El rumbo del Secreto

He escogido adrede la foto que acompaña a este escrito, porque pienso que es bastante ilustrativa de lo que parece ser el sentir general de los espectadores de “El Secreto de Puente Viejo”

Creo que la unanimidad con la que casi todos empiezan a manifestarse en los hilos, aparte del bajón de audiencia que no creo que pueda atribuirse únicamente al hecho estacional, tendría cuando menos que encender una luz de alarma ante los responsables, que no pueden ignorar estas señales y no preguntarse si algo está sucediendo.
Alguien pedía el otro día un cambio de guionistas para enderezar lo que se considera el actual cariz errante de esta serie, pero no considero que haga falta este cambio, aunque si un replanteamiento. No se puede vivir eternamente de las rentas del pasado, ni las/os espectadores son los mismos del principio, ni se puede pedir mucho más aguante del que se ha demostrado por parte de los que hemos seguido fielmente la serie, casi desde su inicio.

Entiendo que un serial diario necesita mantener la tensión y que de ser un camino de rosas se hubiera terminado en pocos meses. Y hay que reconocer que cuando se produjo el salto temporal, aunque fuera motivado por necesidad al marcharse una de las protagonistas, si se supo encauzar el nuevo rumbo con tramas diferentes y que consiguieron enganchar a mucha gente.

Pero creo que este ciclo también necesita una regeneración, se han alargado innecesariamente algunas historias y tampoco se ha sabido encontrar un término medio. Meses (de hecho años) de sufrimiento de los buenos, de malos que nunca acaban pagando por sus desmanes, de tramas insufribles, de ser siempre “casi” y nunca “por fin”, pueden llegar a minar la paciencia de cualquiera. Y creo que ya sería el momento de algún cambio que no pasara solamente por introducir nuevos personajes. Que, por cierto, al poco tiempo ya se percibe que también van por el mismo camino que los anteriores.  

Solamente la magnífica labor de los actores, que merecen todo el reconocimiento, creo que es capaz de que se siga manteniendo la atención. Aunque incluso esto puede llegar a no ser suficiente, si no va acompañado de algo más que pueda resultar realmente interesante y vuelva a suscitar interés. Sin olvidar la posibilidad de que además se dé alguna pequeña alegría a los fieles seguidores y que, por ejemplo, finalmente después de quinientos capítulos una historia de amor consiga llegar a buen puerto. A pesar de que ya se insinúen nubarrones en forma de quien siempre ha sido la nota discordante: Francisca.

Pero creo que, de volver a romperse esta posibilidad largamente esperada, la respuesta de los espectadores sería diferente a las veces anteriores.