31 de diciembre de 2014

Feliz 2015 !!! (o 1922)


La soledad de los malvados

Como dijo John Donne “Ningún hombre es una isla, entera en sí. Cada hombre es pieza de un continente, parte del total”.
Por ello se puede decir que nadie está del todo solo, aunque viva en soledad.
Recuerdo cuando hace años estuve en Siria, desgraciadamente un país que sale mucho en las noticias pero no precisamente por nada bueno, que me contaron la historia de un asceta que vivó 37 años en una plataforma de una columna, a 17 metros de alto. Evidentemente esta es una opción muy drástica para vivir alejado del resto del mundo. Pero era su opción.
Cierto que también existen las circunstancias que pueden forzar a ello (como le sucede a Inés), el comportamiento y la mala relación con los demás que puede llevar al ostracismo (como a Mauricio, aunque ello parece que se está corrigiendo) o, como el anterior ejemplo, que es quien decide estar solo por propia voluntad.
Pero cuando llegan estas fiestas, en las que el mismo ambiente parece que lleva a buscar la paz, la armonía y el calor de los demás, es cuando creo que la soledad se debe hacer más dura de soportar.
Por ello mi mayor deseo es que nadie, nunca más, se sienta solo.
Bueno, quizás y aunque sea un mal deseo, no estaría mal que la doña supiese lo que es esta sensación.
No deja de sorprender que siempre haya algo más que añadir a su lista. Su camino parece enlosado de muertes y destrucción, de insensibilidad y desprecio a los semejantes, de hipocresía y tiranía, de manipulación,……pero ahora, por primera vez, parece que se vuelven las tornas y siente insegura, que cree realmente que Severo es capaz de cumplir su amenaza, o al menos hacer todo lo posible para que no tenga paz.
Por fin la justicia puede llegar a ella, y no precisamente para estar de su lado. 

30 de diciembre de 2014

Salirse de la reglas

Realmente cuesta creer que pueda existir la más mínima posibilidad de que una persona en la situación de Aurora consiga recuperarse mínimamente, y aún menos que vuelva a parecerse a lo que fue un su día. Quizás, y sólo después de una larga rehabiltación, es posible que pueda volver a hablar, a comportarse, incluso veo factible que pueda hacer una vida medianamente normal, pero de ninguna manera que vuelva la Aurora que conocimos.
Ante todo tengo que decir que considero que Ariadna está bordando un papel que hace de manera totalmente creíble. No debe ser fácil meterse en la piel de una persona con las entendederas perdidas, y además sin caer en la sobreactuación. Pero dicho esto, pienso que es lamentable que hayan decidido llegar tan lejos con este personaje, y de paso estropear una historia de amor.
Pero no voy a volver sobre ello, porque ya lo he hecho muchas veces. Ni tampoco de lo que es probable que se esté gestando alrededor del personaje de Lucas, que es evidente que va a apartar a Conrado. Tampoco del dolor que supondría para Martín ver a su hermana en esta situación.
Mi intención inicial era hablar de la gente que rodea a Aurora, de su familia.  
No es fácil ver sufrir a un ser querido. Como tampoco contemplar sin inmutarse unos métodos que pueden antojarse drásticos. Y es cierto que puede haber visiones contrapuestas sobre la manera de actuar en una situación parecida, especialmente porque la mente humana es muy compleja y no es fácil saber si se actúa de manera correcta en cada caso. Como también es verdad que hay personas que tienden a sobreproteger, a moverse por el corazón y no por la cabeza. Y a veces con resultados contraproducentes, como se demuestra en el caso de Aurora, que a base de permitirle todo lo que se le antoja, se está convirtiendo en una persona díscola, caprichosa, y lo que es mucho peor, violenta.
Y creo que Lucas va bien encaminado, al luchar para que la chica vuelva a adaptarse a lo que era su vida antes de cruzarse con Fulgencio y que éste se la arruinara. 
Pero por descontado, Tambièn puedo entender a Rosario. Es una abuela, no tan diferente de otras, que no dudan en dar a sus nietos los caprichos que les están vedados por sus padres. No es lo mismo en este caso, pero parecido. Otra cosa es que ello sea bueno para el receptor de sus desvelos. 

29 de diciembre de 2014

¿ El futuro de la serie ?

He leído con un cierto estupor un comentario en el que se afirmaba que María Bouzas, Fariba, y también Aida, eran la gran esperanza de la serie. No comparto esta opinión. Es más, creo poder afirmar, sin temor a equivocarme en demasía, que esto está muy lejos de ser el sentir general. Como también creo que por parte de l@s espectadores (supongo que por la de los guionistas es diferente), ni en las más remotas quinielas se llega a tener en cuenta al personaje concreto de Inés como hilo conductor de ninguna trama, y menos como protagonista principal. Diferente es el caso de Francisca, de la que nadie discute su protagonismo, aunque sea para llevar el mal a todo lo que toca, o a quien tiene la desgracia de acercársele.
Lamento la dureza de este comentario, que por descontado es sólo mi opinión. Pero en el supuesto de que me esté equivocando y sea esto lo que nos espera en los próximos meses, admito que tampoco me apetece en absoluto verlo.
En realidad no llego ni siquiera a imaginarme cual puede ser la pretensión de la trama de Inés y Amalia. Me parece muy poco normal que la historia de la primera, que los responsables de la serie aparentemente venden como la de una futura protagonista, se limite a hacerla llegar al pueblo, que se enrede con un desconocido, se quede embarazada y a continuación desaparezca de escena durante semanas. No entiendo nada de guiones, pero me parece que, aparte de la profesionalidad del actor o actriz, la visibilidad también es importante para hacerse un hueco en el ánimo de l@s espectadores. En cambio Amalia, que supuestamente es la tercera en discordia, acapara todo el protagonismo al lado del que ahora se supone actor principal.
Me imagino que la pretensión al enseñarnos ocasionales escenas en las que Inés cada vez más se va hundiendo en la desesperación, es un intento de corregir todo esto, además de buscar la empatía del espectador. Y no habría problemas para ello si esta situación fuera real, pues es algo que no es justificable de ninguna de las maneras. Pero admito que en este caso concreto de ficción, soy incapaz de sentir nada más que un absoluto desinterés por una trama que además tiene unas notables coincidencias con la de Pepa y su hijo Martín. Eso sí, salvando las distancias, porque veo bastante improbable que esta enganche de la misma manera.
Ni Fariba se puede comparar a Megan, ni l@s espectadores tienen las mismas expectativas. Y, por descontado, la historia de Martín es irrepetible. 

28 de diciembre de 2014

La mejor aliada

No puedo estar más de acuerdo con alguien que no hace mucho comentaba el acierto de juntar en escena a Loreto y Marta. De vez en cuando en la serie se han dado descubrimientos de este tipo entre parejas no convencionales, en las que la complicidad entre actores o actrices fluye sin casi pretenderlo.
Sucedió entre Jordi y Àlex, que nos brindaron un montón de escenas preciosas entre padre e hijo, en las que ambos actores dejaron aflorar con total credibilidad unos sentimientos que llegaban a emocionar. Y también sucedió entre la misma Marta y Carlota, una bonita amistad que hizo que la cocina de La Casona llegara a ser un lugar muy diferente del que existía antes de la llegada de esta doncella pizpireta y sin pizca de malicia. Por cierto, situación que después volvió a desaparecer con Inés, que básicamente solo llevó tristeza y malos rollos a este lugar.
Y ahora toca el turno con Loreto y Marta.
No creo que tenga que decir que Loreto ha experimentado una gran progresión como actriz y es en estos momentos una de las mejores bazas de la serie, pero el caso es que una hasta ahora gran desconocida Marta Tomasa también ha demostrado que no le va a la zaga, haciéndose un hueco importante en la serie por méritos propios y, por supuesto, por su gran talento, sin olvidar unos guiones que saben sacarle el mayor jugo a su personaje. Porque parece que los guionistas se han encontrado de pronto con un filón, al descubrir un potencial inesperado en esta sirvienta atípica, unido al de la actriz que le da vida.
Juntas Loreto y Marta (o lo que es lo mismo María y Fe) están dejando estos días unas escenas muy interesantes, en las que las dos actrices están bordando su papel.
Es cierto que Loreto lleva mucho más bagaje en la serie, y que han sido ella y Jordi quienes han  llevado el mayor peso de la misma durante casi dos años y con notable éxito, dejando además de paso un montón de escenas preciosas. Pero eran un todo, y al desaparecer una parte probablemente much@s de l@s espectadores se preguntaron que iba a ser de María sin Martín, y por donde iba a ir su trama a partir de este momento. Sin embargo pronto se resolvió esta cuestión y afortunadamente también ha servido para reivindicar un personaje denostado en multitud de ocasiones. Sin embargo la determinación de María para descubrir el paradero de su esposo, del que ahora tiene fundadas razones para creer que sigue vivo, pero llevándolo a cabo de manera encubierta y sin revelar sus planes a nadie, es evidente que no tiene muchas posibilidades de salir adelante sin ayuda, y por ello la complicidad de Fe va a ser determinante. Una complicidad que, por otra parte, ha surgido sin ser buscada. Pero la chica es todo un carácter, además de tener un enorme corazón, y alguien que no duda en aliarse con quien considera puede necesitar su ayuda, sin que el temor a su propia integridad física la frene.
También es cierto que es, junto con María, la única que conoce casi todos los entresijos de la historia, además de ser la mejor baza para conseguir llegar hasta el fondo de la misma y desenmascarar a los presuntos culpables.
Repito. ¡Grandes Loreto y Marta !

27 de diciembre de 2014

Engañado y manipulado

Siento una cierta pena por Bosco,  por lo que le están haciendo.
Si se olvida su aspecto real de treintañero, un hecho que impide ver las cosas desde la perspectiva que correspondería a la edad que pretenden que represente en la serie, nos tendríamos que encontrar ante la visión de alguien muy joven, que ha vivido al margen de la sociedad, y sabe poco de las personas y de dónde son capaces de llegar.
Cierto que es un chico avispado que aprende rápido y que asimila sin problemas su nueva situación, aunque desgraciadamente con la misma velocidad también se le haya pegado algún mal uso que le convierte en ocasiones en el prototipo de señorito venido a más. Pero sigue conservando una cierta ingenuidad e inocencia, que le impide cuestionarse algunas cosas que están bien a la vista. Como, por ejemplo, el hecho de que todo el mundo hable mal de Francisca y sin embargo él piense que los equivocados son los otros y no la mujer que le ha acogido, o que acepte a pies juntillas la versión de ésta sin siquiera preguntarse si hay algo más. Pero entiendo que es la gratitud la que juega un papel fundamental en esta situación y  en su fidelidad, por lo que en consecuencia la palabra de Francisca es incuestionable para él. Y es gracias a ello como la doña ha conseguido anular casi completamente su voluntad y convertirlo en alguien moldeable, con la previsión de que sea en el futuro su imagen y semejanza: un verdadero Montenegro.
De todas maneras, y volviendo al tema de la edad, creo que este personaje tiene algunos fallos, empezando por su irrupción en escena, con una historia increíble. Es evidente que la necesidad apremiaba, y que se trataba de meter a toda prisa a un personaje que había de sustituir en su día a los principales, pero que para no perder la esencia de la serie tenía que tener un nexo conector con ellos. Y hasta aquí creo que todo el mundo ha comulgado con ruedas de molino y aceptado con resignación este hecho.
Pero inmediatamente también se ha obviado el tema de la edad. Supongo que se trataba de escoger entre un actor con un cierto bagaje y que pudiera llevar el peso de una trama principal, o uno que se correspondiera con los años del personaje pero que evidentemente no tenía tiempo de haber cogido experiencia. Y optaron por lo primero, aunque en este caso la imagen del actor dificilmente se correspondiera con la edad pretendida en el personaje.
Era una apuesta arriesgada, que por cierto hay que recordar que funcionó muy bien con Àlex y Jordi que, a pesar de que se llevan creo que un par de años, no tuvieron problemas para hacer creíble el papel de padre e hijo, y además con sobresaliente. Igual pasa con Emilia Y María. Pero creo que con Francisco esto no sucede, básicamente porque tampoco hay un referente adecuado que oponerle, además de que no hay relación con nadie de su supuesta edad.
Nada hace ver que se trate de alguien muy joven, pues sus actos y personalidad son de una persona mucho mayor: se supone que no tiene ni dieciocho años, además de muy poca experiencia de la vida, pero sin embargo ya lleva la responsabilidad de una finca, está casado y ahora va a ser padre. Quizás a principios de siglo XX las cosas se hacían de otra manera, pero me inclino a creer que aún en aquellos tiempos todo esto también sería considerado muy prematuro.
A estas alturas me doy cuenta de que me he perdido por los cerros de Úbeda y no he explicado el porqué de este sentimiento de pena que me sugiere Bosco.
Es cierto que ya es lo suficientemente mayor para tener criterio propio, pero me disgusta ver como su inocencia e ingenuidad le están jugando una mala pasada. Ahora ya no se trata solo de que sea Francisca la que le esté manipulando y haciendo de él lo que se le antoja, sino que su propia esposa también se ha unido a este juego de engaños. En cierta manera me recuerda a su padre Tristán, que también pasó por una situación semejante (las historias se repiten más de lo deseable en esta serie), y en la que Francisca también tuvo un papel destacado. Ya se sabe que todo lo que toca esta mujer se estropea, con alguna honrosa excepción, y Bosco va camino de ser otra víctima.
Pero no es sólo el engaño al que está siendo sometido en este caso, sino todo lo demás. Bosco ha formado su propia familia, pero tiene otra que le está siendo negada. Y nada hace suponer que esto vaya a cambiar, ni que en mucho tiempo podamos ver el abrazo de Bosco a sus hermanos. De hecho con Martín no creo que ni siquiera vaya a producirse. 

26 de diciembre de 2014

Luchando por la esperanza

Ya lo he dicho en otras ocasiones, pero no puedo evitar sentir como una mezcla de tristeza e indignación al ver como se está desarrollando el final de los personajes de Conrado y Quintina.
Ya sé que sólo se trata de buscar el modo de hacer menos dolorosa su anunciada despedida, pero incluso he llegado a plantearme si no se trata de una manera de hacer pagar a los actores el hecho de que con su marcha, aparentemente voluntaria, hayan obligado a hacer cambios en el planteamiento inicial de sus respectivas historias y, por consiguiente, del discurrir de la serie. Evidentemente algo de este estilo no es posible y no tiene ningún sentido, porque además no dudo que los guionistas tienen suficiente cintura como para encajar estos inconvenientes puntuales y buscar salidas que convengan a la continuidad de la serie.
Aunque los dos personajes no creo que haya que ponerlos en el mismo cajón. Entiendo que la desaparición de Quintina no va a suponer un grave problema, ni tampoco se va a notar mucho su falta. No así Conrado, un personaje que durante este tiempo ha sumado miles de adhesiones en las redes sociales, pero al que no han permitido lucirse en todas sus posibilidades. Han convertido su historia de amor con Aurora en un sinfín de desencuentros y reconciliaciones, pero nunca han dejado que esta relación cuajara del todo. Y esto sólo es achacable a los guiones, porque l@s espectadores si han respondido a las expectativas creadas, además de mostrar una enorme paciencia.
También es cierto que esta misma virtud ha tenido que atesorarse con otras parejas, como por ejemplo Martín y María, que necesitaron seiscientos capítulos para ver culminado su amor. Y las otras tampoco lo han tenido fácil. Pero mientras en todas ellas se ha podido mantener la esperanza, Aurora y Conrado van directos al abismo como no consigan enderezar el rumbo.
Ahora cada vez que Aurora mira a éste con miedo, y con algo más indefinible, se abre más la brecha entre ellos. Y por mucho que le pidan a Conrado paciencia y comprensión, que utilicen el amor que siente por la chica como un arma de persuasión, el caso es que entiendo la desesperanza que parece apoderarse de él. En circunstancias normales incluso entendería que pensara en tirar la toalla, porque no hay ningún indicio de que Aurora vaya a salir de esta situación. Ya sé que el amor es importante y que no puede dejar a la persona amada en la estacada, pero tampoco se le puede pedir que mantenga una esperanza incierta e hipoteque su futuro. Una sonrisa inesperada y puntual de Aurora solo es una gota en el inmenso oceano en el que està perdida.  
Desgraciadamente parece que Fulgencio ha hecho bien su trabajo. Y a estas alturas y viendo el panorama, se antoja imposible una curación definitiva para Aurora, por mucho que Lucas empeñe toda su voluntad. Se necesita mucha, y sé de lo que hablo, aunque no por experiencia propia. Al lado de mi lugar de trabajo hay una residencia para enfermos de estas características, y cada día veo desde mi ventana a un grupo de ellos que son sacados a pasear por los celadores. Veo sus rabietas, su indisciplina, como se tiran al suelo y gritan,…. y veo la continua rotación de cuidadores al cargo. Creo que es difícil aguantar la presión, y solo la vocación, o en el caso de la serie el amor, pueden dar fuerzas para seguir adelante sin desfallecer.
De todas maneras, y aunque es evidente que Aurora de una manera u otra va a recuperarse,  también lo es que el destino de Conrado ya está escrito. Y no es formar parte del futuro de la chica. Aunque esto ahora mismo no pase de conjeturas, y el personaje no haya llegado tampoco a esta conclusión. Pero repito, me duele ver a Conrado como alma en pena, viéndose relegados (actor y personaje) a segundo plano .

25 de diciembre de 2014

La otra Navidad

El espíritu de la Navidad lo inunda todo. Es tiempo de buenos deseos, de reencuentros y de celebraciones, de momentos en que parece que incluso es posible olvidar por un instante lo que sucede alrededor. Pero sólo es algo fugaz, porque es difícil no tener en mente a los miles de personas para las que la Navidad no es más que otro día cualquiera, otro día de penurias y de desesperanza ante un futuro que se adivina incierto. Y ya sé que me estoy saliendo de la línea que predomina en estos días, con un pensamiento no muy positivo. Pero no se puede eludir la realidad, ni siquiera cuando todo alrededor invita a celebrar.
PV también es un reflejo de esto.
Como en la vida real, en casi cada casa, en casi cada familia, hay una silla vacía, unos recuerdos que pesan o una situación que no invita a grandes alharacas. Y cuando no es así de manera visible, algo sobrevuela en el ambiente que deja patente que la felicidad es sólo patrimonio de unos pocos, y que aunque por unos instantes se puedan sentir estos momentos de gozo, hay un día después en que todo vuelve a ser igual, en que nada ha cambiado.
Creo que todo esto lo refleja en cierta manera el personaje de Severo, que tengo que decir que ha ganado puntos en mi apreciación, aun sin saber por dónde va a moverse. Y no lo digo por el hecho de adivinarse que va a poner a la doña contra las cuerdas, sino por un gesto que quizás no haya tenido mucha repercusión, pero que da la medida de que, a pesar de su capacidad económica y social, es capaz de solidarizarse con sus semejantes: ha dado orden de dar comida a los necesitados. Además creo que no lo ha hecho para hacer caridad, sino simplemente porque cree en ello, aunque también puede que influya el hecho de haber conocido en primera persona esta situación de necesidad.
La otra cara de la moneda es Francisca. Generosidad es una palabra que no existe en su diccionario, como tampoco piedad o remordimientos. Porque ya no se trata sólo de que ignore completamente a sus semejantes, excepto para sacar de ellos el máximo provecho con el mínimo esfuerzo, sino del hecho de comprobar como es capaz de estar sentada cumpliendo con los convencionalismos, mientras a pocos metros de distancia tiene encerrada en una lóbrega mazmorra a una mujer sola y  desamparada, o como puede mirar sin sentir vergüenza a la chica que tiene a su lado a su mesa, y a la que ha hecho infeliz de manera premeditada y sólo por puro egoísmo. Aunque mirándolo bien, se podría hablar de una situación en La Casona en  la que nada es lo que aparenta porque, exceptuando Bosco, todos tienen algo que ocultar, o saben algo que uno o varios de los demás ignoran. Incluida Fe.
Por cierto, honroso (y divertido) el esfuerzo que ha hecho ésta para aligerar el ambiente. Sus salidas de tiesto son realmente un toque de frescura en este ambiente lóbrego, aunque sigue  sorprendiendo que la doña sea capaz de asumirlo sin problemas. Estoy segura (y ahora yéndome a la realidad) que cuando ruedan estas escenas tienen verdaderos problemas para aguantar la risa ya que, además de los diálogos, Marta aporta un gracejo particular que estoy convencida otras no conseguirían con tanta facilidad (¿he de decir que me encantan tanto el personaje como la actriz?)
Pero como la intención primera de este comentario era hablar de la Navidad de PV, hay otras escenas a las que hay que hacer mención. Ante todo decir que no es mi intención ser ceniza, pero no creo que haya que esperar a estos días para que sucedan cosas maravillosas. Todo el año habría de ser tiempo de celebración y de esperanza, aunque sea una utopía.
En mi opinión no existen los milagros de Navidad, sólo quizás el ambiente sea algo diferente. Y evidentemente que Aurora sonría quizás pueda ser un pequeño paso pero no definitivo, simplemente achacable a que la tregua de estos días y el espíritu elevado que se respira, pueden obrar maravillas.   

24 de diciembre de 2014

Que sea Navidad todo el año


Bones Festes!!

Felices Fiestas!!

Bo Nadal e feliz aninovo !!

Zoriontsu oporrak!!
Buon Natale e Felice Anno Nuovo!!

Merry Christmas and Happy New Year!!

23 de diciembre de 2014

Rompiendo (otra) lanza

Lo peor del binomio de estar aburrida y navegar por Internet es que a veces te puede llevar a sitios en los que lees cosas que no deberías, o que te hacen subir los colores por vergüenza ajena. Realmente parece que hay quien piensa que tiene carta blanca para decir barbaridades, sin pararse a pensar mucho en lo que dice y a quien puede ofender. Por supuesto respeto la libertad personal de cada uno o una para decir lo que piensa, pero me parece que no es necesario llegar a los insultos, a salidas de tono, opiniones extremas… También hay que diferenciar entre lo que viene provocado por la realidad, que a veces puede llevar a cosas de este calibre (pero que en ningún caso justifico, porque ante todo está la educación), y lo que es opinar sobre una ficción y quienes están implicados, como guionistas o actores.
No voy a eludir el hecho de que también alguna vez yo tambièn los he criticado quizás sin mucho rigor y dejándome llevar por los impulsos, por lo que me acuso de ello y además lamento haberlo hecho. Pero creo que siempre ha sido desde el respeto, e intentando no salirme de tiesto.
Soy simplemente una bloguera que deja sus impresiones por escrito, y que he tenido la inmensa suerte de que mi espacio tenga un cierto interés, aunque en unos círculos limitados. Y por supuesto, y aparte de mi agradecimiento infinito a todos los que se acercan a este espacio, no tengo ninguna otra pretensión que la de dar una opinión, en la medida de mis posibilidades.
Llevo cerca de dos años escribiendo sobre la serie, primero desde un foro, y a punto de cumplir el primer aniversario, desde este blog. Pero ni antes, ni ahora, lo he hecho para halagar a nadie, ni a ningún lector, ni a ningún actor o actriz, ni tampoco tengo en mente sacar otro provecho que el placer de poner en palabras mis pensamientos y opiniones. Es cierto, y los que me leen lo saben, que tengo mis preferencias, pero no espero que ello me sirva para recibir ninguna atención especial, más allá de algún comentario que, por supuesto, agradezco de corazón.
Es posible que a estas alturas quien lea esto se estará preguntando a que viene la parrafada. Y además soy consciente de que siguiendo con este comentario me estoy metiendo en un barrizal, pero es algo que me pide el cuerpo. El caso es que tampoco estoy respondiendo a ninguna acusación directa, ni justificándome, solo quería romper una lanza por algunos actores de PV que se han visto envueltos en un rifirrafe, por un tema en el que creo que se mezclan cosas.
Centrándome en ello, es una obviedad decir que los actores y actrices ante todo son personas que hacen un trabajo. Que es cierto que por su repercusión mediática están en el punto de mira y, por consiguiente, expuest@s al escrutinio popular, pero también tienen su libertad para decidir, exceptuando claro está lo que atañe a sus compromisos profesionales. Otra cosa es que se muevan por afinidad o amistad, pero esto ya entra en otro ámbito. También es cierto que se deben a su público, que es quien les da de comer, pero entiendo que hasta cierto punto y sin que les haya de suponer una obligación. Además las personas no son todas iguales, y hay quién tiene más facilidad de relacionarse. De ello he tenido un buen ejemplo no hace muchos días, con Jordi Coll y Marta Tomasa, dos personas cercanas y simpatiquísimas, que mostraron que la imagen de los actores a veces está muy distorsionada. 
Pero no hay que magnificar las cosas, porque es claro que el tema al que me refiero sólo es conocido por unos pocos y no ha tenido repercusión más allá de algunas páginas del Facebook. Sin embargo pienso que igualmente debo decirlo, porque me parece injusto que algunos hagan de menos especialmente a una actriz (en concreto Carlota Baró) por algo que sólo tiene que ver con la serie de manera tangencial. 

Las líneas argumentales de la serie

A estas alturas de la serie es difícil hablar de algo que no se relacione de alguna manera con las líneas argumentales principales: la de María y Martín, la de Aurora y sus hombres, o la de Bosco y sus mujeres. Es decir, todo lo que tiene que ver con los tres hijos de Tristán y Pepa. También es cierto que además existen otras situaciones puntuales de las que sería posible extraer algo, y que aligeran un poco las tramas. Me refiero a las que suelen andar entre las salidas divertidas de Fe y lo que sucede alrededor de la casa de comidas. Me salto el tema de Quintina, porque considero que decir que es penoso es quedarme corta (siento ser tan dura, pero la verdad es que incluso he llegado a sentir vergüenza ajena por como la llevan a hacer el ridículo convirtiéndola en una histriónica y chismosa, cosa que está muy lejos de cómo se ha venido desarrollando este personaje).
Aunque en realidad quizás haya (o vaya a haber) otra línea argumental, pero aún es prematuro hablar de ella, porque la información es mínima. Me refiero a Severo y Carmelo, dos personajes de los que sólo se puede intuir algo de lo pretenden. Porque mientras algunos de los que se han incorporado a la serie lo han hecho como elefante en cacharrería, éstos parece que no acaban de llegar nunca. Lo único que se puede decir de ellos es que aparentemente tampoco se detienen ante nada. Otra cosa será ver como administran el poder que se les presume, y también la manera de relacionarse con la gente de PV.  
De momento únicamente Mauricio sabe lo que puede esperar, ya que lo ha probado en sus propias carnes. Al respecto tengo que decir que hay días en que el capataz me impacienta, y hace que mi opinión sobre él experimente vaivenes. Me parece muy mal que se haya metido sin permiso en una casa ajena y con el único fin de husmear, por lo que si recibe un correctivo es porque se lo merece.  
Quizás es que con la edad está perdiendo facultades, o que al igual que la doña, han hecho tanto su santa voluntad que ya se creen invulnerables. Pero el caso es que las cosas están cambiando, y que ya no puede hacer y deshacer totalmente a su antojo. También es verdad que le ciega su lealtad y que es posible que piense que hay un posible peligro para su ama, pero ello le hace perder la prudencia.  
Lo admito, a veces me cuesta tragar con Mauricio. Lejos de la doña es un hombre de carácter, duro, pero con un cierto grado de sociabilidad y en el que en ocasiones asoma un corazoncito. Que incluso parece que puede llegar a tener sentimientos tiernos hacia Fe, pero que una posible timidez (o quizás temor a ser rechazado) le impide manifestar. Pero cuando se trata de su ama parece un perrito faldero, dispuesto a dejarse apalear sin rechistar. ¿Será un sentido práctico que hace que ponga sus intereses económicos antes que su conciencia? Por cierto, ¿qué ha hecho con la considerable suma de dinero que le sacó a Fernando?  

22 de diciembre de 2014

Un paseo por las nubes

Hoy me permito una pequeña licencia y este “quizás algo más” que reza en la cabecera de este blog lo voy a utilizar para hablar de algo muy tangible y real.
El título del comentario es más o menos como se siente una al ver realizado un sueño. 
Porque me siento afortunada al haber podido conocer en persona a alguien que durante meses me ha acompañado por las tardes, y que aunque lo haya hecho como personaje de ficción, tiene detrás a una persona amabilísima, paciente y con una gran simpatía. Además de un magnífico profesional.
No voy a extenderme, porque además cualquier cosa que diga sobre Jordi Coll quedaría corta. Así que me limitaré sólo a invitar a quienes lean esto y tengan la oportunidad de acercarse a verlo al teatro, que no duden, porque si están de suerte, como yo misma, podrán conocerlo, y además podrán gozar de su trabajo en otra faceta muy distinta a la que nos tiene habituad@s. Aunque algún@s afortunad@s ya lo hayamos visto anteriormente en Grease, Hair, o en otros musicales, series,….y sabemos de su arte. 
Ni siquiera podría decir cuánto duró la obra “Merda d’ Artista, el musical”. Solo que cuando terminó pienso que hubo una sensación generalizada de preguntarse ¿ya está? Porque creo que a todos nos supo a poco el rato divertido y ameno que nos brindaron con esta obra irreverente, entre un musical y una comedia, y dotada de un ritmo trepidante. Que además demuestra que no es necesaria una gran parafernalia para hacer cosas de una enorme calidad, y además con un fondo de crítica.
Por cierto, una mención especial a la magnífica coreografía de Marta, que también estaba ahí.
GRACIES, GRACIES, GRACIES, JORDI !!

La llegada de Lucas

Es más que evidente lo que va a suponer para la pareja Aurora y Conrado la irrupción en escena de Lucas. Especialmente para Conrado, que ya de por si está suficientemente ninguneado por las tramas actuales. Sin embargo admito que, a pesar de ello, me gusta Lucas y me gusta que presumiblemente vaya a tener un papel crucial en la recuperación de Aurora, aunque lo cierto es que el que realmente ha luchado, y sigue luchando por ella, ha sido Conrado.
Pero entiendo que es el comienzo de la despedida del personaje del geólogo, y creo que, llegado el momento, Lucas puede ser un digno sucesor. Aunque de lo que estoy convencida es de que no va a hacer nada para separar a la pareja, sino que van a ser las circunstancias. Otra cosa son sus propios sentimientos hacia Aurora, que creo que van más allá de sentirla como una amiga, pero que no han de interferir en su voluntad primera que es la de ayudarla a salir de este pozo en el que se halla inmersa.
Lo sorprendente es que sea él, junto con Martín, las dos únicas personas que han quedado fijadas en la mente de Aurora, dejando entrever que ésta ahora sufre algo parecido a memoria selectiva. Aunque porqué la ocupa precisamente Lucas y no Conrado ya es otro tema, y algo difícil de entender. Ya que mientras que no creo que haya ninguna duda sobre los sentimientos de Conrado, esta situación si pone en entredicho los de Aurora.
Dicen que a veces es difícil distinguir entre la verdadera amistad o el amor. Y también que la mayoría de las relaciones empiezan con una gran amistad que va derivando en sentimientos más profundos. Creo que Conrado y Aurora han hecho esta fase a la inversa, pasando directamente a hablar de amor. Y solo con el tiempo y el mutuo conocimiento han aprendido además a ser amigos, aunque su relación también haya pasado por numerosos altibajos. En cambio con Lucas existe una amistad forjada por la complicidad que enseguida se manifestó sin tapujos, unos intereses similares, una relación sosegada y sin contratiempos, además de ser éste una persona con una mente abierta que permitió hacer más llevadera la estancia de la chica en la capital.
También es verdad que muchas de estas cualidades están presentes en Conrado, además de otras que son únicas en él, pero considero que el punto de partida es diferente.
Por supuesto ello no es justificación para que todo lo que se ha desarrollado durante este tiempo entre Conrado y Aurora tenga que desaparecer, sino es por causas ajenas. Porque se supone que lo que ahora los une es un amor fuerte y verdadero, y esto está por encima de la amistad.  
Pero aceptando que la marcha de Conrado es inevitable, vuelvo al principio. Aunque sé que decir esto me va a suponer alguna crítica, me reitero: me gusta el personaje de Lucas, el carácter jovial y bromista que le confieren, el valor que le da a la amistad, su natural disposición a ver las cosas desde un ángulo muy avanzado a los cánones de la época, su sincera vocación para la medicina (con lo que, de paso, reivindican un poco lo que ha sido el sino de los médicos de la serie, que casi todos han acabado siendo de la peor calaña) , su sentido de la justicia,……. Creo que si no lo estropean, este personaje puede dar mucho de sí.

19 de diciembre de 2014

Chantaje en La Casona

Pues parece que Francisca está perdiendo facultades. Si hasta ahora había conseguido anticiparse a todos los flecos que pudieran derivarse de sus malas acciones y además salir bien librada, ahora tiene, no a uno, sino a dos chantajistas metidos en su propia casa. Y sin la posibilidad de librarse de ellos, excepto cediendo a sus demandas. Bueno, en realidad y dejando aparte a Bosco, casi todos los demás habitantes de la casa están en la misma para sacar algo que nada tiene que ver con sentimientos positivos. Y no creo que tenga que remarcar que con esto último me refiero especialmente a María.
Pero volviendo a los chantajistas, creo que también hay que establecer diferencias. Aunque quizás no haya tantas, porque en la práctica los dos temas objeto de presión son diferentes en la forma aunque el resultado es el mismo: jugar con la vida de otra persona para obtener un beneficio personal, que en el caso de Leonardo es a través de una buena suma de dinero, y en el de Amalia conseguir la seguridad de una vida regalada al lado de un hombre al que además dice amar.  
Esto pone a los dos personajes en el punto de mira, aunque considero que en el caso de Amalia, sin olvidar que ahora es cómplice de un secuestro y lo que ello supone, quizás podría entenderse que lucha por amor. Sin embargo mucho me temo que no va a quedar solo en esto y que va a tener otras implicaciones. Y que al final la chica se va a poner a la misma altura que los otros personajes siniestros de la serie.
Se le ha terminado la tranquilidad a Francisca. Porque lo que se demuestra que ésta también puede perder cuando tiene delante mentes tan retorcidas como la suya. Y que su aparente poder omnímodo, unido a su desprecio a casi todo el mundo, también la puede cegar llevándola a minusvalorar a las personas. Y aunque admito que es muy aventurado afirmarlo, creo que tanto tiempo de urdir maldades algún día tenía que volverse contra ella. Por descontado espero que los vengadores además le pongan la puntilla.
Como también espero que se quede sola, sin nadie a su alrededor. Ha manipulado, utilizado y apartado a todo el que se ha puesto en su camino, y ya no tiene redención posible. Y aunque ahora mismo se agarre a Bosco como su única tabla de salvación, es evidente que esto también tendrá su punto final el día en que éste descubra algo de lo que su protectora le esconde. Hay muy pocas puertas en La Casona, y aunque no siempre se da la oportunidad, puede suceder que algún día el chico escuche algo que no debe. Por de pronto ya empieza a recelar de algunas cosas, aunque siempre se antepone su fidelidad a Francisca.
Y como ya he sacado el tema de Bosco, un inciso. Admito que empiezo a tener sentimientos contradictorios con él. Hay días que querría darle un coscorrón por bobo y otros que me da lástima ver como lo manipulan cada vez con mayor intensidad. Porque ahora ya no se trata solo de Francisca, sino que también Amalia se ha unido a ello.    

18 de diciembre de 2014

La determinación de María

La situación que está viviendo María no es nueva, ni para ella ni para la serie. Anteriormente hemos visto como este mismo subterfugio era usado por Pepa y después por Mariana, ambas para conseguir sacar información y salvar a los suyos. Pero aún así, y admitiendo que existe una justificación, el hecho de que tenga que volver a pasar por ello me parece cuando menos una aberración. Pienso que es un manido recurso de tintes machistas que se tenga que utilizar otra vez este ardid de tener que seducir a un hombre, y que pone a la mujer (en este caso María) sólo como el cuerpo del deseo, sin tener en cuenta otras maneras de llegar al fondo de la cuestión. Además de situar a la chica en el disparadero al impulsarla a hacer uso del medio que si que es verdad que aparentemente es el que está más a su alcance, aunque sea el peor posible. También es verdad que no hay muchas maneras de enredar al cubano y que intentar sacar provecho de uno de sus puntos débiles (el otro es el dinero) es quizás una buena manera de llegar a la verdad, pero el peligro es grande y además se necesitan muchas tragaderas para que el fingimiento sea creíble.
Entiendo que, exceptuando a Francisca, ser mujer en 1921 no era fácil, porque el estatus de las fèminas no era el mismo que el de ahora y la consideración tampoco. En muchos casos no eran más que una figura de adorno destinada a satisfacer los deseos del hombre, y así lo veían la mayoría de ellos (con notables y conocidas excepciones, es cierto). Lo que por descontado no deja a éstos en muy buen lugar, aunque esta manera de ver al sexo opuesto no haya desaparecido del todo, y aún sigue siendo una lacra y motivo de desgraciadas noticias periódicas.
Por supuesto no pretendo justificar esta situación de María, que como he dicho antes, me parece aberrante. Sin embargo esta vez hay algo diferente y que hace más soportable que vuelva a verse forzada a sentir las manos de un indeseable sobre su cuerpo. Ahora es su decisión, no la del otro, y sus motivos no tienen nada que ver con lo que parece.
Después de todo la influencia de Francisca si ha servido para algo y si ésta no ha logrado corromper su corazón, si ha conseguido trasladarle algo de su astucia. Que unido a su lucidez, han de servirle de mucho para conseguir sus propósitos. Porque hay que reconocerle que, a diferencia de otras ocasiones, esta vez lo está haciendo relativamente bien. Ha sabido buscarse los aliados adecuados y está llevando el tema con una firme determinación, dispuesta a todo. Por cierto, hay que hacer un inciso especial en el caso de Fe, con la que ha establecido una relación de complicidad que me parece fantástica. Las dos juntas pueden llegar muy lejos, porque la doncella tiene la misma determinación que María, y encima, aunque a ojos de la gente pueda parecer simple, es uno de los personajes más clarividentes que se han dado en la serie.
Pero hay algo más en este tema que no se puede dejar de lado. Es cierto que el personaje de María no ha hecho más que penar desde que se inició esta nueva etapa hace más de quinientos capítulos, y que aunque la mayor parte del sufrimiento que ha tenido que soportar se puede considerar gratuito, entiendo que siempre ha sido en función de mantener la tensión al límite para mantener pegada al televisor a la audiencia. Sin embargo ahora no es lo mismo, porque la situación se ha visto forzada, ya que de alguna manera se tenía que justificar la ausencia de Martín/Jordi. Y esta vez, aunque también existe el sufrimiento, hay un rayo de esperanza razonable. Aparte de que ahora es ella quien mueve los hilos, y tiene en sus manos su presente. Y seguramente su futuro.  

17 de diciembre de 2014

Volver a aprender a ser padres

Es evidente que Alfonso y Emilia tienen la teoría y algo más, pero que les falta también algo de práctica, especialmente cuando se trata de encauzar a un adolescente con las hormonas revolucionadas.
Con María creo que se saltaron esta parte. Porque mientras Matías expresa espontáneamente su conflicto actual, María lo llevó de otra manera y sin que ellos apenas intervinieran. Y ahora podría entrar en el tópico de que los hombres y las mujeres lo viven de diferente manera, cosa que considero que no es del todo cierta. Pero si lo es que en la época en la que trascurre la acción, la liberación de la mujer ni siquiera se planteaba como tal, y sólo se daban casos concretos y en chicas con un cierto nivel social. Sin embargo todas tenían que cuidar su reputación si no querían verse señaladas de por vida, cosa que, por descontado y en la misma situación, no sucedía con los hombres.
También es verdad que Alfonso y Emilia no son las típicas personas que se dejan llevar por las conveniencias sociales, o al menos no dejan que éstas interfieran en sus  decisiones. Pero es evidente que el entorno influye y que, aunque ambos son personas con ideas muy liberales para la época, no es extraño que tengan una idea diferente sobre los actos del chico, y que Alfonso, en principio, se lo haya tomado más a la ligera. Hasta que los recelos de Emilia han calado, y dejado ver que el chico se está arriesgando demasiado, haciendo méritos para que algún marido celoso le dé una buena tunda. La imprudencia y la inexperiencia juntas pueden ser una mala combinación, y aquí se hace necesario que intervenga un padre responsable, que sepa aconsejar sin presionar.  
Y no dudo que Alfonso reúne estas cualidades.
En realidad pienso que él y Emilia también están viviendo una nueva experiencia. Vuelven a ser padres con todas las consecuencias, cosa que implica también estar pendiente de Matías, de sus necesidades y deseos. Pero pienso que no lo hacen mal del todo, y que especialmente saben darle el cariño que le ha faltado hasta ahora. Y además lo hacen de manera incondicional.   

16 de diciembre de 2014

Dolor y esperanza

La chaqueta de Martín y la desolación de Conrado.
Creo que han sido dos de los momentos con mayor impacto emocional de los últimos días.
Por supuesto también lo es la triste situación de Aurora, la conmovedora dedicación de Candela y Rosario y su alegría ante los pequeños avances de la chica,….
Admito que todo ello ha conseguido tocarme la fibra.

Aun sabiendo que Martín sigue vivo, no me ha costado meterme en la piel de quienes le creen desaparecido para siempre. Por ello he sentido la desolación de Rosario y Candela en la devoción con la que sujetaban la chaqueta de Martín, e incluso en mayor medida cuando esta última la ha estrechado contra su pecho para impregnarse del olor del chico que un día la llevó puesta. Aunque la guinda la ha puesto Aurora al abrazar con desesperación la chaqueta de su hermano, en lo que veo como un claro signo de vínculo fraternal, pero también de necesidad. En algún rincón recóndito de su mente extraviada, parece que Aurora siente que Martín podría alargar la mano, sacarla de este pozo y salvarla.
Algo que inexplicablemente no sucede con Conrado. Solo aceptando la evidencia de que se trata de un recurso para ir separando a la pareja, es posible entender esta situación. Es cierto que esta relación ha estado llena de desencuentros, pero siempre han conseguido superarlos ante la fuerza del amor que les unía. Por lo que no me parece razonable (aunque en este caso la razón no es precisamente la palabra) que Aurora sólo tenga atisbos de esta parte negativa. Aunque también es cierto que sacar conclusiones sería un poco precipitado, y que la chica ahora lo que necesita es tiempo para recuperarse, si ello es posible.
Pero la desolación de Conrado, llega al alma. No creo que sea suficiente que todo el mundo le diga que ha de tener paciencia, que Aurora saldrá de este trance, y que a cada poco se vislumbran indicios de esperanza. Porque pienso que en el fondo sabe que está perdiendo a Aurora, y que no puede hacer nada por impedirlo.
La verdad es que no entiendo esta deriva. No creo que el personaje de Conrado se merezca esta encrucijada, más después de lo que ha luchado y sigue haciéndolo, incluido hacerse cargo en solitario de la finca, ahora que María se ha desentendido de ello (aunque ya sabemos que ésta tiene sus razones). 

14 de diciembre de 2014

Entretener o dar información. Esta es la cuestión

“¿Resulta indispensable mostrar escenas tan realistas para que el público entienda cómo era la sociedad en aquella época (1921)? ¿O, por el contrario, se puede realizar de una manera más sutil y delicada?”
Extraigo esta pregunta de un artículo publicado por Raquis Pucelana en Mi zona tv.
Pienso que para responderla también hay que hacerse la de cuál es la verdadera pretensión de la serie: si entretener o ser didáctica. Dos conceptos que, por supuesto, no están reñidos y más de una vez he defendido. Seguramente sin estas incursiones en temas puntuales de aquellos tiempos, muc@s de nosotr@s no habríamos llegado nunca a saber de algunas cosas, aunque sea a título de curiosidad. Y durante todo este tiempo ha habido de todo, desde temas sin mucha transcendencia hasta episodios importantes de la historia.
También admito que la fidelidad a todo lo que tiene que ver con la época en la que transcurre la acción es importante para dar la medida de la calidad de un producto. Por supuesto se entiende que existan las licencias, pero ajustarse a la vida y costumbres de la sociedad de la época dice mucho de la seriedad de quienes escriben los guiones y de los documentalistas que les asesoran.
Pero hay la segunda parte de la pregunta: “¿se puede hacer de manera menos explícita?”.
No me considero una mojigata y entiendo que no se pueden eludir los hechos probados. Y el caso es que, como comenta en el mismo artículo, la historia demuestra que los manicomios no tenían como fin recuperar a los enfermos mentales, sinó más bien anularlos. Hay casos escalofriantes de instituciones de este tipo, en los que los internos recibían toda clase de vejaciones y torturas. Y en las que destruían el cuerpo y la mente de éstos, acabando con ellos de la peor manera posible. Como parece suceder en el caso de Aurora.
Pero soy consciente de que esto es una serie.Y sé que es inútil perderse en especulaciones sobre la posibilidad o no de que alguien en la situación actual de Aurora pueda llegar a recuperarse, y que además si lo hace consiga salir de ello sin secuelas, ya que es evidente que si va a suceder y posiblemente en poco tiempo, mientras que en la vida real sería algo impensable. Ni siquiera en la actualidad. No puedo afirmarlo con total certeza, pero considero que el ensañamiento con el que nos han hecho creer que se ha empleado Fulgencio sería suficiente para dejar a una persona irrecuperable para toda la vida.
Entonces entra en juego la credibilidad de la situación.
Por ello creo sinceramente que han llegado demasiado lejos. En realidad pienso que ni siquiera era necesario hacer pasar a este personaje por este trance, y además de manera tan explícita, para después supuestamente pretender recuperarla en su verdadera esencia. Se antoja una ardua tarea, de la que no consigo ni siquiera imaginarme los derroteros.
Y como esto ya toma el carácter de una crítica, creo que volveré a sacar por enésima vez otros temas a colación.
Entiendo que hay que desarrollar nuevas tramas para captar la atención del público (aunque sean tramas siniestras como la que me ocupa) pero creo que esto sucede en detrimento de otras que se han cerrado en falso o directamente se han perdido en el limbo, y que l@s espectadores se siguen preguntando. Empezando por el destino del cuerpo de Pepa, lo que ha sido de Tula, que pasó entre Fulgencio y su mujer, además de las misteriosas llamadas por teléfono,….. la lista es larga.
Y ya no digo de la deriva de otras tramas. Ya he hablado antes de ello, y entiendo que no es fácil encontrar una solución que satisfaga a todo el mundo, pero los derroteros de la despedida de Quintina no acaban de convencerme, pues están dejándola en un pésimo lugar y no creo que el personaje lo merezca. Otro tema es el de Inés, que lleva ¿cuánto tiempo encerrada?... ya he perdido la cuenta, y sin que mientras tanto su trama avance un milímetro, a pesar de ser supuestamente una de las protagonistas. Y no es que la eche en falta, sólo constato un hecho.
¿Quizás habrá un mini salto temporal para solucionarlo?

13 de diciembre de 2014

Aliadas y còmplices

Cuando María decidió meterse en la boca del lobo, impulsada por algunas certezas y muchas sospechas, no creo que lo hiciera con un plan trazado de antemano, ni tampoco contara con tener el auxilio de más medios que su propia determinación, su intuición y su no probada capacidad de fingimiento. Pero entiendo que tomara esta decisión sin pensárselo demasiado, porque no debe ser fácil, ante la duda razonable, permanecer con los brazos cruzados. Más cuando ahora todo hace pensar en la posibilidad de haber sido la víctima de un engaño premeditado, con fines oscuros, y que ello le haga replantearse lo que le han contado sobre Martín, con lo que ahora se puede permitir un resquicio de esperanza de que éste siga vivo. Sin embargo ha decidido actuar sola y permitir además que su acción provoque la incomprensión (y la repulsa) de casi todo el mundo, al desconocer éstos los verdaderos motivos que la impulsan a actuar de este modo. Por consiguiente nadie va a ayudarla, por lo que está sola en sus pesquisas.  
Bueno, en realidad esta afirmación quizàs no sea muy exacta. Sus padres y abuelo confían en ella y saben que hay algo más. Y ahora también está al corriente D. Anselmo, pero éste no puede hablar, por el tema de secreto de confesión. Sin embargo, y sin proponérselo, en La Casona le ha salido una aliada, aunque no inesperada, porque María ya conoce a Fe y sabe que puede confiar en ella, que puede ser sus otros ojos y oídos. A la doncella pizpireta y lista como el hambre no se le escapa ni una, y además su lealtad hacia Francisca se acaba cuando los actos de ésta se oponen a su conciencia y a su natural bondadoso. Y algo más: no la teme, sólo la respeta porque es quién le da el medio de vida. De hecho considero que Fe va a ser para María algo parecido a lo que fue en su momento Mariana, aunque en este caso hay que unir la lucidez con otros aspectos que hacen a Fe única y especial. Que no quiero decir que sea mejor o peor que ésta, sólo diferente.        
Un día dije que Fe nunca iba a ser protagonista, pero el caso es que cada vez tiene más cuota de pantalla, de lo que me alegro muchísimo porque aparte de reiterarme en mi apreciación del buen hacer de Marta, el personaje aporta a las tramas una frescura especial, aun teniendo a veces éstas un componente dramático. Incluso en estos momentos es capaz de sacar una sonrisa.
Y me encanta la complicidad que se ha establecido entre ella y María, y creo que también entre las dos actrices. La ayuda de Fe a María va a ser crucial para desenredar la madeja y llegar a descubrir la verdad, para que ésta pueda volver a reunirse con su esposo (¡que gracioso suena esto cuando lo es de las dos, en un caso ficticio y en el otro real!).
De todas maneras es evidente que ambas tendrán que actuar con mucha prudencia y mantener ante la gente una cierta distancia. Sólo así lograrán encontrar respuestas y atar cabos. Lo único que falta es que todos los sospechosos se confíen lo suficiente y  cometan un error que permita encontrar la respuesta esperada. 
Pero aún así admito que me sorprende el hecho de que Francisca se haya tomado con tanta naturalidad  la vuelta de María a La Casona. Claro que tampoco tiene motivos para recelar de ésta, aunque es evidente que aún sigue pensando en ella como la ingenua que fue. Y afortunadamente la está minusvalorando.                                                  

12 de diciembre de 2014

El hombretón

Mejor no andarse por las ramas.
La insinuación por parte de los guionistas de que Francisca y Raimundo podrían tener en el futuro un acercamiento puntual no sólo me parece un desatino, sinó pura y llanamente una insensatez total (si ello se llegara a producir). Y aún más si el motivo es el de contentar a una mínima parte de la audiencia, ya que además establece diferencias, cuando a los seguidores de Conrado y Aurora, que son multitud y fieles, parece que van camino de perder la última oportunidad para ver a la pareja juntos y felices. Es algo ya contrastado que, ante la marcha de un actor, sus tramas van perdiendo fuelle. Pero aprovecho para mostrar mi descontento ante algo tan evidente como el hecho de que con esta última pareja han ido un poco lejos. El personaje de Conrado no ha tenido ninguna tregua, y a tenor de lo que se está viendo, se marchará de esta guisa.
Y si lo que decía al principio llega a ser cierto, también van camino de estropear el personaje de Raimundo, que ya de por sí no tiene demasiados minutos de gloria. Primero porque pueden dejarlo a la altura del betún, por mucho que en el fondo de su corazón éste piense que puede seguir queriendo a Francisca, aunque lo que realmente ame sea a un recuerdo. Pero especialmente lo que creo es que Francisca no merece ni un miligramo de atención de nadie, porque además estropea todo lo que toca, incluso lo que la roza de refilón. Aunque también es cierto que en ello ha tenido desigual fortuna, porque muchos de los que llegaron a caer bajo sus garras consiguieron alejarse de ella a tiempo, antes de que fuera demasiado tarde.
Sin embargo parece que con Mauricio no va a suceder esto último, a pesar de que cada vez con mayor frecuencia parece cuestionarse algunos mandados o iniciativas de la doña. La fidelidad, la comodidad, el temor a tener que empezar de nuevo,…todo ello puede influir para que siga en La Casona, a pesar de que su conciencia le empiece a pasar factura. Y quiero creer que buena parte de ello viene dado por la influencia de personas que han estado o están cerca de él, como Pepa, Tristán, Soledad, Rosario, María,..O ahora Mariana o Fe. Casi tod@s han sufrido además los desmanes de la doña, ante la mirada del capataz y sin que éste haga casi nada para evitarlo. Y digo “casi”, porque no sería justo olvidar que, a espaldas de la doña, ha intentado alertar a algunas de las posibles víctimas de ésta. 
Ahora a María.  
Pero Mauricio tiene un hándicap importante: su fidelidad a la doña, que le ha valido el repudio de la sociedad, y que hace difícil que pueda tener alguna vez la simpatía de los que alguna vez han sido víctimas de sus desmanes. Aunque su justificación sea la de obedecer las órdenes de Francisca.  Mauricio está solo, y así seguirá sinó consigue también liberarse del yugo de su ama, que además cada vez le trata con más tiranía y desconfianza. 

10 de diciembre de 2014

Las velas de la venganza

Aunque suene a contradicción y a pesar de que soy una gran devoradora de los libros de Stephen King y otros autores parecidos en cuanto a temática, soy incapaz de ver un thriller sin saltarme un montón de escenas. Pero el caso es que es mucho más fácil cerrar el libro y dejarlo para otro momento, que estar en el cine o ver la televisión y pasarte todo el rato en tensión o con los ojos cerrados, evitando ver momentos truculentos. También es verdad que a veces visionar las noticias casi vendría a ser lo mismo, aunque (otra contradicción) en este caso parece que estoy más inmunizada, y aunque algunas cosas me provoquen el mismo horror, desgraciadamente y sin que sirva de justificación, una acaba acostumbrándose a ello.  
Todo esto viene a propósito de las velas para la doña. No es que se trate exactamente de una escena de terror en el sentido que se entiende por ello, pero es evidente que ésta es la intención de Severo con respecto a Francisca. Terror psicológico, tan efectivo como el otro, pero que en este caso tiene un ingrediente añadido: la inseguridad que provoca al destinatario de ello. Ni en su fortaleza Francisca ahora se puede sentir protegida, cuando las más estrictas medidas de seguridad no han servido para que alguien se colara en su jardín y le montara el espectáculo. Por cierto, que no debía ser una sola persona, porque tamaña cantidad de velas y después encenderlas, debe llevar su tiempo.
Parece que finalmente ha llegado el momento de que pruebe su propia medicina. Porque mientras le está procurando a su nieta ser víctima de los manejos de un psicópata, a Inés el terror de estar encerrada en una lúgubre mazmorra sin contacto con nadie, o a Martín posiblemente el temor de estar secuestrado en un país extraño, sabiéndose además en peligro de muerte, hasta ahora ella vivía ajena a estos sufrimientos. Pero parece que, por fin, se empieza a hacer justicia, aunque venga de alguien ajeno a todo lo anterior.
¡¡Pero qué importa!! Es justicia al fin y al cabo. 

9 de diciembre de 2014

La fuerza del amor

Dicen que la fuerza del amor puede mover montañas y también que éste nunca muere, especialmente si se trata de un sentimiento tan intenso como el que une a Martín y María. Y es este sentimiento, además de lo que le dictan sus instintos, lo que impulsa a María a buscar más allá de las evidencias que le han presentado y que ahora sabe que no son más que burdas mentiras.
Aunque para conseguir su propósito y que salga a la luz la verdad, antes sea necesario meterse en la misma guarida del lobo.
Realmente hay que tener mucha sangre fría y mucha fuerza de voluntad para mantenerse firme y no saltar al cuello de los indeseables que le han procurado la infelicidad a ella y a su familia. Sin contar el esfuerzo titánico de disimular sus verdaderos sentimientos, sin dejar asomar ningún indicio de lo que le corroe por dentro. 
Porque María, en el fondo de su corazón, ahora alberga la certeza de que Martin sigue vivo y que la respuesta está en La Casona. Y por ello está dispuesta a todo para conseguir encontrarla.
Evidentemente debe haber opiniones para todos los gustos sobre si lo que tenía que haber hecho es explicar a alguien su hallazgo, en especial a las autoridades, o por el contrario lo más prudente es tratar de investigar por su cuenta lo que hay detrás del ataúd vacío de Martín. Teniendo en cuenta que ha profanado una tumba, lo primero es impensable. Lo segundo, aunque arriesgado tanto para ella como para Martín, es más factible de conseguir si sabe jugar sus cartas con astucia, sabiendo además donde ha de buscar. Porque ahora ya sabe que Leonardo ha creado una sarta de patrañas, y creo que no tiene dudas de la implicación de Francisca. Sólo falta adquirir la certeza, aunque para ello tenga que tragar bilis. 
Sin embargo su decisión, mirada desde el otro lado, se entiende que sea de lo más inexplicable para quienes desconocen los verdaderos motivos que la han impulsado a ello. Que es todo el mundo.
Por cierto.
Pienso que han resuelto muy bien la escena con Emilia, que realmente se comporta como una madre con todas las letras. Su hija le pide que confíe ciegamente y ella no hace preguntas, lo que engrandece aún más a este personaje que con el tiempo ha ido ganando en personalidad, casi al mismo tiempo que se alejaba de Francisca y además aprendía a plantarle cara. Al igual que Alfonso.
La cruz, como es habitual, la ha vuelto a poner Francisca. Quizás se pretendía que fuera una escena plácida, pero me ha producido una sensación más bien vomitiva ver su cara de felicidad al tener a Bosco y María a su lado. Pero aún peor ha sido ver el orgullo reflejado en su rostro cuando los llamaba sus nietos (aunque Bosco lo sea en realidad), cuando a los que lo son de verdad se los ha sacado de delante. Porque aunque no quiera y apele a la biología, lo que no puede negar es que Martín es hijo legal de Tristán, además de amado por éste como si fuera de su sangre.  Por lo tanto, y aunque no quiera admitirlo, Martín también es su nieto.