Sentimientos a flor de piel

No quiero caer en el tópico de decir que los hombres son menos sensibles que las mujeres. Primero porque no se puede generalizar, y segundo porque es algo sin base. Este sentimiento es inherente a las personas, sin que el género suponga un requisito.

Y podría decir que Conrado a veces parece que peca de falta de ello con respecto a Aurora, pero tampoco es del todo cierto. Quizás sea exactamente lo contrario y suceda que en este momento es cuando a éste le sea más fácil percibir el estado de ánimo de las personas involucradas en la situación, aunque también es verdad que al mismo tiempo le puede provocar desazón al no saber administrarlo o encontrar la medida justa al problema. Porque lo que sí es evidente es que el orden de sus prioridades ha sufrido un vuelco, y que el amor y el deber ahora se disputan el primer puesto. Además que hay un montón de sentimientos en juego, y que de no actuar correctamente valorando todos los pasos, alguien o varios pueden salir dañados.

Hay otra cosa que conlleva la sensibilidad (que no tiene nada que ver con la sensiblería) y es que no es compatible con la indiferencia. Conrado no puede, ni seguramente quiere ignorar el nuevo papel que la vida le ha puesto enfrente: el de padre. Por ello puedo entender que busque por todos los medios el encontrar una solución que le permita ejercer este papel, al mismo tiempo que estar con la mujer a la que ama. El problema es cuando existen sentimientos antagónicos entre las dos partes, el hijo o la amada, y uno/a se ve en la encrucijada de tener que tomar partido. De hecho, ahora mismo la situación es realmente incomoda, cuando parece que la tercera en discordia sea Aurora y no Alicia.

Y es evidente que quien va a salir perdiendo va a ser la primera y, en cierta manera, también Conrado. Porque estoy convencida que de tener que hacer uso de lo anterior, éste va a optar por el deber. Aunque ello le suponga sangrar por dentro y renunciar a la felicidad.