18 de abril de 2014

La fidelidad impagada



Es algo que a primera vista parecía impensable hasta ahora. Jamás había colocado a Mauricio en el bando de las víctimas, pero después de ver el encontronazo con Fulgencio me ha sobrevenido la posibilidad de que la fidelidad del capataz hacia Francisca le pueda pasar factura. Sabemos que el doctor no gasta demasiados escrúpulos y que además tiene oscuros intereses para acercarse a Francisca. Intereses que, por cierto, aún no se vislumbran, aparte del hecho de los ya consabidos problemas económicos que es cierto que podrían ser un motivo suficiente. Pero pienso que Fulgencio lo que desea realmente es acabar con su prima, ya sea físicamente o arruinándola.
Y por lo que parece Francisca se lo va a poner fácil. O al menos esto es lo que se puede deducir de una actitud cuando menos inexplicable. Porque no creo que se le pueda atribuir que la edad le está pasado factura y por ello está chocheando. Aunque, por cierto, una simple (aunque quizás no tanto) criada como Fe, es capaz de manipularla a su antojo. Tampoco creo que se haya ablandado con los años, porque ha dado muestras más que sobradas de su inflexibilidad en el tema de María, la única persona que se puede decir que la ha querido de verdad y por la que aún deja asomar un cariño que, por otra parte, no le impide mantenerse alejada de ella y sin dar su brazo a torcer. Un cariño cuando menos peculiar, que sólo admite sumisión.
Y sumisión es lo que le pide también a Mauricio, un hombre al que no duda en insultar, amenazar y humillar en público, aunque después admita que es el mejor. Pero al que evidentemente no está dispuesta a dar la razón en el tema de Fulgencio.
El porqué, difícil de deducir. 
Supongo que debe tener mucho que ver con su actual situación de soledad, que no es que no se lo merezca, ya que es lo que ella ha provocado con su actitud y desapego hacia su verdadera familia. También puede tener que ver con la gratitud hacia Fulgencio, aunque esto también tiene contestación ya que con otras personas no ha adoptado la misma actitud. Tampoco creo que de repente le haya entrado sentido de familia, ya que no ha tenido contacto con estos primos en años. Quizás sienta verdadera lástima por Bernarda,  en la que se ve reflejada  y a la que no desea la misma suerte que corrió ella en su matrimonio. Lo que no cuadra en absoluto es que no sienta interés aparente en ir más allá de lo que le cuenta su primo y que crea a pies juntillas sus explicaciones. No es su manera de obrar y, o sabe más de lo que hace creer, o no quiere saber.
Aunque me temo que despreciando las indagaciones de Mauricio, queda patente otra cosa. El corporativismo de los ricos, que debido a un patético código de honor, se protegen entre ellos y no dudan en humillar a los que consideran inferiores. De ahí la despreciable suficiencia de Fulgencio, que no ha parecido dudar ni un momento de la respuesta que el capataz iba recibir de su ama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario