31 de marzo de 2015

Candela también existe

Hoy me apetece ir contracorriente y hablar de lo que no hay (aún) en la serie.
Supongo que lo más fácil sería hacerlo de Mariana y sus nefastas decisiones. La última, la que acaba de echar por tierra todo lo conseguido hasta ahora por este personaje, y que creo que ha provocado que si hasta ahora la gente había sido benevolente con ella, en este momento esté concitando una opinión negativa unánime. No creo que nadie pueda justificar algo como lo que ha hecho, y mucho menos tildarlo de abnegación o sacrificio, porque considero que de lo único que se puede adjetivar su arranque es de la cosa más estúpida que se le pueda ocurrir a alguien.
Pero decía que no iba dedicar este espacio a hablar de lo que sucede en la novela, que, por otra parte, es más bien poco y difícil de definir. Me gustaría hacerlo de lo que podría ser o, más bien, de personajes que están ahí pero que parecen no existir.
Uno de ellos, Candela. Un personaje muy desaprovechado (igual que la actriz), cuyo papel parece reservado exclusivamente a ser el paño de lágrimas de tod@s. Es cierto que, de alguna manera y al casarse con Tristán, se convirtió en la “madre” de la casa, pero al mismo tiempo ello parece haberle cerrado el camino a tener su propia vida y a ser condenada a representar el papel de una viuda doliente para los restos. Con lo que el personaje, una mujer joven que aún tiene tiempo para cambiar el rumbo de su existencia, queda relegado a estar siempre en segundo plano y a expensas de otros.
Ahora existe la posibilidad de enmendar esto. Claro que es más el deseo que lo que parece, pero creo que Severo es una magnífica oportunidad para volver a dar vida a Candela. Es un hombre formidable, que creo podría hacer que esta mujer que no lo ha tenido fácil nunca, pudiera al fin ver como su futuro se ilumina. Es cierto que es una mujer independiente y que sabe salir adelante por sus propios medios, pero quizás no estaría mal que además la ruleta de la fortuna se parara en su casilla. Y no me refiero a nada crematístico, sino a sentir que la felicidad llama a su puerta.
Y, por descontado, creo que Severo también saldría ganando. Así que esperemos que las visitas a la confitería sean cada vez menos espaciadas por su parte.

¿Donde está Bosco, el hijo de Tristàn?

Es de suponer que fue motivada por las circunstancias, pero creo que la apuesta por otro hijo de Pepa y Tristán fue muy arriesgada, y que una vez tomada, lo que ha sucedido a continuación no ha estado a la altura de las expectativas creadas. Al menos hasta el momento.

En mi opinión, Bosco, a pesar de que se supone es el principal protagonista, está pasando casi desapercibido, convertido desde su llegada en la marioneta de otros y sin apenas personalidad propia. Ni siquiera su supuesta historia de amor ha cuajado lo suficiente como para que sea perceptible (y a la redes sociales me remito) Además tengo que reconocer que el otro personaje del presunto binomio, Inés, me produce la misma sensación de invisibilidad, por su carácter apocado y sumiso.

De veras que lo lamento por los actores, pero estoy convencida de que si no dan un golpe de timón a esta historia, ésta se va a ir cuesta abajo.

Y hay otro tema al respecto de Bosco.

Una vez lejos de Francisca y de su influencia, con este personaje tenían la oportunidad de crear otra bonita historia: la del reencuentro de los hermanos. Sin embargo, al igual que la anterior y vistos los antecedentes, tampoco van camino de conseguirlo. Hasta el momento no ha habido en esta trama mucha emotividad (salvo algún momento esporádico), lo que no permite alimentar las esperanzas de que ni siquiera se acerquen a lo que se vio con Aurora y Martín, una relación llena de ternura, complicidad y preciosos momentos. Cierto que Aurora y Bosco aún se están conociendo, pero su relación, aun siendo cercana, es más bien convencional. Sin profundizar en los sentimientos.

De todas maneras pienso que ello no será fácil, viendo además la congestión que hay en el Jaral. Meter a todo el mundo en el mismo sitio me parece un gran error de cálculo y, como ya dije en otra ocasión, creo que el más importante ha sido llevar a Inés a este lugar. Porque veo bastante complicado desarrollar dos historias con un mismo personaje, Bosco, y al mismo tiempo que ello consiga enganchar de manera eficaz. Considero que ello obliga a escoger cual es la prioritaria, aunque también tengo que decir que tengo muy claras mis preferencias.
Leyendo un comentario sobre las telenovelas (en concreto en la presentación de la serie “Seis hermanas”), quizás se pueda explicar toda esta situación. Y es posible que lo que yo misma esté haciendo es buscar más pies al gato de los que le corresponden, y tenga que mirarlo sin tratar de buscar complejidades.  

Transcribo: “El tono del 'culebrón' es muy concreto y se rige por unas normas básicas e infalibles: Hay que marcar mucho a los personajes, ha de existir una estructura circular que recuerde todo el tiempo lo que está pasando (es decir explicar constantemente la historia para que el público nuevo no se pierda) y prescindir, en la medida de lo posible, de todo lo sutil. En las telenovelas los sentimientos y los objetivos son crudos y básicos. Por eso es un género universal”.

Lo bueno de ello: que se haya hecho justicia con Tristán, volviendo a estar en el candelero cuando casi había desaparecido de las conversaciones. 

30 de marzo de 2015

La decisión de una hija

Relativizar unos graves hechos solo porque uno/a está cansado de luchar, o porque desea pasar página e intentar ser feliz, puede ser una opción personal. Pero esperar que además sea comprendido creo que ya es pedir demasiado.

Por supuesto todo el mundo tiene derecho a tomar sus propias decisiones, pero ateniéndose a las consecuencias de ello. Porque si uno toma un determinado camino que afecta a otras personas, no puede esperar al mismo tiempo que su voluntad se imponga. Ya que también pueden existir otros criterios igual de válidos y razonables.

Que Raimundo esté dispuesto a perdonar y olvidar no implica que los demás también tengan que estar dispuestos a hacerlo sólo por él. Ni creo que deban hacerlo, porque el perdón se otorga de manera espontánea, y siempre que la otra parte haya dado muestras de arrepentimiento o de propósito de enmienda. Que la doña haya ido a pedir perdón a Emilia solo es una muestra más de su cinismo, cuando ya de entrada niega unos hechos probados, lo cual es un síntoma de no asunción de ello. Y por lo tanto no puede haber arrepentimiento.
Y, por descontado, no creo que Emilia sea irracional con su actitud. Evidentemente no puede pretender que Raimundo se plegue a su voluntad, porque éste ya es lo suficiente mayor como para tomar sus propias decisiones. Y quizás tampoco puede pedirle que escoja, por el mismo motivo. Pero si puede no estar de acuerdo con la decisión de su padre, y también está en su derecho a anteponer su dignidad y no aceptar que la mujer que ha arruinado su vida y la de su familia, ahora se acerque a ellos a través de Raimundo. 

Naturalmente en este pleito estoy a favor de Emilia. Porque no se trata solo de presunción de hechos sino de certezas comprobadas, lo que la doña ha perpetrado contra miembros de su familia. De su propia familia. Y evidentemente esto no se puede olvidar, ni mucho menos perdonar. Aunque se apele a la caridad cristiana, como ha hecho D. Anselmo, porque estas dos palabras no casan en absoluto con Francisca, y mucho menos con la idea que se deriva de ello.

Otra cosa es que Alfonso intente mediar. Evidentemente no creo que haya fisuras en su apoyo a su esposa en este tema, con la que comparte opinión, pero es claro que ve el dolor que causa a Emilia esta situación. Y entiendo que quiera que ésta salga de este pozo. Aunque ahora mismo solo veo una solución: que la convenza para que deje marchar a Raimundo, y que éste cargue con las consecuencias de su decisión. Y que mantenga una puerta abierta para que si éste se equivoca pueda volver.   

29 de marzo de 2015

Ira, odio y sufrimiento

"El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti" —(Yoda a Anakin en el Consejo Jedi –Star Wars.


Todo el mundo está expuesto al miedo y la ira. Pero el odio, y con ello el sufrimiento, creo que sólo llegará en función del motivo que haya desatado lo anterior. Aunque también es posible que cuando ya existe un caldo de cultivo previo, como es en el caso de Carmelo, todos estos sentimientos pueden exacerbarse. 

También influye la persona. Es un hecho que cuando existe una personalidad serena y calculadora es mucho más difícil dejarse llevar por las emociones. Y la ira es una de ellas. Esta peculiaridad se refleja perfectamente en la diferente personalidad de los dos hombres de La Quinta. Mientras Carmelo es mucho más pasional y actúa de manera visceral, Severo es el contrapunto a su amigo, la voz de la sensatez, alguien que sabe que actuar dejándose llevar por los sentimientos casi siempre es un error.

Y Carmelo está a punto de cometer uno e importante. Dejarse vencer por la ira.

Otra cosa es entender cómo es posible que haya llegado a este punto. Y especialmente cómo es posible que Sabina haya llegado a meterse tan hondo en él, cuando lo que hizo fue intentar traicionarle. No parece posible que un paseo y unas cuantas palabras amables hayan podido calar tan profundamente hasta el extremo de causar tal destrozo en el corazón del hombre, hasta el punto de volverlo un ser irracional. Aunque al parecer así ha sido.

Evidentemente tampoco estoy insinuando que ni Carmelo ni Severo, olviden el asesinato de Sabina y la presunta culpable de ello. Y, por descontado, que deseen que pague por ello. Pero como pretende Carmelo de tomarse la justicia por su mano, ante la imposibilidad manifiesta de hacer pagar a la culpable, ya es otra cosa. 
"Lo que empieza en cólera acaba en vergüenza” Benjamin Franklin

27 de marzo de 2015

Gracia, la encajera

No es fácil hablar de según que temas de la serie sin caer en incoherencias. Esto último porque a veces, y sin caer en la cuenta, lo que sirve para unos se veta para otros. Ya que una puede estar dando manga ancha en un caso, y en cambio mirar otro con ojos críticos.
En el caso de Hipólito no sé muy bien por que lado tirar. Como tampoco se exactamente lo que puede pretender Dolores, una beata retrógrada casi siempre, pero que cuando le conviene barre para casa y se salta todo lo que habitualmente censura a los demás. 

Entiendo que el amor de madre también puede jugar su parte, pero como en tantos otros casos que se han dado en la serie, siempre hay quien está dispuesto a decidir por los demás, tenga éste pocos o muchos años. Y Dolores, a tenor de lo visto, parece que también está dispuesta a decidir por su hijo.

Aunque cuesta llegar a la conclusión de que un desengaño amoroso se puede solucionar con una nueva relación. Que además puede tener de entrada un inconveniente importante como es el estado civil de Hipólito, que mientras no se produzcan cambios sigue siendo el de casado. Por lo que toda relación con otra mujer tiene sus limitaciones, y saltarlas significa entrar dentro del terreno del adulterio o amancebamiento. ¿Dolores desea que su hijo esté en el centro del chismorreo ?  

Lo que es evidente es que si ésta tiene algo que ver con la llegada de Gracia, no lo ha hecho para que su hijo tenga una amiga. Hipólito ya tiene en Emilia o Mariana dos confidentes, y no necesita a una desconocida para contarle sus penas. Así que supongo que debe haber algo más en esta historia. 

Obediencia ciega

Una se pregunta qué es lo que mueve a  Mauricio a convertirse en un desalmado y eliminar todo escrúpulo para hacer lo que Francisca le ordena. Y no me refiero al día a día, sino a algo que en el caso de la doña es algo recurrente: los métodos expeditivos y extremos para sancionar cualquier error del calibre que sea, o sacarse de delante a cualquier persona que considere le ha fallado.

Y quizás podría intentar hacer el ejercicio de entender los términos de lealtad o fidelidad, la devoción que el hombre muestra a su ama. Pero me cuesta aceptar que ello esté por encima de su conciencia, que su obediencia ciega le impida rebelarse. Lo que además lo convierte en alguien excluyente, pues siendo leal a una persona es desleal a otras. Al menos es mi conclusión: no se puede estar en dos bandos a la vez.

Tampoco puedo meterme en conjeturas del porqué ha llegado a ello, solo lo que me dice la razón. Es cierto que muchas veces Mauricio ha dejado claro que sin su ama no es nada, que no conoce otra vida y que le debe gratitud. Sin embargo creo que este último sentimiento está mal entendido, porque si bien es cierto que la doña le ha procurado seguridad económica, también lo es que el capataz a cambio ha dejado la piel en ello (aunque no tanto como sus subordinados que probablemente la han dejado en sentido figurado y literal). En cuanto al resto tampoco es justificable y más bien pienso que es por la incertidumbre de no saber qué le puede deparar un cambio de vida, además de perder un cómodo estatus. Y evidentemente por encima de todo es consciente de las consecuencias de una decisión de este tipo y de lo que le puede deparar ya en el terreno físico. ( En otras palabras, lo mismo que les ha pasado a otros: desaparecer del mapa).

Por lo que esta lealtad en este momento ya tiene mucho más de coacción que otra cosa. 
Y lo siento. Pero ya no creo que Mauricio vaya a cambiar, aunque a veces deje entrever que su corazón no está muerto del todo y que ocasionalmente pueda sentir empatía hacia las personas. Algo que, por otra parte, al minuto siguiente se encarga de echar por tierra. Y creo además que el peso que arrastra sobre su conciencia lo ata ya de por vida, por lo que no deseo que Fe tenga que cargar con ello.

De hecho la pregunta que le ha hecho ésta al hombre demuestra bien a las claras que no es tan ingenua como se podría pretender al respecto del hombretón. Sabe muy bien a lo que puede llegar la fidelidad de éste a Francisca, incluido hacer uso de la fuerza. Y no creo que la chica, por mucho que sienta algo por Mauricio, pueda cerrar los ojos e ignorarlo. 

25 de marzo de 2015

Inés y Amalia

Antes que nada, una puntualización. Sé que no todo el mundo va a compartir mi opinión,quizás incluso sea minoritaria, además de que soy consciente que de alguna manera me estoy posicionando. 

Y por descontado no es mi intención romper ninguna lanza por Amalia, un personaje odioso y repelente (me refiero al personaje, la actriz considero que defiende bien su papel), pero no entiendo muy bien porque en la cabecera sale Fariba de manera destacada, y Aida Flix lo hace en lugar secundario, cuando la visibilidad en pantalla al lado del protagonista es mucho mayor en la segunda que en la primera. De hecho considero que sus personajes están a la par, si se trata de merecimiento. Que no quiere decir que me guste ninguna, al menos tal como están planteados en este momento sus respectivos roles. Aunque son muy dispares en cuanto a personalidad, y la de Amalia es mucho más rica en matices, mucho más desarrollada. Manipuladora, retorcida, egoísta, desquiciada, conspiradora, mentirosa,…… se me acaban los calificativos, mientras que la imagen que proyecta Inés es casi totalmente plana, lo que en mi opinión le resta posibilidades para adoptar el rol de protagonista, tal como parece al que está destinada.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero evidentemente si se hace con sus antecesoras considero que la distancia aún es más considerable. Sin embargo no voy a hacer este ejercicio con Amalia, que me imagino será un personaje con fecha de caducidad (al estilo de Angustias, con la que tiene muchos puntos en común). Lo que si me cuesta es hacerme a la idea de Inés como protagonista.

No puedo decir a los guionistas como han de hacer su trabajo, pero creo que a ésta le falta mucha personalidad. Es mi opinión, pero la veo como un personaje apagado, dependiente, sumiso,…. Es cierto que su vida ha sido dura, que la suerte no la ha acompañado, pero ello no es justificación cuando además este rasgo es común a casi todas las mujeres de la serie, y sus personalidades son mucho más marcadas, como si la vida las hubiera endurecido. 

Por supuesto está lejos de Pepa, con la que lo único que comparte es su origen humilde, pero con la que ni se acerca en cuanto a naturaleza fuerte y destacada, que ha conseguido dejar una huella indeleble. También lo está de María, que a pesar de unos comienzos desastrosos consiguió convertirse con el tiempo en una mujer decidida y valiente. Y por descontado de Aurora, que posee un temperamento avasallador e independiente. Incluso Candela, Rosario, Emilia, Dolores, Fe y Mariana, a pesar de considerarse personajes secundarios, pienso que demuestran mayor grado de solvencia en cuanto a  carácter. Por supuesto en esta relación no incluyo a Francisca, porque ésta merece un capítulo aparte.

Entiendo que en este personaje lo que quizás pretendan destacar es el lado tierno y dulce, pero me parece insuficiente, cuando además no es característico solo de ella sino que lo comparten muchos más personajes, y no necesariamente todos mujeres (por ejemplo: Matías, Hipólito, Bosco, Alfonso,… y antes Martín y Tristán).

Y aquí lo dejo, porque creo que ya me he enfangado lo suficiente por hoy. Por supuesto no pretendo sentar cátedra, es solo la opinión que me merece este momento de la serie. Objetiva o no, pero es lo que siento. 

Aunque siempre estoy dispuesta a rectificar si se me demuestra que estoy equivocada. 

24 de marzo de 2015

Sentimientos que dejan huella

José Manuel Fajardo en su novela El Converso pone en boca de uno de sus personajes: “Y qué mal es ése que nos hace amar la cadena que nos retiene, el potro que nos atormenta, el hierro que nos abrasa y, con el último aliento, lleva nuestros labios a besar la mano que nos hiere?” Aunque la frase se refiere a la situación de la sociedad y a la poca memoria de la gente, creo que haciendo un símil también puedo tomarla para escribir sobre la intensidad del súbito enamoramiento de Carmelo 

Una casi llegaría a creer que la leyenda del caño de la fuente tiene algo de cierto, porque los enamoramientos en PV se dan con toda su intensidad y en un corto plazo de tiempo. Aquello de conocer a la persona, de ser primero amigos para después ser amantes, en casi todos los casos se suele saltar y pasar directamente a lo segundo. De otro modo no se explica que Carmelo, un hombre aparentemente inmune hasta ahora a este tipo de sentimientos, haya caído con toda su intensidad en las redes de una mujer. Que además le engañó para acercarse a él. Pero el amor es patente que también es ciego (o sino que se lo digan por ejemplo en Raimundo) y no entiende de razones, por mucho que la realidad se ponga delante. 

Sabina ha dejado huella en Carmelo y no será fácil pasar página, más cuando la muerte ha venido a buscar a la mujer, y la han dejado como un mensaje macabro a la puerta de La Quinta. 

Aunque evidentemente Francisca, que no hay duda que otra vez ha decidido ser juez, jurado y verdugo, desconoce todas las implicaciones de su acción. Ha levantado a la bestia, y las consecuencias pueden ser de todo menos beneficiosas para sus intereses y su integridad. 

Por suerte para Carmelo tiene a su lado la voz de la razón y un amigo incondicional, que ha de ser el parapeto para que no cometa un error irreparable. Porque se ha evidenciado que Carmelo es mucho más visceral que su amigo, y éste es el contrapunto perfecto para el tándem.  

La horma de su zapato

Bien por Severo!!!

Es verdad que alegrarse de la desgracia ajena no es muy humanitario, pero siempre hay excepciones para todo. Y este caso creo que es justificado, por lo que tampoco voy a discutir el método empleado. Aunque haya sido utilizando a un tercero para conseguirlo.

Ya que no se trata sólo de que Severo pueda empezar a resarcirse del mal que deliberadamente la doña ha hecho a su familia, sino porque también se han puesto las cosas en su lugar. Y el lugar de Bosco es junto a los suyos, no alejado del mundo, siendo manipulado y convirtiéndose en la imagen y semejanza de Francisca.

Y no creo que sea malo regocijarse de ver que por primera vez haya aparecido en los ojos de la doña el temor. Porque hasta ahora probablemente ha minusvalorado las posibilidades de su antagonista, pero creo que empieza a ser consciente de que realmente Severo puede arrebatarle su trono.

Severo es demasiado poderoso, demasiado inteligente, y especialmente está demasiado dispuesto a cumplir su venganza. Pero esto no es impedimento para que su imagen sea diametralmente opuesta a la de la doña, fuera de este tema en particular. Es cierto que aparentemente es frio y calculador, que sabe esperar su momento sin apresurarse (dicen que las prisas son malas consejeras) y que no parece inmutarse ante casi nada. Pero también ha demostrado que es humano, que puede empatizar con las personas y solidarizarse, que tiene sentimientos,….Y quizás este pueda llegar a ser su único punto débil, porque a veces los sentimientos pueden hacer vulnerables a las personas. Porque de lo que estoy convencida es de que Severo no es partidario de usar los métodos expeditivos que Francisca utiliza con demasiada frecuencia.

Severo ha ganado la primera batalla. Pero no dudo que la guerra justo acaba de empezar. 

23 de marzo de 2015

Un desayuno concurrido

Lo reconozco. La escena del desayuno en el Jaral probablemente me ha producido más incomodidad a mí que a los mismos personajes. Me ha parecido una situación forzada y muy extraña. Por descontado Bosco está en su casa, en el lugar que le corresponde, pero al contrario y aún a riesgo de decir algo que pueda parecer políticamente incorrecto, creo que Inés ahora mismo no está en el sitio adecuado. Aunque en realidad, y en vista de la evolución de las tramas, casi he llegado a creer que los responsables de las mismas no saben muy bien por donde encauzar a este personaje que desde hace meses no consigue salir de un bucle, con escenas que me parecen siempre iguales y que por consiguiente no consiguen despertarme el menor interés.  

Me reafirmo. Me parece excesivo meterlos a todos en el mismo lugar, como si el Jaral fuera el lugar donde van a parar todos los desahuciados. En realidad creo que, a diferencia de lo que sería deseable en un momento en el que todos necesitan de un cierto sosiego y de que las cosas se asienten, esta casa va camino de convertirse en un auténtico polvorín. Ya no solo porque Amalia no encaja en absoluto, sino porque meter en el mismo lugar a la mujer y a la amante es cuando menos peligroso. De hecho ya lo hicieron con Pepa y Gregoria, con lo que además se repite la historia. Y los resultados es sabido que no fueron para nada buenos, especialmente porque no dudo que también en breve podremos ver a Francisca colaborando para que la paz en el Jaral sea una quimera, buscando la venganza de lo que ella considera una afrenta. Es su sino, y ni siquiera su idilio otoñal con Raimundo creo que sirva para hacerla desfallecer.

Sin embargo no me voy a poner ahora a despotricar sobre Bosco y el triángulo amoroso que se intuye. Además de su infidelidad (de momento de pensamiento) hacia su esposa. Sería muy poco coherente con mi tolerancia anterior hacia otras relaciones adúlteras, además de que es patente de que el chico no es feliz en su matrimonio. Pero, aunque sólo basándome en mis impresiones y sin nada que lo respalde, creo que otra vez hay un intento de pisar el acelerador en este tema, cuando ahora nos encontramos ante una historia que podría dar mucho más de sí: el reencuentro entre los dos hermanos, además de la posibilidad de más protagonismo para el personaje de Bosco, al que hasta ahora han tenido relegado al papel de simple pelele.

Es cierto que Bosco ya tiene a su propia familia, formada por su esposa e hijo. Pero ahora también tiene algo más: toda una historia que reconstruir. Su propia historia.  

Y creo que estos días hemos visto algo de lo que podría ser. Su rostro ilusionado al hacerse a la idea de que va a vivir en la casa de su padre, y después el deseo de saber más de su progenitor a través de la persona que lo ha conocido mejor: Rosario.

Solo una última cosa. También es verdad que pueden darse las dos historias a la vez, pero creo que independientemente tienen la suficiente entidad como para merecer un lugar propio en las tramas. Y no sé si esto puede ser posible con un mismo protagonista. 

22 de marzo de 2015

Una ofuscación peligrosa

Cuesta reconocer a la actual Mariana. Llena de dudas y haciéndose de menos ella misma.
Quizá habrá quien diga que es el amor el que guía sus pasos y que lo que le preocupa es que Nicolás sea feliz, pero en mi opinión ni siquiera parece capaz de plantearse que es solo él quien tiene la potestad de decidir sobre cómo quiere que sea su vida. Y especialmente no tiene en cuenta que un matrimonio se basa en la confianza, por lo que lo correcto sería hablar con su esposo de lo que le acongoja. Aparentemente la afirmación de éste de que ya es feliz con la vida que lleva no le basta, lo que implica que no confía en él lo suficiente para creerle. Y esta es una base muy frágil para consolidar una relación de pareja.
Llegar a conclusiones de algo que solo se imagina y sin tener en cuenta lo que piensa Nicolás, es cuando menos ya no un error, sino lo siguiente. Porque se arriesga no solo a ser desgraciada ella, sino también a convertirle a él en lo mismo, cuando su pretensión es precisamente lo contrario.
Mariana, la mujer fuerte y decidida que conocíamos, se ha dejado manipular. Casi rayando en la obsesión, parece incapaz de ver que realmente es ahora cuando Nicolás está decidiendo su destino. Es más que evidente que éste no estaba destinado a ser un abogado, algo que sin haberse mencionado es claro que era decisión de su familia y no suya, pero que él había acatado. De ahí que cuando el cine irrumpió en su vida no tuviera problemas para dejarlo atrás, porque era lo que realmente le llamaba, una vocación que probablemente desconocía que tenía. Sin embargo el amor llamó a su puerta y decidió que era el momento de plantar raíces, sin abandonar del todo el mundo del arte.
Es cierto que Genaro ha planteado a un hombre que, visto desde la perspectiva interesada, podría parecer que se deja llevar por los impulsos. Pero como he dicho antes, creo que es ahora cuando realmente es feliz con lo que hace. Y por descontado no creo que para serlo necesite una vida regalada, ni vivir a expensas de su acaudalada familia.
Es cierto que en Mariana también puede influir el miedo a perder a Nicolás, pero es evidente que no se da cuenta que precisamente el camino que lleva es el que puede hacer que suceda esto. Y lo peor, parece dispuesta a decidir por él.

20 de marzo de 2015

Dos hermanos, ¡ juntos al fin !

En mi opinión, dos frases resumen el pensamiento de Francisca.
“Tu padre era muy bueno y todo el mundo lo utilizaba” (aunque ha obviado decir que ella era la primera de la lista) y  “Ya no existe la lealtad”. Aunque parezca que no tienen nada que ver, creo que reflejan claramente cuál es la idea de la doña con respecto a los que alguna vez han estado bajo su influencia. Ella se otorga el derecho de manejar la vida de los demás según sus propios criterios y voluntad (de hecho ella misma lo ha dicho, y también nos lo han recordado recientemente en un flashback) y cuando alguien tuerce esto y se aparta de su lado no tarda en acusarlo de falta de lealtad, un sentimiento que al parecer ella confunde con la sumisión.
Pero tarde o temprano, cae la máscara y se acaba descubriendo la auténtica Francisca. Y otra vez Pepa acaba ganando, de alguna manera, la partida.
Aunque para Bosco todo haya sucedido de manera traumática. No debe ser fácil asumir que la persona en la que has depositado toda tu confianza, a la que quieres como una madre, te ha estado utilizando para sus fines, sólo pensando en su beneficio y en satisfacer una venganza, que por otra parte carece de sentido. Pero lo peor de todo es descubrir que además ha sido el arma arrojadiza utilizada contra su propia familia. Una familia que desconocía que tenía y de la que se ha visto privado hasta ahora, así como de conocer sus orígenes.
Un concepto, la familia, que para Francisca tiene una connotación sesgada. Algo que ha quedado muy claro cuando ha vuelto a utilizar el argumento archisabido de que se lo ha dado todo, su apellido, su dinero,….como si esto fuera lo que creara vínculos. El agradecimiento ha sido un tema recurrente del que ha hecho uso en innumerables ocasiones, pero que ya no sirve cuando el agravio alcanza dimensiones de un estadio superior a todo lo asumible. Y Bosco ha sido agraviado, manipulado y forzado a odiar a los que él desconocía que eran sus hermanos, incluso llegando al extremo de ser puesto a prueba para deshacerse de ellos. Por supuesto no voy a justificar que cumpliera esto último, que a punto estuvo de costar la vida a Martín y a Conrado, además de ser cómplice de la doña en el tema de Aurora, pero tiempo habrá para enmendar la culpa que pueda arrastrar por ello.  
Y supongo que esta misma culpa que le atormenta es la que aún ha ahondado más en la herida. Oír que todo ha sido en su beneficio, como ha sido siempre la máxima de la doña que consiste en apartar de su camino a todo el que le estorba, creo que ha sido la gota que ha colmado el vaso. Porque ya no se trata de cualquier persona, sino que son sus propios hermanos los damnificados.
¡¡Por fin los genes de sus progenitores han aflorado!! Creo que Bosco aúna ambos caracteres, aunque hasta ahora predominaba en él el carácter bonachón de su padre, lo que permitía a la doña manipularle a su antojo. Por supuesto no tengo dudas que también lleva intrínseca la nobleza de Tristán, que ya ha asomado en alguna ocasión, pero que la doña se ha encargado de mantener a raya hasta el momento. Sin embargo el genio endiablado de Pepa finalmente ha salido a flote.
No creo errar al afirmar que el enfrentamiento entre abuela y nieto ha sido una escena largamente esperada, junto con la revelación de la identidad de Bosco y el descubrimiento por parte de él y Aurora que son hermanos. Aunque lo que creo más interesante de todo esto es que, al librarse del yugo de Francisca, el personaje de Bosco va a tener la oportunidad de ser insuflado de algo más de vidilla, y con ello desarrollarse. O al menos es lo que espero, porque creo que algo en lo que casi tod@s coincidimos es en que los hijos de la partera son el eje central de la serie.  
Como también espero que la última frase que Bosco le ha dicho a Francisca antes de alejarse, se cumpla “Quería a su lado un perro fiel, pero habrá de buscarse otro”. 

19 de marzo de 2015

No hay dudas con Severo

Frio, calculador y más inteligente de lo que creían. Así ha descrito Sabina a Severo. Y no hay duda de que algo de ello hay, aunque al mismo tiempo se intuyen en él otras actitudes que ésta no ha mencionado, y de las que ya se ha tenido algún atisbo. También es caballeroso y educado, sabe ponerse a la altura de la gente, es consecuente con su palabra, sincero, y especialmente es fiel a sus amigos. Para ser precisa, a su mejor amigo.
Carmelo no es muy diferente, pero el enamoramiento puede llevar a nublar la razón y a hacer dudar de cosas que en otras circunstancias no admitirían esto. Y ha dudado de Severo poniendo en peligro una sólida amistad forjada por años de lucha juntos. Sin embargo estoy convencida de que Severo jamás traicionaría a su amigo, y menos conociendo sus sentimientos. La lealtad, la solidaridad, la confianza, el compromiso, el respeto  y sobretodo la amistad incondicional creo que son para él lo más importante, y no lo veo dispuesto a ponerlo todo en peligro y saltarse a quien ha estado a su lado en los últimos años y con quién ha compartido los buenos y malos momentos de la vida. Por supuesto son valores que Carmelo considero que también atesora, pero que los celos han ofuscado. Y ya se sabe que estos son malos consejeros, especialmente en una persona que no ha conocido hasta ahora unos sentimientos que afectan al corazón.
Sabina he hecho su trabajo y ha logrado penetrar en las defensas de un hombre que sorprendentemente es más vulnerable de lo que se creía. Pero afortunadamente para él, Severo no se deja sorprender fácilmente y sabe leer en los más mínimos signos. Y Sabina, y por ende Francisca que es quién maneja los hilos, han cometido un importante error de cálculo: lo han minusvalorado.
Es un alivio descubrir que Francisca, después de innumerables años de hacer y deshacer a su antojo y de moverse con total impunidad, se ha encontrado con la horma de su zapato. Y solo espero que el camino emprendido con estos personajes, Severo y Carmelo, no se estropee como ha sucedido con otros. Un hacendado poderoso, pero justo y solidario, es algo que reconcilia con un sector de la sociedad que hasta ahora ha salido bastante malparado en la serie y cuyo máximo exponente, Francisca, ha dejado traslucir lo peor de la misma.  

18 de marzo de 2015

Un par de consejeros

¿Qué tienen en común D. Anselmo y Fe?  Pues prácticamente nada, excepto que a los dos les ha tocado en suerte convertirse en consejeros en otros tantos asuntos espinosos. Y también que no se andan con rodeos a la hora de decir lo que piensan.
En realidad a D. Anselmo este papel no le es ajeno, por su condición de sacerdote y consejero espiritual, pero parece que últimamente también ha de serlo en el terreno sentimental, aunque en su caso tenga que hacer uso del razonamiento lógico. Y, por supuesto, éste dice que ha de hacer ver a Raimundo lo que es de todo punto previsible: que no puede salir nada bueno de que vuelva a los brazos de Francisca, ya que ambos ya se han hecho tanto daño como para varias vidas y esto deja un huella indeleble. Aunque ahora anden como un par de colegiales con zapatos nuevos. Además de que ponerse el mundo por montera, tal como ha pedido Francisca, no es fácil cuando hay otra gente implicada.  
Y Fe anda en las mismas, tratando de poner cordura en algo tan difícil como los sentimientos de otra persona, en este caso Inés. Porque dejando aparte todos los flecos del asunto que tanto ella como la chica desconocen, el caso es que Inés ahora mismo no tiene ninguna posibilidad con Bosco, por lo tanto seguir alimentando una esperanza que no tiene ningún futuro es tarea vana. Realmente cuesta imaginar que puede esperar ahora mismo, cuando Bosco le ha dejado bastante claro que su relación ahora se limita a lo que se relaciona con el niño. Y todo esto es lo que Fe está intentado hacerle entender (sin mucho éxito hasta ahora) 

Desmoronándose un mundo y descubriendo otro

Quizás se podría haber esperado algo más de la revelación de los lazos de sangre que unen a Bosco y Aurora, y supongo que también lo más rentable habría sido saltarse algunos pasos e ir directamente a la parte emocional. Pero creo que algo de este calibre no ha de ser fácil de digerir, más cuando, como en el caso del chico, se desmorona todo tu mundo y además descubres que has sido engañado y manipulado vilmente.
Y también pienso que el conocimiento de su vínculo de hermanos no puede dar lugar a la misma reacción en ambos ni, de entrada, a una escena de amor fraternal más allá de una inmediata empatía que ambos ya tenían hacia el otro, pero de la que desconocían el motivo. Es una situación que todavía se ha construir, ya que no se conocen, ni han tenido tiempo de asimilar su nuevo estatus. Tampoco sus circunstancias son las mismas, pues Aurora tiene una familia, mientras que Bosco ha descubierto que es algo que le ha estado vetado durante mucho tiempo.
Por descontado no pretendo ningunear la situación, pero comprendo que, de entrada, no se hayan lanzado a los brazos del otro. Tiempo habrá para ello y para descubrir si son capaces de llegar a una relación como mínimo parecida a la que hemos vivido entre ella y Martín. Por cierto, una relación preciosa llena de amor fraternal y complicidad.  
Por ello considero que la escena ha estado en su justa medida, más teniendo en cuenta el carácter impulsivo de Bosco, que tiende a huir y buscar refugio en la soledad del bosque para aclarar sus pensamientos. Que no pienso que sea cobardía, sino algo inherente al carácter de alguien que ha pasado la mayor parte de su vida solo, y que ha aprendido a encontrar en la naturaleza el sosiego y las respuestas. Hay quien las busca en la religión, en apartarse del mundo, en gritarlo al viento,……o como él buscando la soledad del bosque. Y todo es igualmente lícito.
Y comprendo que Aurora se sienta a partes iguales sorprendida y desconcertada, especialmente cuando no hace más de dos años se creía hija única y ahora resulta que tiene tres hermanos. En poco tiempo su vida ha experimentado tantos momentos dolorosos y de sufrimiento, así como un vuelco tan importante, que no ha de ser fácil pensar con claridad.
Pero la vida continúa. Y aunque tristeza y alegría son dos conceptos antagónicos, quizás Bosco y Beltrán puedan traer otra vez a ella las ganas de vivir. 

17 de marzo de 2015

Un buen amigo

¿Cómo tendría que actuar un buen amigo ante la desgracia de una persona a quien le une una afinidad especial? ¿Ignorando el dolor de ésta, o por el contrario dándole su hombro para apoyarse? Evidentemente la respuesta solo es una: lo primero es censurable y lo segundo lo correcto.
Seguramente si Lucas no fuera un hombre y además no estuviera enamorado de Aurora, las cosas se pondrían en su justo lugar y se verían de esta manera. Y no de la que aluden algunos comentarios que, dicho sea de paso, no comparto.
Sigo pensando que Lucas se ha comportado como el buen amigo que es, estando al lado de Aurora en estos momentos tan duros para ella, pero sin quitarle protagonismo, ni intentar aprovecharse de su vulnerabilidad. Dejando además que los más allegados sean quienes estén al lado de la chica, aunque él vele por ella desde la distancia.
¿Que de ahora en adelante puede ser algo más para Aurora? Quizás, porque ya lo es. Un amigo especial con el que demuestra afinidad, y no sólo profesional. No hay que olvidar que no hace mucho, cuando le regaló el prendedor, ella dudaba de sus sentimientos hacia él. Si fuera solo amistad ni siquiera tendría que habérselo planteado. Evidentemente no es todavía el momento de hablar de nuevas relaciones, porque la herida está muy reciente y no es posible imaginar que Aurora esté ahora mismo por la labor, pero lo que si es cierto es que el mundo da muchas vueltas y ella sólo es una jovencita que está empezando a conocer la vida y su dureza. El golpe recibido es importante, pero no hay duda que se puede rehacer, pues tiene por delante muchos años para ello y para buscar la felicidad. Porque nadie, ni nada, ha de provocar que se condene voluntariamente al ostracismo, ya que vivir de recuerdos es morir en vida. 
O si no que se lo pregunten a Tristán.
Y llega el momento en que vuelve a salir la posibilidad de que Lucas no llegue más allá de todo esto, y que su historia con Aurora acabe antes de empezar. Admito que me gustaría ver algo más en esta pareja, pero si no es posible no voy a dejar que ello me impida disfrutar de cada momento entre ellos y, por descontado, tampoco me voy a tirar de los pelos si esta relación no fragua. Porque tengo muy claro que son personajes, y que se trata de una ficción. 
Pero el personaje de Aurora creo que merece tener la tregua que le han negado hasta ahora, y al lado de Lucas puede conseguirlo. Ya que además es el único que puede conseguir hacerla reír. 

Hermanos de sangre

Por alguna razón se me antoja que con la muerte de Conrado y el descubrimiento por parte de Bosco y Aurora de los lazos de sangre que les unen, se abre una nueva etapa en la serie. 
Evidentemente desconozco lo que va a suceder a partir de ahora, pero de alguna manera me parece que se vuelve a recuperar la esencia: los hijos de la partera y Tristán volverán a estar juntos, tal como ha de ser. Aunque no serán los mismos, ni estarán todos, pero considero que la historia de la serie es la de ellos y no la de otros. Es por esto mismo que la portada de mi blog está concebida  de la manera que es, porque es lo que creo y lo que siento.
Y al mismo tiempo se abre una esperanza para el personaje de Bosco, que hasta ahora no ha podido desarrollarse por estar a la sombra de Francisca. Lejos de la influencia de ésta y al lado de su verdadera familia, espero que este personaje consiga remontar su escasa presencia y personalidad, y salga a relucir la estirpe de la que procede. Y no me refiero a la de la Montenegro si no a la otra, la de sus padres y hermanos.
La sombra de Francisca es alargada y abduce a todo lo que la rodea, estropeándolo y dejándolo sin sustancia. Por supuesto me estoy refiriendo al personaje y no a la actriz, pero es constatable que todos los que han tenido que ver con la doña han quedado apagados o reducidos a la nada. Como también es un hecho que el personaje de Bosco no ha tenido precisamente mucha  influencia en las tramas hasta el momento, incluida su supuesta historia de amor con Inés que tampoco  parece que haya calado demasiado.
No sé si ya es tarde para recuperar el rumbo del personaje y convertirlo en el eje central, más si como se comenta por la redes la siguiente en irse es Ariadna. Un tema por cierto, y dicho sea de paso, que me sorprende por la precisión con que algún@s hablan de ello, incluso de una fecha concreta, cuando desconozco que exista ninguna información oficial, ni creo que en anteriores ocasiones haya sucedido, sino más bien todo lo contrario. Por descontado lo que no voy a negar es la posibilidad de que también haya quien maneje información privilegiada que le permita hacer tal afirmación.
Pero volviendo al tema. Aunque Bosco tenga que recuperar mucho terreno y que admito que no es precisamente mi personaje favorito ahora mismo, me ratifico en mi opinión de que es su historia y la de sus hermanos la que da el sentido principal a la serie. No otras.
Y también reconozco que espero con una cierta expectativa como se va a llevar esto y la relación de los dos hermanos, así como la de ellos con Francisca. Es cierto que con Martín el listón se puso muy alto y es difícil que se vuelva a alcanzar, aparte de tampoco Amalia es María y supongo que va a suponer un incordio (de momento). Pero no dudo que los lazos de sangre van a suponer un factor muy importante.
Sin contar la parte práctica, pues el Jaral necesita a alguien que se haga cargo de su administración y Bosco está cualificado para hacerlo, además de ser su verdadera casa. 

15 de marzo de 2015

De amores maduros incomprensibles

Aunque en apariencia va con un lirio en la mano y con la careta de humildad puesta, no creo que Francisca se la pegue a casi nadie. Y menos a Emilia.
No entiendo su propósito, pero lo que sí me parece es que es de un cinismo impresionante que pretenda que ésta le dé su bendición para retomar la relación con Raimundo. No hace ni cuatro días que por su culpa Martín, María y Esperanza han desaparecido del mapa, supuestamente muertos, y aunque sea solo un paripé, no debe ser fácil para la familia asumir que quizás no volverán a verlos nunca más. Sin embargo para Francisca el dolor que se le suponía por la desaparición de una chica a la decía querer tanto, ha quedado relegado a un plano anecdótico cuando para lograr que acepten la recién retomada relación con Raimundo emplea como justificación que el pasado ha quedado atrás, y que solo importa el presente y el futuro. Algo que solo ella es capaz de soltar sin que se le caiga la cara de pura vergüenza, especialmente teniendo en cuenta que es un tema que solo parece que importe para los demás. Porque ¿cuántas veces le ha reprochado a Raimundo que la dejara, y le ha culpado del hecho de que ella sea como es ahora? (¡¡como si un desengaño amoroso comportara necesariamente una maldad futura!!)
¿Realmente es tan ilusa como para pretender que Emilia y su familia olviden todo el daño que les ha hecho, y acepten sin más un sinsentido como una relación fundamentada en un supuesto amor de adolescencia? Un sentimiento que no consigo creer que haya sobrevivido más de cincuenta años y vuelva a resurgir en la misma medida. En realidad no acabo de ver que ha sucedido para que cambie lo que durante todo este tiempo se ha fundamentado sólo en una relación de odio y deseos de venganza.
Por supuesto el amor puede surgir en cualquier etapa de la vida, lo mismo en la madurez (o en la vejez como en este caso). Lo que me parece más improbable es que se reedite algo que ya no se puede vivir de la misma manera, especialmente con lo que ha habido en medio. Pero aún más difícil es hablar de amor en una mujer que es incapaz de sentirlo por casi nadie. Como ha dicho Emilia, no se hiere a quién se ama, y Francisca no ha hecho otra cosa en los últimos cincuenta años que procurar la infelicidad a cuantos la rodean.
Realmente Emilia está siendo muy comprensiva. Quiere a su padre, se preocupa por él, pero sin embargo no puede dirigir su vida, y hasta ahora ha intentado bregar con ello y tratar de entender lo que pasa en el corazón de este. Porque confía en el criterio de Raimundo y además éste ya es lo suficiente mayorcito para saber lo que ha de hacer. Pero nadie puede negarle a Emilia el derecho a decir lo que piensa de la situación y a hacérselo saber a los interesados.
Otra cosa es Raimundo. Hasta ahora ha sido una persona cabal, que ha luchado por sus ideales y que ha mostrado una gran generosidad. Pero ahora de pronto ha decidido volverse egoísta y pensar solo en si mismo. Es cierto que las ocasiones para ser feliz han sido pocas para él, y que en el ocaso de su vida tiene derecho a intentar buscar esto, pero con los antecedentes solo él puede imaginarse cuantas posibilidades tiene para que pueda lograrlo al lado de una arpía. Que además a su lado muestra una cara y detrás no duda en apartar de su camino todos los estorbos, incluidos sus propios nietos. Y nada garantiza que esto no llegue a suceder también con él (de hecho ya sucedió en el pasado). ¿Cómo es que de pronto Raimundo le haya dado este subidón, agravado además por lo que parece un principio de Alzheimer que le ha hecho borrar de golpe todo lo que Francisca ha hecho?

El fin de una etapa

Con los últimos comentarios que he colgado en el blog he recibido un montón de respuestas, de lo cual me alegro muchísimo. Me encanta que la gente se anime a participar y, por supuesto, sin censura. Mi blog está abierto a todas las opiniones (eso sí, siempre que sean respetuosas), cosa que de paso he de decir que hasta el momento así ha sido. Y también he de remarcar que me siento reconciliada con la gente que cada día me demuestra que se puede hablar sin alzar la voz, y que sabe defender sus opiniones razonándolas y sin pretender poseer la verdad absoluta.
Al mismo tiempo tengo que dar las gracias a l@s que se han dirigido a este blog para despedirse, o lo han hecho a través de las redes sociales. El final de Conrado ha supuesto para much@s el fin de la serie, cosa que no comparto pero que, por descontado, no voy a discutir. Recuerdo muy bien el desánimo que sentí cuando desapareció Tristán, y después el que me sacudió cuando los que se marcharon fueron Martín y su familia, pero pienso que hay otras muchas otras historias y actores que merecen que sigamos ahí. Es cierto que la serie ha tomado un rumbo que no es para echar cohetes, y que, como ya dije en un post anterior, parece que los detalles hayan pasado a segundo plano y perdido su importancia, pero sigue siendo una serie de calidad, con posibilidades.
Mil gracias a tod@s los que se van, por haberme seguido en este rincón. Y espero poder reencontrarme con tod@s en el futuro. Aquí o en otro sitio.
Besos

13 de marzo de 2015

Borrón y cuenta nueva

Hace un tiempo pedía un exorcista para La Casona, pero creo que tendré que ampliar la petición al Jaral. Algo sucede en esta casa que hace a todos sus habitantes desgraciados, incluso a los que se arriman a ellos. Aunque en realidad la solución quizás sería muy  fácil, y es que la “Paca la espichara” (como diría Fe), con lo que muchos de los problemas se solucionarían de un plumazo. Y ya puestos a pedir, creo que sería interesante que en el Jaral contrataran a un buen cerrajero para que pusiera una cerradura segura a la casa.
Ahora otro velatorio. Y ya van tres, lo que empieza a ser demasiado habitual ya que al final se va a asociar a esta casa con hechos luctuosos. Ya no digo del color negro de la vestimenta, que en los últimos tiempos parece que no pueden abandonar. Por cierto, y después de haber visto las escenas, no he podido evitar sentir un dejà vû con la muerte de Tristán. Porque aparte del parecido físico, todo ha sido casi calcado, desde la muerte hasta la escenografía (aunque en este caso es de agradecer que no se hayan demorado en todo ello).
Pero me voy a poner en plan optimista y a esperar que sea la última vez que se vea, que a partir de ahora las cosas cambien. De hecho parece que se avecinan tramas que pueden dar un vuelco a la situación y que van a hacer que en el Jaral vuelva a haber vida. Por ello no voy a entrar en el tema dramático del día, sino que me propongo hacer borrón y cuenta nueva. La serie sigue interesándome, y es mi intención seguir ahí con los viejos y nuevos personajes.
Y ni que decir tiene que son Severo y Lucas los que ahora llaman mi atención, por diferentes motivos. (También está la trama de Bosco, pero sintiéndolo mucho creo que necesita una buena limpieza de cara para que consiga interesarme lo suficiente)
Supongo que habrá quien diga que, aunque sea una ficción, es precipitado empezar a hablar de continuidad de la trama de Aurora cuando Conrado está aún caliente en su tumba, pero admito que me gusta la posibilidad de que ella y Lucas lleguen a estar juntos algún día. Aunque espero que no sea forzado por las circunstancias, tal como ya se ha planteado en algunas conjeturas. Lucas, como el mismo Conrado ha dicho, es un buen hombre y ama sinceramente a Aurora, por lo que se merece toda la atención. Aunque de suceder que algún día exista esta relación y fructifique, espero que se sepa llevar mejor que con la historia que hoy termina.     
De entrada creo que la actitud de Lucas ha sido exquisita, no intentado aprovecharse de la situación y manteniéndose en un segundo plano, pero apoyando a Aurora cuando ha hecho falta. Ahora es el amigo que da su hombro para consolarla y nada más. Y aunque le ha quedado el camino expedito, no creo que en los próximos días dé ningún paso en dirección a ella (en el sentido romántico) hasta que esté muy seguro que ésta pueda mirar las cosas con claridad. Pero no hay que olvidar que es casi la única persona que es capaz de hacerla reír y olvidar las preocupaciones, y esto será muy importante para que ella pueda superar su desgracia. Parece que es el sino de Lucas cuidar de Aurora, y no dudo que así será.  
En cuanto a Severo mis expectativas son diferentes, aunque también incluyen el lado romántico. De momento está demostrando que está a la par que la doña, sino por encima. Lo mejor de él es que va con la verdad por delante, sin medias tintas. No manipula sino que busca la connivencia, sin esconder sus verdaderas intenciones. Y aunque la impaciencia nos devore a l@s espectadores, que esperamos que haga algo para hacer pagar a la doña, Severo está actuando firme pero seguro, sin dejar resquicio al error. Por lo que, estoy convencida, la paciencia se verá recompensada en este caso. De todas maneras creo que va a ser un pulso muy interesante, en el que Francisca va a ver que su poder no es tan omnímodo como piensa.
Otro tema es el romántico. Quizás sea una ilusión, pero la puntilla para Francisca sería que Severo viera a Candela más allá que una socia de negocios. Creo que por este lado podría nacer algo muy interesante, porque se trata de dos personas ya maduras que podrían escribir una bonita historia. Y no me cansaré de repetir que ya es hora que Candela tenga su propio espacio.

12 de marzo de 2015

En manos de una loca

Después del post de despedida a Rubén, que he creído conveniente hacer de manera especial, no puedo evitar comentar algunas cosas del capítulo de hoy, en especial la escena de Aurora y Alicia. Me ha parecido que, de todas las opciones que tenían, han escogido la peor posible para resolver esta trama.
De entrada ya me parece bastante inverosímil todo lo referente a Alicia. Porque parece haberse olvidado que se trata de una prófuga de la justicia que, sin embargo acudió a la misma para intentar recuperar a su hijo (¿). Que después se pasea por el pueblo impunemente y sin que nadie mueva un dedo. Pero el sumun es que finalmente haya conseguido entrar en El Jaral sin ser vista y estuviera escondida en el despacho sin que nadie se haya apercibido de su presencia; ya no digo del  jarrón con el que ha golpeado a Aurora y que por su aspecto era de alabastro (aunque en realidad debía ser de yeso, porque de otra manera y con semejante tamaño y peso no creo que nadie hubiera sobrevivido a un golpe de este calibre). Pero lo peor ha sido después y, aunque ya sé que cuestionarlo es una tarea inútil, aun así voy a hacerlo: ¿Porque nadie ha aparecido durante el tiempo que Alicia ha necesitado para perpetrar su maquiavélico plan? ¿Ni siquiera una sirvienta? Y ¿de dónde ha sacado semejante cuerda, que además pesa un quintal? ¿Cómo c…..la ha colgado de una viga o de dónde sea que pendía? Y después la actitud de Aurora, que no se ha resistido demasiado a subirse a una silla ¿Realmente era posible que Alicia consiguiera colgarla a pulso?
Vale, sé que todo ello tiene un fin y es el que Conrado aparezca en el momento justo para salvar a su amada y recibir la cuchillada mortal. Pero admito que me da la impresión que los responsables de la serie se están relajando y no cuidan demasiado los detalles (que, por otra parte, seguramente pasan desapercibidos para la mayoría de l@s espectadores). 
Bueno, ya lo he dicho!!.

El fin de una historia (2)

Siento que desde hace un tiempo y con demasiada regularidad, me estoy despidiendo de manera continua de algún actor o actriz de la serie. De hecho en el último año ha sido un continuo goteo.
Pero puedo entender las circunstancias personales de cada uno de ellos, la decisión que les ha llevado a dar un nuevo rumbo a sus vidas y carreras profesionales, algo que por otra parte nadie tiene derecho a reprocharles. Se dice que los actores se deben a su público lo que, de alguna manera, dejaría entrever que están obligados a  decidir en función de éste. Pero ceo que fue Dani Rovira quién lo expresó muy bien en una entrevista. Un actor se debe a su público en el escenario, detrás de éste es una persona que sólo se debe a sí misma. Por lo que, sea la razón que sea la que lleva a los actores y actrices a tomar la determinación de cambiar de aires, ésta no deja de ser absolutamente legitima e indiscutible.
Sin embargo también es cierto e inevitable que con su marcha, cada uno de ellos y en mayor o menor medida, deja huérfanos a una parte de l@s espectadores, a l@s que han seguido sus andanzas y se han emocionado, reído y disfrutado con ellos.
Ahora le toca el turno a Rubén. Conrado se va para siempre dejando inconclusa una historia de amor que ya no será, algo que nació con muchas expectativas porque era diferente de todo lo demás y  que podría haber tenido mucho más recorrido si los guiones no lo hubieran maltratado tanto. Se va llevándose muchas expectativas de lo que podría haber sido y no fue, y con la incógnita de lo que será de la otra parte de la pareja.
Pero ahora no es el momento de hacer conjeturas, sino de despedidas.
Mi agradecimiento a Rubén Serrano por los momentos que nos ha brindado con su actuación, y  mi sincero deseo de que lo que la vida le depare en el futuro sea todo lo mejor.
¡¡Hasta siempre!!

11 de marzo de 2015

Un (parco) regalo de despedida

Conrado y Aurora. No surgirán muchas más oportunidades de hablar de ellos como pareja, pero en este momento es difícil opinar cuando existe la certeza de que no hay esperanza de futuro para ellos. Ni siquiera un pequeño resquicio, porque el final de una vida es inalterable y definitivo.
Aunque ellos no lo sepan, ya están viviendo una cuenta atrás. Pero en estos últimos días, todo lo que se han perdido en meses parece que vuelve a resurgir con fuerza, con lo que la despedida aún va a ser más dolorosa.
Sin embargo admito que estoy desconcertada, al igual que Conrado, al respecto de la actitud cambiante de Aurora. Cuando parecía que definitivamente había tomado una decisión sobre su futuro y el de su relación, que pasaba por romper sus lazos, de pronto ha vuelto a acercarse a él. ¿La explicación? Es evidente que su amor nunca ha muerto, pero quizás ella necesitaba algo para darse cuenta. Y probablemente ello pasa por la reaparición de Alicia y la posibilidad aparejada de perder a Conrado definitivamente. Y en realidad así va a ser, aunque no de la manera que podría haber sucedido.
De todas maneras tengo que decir que esta me parece una situación forzada, cuando han existido innumerables ocasiones, y más de un año de plazo, para dar a los seguidores lo que tanto han ansiado: ver consolidarse este amor, dejando que los sentimientos afloraran libres. Y especialmente que esto tuviera continuidad, cosa que ha sido imposible.
Ahora, cuando ya no hay posibilidad de futuro, se produce lo que tanto se ha demandado sin ningún éxito.
Por descontado no quiero estropear este momento, pero lo considero un parco regalo de despedida.