28 de marzo de 2014

¿ Una oportunidad para Francisca ?

Una segunda oportunidad.
Creo que es muy fácil decirlo, pero llevarlo a la práctica es bastante más complicado. A veces puede pesar más el pasado que la voluntad y uno no siempre es capaz de perdonar. Y si ello fuera posible, aún queda también el olvidar. Lo que lo hace más difícil de plantear. Aunque no imposible, si existe determinación por ambas partes y, por supuesto, la voluntad de tender puentes.
Pero también está la cuestión de la confianza y de si el sujeto destinatario es merecedor de esta oportunidad por parte del agraviado. Porque lo que no puede pretenderse es cambiar a una persona y solamente se puede contar con su palabra o promesa. Lo que no siempre es suficiente, ni existe la seguridad total del cumplimiento.
Ya hace días que me da la impresión que los guionistas tratan de darle a Francisca esta segunda oportunidad, dejando que se vea aflorar en ella su parte más vulnerable, aunque siempre de puertas adentro. Ya que el orgullo puede más que su sufrimiento y la necesidad evidente de cariño. 
¿Pero quién puede darle esta posibilidad de redención?
Porque si bien es cierto que no hace mucho Raimundo dijo que Francisca no nació malvada sino que el destino la hizo así, el caso es que esto no me parece una justificación para sus actos.
En PV hay varios ejemplos de personas con una vida dura, que han sufrido pérdidas dolorosas y han tenido que luchar para salir adelante, pero ninguna de ellas lo ha hecho arrollando a los demás como lo hace la doña. Mostrándose despiadada e intolerante y sometiendo a la gente a su tiranía, sin mostrar el más mínimo remordimiento. Y en el caso de que suceda esto último, comprando el alivio de su alma con generosos donativos a una iglesia que muestra una comprensión inusitada para  los ricos y no tanta para  la gente corriente. Tampoco cediendo nunca ni un palmo, convirtiendo siempre a los demás en los errados y esperando que su voluntad siempre sea la que se imponga. Llegando incluso a hacerse la mártir e incomprendida, cuando todo/as sabemos quién es realmente y cómo actúa velando siempre por sus propios intereses, algo muy legítimo sino fuera por la manera en que lo lleva a cabo.  
Con estas premisas, veo difícil que pueda existir otro tipo de vida para ella y que consiga cambiar el destino al que se encamina: el de estar sola y acabar sus días en esta situación.
Ni siquiera me da lástima. ¿Quién puede tenerla de alguien que pretende mostrar congoja por un hijo al que de manera consciente y sin escrúpulos hizo la vida imposible, hasta el punto de procurar la muerte de la mujer a la que éste amaba o de intentar acabar con la vida de su hija, y que no hay que olvidar que además dio cobertura a la que finalmente acabó asesinándolo? ¿Que no mostró nunca ni un atisbo de amor maternal por una hija que la necesitaba y a la que no supo proteger? ¿O que no ha sabido entender que el amor es más importante que el honor y que María no es un objeto en sus manos? ¿O que es capaz de trasladar su rencor a sus propios nietos? 
Dicen que todo el mundo tendría que tener derecho a una segunda oportunidad , pero considero que el lastre de Francisca es demasiado abultado para que pueda salir a flote. No veo redención posible y tampoco me creo que a estas alturas pueda cambiar. 
Los milagros no existen.  

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