29 de julio de 2014

Apelando a la conciencia

Si no supiera que sus intenciones no tienen nada que ver con un interés real de hacer algo para el bien del joven, casi alabaría la intención de Bernarda de hacer entrar en razón a Bosco. En realidad lo que le ha intentado inculcar es bueno y llevaría a éste por el buen camino, de no interferirse en el joven otros sentimientos que son aún más fuertes: el agradecimiento y la fidelidad a Francisca.
Pero creo que Bernarda conoce muy bien a Bosco. Sabe leer en el interior de éste y ver que tiene conciencia, que según qué cosas le provocan un debate interno que éste no es capaz de ignorar. Y es evidente que la intención de la mujer es utilizar esto para socavar la moral del chico y conseguir sus propósitos, que no son otros que enfrentarlo con la doña.
También es cierto que Francisca ha visto que Bosco no es absolutamente indiferente a su entorno y que según qué cosas le hacen cuestionarse lo que le pide, pero también sabe muy bien que es lo que ha de utilizar para manipularle y conseguir convertirle en una herramienta arrojadiza contra los que considera sus enemigos. Término por otra parte un poco relativo, porque enemigo es para ella todo el que no acepta sus deseos y además no le rinde pleitesía. Es decir, casi todo el mundo. 
Bosco, de momento, cumple con sus expectativas. Incluso pienso que el cariño que le demuestra es sincero y además correspondido, aunque este sentimiento en ella tiene connotaciones diferentes a las de la mayoría. Es egoísta, pensando sólo en tener cerca a alguien para darle su cariño, algo por otra parte difícil de creer que pueda albergar una mujer con el corazón de piedra, pero que únicamente se trata en el fondo de perpetuar un legado no sólo material. Y lo está haciendo, dejando creer a Bosco que todo es fruto del destino y que su elección es libre.
Pero aun así, y con el corazón en la mano, creo que es difícil recriminar a éste que se sienta a gusto con su nueva vida y que no desee cambiarla por la anterior. Pienso que nadie rechazaría vivir mejor de lo que lo hace y, en este caso, Bosco no es la excepción. Otra cosa es que además venda su alma por ello. También es cierto que es muy joven y hasta cierto punto inocente, aunque no hasta el extremo de no saber discernir lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, de momento, parece que el lado oscuro está ganando la partida.
El día que ello cambie y Bosco la contraríe o haga algo en contra de su voluntad (que estoy convencida va a pasar) Francisca va a hacer lo que ha hecho con sus hijos y sus otros nietos. Repudiarle. Porque nadie la contradice sin pagar por ello.

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