23 de abril de 2014

Mentes perversas

Me imagino que como en otras cosas de la vida, también entre los malos se pueden establecer categorías. De hecho en PV se visualizan varias de bien marcadas: los malos que lo son por vocación como la doña, los que buscan venganza o algo parecido como Fulgencio, y los que uniendo todo lo anterior, además están locos, siendo quizás éstos últimos los más peligrosos. Al fin y al cabo los del primer y segundo grupo suelen tener un plan y paciencia para ejecutarlo, amén de una mente más o menos lúcida que les ayuda a no dar pasos en falso y siempre contando con una meta marcada, mientras que los otros, aun disponiendo también de un plan y un objetivo, actúan a impulsos de un juicio disperso y sólo para satisfacer sus bajos instintos.
Bueno, quizás haya otra categoría. Los que como Lesmes, sin ser malos propiamente, son abducidos por una mente desequilibrada que los maneja a voluntad y los convierte en una herramienta para satisfacer sus fines. En realidad no es un caso aislado, ya que solo hay que recurrir a las hemerotecas para encontrar montones de noticias de la vida real sobre comunidades o lugares, donde un sólo líder controla la voluntad (y muchas veces el bolsillo) de un montón de personas. Aún así cuesta creer que un hombre grande como un armario sea susceptible de ser controlado por una jovencita, eso sí, loca de atar. 
Considero muy difícil para alguien profano, como es mi caso, conjeturar por qué llega a ser posible una situación de este tipo, por mucho que Jacinta diga que conoce el pasado del médico y parezca que le chantajea con ello. No creo que a éste le fuera muy difícil revertir la situación y deshacerse de ella, aunque ahora ya ha llegado demasiado lejos, después de cargarse a los ingenieros. Algo de lo que, por cierto, por mucho que lo intento no consigo encontrar un motivo razonable. Y ya puesta, otra pregunta sin respuesta todavía, aunque quizás también ésta pase a engrosar las que han ido al limbo y jamás han sido resueltas. Jacinta le ha dicho a Lesmes que le encontró en el manicomio solo y atenazado con un pasado oscuro. Hemos visto como éste entra y sale a voluntad de la institución, por lo tanto no estaba encerrado como paciente. Pero además no puede estar solo porque ¿quién le ha pagado la carrera de medicina? Porque es evidente que entiende del tema. 
En cuanto al amor, no creo que exista nada parecido por parte de ninguno de los dos, y más bien se podría encuadrar en términos de lujuria. Sin comentarios....... 
Lo siento, soy de natural quisquillosa con estos detalles y a veces olvido que es una novela y que en éstas las licencias están permitidas. Pero no puedo evitar buscarle cinco pies al gato. 

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