a los acontecimientos, veo muy posible que después de los cuidados y el mimo de su esposa el hombre acabe confundiendo los sentimientos, haciéndose una idea (creo que equivocada) de que ésta ha dejado atrás el error cometido por él. Pero esto es algo que creo no va a suceder, aunque también cabe la posibilidad de que las cosas hayan cambiado y ahora sea más fácil encontrar un punto de equilibrio que permita reconducir su relación. 
Pero jamás podrá volver a ser lo mismo. Quizás Emilia perdone, pero olvidar ya es otra cosa. Es cierto que el tiempo puede llegar a curar las heridas, pero siempre quedará la cicatriz para recordarlo. 

10 de noviembre de 2015

Tres hombres y una mujer

Rectifico.
En otro post, y no hace mucho, escribía que tres hombres, Mauricio, Raimundo y Bosco, dependían exclusivamente del personaje de Francisca para desarrollar su trama.
Pero después de leer en otro blog un comentario sobre esto mismo, en el que aportaba una visión diferente, no puedo más que estar de acuerdo con lo que allí se planteaba. No es Francisca el eje principal de este cuarteto, sino Bosco. De ahí el acercamiento de éste a su abuela, porque sin él no hay trama para los demás. Lo que además dibuja un paisaje de lo más desalentador para este personaje, que con su valoración actual poco puede tirar del carro.
Es cierto que Mauricio no cuelga directamente de Bosco, pero nadie duda de su total dependencia de Francisca, ya que además sin ella su personaje ni siquiera tendría sentido. Es el perro fiel y todo su mundo gira alrededor de su ama, por lo que poco puede aportar a las tramas más que una visión con un solo matiz: la falta de conciencia cuando se trata de ejecutar ciegamente las órdenes de ésta. Y por descontado no creo que un hipotético romance con Fe le pueda hacer cambiar, porque alguien así no muda de manera de obrar cuando la fidelidad siempre le mantendrá entre dos mundos. Mauricio no cuestiona (y si lo hace siempre es de manera tibia y sin llegar a negarse), no se para ante las consecuencias de sus actos (aunque sean llevados al límite), no tiene remordimientos,…… y vive única y exclusivamente para servir a Francisca, aunque ésta lo humille y lo trate a patadas en múltiples ocasiones.
En el caso de Raimundo el tema es otro, porque aun estando en este momento lejos de Francisca, su nexo sigue muy presente, aunque ahora sea para lanzarse dardos envenenados el uno al otro. Y lo cierto es que ésta, insistiendo una y otra vez que está intentando dejar atrás todo lo relacionado con el hombre, siempre acaba teniéndolo en mente.
Y queda el tercero: Bosco.
Cada vez veo más claro que sin éste, el papel de Francisca sería casi irrelevante. Siempre ha habido un hilo conductor entre ella y alguien de fuera de La Casona. Sí, es cierto, existe Severo que le da vida (aunque sea para vengarse), pero limitar el papel de la doña a rumiar y llevar a cabo sus múltiples venganzas no creo que provoque demasiado entusiasmo a la audiencia. De hecho creo que la mayoría de espectador@s, entre los que me incluyo, estamos más que hart@s de ver esta situación. Por ello pienso que están propiciando el acercamiento de Francisca con Bosco, para que ésta tenga algo más que hacer y, como es su natural, acabe entrometiéndose en la vida de su nieto, con lo que se abre otra línea de actuación. El problema es para el personaje de Bosco, que en lógica tendría que tener su propia trama, pero con esta situación vuelve casi al punto de partida, perdiendo la poca relevancia que podría haber atesorado. Vuelve a ser un títere en manos de Francisca, un personaje sin ambiciones ni proyectos, que se limita a ver pasar los días sin mostrar ninguna iniciativa.  

8 de noviembre de 2015

No siempre es posible mantener un engaño

Sol, segunda parte.
Alguien pedía que se aplicara el mismo rasero a Sol que a Francisca. Y, por supuesto, ninguna de las dos tiene justificación a su proceder, al menos hasta que nos den una razón lo suficientemente convincente para entender cuál ha sido el motivo que ha llevado a ambas a ponerse en la situación en la que se encuentran inmersas actualmente.
Bueno, en realidad el de Francisca ya la sabemos porque ella misma lo ha dicho, y son las razones económicas las que la han llevado a anteponer los intereses al supuesto amor que decía profesar a Raimundo. Por lo que puedo entender a éste que se sienta humillado, primero por haber sido engañado y después por descubrir que no está en el primer lugar de las prioridades de Francisca. Dos cosas difíciles de aceptar, y mucho menos de perdonar. Ni siquiera cuando ésta ha pretendido enmendar el desaguisado, aun habiendo quedado muy claro que el dinero y el poder son lo más importante para ella, por delante de los sentimientos de los demás.
También Sol ha mentido. Al hombre al que ama, al hermano que la idolatra, a amigos y amigas,… a todo el mundo. Y ahora se hace evidente su temor a que el pasado volviera a atormentarla, porque en su caso no solo es algo que ha existido y queda marcado como tinta indeleble, sino que es una cosa mucho más tangible y que condiciona su futuro. Ahora sabemos que no es libre para rehacer su vida, y que su intento de ignorar su pasado es imposible. Porque no se puede construir una nueva vida sin cerrar la anterior, ni buscar una segunda oportunidad sin tener la certeza de que nada se interpone en el camino.  De ahí que es cuando menos paradójico, y sobretodo censurable, que haya mantenido en secreto su situación legal, un tema que tarde o temprano habría salido a la luz. Una situación  que tendría que haber compartido con su hermano desde el principio, aunque es evidente que habría hecho que algunas cosas tomaran un rumbo muy diferente; sin embargo ha seguido la pantomima, permitiendo que Lucas se forjara esperanzas e incomprensiblemente haciéndoselas ella misma. Si, probablemente desea con todas sus fuerzas agarrarse a la nueva vida que ahora se le ha abierto ante sus ojos, pero ha cometido un enorme error de cálculo al dejar que la idea de que ignorándolo podía hacer desaparecer todo lo que la ata a su pasado para así evitarse sufrimientos.
Pero no será así. Porque ahora le tocará volver a padecer, y con ella todos los que la rodean. Empezando por Lucas, el principal damnificado, que tendrá que pasar por el trance de ver cómo ha sido traicionado por la mujer a la que ama. 

7 de noviembre de 2015

Vuelve el pasado

Creo que hoy. cuando miles de personas han salido a la calle para reivindicar el fin de una lacra como es la violencia de género, viene bien sacar a colación el tema de Sol y su pasado.
Y me gustaría romper una lanza por ella, ahora que está en el punto de mira.
Acabo de leer un comentario, del que dejo el link  http://nuevarevolucion.es/todas-somos-putas-ayer-le-dieron-una-paliza-a-una/, que me sirve para dar entrada a esta reflexión. Si, todas somos putas, porque ésta es una sociedad en la que el hombre sigue llevando la voz cantante y la mujer teniendo un rol de inferioridad. Y si, todas somos putas, ya que hay cosas que siguen siendo vistas de diferente manera si son llevadas a término por un hombre o una mujer, porque esta sigue siendo una sociedad patriarcal y, aunque se ha avanzado, siguen existiendo unos roles difíciles de erradicar. ¿Porque si un hombre frecuenta muchas mujeres es tolerado e incluso tachado de macho, pero si sucede a la inversa la mujer es invariablemente una puta? Por descontado este término dicho con todas las connotaciones negativas posibles.
Si, Sol ha sido una de ellas, una mujer que además ha vendido su cuerpo para vivir. Pero solo esto. Porque estaba viva pero no existía, porque su cuerpo no le pertenecía, su libertad no existía, igual que su futuro, todo lo que en conjunto constituye violencia. Porque la prostitución también puede ser una manera de violencia, que además degrada a la mujer y la convierte en un mero instrumento de placer.
Así que desprenderse de ello para empezar de nuevo es una especie de liberación, y creo que Sol, y todas las mujeres que han pasado por esta situación, tienen todo el derecho a intentar rehacer su vida sin que nadie siga apuntándolas con el dedo. Al fin y al cabo son personas con todos sus defectos y virtudes como todo el mundo, y su manera de ganarse la vida no las hace ni mejores ni peores. 
Esto es lo que parece ha entendido por ejemplo Lucas, pero no algunas personas que escriben en las redes sociales, de las que por supuesto respeto su opinión, pero no comparto en absoluto. Estas personas consideran que Sol, por llevar el estigma de su antiguo oficio, tiene una tara insalvable.
Pero Sol no ha mentido a este respecto, solo es algo que quiere dejar atrás. El problema es que ahora sabemos que hay algo más, que existe un lastre. Y que hay más cosas de las que quiere alejarse, pero que ello no es posible.

4 de noviembre de 2015

Atesorar la felicidad

La felicidad es un estadio que en PV suele ser efímero. Y no importa que ello ocurra por el mismo discurrir de la existencia, o por agentes o factores ajenos, porque el resultado siempre acaba siendo el mismo. Ver penar a los que la vida ya ha maltratado lo suficiente, y que sigue empeñada en hacerlo.
Así que cuando se dan momentos de felicidad, es importante atesorarlos, porque indefectiblemente acaban teniendo una contrapartida dolorosa en un futuro.
Ahora estamos en un impasse y puede que la balanza esté equilibrada. Se han roto unas parejas antiguas y han surgido de nuevas, con aires renovados y que traen consigo un hilo de esperanza para recuperar el tono perdido de la serie, el halo de romanticismo del que adolece ahora mismo. Y lo que es aún mejor, al mismo tiempo han sacado del ostracismo a un personaje que parecía perdido entre las cuatro paredes del Jaral: Candela.
Aun recuerdo su llegada a la serie y la controversia que generó en un sector concreto, pues llegaba para ser la sustituta de un personaje emblemático: Pepa. Y recuerdo los virulentos ataques que sufrió, llegando incluso a afectar a la misma actriz. Afortunadamente todo quedó atrás y Candela se ha forjado un lugar indiscutible en la serie y en la estima de l@s seguidor@s. Igual que en el corazón de Severo.
Y admito que los dos se lo han hecho en el mío. Me parecen una pareja preciosa, con una relación serena y reposada, madura y al mismo tiempo que respiran un cierto aire de adolescencia, con la pasión justa pero con una ternura infinita, con una química incuestionable…. Dos personas que han aprendido a conocerse bien y a valorar sus virtudes y defectos. Y dos personas que a pesar de sus respectivas y duras existencias pasadas, han sabido renacer con el amor, y se aferran a éste en pro de alcanzar juntos una felicidad para la que ambos seguro que van a luchar con uñas y dientes, aun cuando previsiblemente y, en primer lugar, vaya a ser Francisca quien intente interponerse o impedirlo. 

1 de noviembre de 2015

Los otros

Dicen que a fuerza de repetir una cosa, ésta puede llegar a convertirse en una verdad absoluta e incuestionable.
Y así creo que puede llegar a suceder al menos con dos afirmaciones que se dan con una cierta frecuencia en ESDPV: que el personaje de Francisca es imprescindible en la serie, y que María Bouzas es la mejor actriz de la misma, casi a la altura de un mito. En mi opinión, y a riesgo de meterme en un cenagal, creo que no es ni una cosa ni la otra.
Pero antes de que se me malinterprete, he de decir al respecto de lo segundo que no cuestiono la profesionalidad de María, pero si considero que en ESDPV hay otros actores y actrices que están a su misma altura, pero de los que no se habla con la misma consideración. Claro que no es sorprendente habida cuenta que ésta es una de las protagonistas principales, lo que le da mayor visibilidad. Sin embargo creo firmemente que sin tener tantas posibilidades de lucirse, hay otros y otras que están demostrando también su gran valía. Actores y actrices de los que se habla poco, o muy de tarde en tarde por situaciones concretas. Ciñéndome al género femenino está, por citar a alguna, Maribel Ripoll, una actriz que ha demostrado que puede tener muchos registros y que defiende con gran profesionalidad un personaje con variedad de matices, que un día puede ser odiosa y al siguiente incluso despertar ternura. Pero ésta es sólo un ejemplo, porque hay otras que considero merecen igual relieve: Sandra Cervera, Aida de la Cruz, Carmen Canivell, Adriana Torrebejano, Carlota Baró,…..
El otro tema es la prescindibilidad o no. A pesar de lo que puedan decir, me reafirmo en mi convicción de que este personaje no tiene porque ser imprescindible, y estoy segura que, en caso de desaparecer, los guionistas sabrán encontrar la manera de cubrir el vacío. Otros personajes importantes se han ido y la serie continúa igual de viva. Pero es que además, y a pesar de que haya quien afirma lo contrario, Francisca no ha sido nunca la protagonista, si no un personaje que viene a tener como único objetivo ser el elemento perturbador para otras tramas. Tristán y  Pepa fueron los auténticos protagonistas de la primera parte y sin ellos la serie no hubiera tenido sentido, igual que Martín y María lo fueron después del salto temporal. Otra cosa es quién se puede considerar ahora para este papel relevante, pero por descontado no pienso que sean Francisca y su limitado entorno. De hecho creo que las que tienen todos los números para ello son las parejas de Lucas y Sol, y la de Candela y Severo. Incluso puede que en un futuro la de Bosco y Berta. Francisca sólo es de prever que sea la que venga a estropear cualquier atisbo de felicidad que se pueda dar para los anteriores.
Algo que, en mi opinión, además ha llegado a ser tan cansino y previsible que ya ni siquiera merece perder demasiado tiempo con ello, salvo para ponerlo a caldo. Creo que no se puede vivir de rentas en una serie, que hay que buscar temas que signifiquen una novedad y que atraigan al espectador/a, y la actitud de Francisca viene a  ser de todo menos nueva. En realidad, y ahora hablo por mí, cada vez me fastidia más verla hacer lo único que sabe y para lo que parece predestinada: hacer la vida imposible a los demás.
Evidentemente si fuera todo edulcorado y sin sobresaltos, sería muy aburrido. Hay que meter tensión para mantener la expectativa, pero creo que much@s convendrán conmigo que lo de Francisca ya está muy visto, que más que interés provoca todo lo contrario. En resumen, este tipo de tramas están más que gastadas como para esperar el desenlace, que como he dicho anteriormente, ni siquiera es necesario conjeturar porque es de lo más previsible.
Pero mucho me temo, a tenor de los avances, que vamos a tener otra vez la dosis de mala baba correspondiente, en forma de patéticas maldiciones, engaños y manipulaciones, tergiversaciones venganzas,…Y a la larga, actos más cruentos que es la especialidad de la casa.