Desde hace unas semanas, asistimos
a una nueva y sorprendente forma de relacionarse entre Mauricio y Mariana.
Evidentemente que no tiene nada que ver con el romanticismo, ni siquiera esto
es algo que vaya a existir jamás, pero sus conversaciones han perdido mucho de
su tono agrio y últimamente hasta los hemos podido ver en alguna ocasión en
plan jocoso. Incluso llegando a establecerse entre ellos una
cierta corriente de complicidad, aunque no vaya más allá de intereses comunes. También es verdad
que nunca serán amigos, porque no creo que sea fácil para Mariana olvidar los
desmanes que el capataz cometió en el pasado, muchos de ellos dirigidos a su
familia. Esto es un lastre para toda la vida, aunque Mauricio pueda llegar a alegar
que lo ha hecho cumpliendo órdenes. Ya que si algo no se le puede negar es que hasta
ahora ha sido fiel a Francisca, con todas las consecuencias que ello acarrea. Aunque
algunas sean reprochables y, por descontado, injustificables.
¿Qué ha sucedido para que haya cambiado
la situación?
Aparentemente nada que provoque
que tengan que relacionarse más que lo justo o más de lo que ya lo hacían. Lo que creo que ha cambiado es la actitud
de Mauricio
Lo primero y más evidente es que cada vez con más frecuencia se cuestiona visiblemente algunas actitudes de su ama, especialmente cuando éstas van en
perjuicio de personas a las que él guarda gratitud, o porque él sienta que se
está cometiendo una injusticia. También es cierto que hasta ahora ello no lo
había frenado a la hora de ejecutar ciegamente las órdenes de la doña, pero cada
vez más da la sensación que lo hace simplemente porque es su trabajo y no porque encuentre satisfacción en ello.
Pero lo que pienso que realmente
ha cambiado es que ha surgido alguien que andaba agazapado tras la fachada de hombre
rudo y despiadado. Parece que su corazón no estaba del todo muerto y que aún es
posible despertar sentimientos en él. Siendo ahora el de lástima e
instinto de protección por la mujer a la que ha servido lealmente durante años
y que se encuentra sola (aunque sea porque así lo ha querido ella misma),
pero también porque la sospecha a merced de desaprensivos como el primo
Fulgencio.
Después de todo, Mauricio no es
tan zoquete como la doña pretende hacer creer y tiene más visión de las cosas
de la que ésta podría esperar.
Y es precisamente todo esto lo
que ha llevado a que Mariana y Mauricio interactúen mucho más. Bueno, no me
olvido de Fe, que es la tercera en discordia. Uno por sonsacarla y la otra para prevenirla de ello.
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