1 de abril de 2014

Descubriendo al auténtico Conrado

No sabría explicar muy bien que es lo que creo que hace especial a Conrado, pero lo que sí considero es que la relación entre él y Aurora es como un soplo de aire fresco en una situación general de la serie que parecía estancada. Y aunque tengo por seguro que, como dijo Martin, tampoco lo van a tener fácil y de hecho ya hay antecedentes de ello, creo que esta pareja tiene una premisa que la diferencia de las demás. No se andan por las ramas (casi es gracioso decir esto teniendo en cuenta como se conocieron) y tampoco son propensos a esconderse cosas. Cierto que Conrado ocultó su pasado a Aurora, pero también lo es que hizo un intento para contárselo que fue frustrado por la chica.
Desde entonces la situación ha ido evolucionado igual que su relación, aunque creo que ha hecho falta el revulsivo de la cárcel para dar el empujón definitivo. Conrado, en la soledad de su celda, ha podido ser consciente de que los sentimientos de Aurora no eran el capricho de una adolescente, sino un amor real y profundo de una mujer luchadora y obstinada que no sólo le ha liberado de los barrotes, sino que además ha conseguido hacer surgir al auténtico, el que éste se esforzaba en ocultar.
Pero la lucha no ha hecho más que empezar. Tiene a Aurora, tiene su libertad y su honor restablecido, pero no tiene los años que le han robado, acarreando con una culpa que no era tal y traicionado por el que consideraba un buen amigo, algo que aún duele más profundamente. Y no puede existir reparación de ello más que buscar justicia, porque la venganza no creo que anide en su ánimo, al menos en el sentido del ojo por ojo. Conrado puede que no tenga mucho aguante, pero no es un desalmado. Lo que sí hay que reconocerle es que es un hombre que va de frente y por ello puedo entender que necesite decirles a la cara a los que han hecho de su vida un infierno durante años, lo que siente y lo que le deben.
Y es mucho más que el alivio de saber que es inocente, porque además de haber sido perseguido y más tarde convicto y señalado como un asesino, también, y aunque no de manera directa, le han llevado a la ruina. Es mucho bagaje para no sentir resquemor y rabia. 
Pero en un solo capitulo también hemos podido ver otras facetas que considero que aun hacen más fascinante este personaje.
Su fuerte personalidad que le hace ser al mismo tiempo posesivo con la mujer a la que ama, mientras dice alto y claro que no es su dueño y que puede tener el amor de Aurora, pero que ésta no es suya ni de nadie, sólo de ella misma. 
Su ternura al acoger en sus brazos a Esperanza, algo que sin pretender incurrir en tópicos me parece un gesto bastante poco habitual en un hombre sin (aún) lazos con la pequeña, y algo que me ha parecido precioso.
Su desazón no por su futuro, sino por el de Aurora. Con lo que deja claro que ya no concibe su vida sin ella, aunque aquí se dé una contradicción con lo anterior, porque se sobreentiende que Conrado considera que debe hacerse cargo de ésta y de su bienestar.
Su mente preclara que le lleva a no aceptar a las primeras de cambio una explicación con muchas lagunas. Cierto que ha supuesto su libertad y esto tendría que bastarle, pero creo que es el único que no confía del todo en Lesmes. Aunque ello pueda confundirse con celos.
Y creo que aún me dejo otras cosas. Pero será para otro día.
Sólo un inciso para hablar de Martín, aunque relacionado con este mismo tema.
Me gusta el cambio de actitud que muestra con su “cuñado”. Dándole apoyo, estando a su lado y mostrándole su amistad sin recelos de ninguna clase.  

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