29 de abril de 2014

El abominable Fernando

No me sorprende en absoluto que Esperanza llore. Pero no porque el maldito Fernando la esté torturando, cosa que es evidente que sucede sólo en la ficción, sinó porque creo que yo también lo haría si tuviera al abominable hombre de las nieves a medio palmo de la nariz.
He de decir que esta trama me tiene absolutamente desconcertada y que tendrán que hilar muy fino para que me resulte creíble que Candela se deje someter a chantaje, con algún motivo que sea más justificado que la amenaza de hacer daño a la pequeña o a su familia. Creo que en este punto hay montones de incongruencias que hacen que de ser ésta la explicación, sea de todo menos razonable. Porque Candela ha tenido multitud de ocasiones de escapar con la pequeña y avisar a las autoridades o a la familia. O aún en el caso de que no pueda apartarse mucho de la confitería, hay otras maneras como deslizar una nota en la bolsa del pan o dejar entrever algo. (Estoy segura que de ser posible, las/os foreras/os le podríamos ofrecer un montón de opciones para librarse de esta situación).
Pero no sólo esto, si no también cuesta aceptar que además la mujer se conduzca de la manera más borde posible con todo el mundo, con la evidente intención de alejarlos y no tener que dar explicaciones sobre su comportamiento. Aunque en este caso parece que todos han optado por aceptarlo sin más, a pesar de que esta manera de proceder no se corresponda con la mujer a la que conocen. Es posible que la gente cambie, aunque  no tanto ni tan rápido. Y además sin motivo aparente, sólo una supuesta depresión que por otra parte no le impide trabajar y cuidar del pequeño.
Por cierto y hablando de aceptar sin más. Puede hacerse con las explicaciones, pero se oía bien alto y claro que Candela no estaba sola en su piso y que la voz era de un hombre. La afirmación de que se trataba del vecino no se coge ni con pinzas, y espero que al menos en el caso de Conrado no haya caído en saco roto. Aunque para ello tengan que pasar tropecientos capítulos .
Entiendo que el personaje de Candela estaba faltado de protagonismo, pero me parece que han optado por el peor de los posibles. Cierto que es un cambio de registro total, aunque solo para la ficción, porque las/os espectadores sabemos que es solo comedia y que su sufrimiento es parejo al de las personas a las que quiere y que padecen por un motivo innecesario.
De todas maneras, Esperanza está mejor con Candela que en otro sitio, exceptuando claro está, con sus padres . Y, estoy segura que dado el caso, la mujer sería incluso capaz de poner su vida en peligro para salvar la de la pequeña.    

4 comentarios:

  1. Pobre Esperanza. qué terrible escena

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  2. Jajaja, me encanta eso del "abominable Fernando". Estoy contenta con que le den a Candela más protagonismo, que desde lo de Tristán estaba más bien de sujeta velas, pero como dices, no sé yo si va a ser peor el remedio que la enfermedad, mucha gente no va a entender la forma de actuar de esta mujer, porque no se sustenta, anda que no ha tenido oportunidades de escapar o dar la voz de alarma (la idea de la nota en la cesta de pan es genial), pero a los guionistas no les importa mucho hacer inverosímil un personaje, lo hacen con todos tarde o temprano y ya le tocaba a Candela. Bueno, me encanta tu blog y cómo escribes, ha sido todo un descubrimiento. Un saludo.

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    1. Muchas gracias por el comentario y por tus palabras. Un beso

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