7 de mayo de 2014

Los hombres de Aurora

Aurora lo ha vuelto a hacer. Intentar asumir una culpa que se ha demostrado que no tiene razón de ser. Pero esta vez no sé muy bien si reprocharle su actitud inicial o no, porque entiendo su impotencia al no poder ayudar a Isidro. Aun así creo que no tiene muy claro que no está capacitada para emitir diagnósticos y menos con precisión. A pesar de haber leído mucho, haber recibido lecciones y tener una cierta experiencia, Aurora no puede haber ido mucho más allá de las funciones de lo que sería un paramédico actual, o más bien de una persona con capacidad para ofrecer primeros auxilios con una cierta garantía de seguridad. Un médico necesita años de estudio y de adquirir conocimientos que, por descontado, Aurora aún no está en disposición de tener, básicamente porque no ha tenido tiempo.
Sin embargo Aurora si tiene algo especial, que la hace única e imprescindible en una comunidad aislada y con pocos medios. Es su buena voluntad, sus ansias de conocimientos, su obstinación en no tirar nunca la toalla y buscar soluciones y, por encima de todo, su deseo de darse a los demás. Algo que va ser imprescindible en PV los días venideros.
Pero no va a estar sola en ello. Tiene a su lado a dos de los hombres más maravillosos que hay en la serie. Conrado y Martín.
El primero siempre está ahí a su lado. Aunque ahora, en apariencia, su papel se limita a consolar a la chica, ir a buscar a alguien o dar su apoyo a los que sufren por motivos diversos. El de enamorado parece que ha pasado a ser algo residual, pues diría que ya hace casi semanas que no existe con Aurora nada más que ocasionales roces, algún achuchón y palabras cariñosas. Y desde aquí reivindico algo más que esto. No me refiero a que lleguen a consumar su relación, pero si algo más de demostraciones de amor, ya que ahora mismo parecen colegas en vez de una pareja enamorada.  
El segundo, Martín, tiene muy asumido el papel de hermano mayor que siempre está ahí, preocupándose y velando por su hermana, dispuesto a cobijarla entre sus brazos, y darle su calor y cariño. Considero que la relación entre los dos es preciosa, aunque entiendo que también tiene razón de ser, no sólo por los vínculos fraternales, sino en especial por el deseo por parte de ambos de recuperar el tiempo perdido. Para ellos es relativamente reciente el conocimiento de la existencia del otro. Tanto Martín como Aurora pasaron años en soledad, más el primero, que ignoraba incluso que tenía una familia que seguía añorándole. Descubrir que tenían a alguien de su sangre creo que es una de las mejores cosas que les ha pasado a ambos.
Por supuesto no olvido que además Aurora tiene a María, a Rosario y al resto de la familia. Pero esto lo dejo para otro día.
Y ahora una frivolidad
Ariadna está de suerte por partida doble. Tiene a Jordi y a Rubén.  

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