3 de julio de 2014

Una chismosa sin remedio

Lo admito. Cada vez me es más difícil digerir el personaje de Dolores.
Y no es sólo porque le haga el juego a Alicia, sinó porque su actitud cada día que pasa es más insoportable, y además deja en evidencia al tipo de persona que realmente es, y que no me gusta para nada. Alguien que si bien deja ver ocasionales brotes de humanidad, al minuto siguiente consigue estropear esta visión con su peor faceta: la de meterse, de manera atropellada y sin escrúpulos, en la vida de los demás. Una manera de actuar que además de provocarle dependencia y angustia, parece suplir también alguna carencia o carencias, no diría afectivas sinó de otro tipo, que supongo tienen mucho que ver con sus deseos indisimulados de notoriedad.
Estoy segura que todas/os conocemos a alguien a quien aplicar el calificativo de chismosa/o, especialmente los que como yo misma vivimos en un pueblo pequeño, donde estás más expuesta a la mirada de la gente. Pero hay una delgada línea roja que no hay que traspasar y es la vida privada de las personas. Algo sagrado, así como también lo es la confianza depositada en alguien, un tema que Dolores se pasa por el forro olvidando al instante la palabra dada, cuando su único y miserable objetivo es averiguar cosas que no le conciernen y después compartirlo con quien quiera escucharla y le siga la corriente. Y todo ello sin tener en cuenta el daño moral y las consecuencias que puede ocasionar con ello, sin olvidar además la tendencia a magnificar los hechos para hacerlos más apetecibles al oído del interlocutor.
Patético!!.
Porque además ni siquiera es capaz de admitirlo, ni sentirse nada concernida cuando unos y otros le espetan a la cara el apelativo de chismosa y metomentodo. Hoy ha sido María quien le ha puesto las peras al cuarto, pero ni aun así.
Ya no digo, y en ello tendría que añadir a Pedro aunque la instigadora haya sido ella, el tema de hacerse con unas tierras que no les pertenecen, aprovechándose del cargo que ostenta éste. Pero tampoco para esto ninguno de los dos tiene el más mínimo remordimiento, a pesar de que su propio hijo se lo haya echado en cara. 

2 comentarios:

  1. Querida Anna,
    Como bien te he dicho muchas veces, gracias por abordar todas las tramas con un cierto rigor y una cierta objetividad.
    En este caso, no puedo estar más de acuerdo contigo. Dolores siempre me ha provocado cierta repulsa. No es mala, lo sé, tiene gestos de humanidad y creo sinceramente que no tiene un mal fondo, pero su falta de escrúpulos es exasperante. Tal vez soy yo, que considero la privacidad personal una libertad individual a respetar obligatoriamente, pero no puedo con ese rasgo de su personalidad que tanto rige en su vida. Más que una cotilla al uso, una "vieja del visillo", y el retrato de todas las señoras chismosas amantes del comadreo, sus ganas de enterarse de todo lo que acontece creyéndose con el derecho a ello por ser la "Alcaldesa", me parece como poco reprochable. Este último gesto de entrometimiento ha supuesto un daño importante en una historia de una pareja con la que supuestamente simpatiza, y personalmente a una chica a la que ha visto crecer y a la que aprecia.
    He aplaudido como la que más las palabras que le ha dedicado María, otra de las personas que ya sufrieron en sus carnes las ansias de Dolores por enterarse de todo, pero diría que esas palabras las tendría que haberlas dirigido la principal víctima de su lengua, Aurora. No le reprocho que se quedara sin saber que decir, sobre todo porque además de propagar todo, tiene la desfachatez de comentar a viva voz la noticia y además hacer juicios de valor.
    Desde mi papel de espectadora, estoy deseosa de que ella en sus carnes sienta el desprecio de sus vecinos. Espero ansiosamente que se descubra cómo sin remordimiento alguno ella y su marido roban y actúan por conveniencia económica. Espero que se sienta señalada y comprenda verdaderamente el daño que hace con sus comentarios maliciosos, tal y como le dijo María.

    Saludos.
    Alejandra.

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    1. Completamente de acuerdo contigo, querida Alejandra.
      Especialmente en el último párrafo. Yo también estoy ansiosa de que alguien les ponga en evidencia. No puedo simpatizar con personas que roban a sus vecinos descaradamente aprovechándose de su cargo.
      Y también espero como tú, que Dolores pruebe de su propia medicina
      Un abrazo

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