30 de enero de 2015

Una pantomima de juicio

Admito que los guionistas no dejan de sorprenderme con situaciones que, en mi opinión, van más allá de la lógica. No puedo imaginarme que alegando razones de salud, pero sin mediar certificado médico alguno, solo con su palabra, alguien pueda conseguir que todo un tribunal se desplace a su casa. Es cierto que ahora existen medios tecnológicos que pueden solventar este tema, pero creo que si existiera la posibilidad que se celebre un juicio fuera de los lugares previstos para ello, debe ser algo excepcional y siempre que el acusado no pueda desplazarse, no por las conveniencias de una simple testigo. Supongo que (otra vez) se trata de una licencia y como tal hay que tomarla.
Lo que es más que evidente es el motivo de ello, y todos son muy conscientes de que se trata más de una demostración de fuerza que algo realmente necesario. Y el saberlo ya le quita valor a lo que podría significar de intimidación. Pero Francisca siempre ha de dar la nota, dejando que el juez y los demás togados (a excepción del abogado de Aurora) parezcan de lo más condescendientes al permitir que además lleve las riendas y pretenda tener a todo el mundo esperando, para después entrar en el salón como si fuera una emperatriz, con pompa y boato y del brazo de su lacayo, que además le sigue la corriente sin inmutarse. Y, por supuesto, magnificando unos males inexistentes (o al menos no en la medida que pretende). Juez y fiscal han hecho dejación de sus funciones a favor del poder, algo que da una imagen desastrosa de la justicia (aunque después se haya arreglado). Las pruebas eran demasiado concluyentes como para pasarlas por alto, y ni siquiera un tribunal influenciado podía rebatirlas.
Aunque hay algo que también es evidente. Francisca estaba demasiado tranquila para sentirse amenazada y es evidente que, como le dijo a Mauricio, no había dejado cabos sueltos. Implicada o no en la muerte de Bernarda, y aunque fuera la inductora y la ideóloga, es claro que la culpa va a recaer toda en Fulgencio. Así de una sola tacada se libra de su primo y de ser inculpada. Solo que tendrá que esperar otra ocasión para librarse también de Aurora, porque con pruebas tan irrebatibles el juez no tendrá otra opción que descargar a ésta de culpa y devolverle la libertad.
Pero, otra vez, la doña se irá de rositas. Y van………..

El corazón y la razón

Es gracioso (o penoso según se mire), pero parece que en casa de los Castañeda-Ulloa tienen ahora dos adolescentes, aunque uno ya es algo más que madurito.
Evidentemente diferentes, porque Raimundo ya tiene una edad para ser consciente de lo que se hace, mientras que a Matías todavía se le puede perdonar algún desliz, por sus pocos años. Pero parece que algunas cosas son atemporales. En realidad me cuesta censurarlo porque siento que quizás puedo ser injusta, y que no hay nada que impida que una persona madura tenga sentimientos fuertes hacia alguien. Pero precisamente por la edad y la experiencia, alguien en esta situación tiene más herramientas para saber leer en su propio corazón y no dejarse llevar por ilusiones.
Pienso que es precisamente esto último lo que le sucede al hombre. Aunque lo que le ha llevado a ello ya es otro cantar, porque por más que lo intento no consigo entender que ha cambiado para que precisamente ahora, cuando Francisca está en plena faena para acabar con Aurora y todos saben que lo ha intentado con Martín, al hombre le haya dado para quedarse en evidencia. Ya sé que nadie tiene el derecho de juzgar a otros y que Raimundo es muy libre de hacer lo que le parezca sin tener que dar explicaciones, pero su poca prudencia no dice mucho de un hombre que se supone ilustrado, inteligente y con los pies en el suelo.
Lo dijo D. Anselmo: “el corazón tienen razones que la razón no entiende” Pero he de reconocer que, en este caso, me cuesta asimilarlo sin cuestionarlo, porque la visión romántica que se pretende crear no consigue atraparme para nada. No consigo creerme que un amor, por muy fuerte que haya sido, logre sobrevivir a varias décadas de desencuentros, daños infringidos sin el menor remordimiento a uno o a las personas queridas, la separación durante largos años, y a odios y resquemores varios. Sin contar que Francisca le hace culpable a él de la situación cada vez que sale a colación el tema, como si con ello pueda arrogarse el papel de única víctima y además pudiera justificar su propia perfidia. Nadie es malo por haber tenido un desengaño amoroso, porque de ser así los malvados serían multitud. Puede existir el rencor, pero no hasta el punto de ennegrecer el corazón y hacérselo pagar a todo el mundo, algo que afortunadamente solo ocurre en contadas excepciones. Y es claro que Francisca es una de ellas.
Y pretender que sea precisamente la llegada de Severo la que ha precipitado todo esto, lo considero poco más que una sinrazón. Aunque quizás sea la primera vez que se vislumbre a alguien que realmente puede aguantar el pulso a Francisca. Pero si es así, realmente hace bajar aún más puntos de la consideración a Raimundo, porque da la visión que hasta ahora había estado relativamente tranquilo en cuanto a la posibilidad de que Francisca llegara a pagar algún día por sus maldades. Ya sé que puede parecer que tergiverso las cosas, pero la da la sensación que una cosa es desear de palabra que la doña pague por sus desmanes, y otra que lo piense realmente.
Lo siento, pero no soy ni de lejos tan comprensiva como Emilia, que tiene un buen papelón con este tema.
Y que por si no fuera poco, además parece que Raimundo ha perdido los modales. ¿Es necesario que se muestre tan grosero con Severo y Carmelo?  

29 de enero de 2015

No es un adiós, es un ¡ Hasta pronto !

Supongo que la primera intención después de ver el capítulo del reencuentro entre Martín  y María, es la de agradecer a los guionistas que al menos permitan que una de las historias de PV tenga un desenlace feliz. Y por supuesto lo hago. Pero, sin pretender minusvalorar esta buena noticia, no puedo olvidar que si bien es cierto que por una vez nos dan una alegría, no lo es menos que ésta ha costado sangre, sudor y lágrimas, además de una paciencia infinita por parte de los espectadores. Evidentemente también entiendo que las historias no pueden terminar en dos días porque de ser así las series no tendrían mucho recorrido, y es claro que mantener la incertidumbre hace que el espectador siga pegado a la pantalla. Pero, en mi opinión, esto se podría racionalizar cuando hay varias tramas abiertas y normalmente suele suceder que todas pasan por una situación compleja al mismo tiempo, aunque también entiendo que no es fácil contentar a todo el mundo y que ha de haber algo que dé vidilla.
Sin embargo ahora parece que, al menos por unos días, va a haber un impasse. De hecho también algo ha cambiado. Creo que es de las pocas veces que una explicación me convence y no le encuentro incoherencias.
Martín ha cumplido su promesa. Ha vuelto al lado de sus dos chicas, y esta vez es para siempre. 
Realmente es difícil imaginar los sentimientos que se agolpan en una persona como María, que pasa, sin solución de continuidad, de sentir que su mundo se viene abajo, a ver renacer todos sus sueños. ¡¡Martín está aquí, ha venido a buscarlas!! No es un fantasma, ni una aparición, es Martín en carne y hueso, que además ha llegado en el momento más oportuno. (O quizás inoportuno, porque no habría estado mal que María acabara la faena. Pero no es una asesina, y mejor que no tenga que llevar este peso sobre sus espaldas).  
Emociones a flor de piel en este momento, en el que la oscuridad desaparece y todo vuelve a brillar, y que no hay nadie más que ellos dos y su pequeña hija.
Pero la realidad se impone y hay que vivir el presente, con la vista puesta en el futuro. Porque algo empaña este reencuentro feliz, y es la seguridad de que la que ahora yace herida a sus pies nunca cejará en su empeño de separarlos, con lo que no hay más solución que poner distancia por medio, y mejor un océano. Algo que implica al mismo tiempo que no podrán gozar de su dicha al lado de la gente a la que quieren y que les quieren. Pero aunque se alejen de PV, es seguro que los llevarán siempre a todos en el corazón y en el pensamiento.
Ya que aunque se marchen solos, los vínculos de la familia salvarán las distancias. De la gran familia y amigos que ambos tienen la suerte de poseer (con alguna notable excepción) y que han sido los garantes de proporcionarles un futuro, los que todos a una han hecho bueno aquello del “burlador burlado”. La lástima es no poder disfrutar de la cara de Francisca si llegara a saber que esta vez ha perdido la partida (pero mejor que no sepa nada, porque ya se ha visto que sus tentáculos son alargados). Por cierto, una gran familia que parece que tiene un nuevo miembro, porque hace aproximadamente un año Aurora se consideraba hija única, y ahora resulta que tiene tres hermanos (aunque sólo conozca uno, y a otro como si no lo conociera). 

(Esta imágenes no son capturas de pantalla. Son fotos compartidas desde diversas páginas de Facebook) 
No puedo terminar este escrito sin despedir a Jordi y Loreto. Otra despedida más de unos personajes muy queridos.
No creo errar si digo que much@s vamos a echar de menos esta preciosa historia de amor, la que nos ha mantenido pegad@s a la pantalla durante meses.
Y si esta despedida es definitiva o no sólo es algo que saben ellos y la productora, aunque es evidente que si llegara a plantearse una vuelta tampoco va a ser pronto. Por lo que habrá que resignarse a dejar de verlos en PV (al menos durante una larga temporada).
Solo me resta, desde este rincón, desearles a ambos la mejor de las suertes en su carrera profesional y en su futuro, y darles las gracias por los momentos que nos han brindado con su buen hacer.

HASTA PRONTO!!!

28 de enero de 2015

Algo sucede en La Casona

Creo que en La Casona lo que necesitan urgentemente es un exorcista.
Evidentemente algo flota en el ambiente que hace de este lugar un sitio siniestro, del que mejor mantenerse alejado. Porque no es muy normal que la mayor parte de las personas que en algún momento de su vida se han albergado entre sus muros hayan acabado locos, desquiciados, malvados o desgraciados. Por no hablar de los que aún ahora andan bobos o alelados, o los que han salido de la casa con los pies por delante. Solo unos pocos han conseguido que todo esto no los haya engullido, aunque tampoco han podido evitar que las desgracias los persiguieran allá donde fueran. Claro que también hay que tener en cuenta el denominador común de todo ello. Y no se trata del destino, sino de algo (más bien alguien) mucho más tangible: Francisca.
Solo espero que los que aún queden que no han sufrido las consecuencias, consigan librarse de esta influencia, y salir por patas antes de que sea demasiado tarde. Especialmente me refiero a Fe, que, de momento, aún no está en el punto de mira. Aunque, al tiempo……
Pero para no ser menos, parece que ahora le toca el turno a Amalia, y de paso rememorar otros tiempos ya muy lejanos, en los que Angustias era la protagonista. Aunque no alcanzo a ver el motivo por el cual ahora su mente empiece a dar signos de desquiciamiento, a menos que esto ya viniera de fábrica y no lo hubiera dejado entrever antes. ¿O quizás es que aprende muy rápido de una maestra excepcional? Pero los signos son los mismos que ya se han visto anteriormente en otras tramas, incluido el cuchillo, lo que además en mi opinión denota (siento decirlo) poca imaginación por parte de quién escribe los guiones. Y todo ello está haciendo de Amalia un personaje casi tan siniestro como la doña, con la que se ha puesto a la par, especialmente en el tema de engañar a un Bosco que es incapaz de tomar las riendas de su matrimonio, y que acaba yendo siempre a llorar al hombro de Francisca para que sea ésta la que le saque las castañas del fuego.
Admito que esta trama cada día me cansa más. No consigo ver las escenas de Amalia con Inés sin ponerme a mirar las musarañas del techo, ni tampoco consigo evitar las ganas de darle dos sopapos a Bosco a ver si espabila. La verdad es que, en mi caso, pienso que las dos primeras en este momento ya es difícil que consigan remontar una popularidad que ahora se me antoja que está por los suelos, mientras que Bosco quizás aún podría salvarse si le dan un giro a su trama y le hacen descubrir la verdad sobre sus orígenes. Al fin y al cabo (y obviando sus orígenes psicodélicos) se trata de un hijo de la partera y Tristán, por lo tanto el nexo con la historia original. Pero lo están alargando tanto que ya cansa, además de que ya no podrá disfrutar de su hermano Martín, y como no se den prisa, tampoco podrá hacerlo de Aurora. 
Y El Jaral se va a quedar sin herederos directos. 

27 de enero de 2015

Las dudas de Aurora

Dejando aparte el hecho de que todos mantengan a Aurora en la inopia con unas razones que no alcanzo a entender más que por un intento de sobreprotección, creo que esta situación también me ha servido para llegar a unas conclusiones que quizás no había valorado antes en su justa medida, y con ello mirar con más comprensión la actual manera de comportarse de la chica con respecto a Conrado.
La Aurora que actualmente vemos es una adolescente en cierto modo insegura, lejos de la que llegó hace tiempo a PV. Una chica que había aprendido a valerse por sí misma, aunque probablemente más por necesidad que por carácter (que también lo tiene) y que hizo que, en principio, diera la talla de una persona mucho más madura que la que le correspondía por edad. Una chica que durante los años más importantes de su vida, en los que se moldea el carácter, el único contacto con el mundo exterior, aparte de las cartas de su prima María, fueron los libros y lo que le podían explicar sus compañeras de internado. 
Y quizás ello le llevara a forjar un mundo irreal, unido a una cierta idea romántica sobre algunos sentimientos. Salir al mundo, y además tener que pasar por un montón de situaciones dramáticas: su actual momento personal, con una condena sobre su cabeza, el dolor por la muerte del padre que apenas había llegado a conocer y disfrutar, la supuesta muerte del hermano que desconocía que seguía vivo y con el que llegó a crear un vínculo precioso, y ahora la desaparición de la única persona que la había mantenido atada a su familia durante los años de separación, además de perder también a la pequeña sobrina que le había llevado alegría, han acabado por romper este mundo, y además hacer mella en su ánimo. Porque creo que tener una familia había hecho desaparecer esta necesidad de autonomía, ya que al reestablecer los vínculos también se habían creado una situación de dependencia mutua, que ahora se está volviendo a perder poco a poco con la desaparición una a una de las personas con las que se sentía más atada, y que puede hacer que ahora se sienta, de alguna manera, sola y desamparada. Y no debe ser fácil asumir todo esto, incluso en una persona con mucha fortaleza, sin caer en el desánimo y en una inmensa tristeza difícil de sobrellevar. Y en consecuencia, volviéndola más vulnerable.
¿Cómo encaja en todo esto Conrado?
Creo que de llegar ahora a la vida de Aurora, las cosas serían muy diferentes. Todo el mundo ideal de las novelas románticas que se había creado ésta se ha desvanecido ante la cruel realidad, y la chica podría ver sin ninguna barrera al hombre que la ama y al que dice amar, pero que por alguna razón ahora en ella se antoja un sentimiento inconcreto. Lo que me hace preguntar si además de enamoramiento no fue también un reto y una especie de acto de rebeldía ante un hombre que aparentemente no le hacía ni caso, y al que además presumiblemente la familia iba a poner pegas por el tema de la diferencia de edad.
Por descontado no pretendo minusvalorar los sentimientos de Aurora, que no dudo que son sinceros, pero también entiendo que ahora no esté mucho por la labor, y además se haga preguntas sobre su futuro. Sin embargo no veo nada malo que sea así porque de ello depende su felicidad, y precipitarse cuando aún es muy joven y le queda mucha vida por delante considero que no es una buena opción (basta ver el ejemplo de Bosco). Por cierto, creo que comprometerse a tan temprana edad siempre es precipitado, y ya lo critiqué en su momento también de María, aunque después el destino haya llevado a ésta a consolidar sus sentimientos con el hombre que escogió y que ya forma parte de su futuro. 
Y otra cosa más. Es evidente que la presencia de Lucas también ha ayudado a que Aurora haya cambiado, y no solo por haber conseguido recuperarla al mundo. De hecho creo que viene de más lejos, de los días en Madrid cuando Aurora descubrió otro mundo, y el hombre fue un apoyo y un aliado. Pero no creo que ahora mismo los sentimientos sean compartidos (Lucas es claro que la quiere), o al menos la chica no ha llegado al punto de cuestionar si siente algo por él más allá de la amistad y el agradecimiento.  
Pero supongo que hasta que Aurora conozca toda la verdad sobre Martín, María y Esperanza, y pueda liberar su desazón, no buceará en este tema. Por supuesto espero que sea para bien de Conrado, y que su relación pueda al fin ver algo de luz.  

26 de enero de 2015

Sin compasión

Francisca lo ha vuelto a hacer. Disfrazar sus remordimientos, trasladando a los demás la culpa del dolor que siente, y sin reconocer que lo acontecido es por causa de sus maquinaciones. Y hablar de traición, cuando es ella la que jamas se ha detenido ante ello.
No voy a negar que su dolor pueda ser sincero, pero no siento la más minina compasión por ella. Cierto que es mucho más fácil no apiadarse sabiendo que el motivo de su dolor es por algo que ella desconoce que no tiene motivo de ser, pero aun así, admito que esta mujer me saca una faceta retorcida que hace que llegue a sentir una perversa fruición de verla en este estado, el que tantas veces ella ha procurado a otros.
Sé que esto no es muy correcto y tampoco soy nadie para juzgar y condenar, pero no creo que se merezca nada mejor. De hecho incluso pienso que esta satisfacción sería aún mayor si pudiera ver la cara de Francisca al saberse burlada por los que tanto desprecia, pero quizás sea mejor que la mantengan en la inopia.
No hay nada tan definitivo como la muerte, y la doña ha hecho uso de este método para apartar de su camino a todo el que la ha estorbado. Pero su mente maquiavélica parece que no le deja ver que con ello se está quedando sola. No tiene a nadie, salvo temporalmente a Bosco, con quien también se está engañando porque no va a ser siempre un adolescente y algún día va a crecer, aunque también es cierto que ello no implica necesariamente que deje de ser manipulable. Pero que ahora el chico no se cuestione nada y crea a pies juntillas a su supuesta benefactora, no impide que vaya acumulando visiones de cosas que un día pueden llevarle a preguntarse si no hay algo más. Y entonces será cuando tendrá la posibilidad de descubrir quien se esconde detrás de una fachada creada para hacer de él una marioneta, y será el principio del fin para Francisca.
Instalada en su mundo particular, parece que Francisca ignora que los demás tienen sentimientos. Incluso algunos voluntad propia (modo ironía, eh!!). Porque si alguna vez albergó la esperanza de que María volviera a su lado, ella misma se ha encargado de hacer, a través de sus malas artes, que esto se desvanezca por completo y definitivamente. No se puede hacer daño a quién supuestamente se quiere (sentimiento que no puede existir realmente, porque cariño y procurar dolor y sufrimientos son dos conceptos que se antojan incompatibles) y después esperar que el otro o la otra no se lo tenga en cuenta. No creo que exista un cariño de este tipo, a menos que exista arrepentimiento y propósito de enmienda. Palabras que en la doña suenan solo a utopía, o que no es arriesgado decir que jamás sucederá.
Primero perdió a su hijo Tristán, que por culpa suya y por no haber actuado contra Jacinta, perdió la vida a manos de ésta. Después la que se alejó fue su hija Soledad. Y ahora ha perdido a María, a Esperanza, y también a su nieto Martín (aunque este último ya entraba en sus planes el hacerlo desaparecer). Y también lo está intentando hacer con su nieta Aurora. Además nada garantiza que Bosco no vaya a hacer el mismo camino que sus hermanos, a la mínima que se desvíe de los planes trazados.
¿Qué clase de persona puede hacer algo así? 

Una celebración nada corriente

No creo descubrir nada si afirmo que el concepto de la muerte es algo que no es visto de la misma manera por las diversas culturas. Y que mientras en unas se asocia al dolor por la pérdida, en otras se ve como una liberación. De ello que las despedidas a los difuntos también tengan diferentes maneras de llevarse a cabo. Me voy a permitir un ejemplo que pude ver cuando estuve en el Tíbet: allí existen lugares en las montañas donde la gente lleva a sus muertos para que se los coman los buitres. Algo que para ojos de un occidental parece bastante aterrador, pero que para ellos es algo normal e incluso puede tener su punto romántico. Lo llaman enterramiento en el cielo, y se entiende que las aves trasladan al difunto a este lugar idílico.
Pero en la visión de esta parte del planeta, la muerte casi siempre se asocia al dolor y respeto a quien ha dejado este mundo. De ahí que la escena en la posada, visto desde la óptica de los que desconocen el fondo de la cuestión, no tiene nada de corriente, al asemejarse más a una celebración que a una despedida. Aunque por ejemplo, en EEUU es algo normal hacer una recepción después de un funeral, pero no en una casa española, ni aun actualmente. También es cierto que cada vez más la muerte de una persona querida, a menos que sea en circunstancias trágicas o sobrevenida de manera súbita, se acepta de una manera menos traumática, pero sigue teniendo el mismo componente de antaño. Aunque en 1922, y con la influencia que la iglesia ejercía sobre la vida de las personas, hacer algo parecido creo que habría sido casi motivo de excomunión.
Sin embargo en esta celebración concreta (porque se trata de festejar algo), incluso están el sacerdote del pueblo y el alcalde. Y, por cierto, tengo que aprovechar para disculparme por un comentario anterior que dejaba a éste último a los pies de los caballos. Evidentemente es un personaje y por lo tanto es difícil pedirle perdón por haber caído como una pardilla en la misma trampa que Francisca, pero me alegra tener que rectificar y admitir que Pedro esta vez sí ha estado a la altura. 
Así como me alegra descubrir que, después de todo, Francisca no es tan lista como se cree, ni casi nadie la teme. Algo que pudo suceder en el pasado, pero cada vez menos. Como también se demuestra que unidos se puede vencer al poder. 

Mil gracias !!

Mil gracias a todas y todos por vuestras felicitaciones. A l@s que siguen mi blog, a l@s que comentan en el mismo o en las redes y, en especial, a l@s administrador@s de las diferentes páginas que me hacen el honor de compartir mis escritos. Todo ello me empuja a seguir escribiendo e esforzándome en hacerlo lo mejor posible. Aunque sé que no siempre mis opiniones son compartidas, pero creo que en ello puede estar también el punto de gracia, pues facilita que nazcan otras que enriquecen un posible debate. Por descontado sé que no siempre tengo la razón y no me importa rectificar. 
Reitero mi agradecimiento más sincero. Un abrazo a todas y todos

25 de enero de 2015

Una fecha en la pared

Si una permanece atenta a las escenas de la serie, siempre hay pequeños detalles o hechos que aparentemente no tienen ninguna trascendencia, pero que al final acaban siendo una pista de cosas que van a suceder en PV en un futuro más o menos cercano.
Sin embargo admito que habitualmente no les presto demasiada atención, y solo reparo en ello si alguien lo insinúa, o cuando se descubre una razón que hace que se entienda una cosa o hecho concreto.
Como el tema de la fecha en la pared. Reconozco que ni siquiera se me pasó por la cabeza un motivo para que Inés cambiara el habitual palito por unos números, y lo atribuí al lógico aburrimiento al estar sola y confinada durante tanto tiempo.
Pero parece que este es el hilo del que se va a tirar (o uno de ellos) para que una trama que parece estancada desde hace semanas, tenga un giro que la haga salir del sopor en la que considero está sumida.
Y aparentemente va a ser Fe quién va a alzar la liebre, e incluso llegar a descubrir lo que ha sucedido en las catacumbas, aunque Mauricio también puede jugar un papel importante. Y puede que también suceda lo que alguien insinuó en un comentario leído en las redes sociales: que el hombre se vea obligado a escoger entre su fidelidad a la doña, o sus sentimientos hacia la doncella. En realidad no tengo muchas dudas de, si ello llega a suceder, cuál va a ser el sentido de su elección, aunque también es cierto que tendrán que jugar otros factores, como la posibilidad de que la doña sepa que Fe ha descubierto su secreto y quiera deshacerse de ella, o que todo ello no llegue antes al conocimiento de Bosco.
De todas maneras Fe se está revelando como una sagaz detective. Es cierto que su situación es privilegiada para ello, pues al tener libre acceso a toda la casa y además ser minusvalorada por su ama, que no sospecha ni de lejos que Fe es mucho más despierta de lo que deja ver, ésta puede ser testigo muda de conversaciones o de cosas que después pueden ser muy útiles. Aunque también es cierto que juega un papel importante en ello la curiosidad y también la audacia, que espero no le jueguen una mala pasada.
Lo cierto es que, cada día que pasa, hay nuevos elementos para añadir a la lista de cosas positivas de este personaje. Porque su buen corazón, el que tod@s sabemos que tiene, está pasándole también factura y ahora la invade una inmensa zozobra por la “supuesta” muerte de María y Esperanza. Aunque espero que algún día alguien la ponga en antecedentes, pues ha tenido un papel importante en esta trama.  
Por cierto, y volviendo al tema catacumbas. Me llamó la atención el cómo se referían a ellas por un nombre que he de admitir que jamás había oído: “espeluncas”. Y la curiosidad me hizo encontrar, además de la definición correcta como cueva, de un texto que me hace gracia compartir y que encontré en un blog
“Las espeluncas que pasteurizan la desamortización del dextrocalio, no argumentan la saponificación de la sinéresis. Aforando subvalveas y exviajados en la leticenia emboica de los hemalios, no palentografiamos el ecubeo de las murtas. Asaz, desconsiderado y ambrósico, el prontuario descabezado de la pronuba no desconceptualiza su vivencial atavismo, sino que desentumecense los silurgos similicandentes que nos venían antiliquizando. …….”
Nota : ¡¡A que después de esto, el lenguaje de Fe ya no se antoja tan raro!!

Una aventura , un reto

La casualidad ha querido que, con pocas horas de diferencia, se cumpliera el primer año de existencia de lo que me supone una aventura apasionante como es llevar adelante este blog, y que el mismo llegara a las 200.000 visitas, un hecho que probablemente no sea nada excepcional para otros blogs, pero que a mí me supone un enorme acicate para poder seguir haciendo lo que me gusta, y además me sirve de desconexión.
Y voy a aprovechar para volver a mostrar mi agradecimiento más sincero a las personas que se acercan  a este rincón, que dejan sus comentarios en el mismo o en las redes sociales….evidentemente sin ellas este sitio no tendría el mismo aliciente, y el reto sería mucho menos ilusionante.
No me considero una gran escritora, ni siquiera mediocre, pero que mis opiniones puedan interesar a alguien y que ello además contribuya a crear un debate o simplemente generar opiniones, no voy a negar que me produce una gran satisfacción. Igual como contribuir, en la medida de mis posibilidades, a que se hable de una magnifica serie como es “El Secreto de Puente Viejo” a la que siempre tendré que estar agradecida, no sólo por haberme permitido descubrir una faceta que desconocía poseer, si no también, y mucho más importante, haberme dado la oportunidad de conocer, a algunas de manera personal, a un montón de personas que ya forman parte de mi vida.
Reitero mi agradecimiento más sincero. 

24 de enero de 2015

Las historias de amor de PV

No soy muy dada al tipo de series en el que se puede incluir PV, por lo que solo puedo conjeturar sobre la posibilidad de la existencia en el amplio abanico de propuestas de este género, y en cada una de las mismas, de una o varias historias de amor romántico, que además en algunos casos serán imposibles o difíciles de llegar a buen puerto. Vamos, como sucede en PV.
Pero seguramente también habrá historias  con finales felices, y espero que la de María y Martin sea una de ellas. Aunque el desenlace, que cada vez se vislumbra con mayor claridad, se antoje algo así como una despedida por la puerta falsa, al no poder seguir con sus vidas en PV (evidentemente las razones en la serie son unas y en la realidad, que es la que se impone, otras. Y probablemente la que se ha buscado era la mejor opción, antes que tirar de métodos más drásticos).
Martín y María, con su pequeña hija Esperanza, estarán juntos y serán felices. Pero lejos de los suyos.   
En realidad se podría decir que PV es un conglomerado del tipo de historias antes mencionadas, pero con un desarrollo muy diferenciado. No hay una igual a otra, ni un final igual a otro.
Aparte de la anterior, que considero una de las más preciosas que se han dado en la serie, al igual que sucede con la de Pepa y Tristán, actualmente existen otras que permiten seguir creyendo en el amor como núcleo central, aunque a veces quede obscurecido por las desgracias, que también son algo recurrente. Sin olvidar los guiños que se hacen al contexto histórico, pero que hacen de esta serie algo más que una simple telenovela.

Existe la historia de amor de Emilia y Alfonso, que ya está consolidada, igual que la de Pedro y Dolores (a su manera) o la de Mariana y Nicolás (que aún podría tener algún sobresalto, pues existe un secreto de éste que permanece latente, como es el de su origen y su familia). También las hay, que a pesar de haber sido muy bonitas en su momento, se han roto, como la de Hipólito y Quintina (también por razones ajenas a la serie), o las que aún no han empezado y que además parece que van a necesitar un empujón, como la de Fe y Mauricio.  Y, aunque ahora mismo no haya ningún indicio de que vaya a suceder, me gustaría pensar que en esta relación pueda incluirse también algún día a Candela, un personaje que aún puede tener su momento para vivir otra vez estos sentimientos.
Pero hay otras tres parejas de las que aún es más difícil predecir el futuro, porque además intervienen otros factores, como un tercero o tercera en discordia, o como en el caso de Raimundo y Francisca un montón enorme de desencuentros, malas decisiones, rencores extremos,...y especialmente y por parte de la mujer, un corazón endurecido e incapaz de aceptar sus errores.
Aunque creo que tendría que pasar algo muy excepcional para que estos últimos tuvieran otro final que no fuera seguir alejados. Quizás hubo un tiempo que les unió una gran historia de amor, pero no veo que ello tenga ninguna posibilidad de renacer. Dos personas maduras, con un amplio bagaje a sus espaldas, no creo que puedan aspirar a reeditar un amor de juventud, por muy grande que fuera, cuando después solo ha habido odio y rencor. Han pasado lustros alejados, no solo físicamente, y han tenido tiempo de sobra para dejar atrás lo que no pudo ser, por lo que tampoco creo que pueda seguir latente nada de todo ello. Ni siquiera lo que les unía, que era su hijo, ahora existe.
Al tema de Bosco e Inés, que aparentemente se pretende que sea la continuación de las historias protagonistas, tampoco le veo un futuro nada esperanzador. Es una historia que considero no se ha trabajado con mucho acierto y, de momento, no parece haber cuajado. Además al existir Amalia, el protagonismo se ha desplazado a ésta, y Bosco apenas parece recordar algo que sucedió en un visto y ni visto, una relación que se desvaneció en un suspiro. Aunque, en este caso, este supuesto amor, que más bien se antojó el descubrimiento de una experiencia en la que pienso que el deseo jugó un papel importante, es posible que pueda volver a renacer. Y quizás algún día pueda consolidarse y ser realmente lo que se pretende.  Aunque si hay algo de lo que no tengo muchas dudas, es que tendrán que esforzarse mucho para ni tan siquiera acercarse a emular a las parejas que les han precedido. Y en ello incluyo a Aurora y Conrado, la tercera pareja de la lista.
Admito que es sobre la que me cuesta más escribir, porque me tengo que debatir entre lo que ya  es sabido sobre su futuro, y lo que sucede actualmente. Aunque lo cierto es que la realidad de esta pareja tampoco es tan halagüeña. Y mucho menos la actitud de uno de sus componentes, Aurora, que parece que, de pronto, se haya vuelto una adolescente insegura con sus propios sentimientos. Algo que no hace un año tenía aparentemente muy claros, pero que ahora se mueven en un mar de dudas que desgraciadamente son perfectamente visibles para Conrado. Y cuesta entender la deriva a la que han abocado a esta pareja, sin darles apenas un momento de tregua, y mucho menos la posibilidad de que esta historia que un día vendieron como algo que tenía que hacer temblar los cimientos de la serie, pudiera desarrollarse para que ello fuera cierto. Porque algo que partió de una premisa novedosa, como era la relación entre madurez e inexperiencia, y que podía haber sido una historia con un gran recorrido, ha acabado siendo engullida por otras historias que se han tejido a su entorno y que no la han permitido avanzar. Y ahora que se vislumbra el final, no parece que vayan a enderezarlo.

23 de enero de 2015

Dos maneras de ejercer el poder

Quizás el sistema vigente en 1922 permitía situaciones que actualmente se antojan bastante más excepcionales, pero admito que aún me siguen dejando perpleja algunas cosas que se dan en la serie, como el oír decir a Francisca que no ha dado permiso para suspender la búsqueda de María y Esperanza. Que su poder llegue hasta el punto de mandar incluso sobre la Guardia Civil me parece algo excesivo, aunque visto lo visto, no imposible. 
Supongo que hay que recurrir a las páginas de la historia para comprender el poder de los caciques en aquella época, porque de otra manera no se entiende que alguien que no ostenta ningún cargo público, tenga capacidad de decidir temas que habrían de ser solamente incumbencia de los estamentos establecidos, como las fuerzas del orden o el gobierno local o supralocal. Por no decir de lo que atañe a la justicia.
Pero es evidente que el poder y el dinero estaban por encima de todo ello, más en el ámbito rural dónde la gente dependía casi por completo del capricho de una clase social aupada, no por propios méritos, si no por los elementos mencionados anteriormente o por su cercanía al partido dominante. Algo que desgraciadamente aún no ha desaparecido, porque (sin generalizar) no siempre están en los sitios de poder los mejor preparados o los que podrían hacer las cosas teniendo en cuenta también el sentir del pueblo y no exclusivamente el de las clases más favorecidas. Por supuesto no pienso que el pueblo tenga siempre la razón, pero creo que hay que escucharlo.
Algo que, evidentemente, no casa con la doña, que ni remotamente se plantea tal posibilidad. Anclada en su idea de señora feudal, sigue manteniendo con mano férrea los privilegios que le han otorgado su posición y su manera de actuar, sometiendo a la gente por el medio más infalible: el de ofrecer medios de subsistencia, aunque sea en condiciones de semi-esclavitud.
Por ello tengo esperanzas que Severo cambie esta visión. Aparentemente con un poder semejante al de la doña, sus maneras parecen muy diferentes. De hecho él mismo le dijo a Mauricio que era uno de ellos, y creo que era sincero con tal afirmación. 

22 de enero de 2015

Uno más de la familia

No se trata que haya que buscar un sustituto a María en el corazón de Emilia y Alfonso, pero creo que Matías se está haciendo un hueco importante en este lugar. Ambos tuvieron una buena intuición con el chico, y éste tomó la que probablemente será una de las mejores decisiones de su vida que fue la de quedarse a su lado.
Y las dos partes han ganado con ello. Uno ha conseguido un futuro, y Emilia y Alfonso una nueva oportunidad para ser padres. Especialmente Alfonso, que no pudo ejercer como tal en su momento, y que tuvo que ver como su hija crecía alejado de ellos.
También es cierto que Matías ya está un poco crecido, pero creo que la pareja aún están a tiempo para poder revivir la sensación de la paternidad y maternidad en un joven que aún necesita sentirse arropado y guiado, y que seguro que un día será un hombre de provecho del que ambos se sentirán orgullosos.
En realidad creo que los dos ya experimentan esta sensación.
Porque pienso que el chico cada día es más adorable, y que además hace todo lo posible para recompensar el cariño que le están demostrando todos. Emilia, Alfonso y el resto de la familia han sabido acogerle con los brazos abiertos, cuando sólo era un chico con mala fama y una corta vida llena de sufrimientos y malos tratos. El único problema (si es que se puede llamar así) es que es el típico adolescente con algunos pájaros en la cabeza, todo ello unido además a una labia con las chicas que le puede llevar a darse un buen tortazo. Pero nada que no se pueda solucionar con árnica y una buena reprimenda por parte de sus padres adoptivos. 
Matías es trabajador, honrado y posee un gran corazón, que le ha hecho merecedor del cariño de una familia que ya es la suya. Y que él considera suya, cuando sufre como ellos la pérdida de María y Esperanza.
Realmente es conmovedor ver cómo han calado en él las muestras de cariño que le prodigan Emilia y Alfonso. Algo que en sus pocos años de vida jamás pudo conocer y que ahora recibe a manos llenas, así como  la seguridad y el calor de un hogar.
Muchos paralelismos con Bosco, con quién en teoría comparte una edad similar (aunque no lo parezca) pero que los dos llevan de muy diferente manera. Porque la educación que está recibiendo Matías por parte de un maestro excepcional, le ha de llevar a ser un hombre libre y tener la capacidad de pensar por sí mismo. Además Emilia y Alfonso le dejan espacio para que cometa sus propios errores y sólo le corrigen, no le coartan. Cierto que sus respectivos futuros se presentan muy diferentes, porque el de Bosco está ligado a una hacienda y el de Matías a algo mucho más pequeño. Pero en el caso de este último se siguen los pasos que considero corresponden a un joven que está empezando a vivir y disfrutar de la vida, mientras que Bosco ya se ha saltado esta parte. 

Un personaje entrañable

No creo que Fe pudiera hacer carrera en el lado oscuro, porque es la persona que miente más mal en todo PV. Ni siquiera es capaz de sostener una mentira más de un minuto, porque se le nota tanto que los demás (versus Mauricio) no tardan en darse cuenta.
Bueno, quizás esto no sea tan exacto siempre, porque cuando hace falta y podría acarrear consecuencias Fe sabe lo que tiene que hacer. Pero, en especial Mauricio, parece que empieza a leer en ella, lo que podría ser además una señal de acercamiento entre ambos. Como otros signos que cada vez se dan con mayor frecuencia: un apretón cariñoso, un abrazo de consuelo, un regalo inesperado y de corazón, unas visitas cada vez más continuadas a la cocina, su defensa de ella a ultranza y en todas las ocasiones, su temor a que sufra algún mal trance, ….. Es evidente que se está instalando entre ambos algo más que camaradería, aunque creo que no avanza porque si bien Fe no se corta mucho en sus indirectas, el hombre está muerto de miedo porque ahora hay alguien que le demuestra algo más profundo que una simple amistad, un sentimiento que le ha sido ajeno hasta ahora. Mauricio siempre ha estado falto de cariño, y no conoce nada más que agachar la cerviz dejándose humillar por su ama, y obedecer sin cuestionar las órdenes, por muy duras que sean. Algo que desde hace un tiempo parece que está cambiando, ya que Mauricio está dejando asomar otra faceta que lo hace más humano, y que, lo reconozco, casi ha conseguido hacerme olvidar el pasado siniestro del hombre. Se está enfrentando a una segunda oportunidad y parece que va camino de aprovecharla, si algo no se tuerce. Y, estoy convencida, Fe puede ser el mejor soporte para que ello llegue a buen puerto.
Porque cada día que pasa creo que el personaje de Fe va cogiendo más fuerza, algo que, en este caso, parece que los guionistas han sabido compensar con más minutos en pantalla. Su presencia casi se ha hecho imprescindible en los capítulos, porque además de aportar frescura aún en las situaciones más adversas, se ha convertido, de alguna manera, en el nexo de unión entre La Casona y los demás personajes. Casi tanto como Francisca, pero en las antípodas de ésta.
Fe es buena, generosa y amiga de sus amigos. Diáfana en sus sentimientos y de un corazón puro y noble, incapaz de mantenerse al margen cuando alguien sufre. Porque incluso es capaz de sentir preocupación por su ama, cuando ésta aprovecha la mínima para humillarla y ningunearla, y por lo tanto no es merecedora de que la chica gaste ni un mínimo de comprensión con ella.
Pero Fe tiene algo más que Francisca no ha visto. Es lista como una pimienta y no se le escapa casi nada. Ello ha ayudado a María, y espero que sirva en el futuro para más temas, aunque Mauricio tenga que vivir en continua zozobra.
Sólo espero que el sufrimiento que ahora mismo padece por el tema de María, pueda desaparecer. Y que alguien le cuente lo que ha sucedido realmente con ésta. Fe lo merece más que nadie, porque también ha sido con su concurso que ha resplandecido la verdad. Aunque esto sólo haya de quedar de puertas adentro, porque dudo que Francisca pague alguna vez por lo que ha hecho. 

21 de enero de 2015

El río de la muerte

Quizás la escena de María lanzándose al río con su hija en brazos habría estado cargada de dramatismo, si no fuera porque todo el rato me ha asaltado la sensación de que todo formaba parte de una farsa para engañar a Francisca. Y si es así, los actores no han podido hacerlo mejor, por partida doble.
Hay muchos detalles que me llevan a esta impresión, entre ellos la entereza de Emilia y Alfonso, incluso del resto de la familia. Pero especialmente que todos hayan sido tan descuidados como para que sus supuestos planes se hayan ido al traste. Ni Francisca es tan lista, ni los otros tan ingenuos. O al menos eso creo (y espero).
Sin embargo entiendo que para hacerlo creíble haya que llegar hasta el final, aunque la verdad, de tratarse de un plan, me parece que lo han llevado un poco lejos. También es posible que no hubiera muchas alternativas, porque me imagino que la finalidad última es la de que todo lleve a pensar que María ha acabado con su vida y la de su hija, y en consecuencia dejen de buscarla. Lo que por otra parte me parece (y creo que coincido con mucha gente) un final poco digno a esta historia, ya que de alguna manera volvería a ganar Francisca.
Pero hay otras cosas en estas escenas que me chirrían.
Que los civiles ni siquiera reparen en las graves acusaciones de María hacia Francisca, y que den por buenas las de la doña. Pero aún me ha fastidiado más la actitud de Bosco, que no se ha inmutado. ¿Qué más tendrán que ponerle delante de las narices para que empiece a cuestionarse algunas cosas?
Pero volviendo al tema de María.
No voy a negar que haya habido un momento que he dudado de si realmente era como se pretendía, o hay algo más detrás. Pero es evidente que María y Esperanza no han muerto, y que Martín no andaba demasiado lejos para socorrerlas. Incluso pienso que el bulto que llevaba la chica no era más que un montón de ropa. También es claro que viene bien mantener a los civiles y a los hombres de Mauricio ocupados, porque da mucho margen a la pareja para poner tierra de por medio en la dirección contraria.
Sin embargo me sorprende lo bien que están actuando los que se supone están compinchados, incluido D. Anselmo, que se estaría arriesgando mucho al dar cobertura a una fugitiva de la justicia. El dolor de todos parece sincero, y su desolación manifiesta. La única que no me creo es Francisca, que encima ha intentado descargarse de culpa, y que pienso que lo que la atenaza realmente son remordimientos. Que, por cierto, tendrá que compartir con Raimundo, al que parece que le importan más sus sentimientos que su nieta y su biznieta (¿o acaso también es un paripé?).
Y ya que he sacado el tema de éste, otra pregunta ¿es necesario que sea tan borde con Severo, y además rechazar un ofrecimiento sincero de ayuda?   

20 de enero de 2015

Un pasado que vuelve

Parece que los guionistas están dispuestos a darles una alegría a l@s seguidores de la pareja Francisca y Raimundo, aunque cuesta tragar lo que considero el despropósito que supone un acercamiento, aunque sea tímido, entre esta pareja. Más que nada porque deja al hombre a la altura del betún. Puede, también por lo que estoy leyendo, que esta situación tenga un objetivo interesado más allá de complacer a una parte de la audiencia, y que vendría motivada por movilizar a la gente por la obra de teatro que actualmente se representa sobre este tema. Sin embargo, y si es así, tampoco se puede criticar esta posible intención, porque es muy legítima, aunque veo bastante complicado que sirva además para que l@s espectadores acepten comulgar con ruedas de molino en este tema. Francisca no creo que tenga remisión posible.  
Admito que no me gusta esta deriva. De hecho incluso han conseguido que las escenas con Francisca y Raimundo me produzcan un efecto cuando menos sorprendente. La sensación de repugnancia que me dan casi todas las escenas de ésta, se está convirtiendo en ocasiones en una suerte de jocosidad, por lo patético. No he podido evitarlo al ver a Francisca comportándose como una adolescente, coqueteando y sin soltar las habituales pullas que le lanza a Raimundo. Y ver a éste convertido en un pelele en manos de unos sentimientos que además me parecen poco creíbles.
Hasta ahora habían presentado a Raimundo como un hombre de fuertes convicciones, inteligente y con los pies en la tierra. Pero parece que quieren estropear esta imagen, para ponernos frente a un hombre coartado por algo que se antoja además fuera de lugar. No creo en la imagen romántica de los amores eternos, y menos en este caso que ya no tiene razón de ser. Es cierto que Francisca y Raimundo se quisieron mucho en un pasado ya remoto, pero después no existe nada que haya seguido alimentando este amor, más bien al contrario. Y algo que no se nutre, acaba muriendo. ¿O acaso el odio puede hacer esto?
Es cierto que hay amores que pueden perdurar con los años, y que incluso no se apagan, pero las circunstancias de la vida pueden cambiar a las personas y hacer ver las cosas de otra manera. Y Raimundo tiene motivos más que sobrados para ello, más que nada porque la Francisca que él sigue alimentando en sus fantasías ya no existe, murió hace tiempo. En su lugar hay la pérfida mujer que tod@s conocemos y que, aupada por el rencor, le ha hecho la vida imposible a él y a su familia.
Y esto no es fácil de olvidar, y mucho menos perdonar.  

19 de enero de 2015

Empieza la venganza

Es posible que a Severo y Carmelo se les pueda tachar de manipuladores por utilizar a otras personas para llevar a cabo sus planes contra la Montenegro. Pero considero que hay un matiz especial en esto, porque si bien es cierto que para conseguirlo aparentemente pretenden servirse de los demás para que les hagan el trabajo sucio, los resultados en principio no son malos para quienes son utilizados. Digamos que en este caso opto por ser práctica y aceptarlo como mal menor, o quizás más bien lo que se pretende conseguir es lo que todo el mundo (incluida yo misma) esperamos. Para que la doña empiece a pagar por lo que ha hecho y sigue haciendo, bien vale cualquier artimaña, siempre que no sea cruenta ni salga perjudicado algún inocente. Dicen que “el fin justifica los medios” y, en este caso creo que el dicho es de lo más acertado.
Sin embargo entiendo la primera impresión de Conrado. Que alguien a quien no conoces de nada te ofrezca su ayuda desinteresada, no puede hacer más que despertar recelos. Aunque pienso que ha hecho lo correcto al aceptar la ayuda, porque tampoco se trata de despreciar algo que abre un pequeño resquicio de esperanza para Aurora. Al poder difícilmente se le puede vencer si no es con sus mismas armas, y Severo es evidente que dispone de éstas.
Aunque creo que las utiliza de manera diferente que la doña. Al menos ésta es mi primera impresión, que naturalmente puede variar en el futuro a medida que vayamos conociendo a los personajes. Pero ahora nada me hace suponer que Severo sea ni remotamente parecido a Francisca, excepto por su interés en satisfacer una venganza. Es justo con sus trabajadores (aunque parezca que sea además para dejar en evidencia a la doña), no se muestra ni altivo, ni arrogante, y busca la cercanía con la gente,….. ahora mismo nada que objetar. Solo los recelos de Raimundo, que empañan este propósito del hombre, aunque ya sabemos que el motivo no tiene nada que ver con lo anterior, sino que tiene un nombre común a ambos: Francisca.
Y por lo que se refiere a los demás, parece que al menos están dispuestos a darle una oportunidad. La misma que le doy yo, porque pienso que el binomio terrateniente poderoso y malvado no tendría por qué ser común a todos los que ostentaban este estatus social. Es cierto que el poder puede engendrar malas e insensibles personas, pero tampoco creo que se pueda generalizar y debe existir gente de todo tipo. De hecho no tengo ninguna duda de que, por ejemplo Tristán, formaría parte de esta otra manera de entender la gestión de un patrimonio, así como lo hace Martín, que son terratenientes, no señores feudales. 

18 de enero de 2015

Los hombres de Aurora

Creo que, a diferencia de lo que ha sucedido con algunos personajes que pienso están en la mente de todos, el de Lucas está evolucionando relativamente bien. Es cierto que este papel no es precisamente agradecido, porque es evidente que es alguien que viene a interponerse entre Aurora y Conrado (aunque ahora mismo no existe nada que haga suponer que esta sea su intención última). Y ello a pesar de que no esconde que ama a la chica. Se lo ha dicho sin reparos y con total naturalidad, tanto a ella como a Conrado.
Quizás peque de ingenuidad y más tarde tenga que cambiar de opinión, pero creo además que debe ser de los pocos que no trae consigo ningún secreto inconfesable. De no haberse desviado de su camino para ayudar a una amiga, ahora ocuparía un puesto importante en un hospital, por lo que no hay ningún motivo para pensar que sus intenciones sean diferentes a lo que ha manifestado. Además Aurora no es una rica terrateniente, ni nadie con poder, así que poco puede representar una seguridad para el futuro, aparte de que cuando Lucas llegó a PV ni siquiera sabía si podía hacer algo para que la chica recuperara la cordura alguna vez y, en consecuencia, si podía albergar alguna esperanza con ella. De ahí que creo que era sincero cuando dijo que las cosas que se hacen por amor se llevan a cabo sin esperar nada a cambio.
Admito que Lucas me gusta, así como el actor que le da vida.  
Y ahora mismo no le veo como un rival para Conrado, sino más bien un aliado en su lucha desigual contra el poder de la Montenegro. Dicen que aunar fuerzas es bueno y creo, siendo práctica, que el hecho de que ambos remen en la misma dirección, aunque cada uno lo haga desde el terreno que conoce mejor, puede ser crucial para conseguir que se conozca la verdad sobre la muerte de Bernarda y el chófer, y por consiguiente poder liberar a Aurora de la cárcel o el manicomio.
Otra cosa es lo que supone su relación con la chica. Es cierto que puede parecer una traición a Conrado, cosa que está muy lejos de mi intención, pero creo que estando con uno u otro, la actitud de Aurora empieza a experimentar claras diferencias, y no precisamente a favor del hombre, Conrado, que hasta ahora ha supuesto la otra mitad de lo que había de ser una gran historia de amor, algo que nunca ha conseguido consolidarse y que además ha vivido numerosos vaivenes.
No me gusta decirlo, pero al lado de Lucas parece que Aurora desprende más luz, sonríe y se muestra relajada, mientras que con Conrado su actitud cada vez me parece más forzada, igual que sus cada vez más ocasionales muestras de afecto.
Sé que esta opinión va a levantar ampollas y que existen percepciones muy diferentes sobre el tema, algunas en las antípodas. Pero a mí me da esta impresión que, por descontado, tampoco me gusta nada. Creo que a Conrado y Aurora no les han dado jamás la oportunidad de desarrollar su historia y de tener momentos de felicidad, sin que nada ni nadie lo enturbie. Y ahora, cuando parece que se acerca el final de esta pareja, los responsables de los guiones tampoco hacen nada para mejorarlo. Cosa que además me parece una tremenda injusticia.
Y admito que Conrado me da una enorme pena, porque creo que es consciente de que cada día pierde un poco más a Aurora. Su desesperanza es manifiesta, aunque intente esconderla. Pero pienso que es el único que no se engaña sobre la situación, y que es consciente que las cosas han cambiado. No va a cejar en su empeño en salvar a Aurora, porque le sigue moviendo el amor más puro y sincero, pero el futuro que había planeado con ella ahora está lleno de unas dudas que considero le atenazan más que nunca.
Aunque en realidad, y de suceder como lo planteo, no es el único perdedor en esta historia.

17 de enero de 2015

Tapado por la sombra de Francisca

En uno de los laterales de este blog hay una serie de enlaces de vídeo. Y al final de los mismos hay el único que me ha parecido interesante de Bosco. En realidad es el primero, cuando estaba recién llegado a la serie y las expectativas hacia este personaje estaban intactas. Es en este video donde se puede ver al auténtico Bosco, el genuino, la persona con un alma noble y pura, que vivía en comunión con la naturaleza y no sabía de las miserias humanas más allá de los malos tratos y explotación de su tío. Claro que este tipo de vida al que estaba sometido (y con ello me refiero a lo último) tampoco es deseable para nadie y que es bueno que las personas tengan la oportunidad de salir de ello y mejorar su estatus, pero en este caso y sin que él se aperciba, ha pasado de estar esclavizado a ser dominado, con lo que sigue estando privado de libertad. Aunque ahora viva en una jaula de oro.
Creo que con este personaje se partía de una idea inicial interesante. Dejando aparte las circunstancias de su nacimiento poco creíble, ahí estaba alguien con muchas posibilidades para iniciar una etapa diferente en las tramas, y ello sin perder el nexo original. Pero la realidad dice que no es así, y que todo lo que sucede actualmente en la serie es de lo más previsible, como si se pretendiera retroceder en el tiempo y recuperar el pasado, con los mismos argumentos pero con diferentes personajes. Lo que quita todo interés a lo que pueda pasar.
Y además para llegar al punto donde se encuentra ahora mismo el personaje, y según mi opinión, los responsables de la serie se han saltado un montón de pasos, acelerando de manera poca creíble lo que es el normal desarrollo de una persona que ha pasado, sin apenas transición, de vivir en un estado semisalvaje, a hacerse con un cargo de responsabilidad como es el llevar una hacienda, aparte de convertirse en alguien ilustrado, educado y con porte de caballero.
Aunque lo peor de todo es que, también en tiempo record, ha adoptado los modales de un señorito venido a más, que trata a sus subordinados olvidando que no hace ni cuatro días se encontraba en su misma situación. No muestra una empatía demasiado visible hacia casi nadie, y ha ido perdiendo en este camino unos sentimientos que parecían ir intrínsecos en él. No es que ahora sea mala persona, pero su sensibilidad ha cambiado y no tiene personalidad propia, lo que creo que ha sido el mayor error en la confección de este personaje. Al crecer bajo la sombra de la Montenegro ha sido abducido por ésta y por su despliegue de protagonismo, y ello le priva de tener capacidad para desarrollarse como personaje independiente. Porque lo que es claro que la trama con Inés y Amalia tampoco está dando los resultados que probablemente se esperaban, y considero que por este camino no va a conseguir tener mucha visibilidad.
Entiendo que haya que alargar las tramas el máximo de tiempo posible, pero creo que si desean salvar a este personaje, los responsables de la serie tendrían que plantearse darle otro rumbo, que podría pasar, por ejemplo, que descubriera su verdadera identidad. Claro que entonces Francisca iba a perder espacio, pero quizás también sea el momento que ello suceda. Pienso que la gente empieza a estar cansada de ver tanta maldad, y desean ser testigos de que los malos también tengan su castigo.
Pero arriesgándome a que pueda parecer que me contradigo en mi queja anterior de que se repiten las tramas, y crear un Castro diferente fuera la idea, he de decir que no creo que cuaje ver como Bosco se aparta de sus orígenes y se convierte en un Montenegro, a imagen y semejanza de la doña. Lo cierto es que el Bosco actual ahora mismo no tiene nada que ver con sus padres y mucho menos con sus hermanos, que desde el principio demostraron poseer unas personalidades fuertes e independientes. Y ninguno tampoco lo tuvo fácil, por lo que no sirve la excusa de una infancia dura, como tampoco lo es sus (supuestos) pocos años, que para algunas cosas no han sido ningún inconveniente.
Por descontado es lógico que se muestre agradecido a quien le ha librado de una vida oscura, y hasta es justificable que ello le lleve a poner a su benefactora en un altar. No tiene motivos para no hacerlo, aunque también es discutible que no sea capaz de cuestionarse algunas cosas. Por ejemplo, que todo el mundo dé la espalda a la doña. Es evidente que no todos pueden estar equivocados, y que algo habrá cuando se da esta situación. Pero el peor ejemplo lo ha dado al aceptar hacerse cargo de la hija de María, demostrando una enorme insensibilidad, cuando sabe que la niña ya tiene una familia. Ser cómplice, aunque sea con reparos, de un propósito tan abyecto  (que tampoco veo tan factible que se pueda sacar adelante) sitúa a Bosco a un nivel tan bajo como el de la doña.

16 de enero de 2015

Dicen que rectificar es de sabios

Dicen que rectificar es de sabios. No espero merecer este calificativo, algo que sería además muy arrogante por mi parte, pero después de leer algunos comentarios y llegar también por mi cuenta a la misma conclusión, creo que es posible que haya sido algo dura con Pedro en el tema de María.
Seguramente he caído como una pardilla en conclusiones precipitadas, y que sólo se trata de una trampa para engañar a la Montenegro y permitir que María escape. Lo único en lo que difiero de estos comentarios es en la posibilidad de que el alcalde esté compinchado con la familia de la chica. Más bien pienso que es un cómplice involuntario, especialmente porque las consecuencias de una acción de este calibre podría ser funestas para él y no creo que se arriesgue voluntariamente a ponerse en la picota. 
Pero admito que, en un caso u otro y de ser ciertas las conjeturas anteriores, incluso se le puede llegar a mirar con simpatía.
Otro error que he cometido es minusvalorar la inteligencia de Alfonso anteponiendo la de Francisca, cuando éste es una persona con una mente muy lúcida, y que para nada se atrevería a arriesgar la vida de su hija sin prever antes todos los flecos que se puedan derivar de su plan. Sin contar que los demás tampoco se quedan atrás para enmendar cualquier resquicio que pueda llegar a estropear lo que se proponen. Y, lo más importante, todos saben muy bien por dónde respiran la doña y Pedro, y que la mejor arma para vencer a Francisca es usar de sus mismas artes.
De todas maneras admito que quizás no habría llegado tan lejos en estas conclusiones sinó hubiera habido una escena en la que Emilia aparentemente ha cometido un desliz importante: hablar de dinero cerca de alguien que está escuchando de manera disimulada. Es cierto que solo estoy moviéndome por conjeturas, pero no creo que la mujer sea tan imprudente como para hacer algo así en un lugar público, sin que exista alguna intención oculta. 
Pero no voy a dejarme llevar por un regocijo anticipado sin saber si esto tiene visos de ser cierto o no, aunque de serlo creo que solo por ver la cara de la doña después de conocerlo bien merece seguir pegada al televisor. Espero que esta vez los guionistas sean capaces de dar una alegría al personal. 

15 de enero de 2015

Un alcalde de circunstancias

¿Hay algo peor que una terrateniente mezquina y despreciable? Bueno, en el sentido estricto del término quizás si exista algo peor, pero si a este caso particular le añadimos los calificativos de despiadada asesina y manipuladora, no queda tan lejos de un delincuente de los más peligrosos.
Lo siento, pero no quería volver a lo mismo de siempre, pero es algo que no puedo evitar porque últimamente la doña me revuelve la sangre, algo irracional teniendo en cuenta que sólo se trata de una ficción.
Pero en realidad de quien quería hablar es de Pedro.
Porque si Francisca merece todos estos calificativos y muchos más, lo de Pedro no se queda atrás, aunque evidentemente salvando las distancias y teniendo en cuenta que los calificativos anteriores no son los que le corresponden, aunque si otros de cariz negativo.
Antes de continuar he de decir que considero a Enric un magnifico actor, y admito que no siento especial animadversión a su personaje, pero si a lo que representa.
Tod@s sabemos cómo las gasta este alcalde de pueblo, que desgraciadamente no dista de parecerse a algunos ejemplos de corrupción que aún en la actualidad se dan de manera puntual. Obtenido su puesto no por méritos propios, sino por su facilidad de ser manipulado, y sin contar con capacidad real de decisión, es sólo un títere en manos de la poderosa Montenegro, que a cambio hace la vista gorda y le permite que meta mano en las arcas municipales en beneficio propio, que deja que prevarique sin ningún pudor y a la vista de todos, además de que haga dejación de sus funciones cuando le apetece, que alimente sus miserables ansias de notoriedad,…..Cierto que a veces también parece eficiente, pero esto más bien sería atribuible a los años de experiencia que le permiten moverse con soltura en algunas situaciones. Y también es verdad que, por su cargo, no puede evitar tener que tomar partido por la ley y hacer un trabajo desagradecido como es el de ponerse al frente de las fuerzas del orden y acompañarles en situaciones no muy agradables.
Pero hasta ahí el representante de la ley. Como persona ya es otra cosa.
Cierto que a veces ha demostrado que tiene su corazoncito, pero también que en otras ocasiones parece escuchar a su conciencia dependiendo de si afecta o no su bolsillo. Es realmente penoso verlo arrastrarse y agachar la cerviz, dejándose humillar, mostrándose sumiso hasta extremos vomitivos, y preocupándose más de mantener su puesto que de lo que supone traicionar a la gente a la que después llama amiga.
No me sirve como excusa que sólo está cumpliendo con su deber, porque Francisca no es la ley (en teoría) y no tendría que rendirle cuentas. O al menos no veo la necesidad de que le explique ciertas cosas, cuando la autoridad que, junto con los políticos, tenía igual poder sobre el pueblo en aquellos tiempos (me refiero a D. Anselmo y la institución a la que representa, la iglesia) ha dejado claro que aunque supiera el paradero de María no iba a compartirlo con ella. De hecho el sacerdote incluso ha llegado al extremo de la ocultación, lo que aún aumenta más la sensación de brecha entre estas dos autoridades, y deja más en evidencia a Pedro.