Es algo que considero que ha quedado en evidencia. Las
personas que han conseguido liberarse de la influencia o del yugo de Francisca,
no solo consiguen recuperar su vida sinó también la capacidad para tomar
decisiones sobre su futuro. Aunque también es cierto que si este romper las
ataduras se ha hecho de manera abrupta y sin contar con el beneplácito de la
doña, siempre va a estar condicionado por el temor a las represalias de ésta. Pero
creo que todos han aprendido a temerla y a estar prevenidos, aunque sin dejar
que ello les impida hacer lo que desean o lo que el corazón les dicta.
Rosario y Emilia lo hicieron en
el pasado y consiguieron salir sin grandes daños. Tristán también lo hizo, aunque
en su caso sí que sufrió el rencor de su madre y el sufrimiento que esta le
procuró (aunque Francisca pretenda hacer creer que alguna vez le quiso) Ahora
han sido María y Mariana las que han dejado atrás La Casona para iniciar una
nueva vida, en pos de la felicidad.
Y ambas ahora son realmente
felices. Tienen unos esposos fantásticos, su propia vida y familia, y un futuro
que se adivina esperanzador.
María ha cambiado totalmente. La chiquilla mimada y caprichosa que se enamoró de un chico que iba para sacerdote, forjando con él una historia de amor sin parangón que ha culminado con su unión para siempre, se ha convertido en una mujer madura, lúcida y comprometida, además de amante esposa y madre. Y que ahora es la voz de la razón, la que finalmente se ha alineado en el bando de los que durante años han intentado hacerle ver quien era la mujer que la acogía y manipulaba su voluntad para su conseguir sus propósitos. En definitiva la que ha dejado de justificar unos actos injustificables, para pasar al otro lado, el de prevenir sobre ello. Porque quizás sea ahora cuando finalmente es consciente de lo que es realmente capaz su madrina y de que los actos de ésta no tienen otro fin que satisfacer su propio egoísmo, nunca el bien ajeno.
María ha cambiado totalmente. La chiquilla mimada y caprichosa que se enamoró de un chico que iba para sacerdote, forjando con él una historia de amor sin parangón que ha culminado con su unión para siempre, se ha convertido en una mujer madura, lúcida y comprometida, además de amante esposa y madre. Y que ahora es la voz de la razón, la que finalmente se ha alineado en el bando de los que durante años han intentado hacerle ver quien era la mujer que la acogía y manipulaba su voluntad para su conseguir sus propósitos. En definitiva la que ha dejado de justificar unos actos injustificables, para pasar al otro lado, el de prevenir sobre ello. Porque quizás sea ahora cuando finalmente es consciente de lo que es realmente capaz su madrina y de que los actos de ésta no tienen otro fin que satisfacer su propio egoísmo, nunca el bien ajeno.
El caso de Mariana tampoco es tan
distinto. También ha dejado a la doña por la llamada del amor, aunque lo cierto
es que también se han de añadir otros factores, entre ellos el hastío de servir
a una tirana. De hecho ya nada la ataba a La Casona más que la seguridad económica
y ahora, en su nueva situación parece que va camino de conseguir esto y además de
manera notable. Porque se ha demostrado su enorme capacidad para saber vencer
las dificultades, su tesón y esfuerzo para salir adelante y su capacidad de
emprendimiento, unido a la enorme confianza en Nicolás y en sus capacidades artísticas.
Pero ante todo el amor que le profesa y que es correspondido en la misma
medida. En verdad que hacen una pareja preciosa, con una química fantástica.
Ahora solo falta que la doña les
permita vivir en paz.
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