12 de abril de 2014

Una extraña pareja. Que no es tal

Desde hace unas semanas, asistimos a una nueva y sorprendente forma de relacionarse entre Mauricio y Mariana. Evidentemente que no tiene nada que ver con el romanticismo, ni siquiera esto es algo que vaya a existir jamás, pero sus conversaciones han perdido mucho de su tono agrio y últimamente hasta los hemos podido ver en alguna ocasión en plan jocoso. Incluso llegando a establecerse entre ellos una cierta corriente de complicidad, aunque no vaya más allá de intereses comunes. También es verdad que nunca serán amigos, porque no creo que sea fácil para Mariana olvidar los desmanes que el capataz cometió en el pasado, muchos de ellos dirigidos a su familia. Esto es un lastre para toda la vida, aunque Mauricio pueda llegar a alegar que lo ha hecho cumpliendo órdenes. Ya que si algo no se le puede negar es que hasta ahora ha sido fiel a Francisca, con todas las consecuencias que ello acarrea. Aunque algunas sean reprochables y, por descontado, injustificables.
¿Qué ha sucedido para que haya cambiado la situación?
Aparentemente nada que provoque que tengan que relacionarse más que lo justo o más de lo que ya lo hacían. Lo que creo que ha cambiado es la actitud de Mauricio
Lo primero y más evidente es que cada vez con más frecuencia se cuestiona visiblemente algunas actitudes de su ama, especialmente cuando éstas van en perjuicio de personas a las que él guarda gratitud, o porque él sienta que se está cometiendo una injusticia. También es cierto que hasta ahora ello no lo había frenado a la hora de ejecutar ciegamente las órdenes de la doña, pero cada vez más da la sensación que lo hace simplemente porque es su trabajo y no porque encuentre satisfacción en ello.
Pero lo que pienso que realmente ha cambiado es que ha surgido alguien que andaba agazapado tras la fachada de hombre rudo y despiadado. Parece que su corazón no estaba del todo muerto y que aún es posible despertar sentimientos en él. Siendo ahora el de lástima e instinto de protección por la mujer a la que ha servido lealmente durante años y que se encuentra sola (aunque sea porque así lo ha querido ella misma), pero también porque la sospecha a merced de desaprensivos como el primo Fulgencio.
Después de todo, Mauricio no es tan zoquete como la doña pretende hacer creer y tiene más visión de las cosas de la que ésta podría esperar.
Y es precisamente todo esto lo que ha llevado a que Mariana y Mauricio interactúen mucho más. Bueno, no me olvido de Fe, que es la tercera en discordia. Uno por sonsacarla y la otra para prevenirla de ello.

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