La casa de Mariana y Nicolás puede
haber mudado de aspecto y parecer un verdadero hogar, cálido y acogedor, pero por
lo que respecta a sus habitantes parece que la sentencia de la doña de que el
pasado siempre vuelve (¿no será que ella ha ayudado a que sea así?) se ha hecho
realidad. Al menos para la chica, aunque de hecho parece que para Nicolás también
hay algo de ello. Porque ¿qué ha pasado después de recibir la carta de su
madre?
Pero volviendo a Mariana.
Como ha llegado la foto a estar
entre las pertenencias de Nicolás es un misterio que supongo un día llegaremos
a descubrir, pero el caso es que la misteriosa mujer de la foto parece que le ha
provocado una enorme zozobra, por motivos que también supongo que no tardaremos
en saber. Aunque si ayer mismo escribía que parecía que la confianza se había
instalado entre las parejas, hoy tengo que dar marcha atrás porque parece que Mariana
no está muy por la labor de hacer partícipe a su marido de lo que la tiene en
un sin vivir, lo mismo que éste al respecto de lo de su familia.
De todas maneras y aún sin saber cuál
es la relación con la mujer del retrato, estoy convencida de que el tema no es tan
escabroso como lo presentan, que Mariana no es ninguna asesina en el sentido
literal. Aunque puede que lo haya sido por omisión, y esto casi es lo mismo.
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