17 de julio de 2014

Contando las horas

Quizás la doña piense que buscando la manera de impedir la boda de Martín y María va a conseguir ganar la partida, pero creo que no se ha dado cuenta de algo crucial.
Martín y María ya están unidos para siempre, no sólo por un amor que traspasa fronteras, sinó también por su hija. Ya son una familia, por lo que el trámite del matrimonio sólo es algo de cara a la galería, para legalizar una situación ante la sociedad. Más cuando se trata de una pareja que es evidente que no han de consumar nada, y teniendo en cuenta que Esperanza está ahí como la prueba más patente de que ello ya ha sucedido.  
Aunque por descontado no le voy a restar importancia a este tema, y sin perder de vista que se trataba de una época en la que vivir amancebados era poco menos que impensable. Especialmente cuando el protagonista era el señor de una hacienda importante, y estaba expuesto a una mayor presión en temas de moral. Por aquello de dar ejemplo.
Pero si hay algo en lo que Francisca está influyendo. Ver a Martín preocupado no por los nervios de la boda sinó por el temor de que la doña haga algo, ya es demasiado para el cuerpo. De verdad que ya empieza a ser agotador que el deporte favorito de Francisca sea amargarles la vida a sus nietos, y ahora también a María.  
Como también ha sido realmente vergonzante la escena de la plaza, montando un espectáculo en el que encima Aurora y Martín han caído como pardillos.
Al respecto de esta escena, he de añadir que me ha parecido, además de lo que he dicho anteriormente de penosa y ridícula, resuelta de manera poco hábil por parte de María Bouzas. Creo que ha exagerado tanto el papel, que ha conseguido caer incluso en el histrionismo, tanto por lo que se refiere al personaje como a la misma actriz. Aunque por supuesto, esto es sólo mi opinión y probablemente habrá quien piense de manera diametralmente opuesta, cosa que por descontado respeto.
Creo que me estoy repitiendo, pero ya no puedo más con este personaje. Solo espero que más pronto que tarde empiece a pagar por sus fechorías. Y es posible que vaya camino de que esto salga de su propia casa. Con Bernarda humillada constantemente, y Mauricio con la mosca tras la oreja. Sin contar que puede que algún día le salga también el tiro por la culata con Bosco, sólo con que éste la pille en algún renuncio.
Porque no se puede alimentar a la bestia, sin correr el peligro de que un día llegue a morder la mano que le da de comer.  

1 comentario:

  1. La escena me pareció bien defendida al principio por los tres hermanos hasta que llegó Francisca, su aparición ya fue ridícula desde la ventana y siguió fatal defendida por parte Maria Bouzas. En otra ocasión ya lo comenté y ahora me ratifico, Francisca/María Bouzas en las escenas de mala las borda de tanto que lo ha practicado, pero en las escenas en las que ha de dar otra versión del personaje, las sobreactúa y le quedan fatal. Lo que no entiendo es que los responsables dieran la escena como buena, cuando pareció una caricatura. Como siempre, es mi impresión personal.
    También estoy harta de este personaje, resulta demasiado increíble tanta maldad de una abuela hacia sus nietos, sin ni siquiera alguna muestra de remordimiento y de cariño por los suyos (Soledad, Tristán, nietos) esto no hay quién se lo crea, es demasiado exagerado el personaje. Espero que el día que le den un final sea el que se merece, no me valdría el perdón para ella sin más.
    DL

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