Nada bueno tiene la situación actual
de la serie, salvo que está sacando del ostracismo a todo un montón de
personajes que habían quedado relegados a un segundo plano. Rosario, Emilia y Alfonso,
incluso Candela, están recuperando parte del protagonismo que se había ido
desvaneciendo con el paso de los meses.
Principalmente Rosario, la madre
coraje, la mujer que siempre ha estado ahí en la sombra, pero que ha sido
determinante para muchas vidas. La que a pesar de les reveses que el destino le
ha infringido, ha sabido sacar fuerzas de flaqueza para ser el referente de su
familia. La que abandonó todo para cuidar de un hombre desvalido y desnortado, Tristán,
que un día fue su chiquillo, y que en su dolor se hubiese dejado morir de no ser
por ella. Y que es ahora la que pone sensatez y fortaleza cuando otro
hombre, que también fue su chiquillo, vuelve a incurrir en parecida búsqueda desesperada
de lo que parece una quimera. Primero el padre y después el hijo la han puesto
a prueba, pero el amor de Rosario por sus niños, los de verdad y los que ha “adoptado”,
puede con todo.
También están Emilia y Alfonso,
que al fin han recuperado su lugar junto a su hija y que ejercen de padres, tal
como tenía que haber sido siempre. En especial Alfonso, un hombre al que se le
negó este derecho cuando hubiese podido disfrutar de la paternidad. Un hombre
cabal como pocos, generoso y buena persona, que cuando la vida parecía sonreírle
y se le abría la posibilidad de disfrutar de los años perdidos junto a su hija,
se ha encontrado de pronto con la fatalidad por partida doble. Pero dotado de
una enorme fortaleza con la que sabrá hacerle frente a todo ello, del brazo de una mujer igual de fuerte y con
los pies bien asentados.
Por último, está Candela, un personaje
que sin Tristán parecía condenada a ser un simple adorno en la casa. Pero que
ha llegado a ser alguien muy cercano a todos, especialmente a los dos hijos de éste,
a los que ha llegado a querer como suyos y así lo ha demostrado en numerosas
ocasiones. Y que, en vista de las veladas insinuaciones de los últimos días y de la carta misteriosa que la ha acongojado, puede ser la protagonista y el desencadenante de algo decisivo para futuras tramas. Aunque
esto ya es entrar en el terreno de las conjeturas, algo que suele fallar casi
siempre, porque las más de las veces se suelen confundir con los deseos.
Cierto que podría incluir en esta
relación también a Raimundo. Como casi todos los personajes también ha tenido
su “momento de gloria” estos días, aunque su presencia ha sido menos visible. Aun así siempre está ahí para todos. Para
su hija y yerno, para sus nietos y para esta niña que ha desaparecido y que le había
vuelto a rejuvenecer. Y también para los Buendía, una pareja de hermanos
tocados también por el infortunio.
Que bonito escribes, que respetuosa eres y como me gustas leerte. Gracias por tomarte el trabajo. Eres "oro molido". Yolanda
ResponderEliminarMi agradecimiento más sincero por lo que dices.
EliminarSiempre intento ser lo más objetiva posible y con respecto al trabajo, para mi escribir es ante todo un enorme placer que me encanta compartir.
Un abrazo