27 de julio de 2014

Liberadas del yugo

Es algo que considero que ha quedado en evidencia. Las personas que han conseguido liberarse de la influencia o del yugo de Francisca, no solo consiguen recuperar su vida sinó también la capacidad para tomar decisiones sobre su futuro. Aunque también es cierto que si este romper las ataduras se ha hecho de manera abrupta y sin contar con el beneplácito de la doña, siempre va a estar condicionado por el temor a las represalias de ésta. Pero creo que todos han aprendido a temerla y a estar prevenidos, aunque sin dejar que ello les impida hacer lo que desean o lo que el corazón les dicta.
Rosario y Emilia lo hicieron en el pasado y consiguieron salir sin grandes daños. Tristán también lo hizo, aunque en su caso sí que sufrió el rencor de su madre y el sufrimiento que esta le procuró (aunque Francisca pretenda hacer creer que alguna vez le quiso) Ahora han sido María y Mariana las que han dejado atrás La Casona para iniciar una nueva vida, en pos de la felicidad.
Y ambas ahora son realmente felices. Tienen unos esposos fantásticos, su propia vida y familia, y un futuro que se adivina esperanzador.
María ha cambiado totalmente. La chiquilla mimada y caprichosa que se enamoró de un chico que iba para sacerdote, forjando con él una historia de amor sin parangón que ha culminado con su unión para siempre, se ha convertido en una mujer madura, lúcida y comprometida, además de amante esposa y madre. Y que ahora es la voz de la razón, la que finalmente se ha alineado en el bando de los que durante años han intentado hacerle ver quien era la mujer que la acogía y manipulaba su voluntad para su conseguir sus propósitos. En definitiva la que ha dejado de justificar unos actos injustificables, para pasar al otro lado, el de prevenir sobre ello. Porque quizás sea ahora cuando finalmente es consciente de lo que es realmente capaz su madrina y de que los actos de ésta no tienen otro fin que satisfacer su propio egoísmo, nunca el bien ajeno.
El caso de Mariana tampoco es tan distinto. También ha dejado a la doña por la llamada del amor, aunque lo cierto es que también se han de añadir otros factores, entre ellos el hastío de servir a una tirana. De hecho ya nada la ataba a La Casona más que la seguridad económica y ahora, en su nueva situación parece que va camino de conseguir esto y además de manera notable. Porque se ha demostrado su enorme capacidad para saber vencer las dificultades, su tesón y esfuerzo para salir adelante y su capacidad de emprendimiento, unido a la enorme confianza en Nicolás y en sus capacidades artísticas. Pero ante todo el amor que le profesa y que es correspondido en la misma medida. En verdad que hacen una pareja preciosa, con una química fantástica.
Ahora solo falta que la doña les permita vivir en paz. 

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