Despertando del letargo

Aunque no soy religiosa, creo que no estaría de más pedir a los que sí lo son que empiecen a poner velas o hacer novenas a todos los santos que conozcan, para que iluminen a los guionistas y que éstos sigan por el camino emprendido con el personaje de María. A lo mejor funciona con más eficacia que las continuadas quejas vertidas en las redes sobre este personaje y lo que últimamente habían hecho con él. Además creo que esta sensación se había acrecentado con la llegada de Aurora y las inevitables comparaciones entre ambas chicas, en las que María salía perdiendo sin remisión.

Pero creo que ahora se está reivindicando a ojos vista, demostrando que no es una frágil damisela si no toda una mujer, con voluntad propia. Ya era hora que viéramos algo más que una chica lánguida y ociosa, cuya única función parecía que era ver pasar las horas sin nada que hacer. Salvo en la época en la que tenía a su hija.

Pero especialmente me gusta ver cómo ha despertado de su letargo y lo hace del brazo de Martín, demostrándole que puede esperar de ella no sólo su amor, sino que también la promesa que se hicieron no ha quedado únicamente en palabras bonitas. María está dispuesta a todo, incluido a poner su vida en peligro, pero no va a dejarlo solo en esto. Sin olvidar, y esto es algo que ha demostrado en numerosas ocasiones, que es una persona generosa y que ayudar al prójimo entra dentro de sus naturales convicciones.    

Y me gusta ver cómo estas mismas convicciones alimentan su obstinación y su determinación. No sé si va a ser flor de un día y volveremos a las andadas, pero ahora mismo María es un personaje diferente al de los últimos tiempos, alguien que no parece dispuesta a dejarse convencer para quedarse al margen de los acontecimientos, solo porque haya peligro. Y quizás es por ello que Martín, a pesar del lógico temor a que le suceda algo a la mujer a la que ama, parece que ha entendido finalmente que la actitud de protección ya no sirve y que le corresponde a María decidir sobre sí misma. Algo que al final ha aceptado con orgullo y al mismo tiempo alivio, porque representa recuperar también a su verdadera mujer.  

¿He de decir que me encanta verlos trabajar otra vez codo a codo, luchando contra la adversidad y sin desfallecer?

Y siempre juntos, pase lo que pase.