¿De verdad es necesario que un
hombre hecho y derecho de cerca de cuarenta años, le pida permiso a una chica
de poco más de diecisiete para hacer lo que él considera su deber?
Entiendo que consulte con la
mujer con la que espera pasar el resto de su vida algo de tanta enjundia como la
futura relación con su hijo, algo que a la postre les atañe a ambos, también a
ella por formar parte de la vida de él. Pero aparte de que es una decisión ya
tomada y que Conrado ya ha dejado claro que no va a eludir su responsabilidad y
piensa hacerse cargo del niño, me pregunto qué habría sucedido de haber recibido
una respuesta negativa y que se hubiera visto en la disyuntiva de tener que
optar entre David o Aurora. O lo que es lo mismo, entre el deber o el querer.
Algo que podría haber sucedido, porque
no debe ser fácil para Aurora aceptar una situación como a la que ahora se
enfrenta. Es en este momento cuando se ve realmente la edad que tiene y la
necesidad de consejo, ya que puede ser muy madura para algunos temas, pero lo
que si le falta es experiencia de la vida, básicamente porqué tampoco ha tenido
tiempo de adquirirla. Ya que no es lo mismo la teoría que la práctica, porque en
los libros en los que tan ávidamente parece que ha buscado refugio, las cosas
suelen ser siempre distintas a la realidad y las más de las veces mucho menos
cruentas.
Aun así admito que esta vez
Aurora creo que ha respondido a las expectativas y ha adoptado una actitud madura
y tolerante. Básicamente porque en este tema si se ha dejado aconsejar y ha
seguido la voz de la razón, no dejándose llevar por sus instintos.
Otra cosa es Conrado.
A medida que van pasando las
semanas, considero que cada vez es más irreconocible el hombre de carácter fuerte
e independiente, que cuando llegó a PV parecía ser capaz de comerse el mundo él
solo. Se ha ido apagando a la sombra de Aurora, mientras que el protagonismo de
ella no ha perdido espacio. Ahora mismo el hombre parece incapaz de dar un paso
sin temer hacer algo que contraríe a la chica, o sintiendo la obligación de pedirle
permiso para hacerlo. Y por si no fuera suficiente, ahora además pueden
convertirlo en un ingenuo, al aceptar sin cuestionarse la paternidad de un niño
que podría no ser suyo. Algo de lo que, por cierto, los mismos guionistas ya se
están encargando de sembrar dudas, entre ellas la falta de un sentimiento de unión
de Conrado con David.
No voy a andarme por las ramas.
No me gusta para nada esta imagen de Conrado, que ahora sólo parece tener razón
de ser como partenaire de Aurora. Y lo que es peor, al que hacen aparecer como el
culpable de que la situación esté en el punto en el que se encuentra, sin que en realidad él haya hecho nada para provocarla. Y en consecuencia que Aurora tenga el rol
de víctima, cuando en realidad lo son los dos.