Salir del fuego para caer en las
brasas.
Esto es lo que aparentemente le
va a suceder a Francisca, que aun insistiendo que no confía en nadie,
exceptuando a Mauricio, su temor creciente a la soledad parece que le va a
jugar una mala pasada con Bernarda.
Porque si la doña es taimada y
calculadora, la prima no le va a la zaga. Igual como de despiadada. Aunque lo
que en la primera era venganza, en la segunda creo que se trata más bien de una manera de sacarse
estorbos del camino para llegar a gozar de una vida regalada y sin complicaciones.
Y sabe muy bien cómo hacerlo, y además conseguir manipular y romper las defensas de
Francisca que, a pesar de todo, es vulnerable. O al menos esto parece, de
momento.
La verdad es que no me fío mucho
de esta situación. Ya sabemos que en PV nadie está muerto a menos que lo veamos
enterrarlo y poner una losa encima. Que Bernarda se haya mostrado cruel e
implacable con Fulgencio, y que haya disparado un tiro no quiere decir que el
resultado haya sido la muerte de éste. Porque además es bastante increíble que
ella sola haya arrastrado el cuerpo de su marido hasta el lago y lo haya
arrojado al mismo sin ninguna ayuda.
Será que me he vuelto muy
escéptica, vistos los antecedentes, pero no consigo tragármelo. Aunque también
es cierto que los argumentos para deshacerse de Fulgencio son totalmente
válidos (que no quiere decir que los justifique).
Así que voy a dejarlo en
cuarentena y aceptar, de momento, que otro malvado ha pasado a mejor vida. Aunque
siempre quedan otros. O lo que es peor. Que, como las moscas, cuando muere una
vienen cien al entierro, y en Pv desgraciadamente esto no es ninguna novedad (lo de los malvados, no las moscas).
Sólo una cosa más. Reconozco que
la trama de Fulgencio y esposa me ha pasado muy desapercibida, no así el
magnífico trabajo de Juli Cantó, un actor al que deseo un montón de
éxitos. (Pero al que siento tener que decir que espero no verle de nuevo en PV, aunque si en otros escenarios)
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