Todo el mundo cuenta

Pues no. No ha sido Aurora quien ha encontrado una posible explicación sobre el origen de lo que está diezmando al pueblo, sinó María y Martín trabajando codo a codo.

Ya lo dicen que vale más maña que fuerza. Y, en este caso, ha valido más el pesquis que la desesperación por encontrar un remedio eficaz. Cierto que una cosa no tiene porqué descartar a la otra y que tampoco se puede tirar la toalla ante la impotencia, ni abandonar a los enfermos a su suerte, pero creo que Martín y María han optado por el camino correcto. El de ir a buscar la fuente (nunca mejor dicho) del problema y analizar todas las vertientes.

Demostrando al mismo tiempo que todo el mundo cuenta.

Porque creo que en el afán de presentar a Aurora como una heroína, se han olvidado que no está luchando sola y que hay otras personas, incluidas algunas de anónimas, que hincan el codo de la misma manera y con el mismo tesón. Y que merecen el mismo calificativo. Cierto que, como en todo, es importante la labor de coordinación y está bien que haga esta tarea alguien que sabe un poco lo que se hace. Pero parece que ha quedado también en el olvido que Martín no es tan ajeno a estos temas, que él luchó contra la epidemia de gripe y supo salir adelante, y que incluso María ha sido determinante para montar el hospital de campaña. Y admito que no me gusta que en esta ocasión Martín quede relegado, aunque parezca de manera voluntaria, por alguien que además ha quedado bien patente que está dando palos de ciego, sin saber muy bien cómo actuar, utilizando solamente las reglas básicas de lo que dicta la lógica y guiándose por la intuición, algo que en temas de salud es cuando menos peligroso.

Soy consciente que escribiendo esto me estoy posicionando y en consecuencia perdiendo toda objetividad, cosa que no me gusta nada hacer. Pero no voy a ser tan hipócrita como para pasar por alto lo que siento ahora mismo al respecto de este personaje, sólo por el hecho de que ello pueda suponer llegar a disgustar a alguien que amablemente se toma un tiempo para leer lo que escribo.

Como ya he dicho en otras ocasiones, creo que están cargando las tintas con Aurora, intentado asemejarla a su madre. Y no veo esto posible, o al menos no tan rápido, ni tan claro. La historia de Pepa y Tristán llevaba aparejada una bonita historia de amor, que en el caso de Aurora están dejando languidecer casi antes de que haya empezado a forjarse. Y ahora, y de paso, languidece también el personaje de Conrado, cuya única labor parece que se limita a estar ahí para darle a Aurora su apoyo y su consuelo.

Y lo admito, no lo considero suficiente. El personaje de Conrado creo que puede dar más de sí de lo que lo hace actualmente, estando limitado a ser casi un mero comparsa. Quiero verle actuar en tramas propias y quiero ver al hombre apasionado que estoy convencida que es. Y ante todo quiero volver a ver al hombre que era cuando llegó al pueblo, eso sí, con algo más de empatía y menos hosco que entonces. Y puesta a pedir, quiero ver a Aurora feliz y que quede lejos la cara de amargura que últimamente no la abandona. ¿Cuánto hace que no la hemos visto sonreír abiertamente?