Una relación que se rompe

Ante todo debo disculparme, porque soy consciente que mis escritos ha adquirido un tono critico que no me gusta utilizar. Pero últimamente cuando me pongo al teclado mis impresiones siempre acaban por estos derroteros.   

Hace días que estoy intentado encontrar las palabras para escribir sobre Conrado y Aurora, pero no lo consigo. Y es porque creo que antes debería entender que es lo que pretenden los guionistas y por qué esta historia se ha roto cuando casi ni siquiera había empezado a andar. Una historia que sé que en algún momento se va reemprender, aunque reconozco que no me apetece en absoluto volver a engancharme a una trama que puede requerir, como las anteriores historias de amor de la serie, varios cientos de capítulos de sufrimientos que nunca parecen tener fin.

Ante todo debo decir que coincido con uno de los comentarios dejados en este blog, que decía que a veces da la impresión que quienes idean los guiones lo hacen de manera apresurada, apremiados por la presión de tener que escribir varios capítulos cada semana. Y añado a esta opinión mi impresión de que ello les puede llevar a no tener tiempo de profundizar en algunos temas, que son tratados sin desarrollar demasiado. Es sólo mi opinión, pero creo que así ha sucedido con Conrado y Aurora, una pareja en la que considero se han centrado en poner énfasis en aspectos de la personalidad de ella y relegándole a él a ser poco más que un comparsa, con lo que la relación entre ambos parece estar en segundo plano. De hecho me cuesta recordar una sola de sus escenas románticas que haya durado lo suficiente para conseguir emocionarme. Creo que sólo las de la prisión se acercaron a ello.

También es posible que de manera instintiva esté buscando comparaciones con las otras parejas y ello sea un error, porque ninguna es igual. De hecho Conrado y Aurora tienen una particularidad que los hace distintos, como es la madurez de él frente a la inexperiencia de ella. Pero el amor siempre es el sentimiento que une a todos, y esto no es diferente ni entiende de edades.

E intento meterme en la piel de los personajes y de lo que pueden sentir ahora, pero me es igual de complicado, igual que lo de no dejarme llevar por el impulso de juzgarlos apresuradamente.

Lo que no acabo de entender cómo es que al primer obstáculo se rinden tan fácilmente, sin apenas luchar. Aceptando el destino con abnegación y sacrificio, Aurora haciéndose a un lado y Conrado poniendo en primer lugar lo que considera su deber. Lo peor es que el que aparece como principal culpable de todo es el niño, cuando esto no es así.

Lo que sí puedo entender es que Conrado se debata entre el querer y el deber. Y que además sienta curiosidad y amor de padre por este supuesto hijo que ha entrado en su vida inesperadamente y del que se ha perdido parte de su infancia, como también que no pueda dejarlo de lado para vivir su amor con Aurora. Algo que, aparte de ser impensable en él, denotaría un egoísmo que está muy lejos de su manera de ser. Otra cosa son los sentimientos que le inspira Alicia. No creo que quede nada que pueda parecerse al cariño, pero es evidente que los lazos que los unieron en el pasado no se pueden olvidar fácilmente, más si fueron tan fuertes como pretenden. Sin olvidar algo tan importante como su supuesto hijo en común.

Otra cosa es su posible ingenuidad que le hace aceptar las cosas sin cuestionarlas, como su paternidad o las intenciones de Alicia, además de la manera que tiene de llevar este tema. No se puede ignorar lo que hay, esperando que el tiempo lo solucione. Es posible que sea así, pero creo que hay que coger el toro por los cuernos si quiere que ello llegue a suceder. Eso sí, admito que me gusta verlo ejercer su papel de padre, jugar con su hijo y que éste empiece a aceptarle.

Y puedo entender a Aurora que se sienta desfallecer, por lo que parece una franca desventaja en esta situación, además de no poder conseguir tender puentes con David. Pero es evidente la importancia que para Conrado tiene su hijo, y aún a pesar de que éste haya dicho que si era necesario renunciaría a él, en el fondo sabe que esto no va a suceder.

Por lo que es claro que Alicia tiene todos los ases. Por ahora.

Y que Aurora se enfrenta al primer desengaño amoroso de su vida.