Los grandes y expresivos ojos de Mariana desprenden desde hace días una luz
especial. Y es claro que un mocetón rubio y espigado es el culpable de ello. De
ello y de que, por fin, Mariana tenga algo más que penas en su vida y pueda tener
la esperanza de un futuro.
En medio de la desolación en la
que está inmersa últimamente la existencia de gran parte de los personajes, y
de que lo que aparentemente se avecina no es que sea mucho mejor, una trama
algo más refrescante es un alivio para los sentidos, y especialmente para las/os
que seguimos pegados a la serie, esperando que lleguen los buenos momentos que
tanto se resisten en producirse.
Aunque a lo que me estoy
refiriendo ahora no venga de parte de ninguna de las parejas protagonistas y
que encima sea el suyo, el personaje de Mariana, alguien que siempre ha estado supeditada a otros. Así que
ya le toca tener su momento de gloria, más teniendo en cuenta que detrás del
personaje considero que hay una actriz magnífica y de la que desaprovechan el enorme talento que tiene.
Mariana y Nicolás forman lo que pienso que es una
pareja preciosa. Ella una gran mujer a la que la vida se ha obstinado en
mantener en la sombra de La Casona, pero que nunca ha dejado de empeñar su corazón para ayudar a los demás,
dejando al mismo tiempo relegados sus deseos y esperanzas. Él un hombre con una
eterna sonrisa, tierno , detallista y cariñoso, dispuesto a renunciar a todo para estar con
la mujer a la que ama.Alguien que también ha sabido ganarse a los que rodean a
la chica.
Espero de verdad que al menos esta encantadora pareja consigan ser felices.
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