Creo
que es muy fácil decirlo, pero llevarlo a la práctica es bastante más
complicado. A veces puede pesar más el pasado que la voluntad y uno no siempre es capaz de perdonar. Y si ello fuera posible, aún queda también el olvidar. Lo
que lo hace más difícil de plantear. Aunque no imposible, si existe determinación por
ambas partes y, por supuesto, la voluntad de tender puentes.
Pero también está la cuestión de la confianza y de si el sujeto destinatario es merecedor de esta oportunidad
por parte del agraviado. Porque lo que no puede pretenderse es cambiar a una persona y solamente se puede contar con su palabra o promesa. Lo que no siempre es suficiente, ni existe la seguridad total del cumplimiento.
Ya
hace días que me da la impresión que los guionistas tratan de darle a Francisca
esta segunda oportunidad, dejando que se vea aflorar en ella su parte más
vulnerable, aunque siempre de puertas adentro. Ya que el orgullo puede más que
su sufrimiento y la necesidad evidente de cariño.
¿Pero quién puede darle esta posibilidad de redención?
¿Pero quién puede darle esta posibilidad de redención?
Porque
si bien es cierto que no hace mucho Raimundo dijo que Francisca no nació malvada sino que el destino la hizo así, el
caso es que esto no me parece una justificación para sus actos.
En
PV hay varios ejemplos de personas con una vida dura, que han sufrido pérdidas
dolorosas y han tenido que luchar para salir adelante, pero ninguna de ellas lo
ha hecho arrollando a los demás como lo hace la doña. Mostrándose despiadada
e intolerante y sometiendo a la gente a su tiranía, sin mostrar el más mínimo
remordimiento. Y en el caso de que suceda esto último, comprando el alivio de su alma con
generosos donativos a una iglesia que muestra una comprensión inusitada
para los ricos y no tanta para la gente corriente. Tampoco cediendo nunca ni un palmo, convirtiendo siempre a los demás en los errados y esperando que su voluntad siempre sea la que se imponga. Llegando incluso a hacerse la mártir e incomprendida, cuando todo/as sabemos quién es realmente y cómo actúa velando siempre por sus propios intereses, algo muy legítimo sino fuera por la manera en que lo lleva a cabo.
Con estas premisas, veo difícil que pueda existir otro tipo de vida para ella y que consiga cambiar el destino al que se encamina: el de estar sola y acabar sus días en esta situación.
Con estas premisas, veo difícil que pueda existir otro tipo de vida para ella y que consiga cambiar el destino al que se encamina: el de estar sola y acabar sus días en esta situación.
Ni
siquiera me da lástima. ¿Quién puede tenerla de alguien que pretende mostrar
congoja por un hijo al que de manera consciente y sin escrúpulos hizo la vida
imposible, hasta el punto de procurar la muerte de la mujer a la que éste amaba
o de intentar acabar con la vida de su hija, y que no hay que olvidar que además dio cobertura a la que finalmente acabó asesinándolo? ¿Que no mostró nunca ni un atisbo
de amor maternal por una hija que la necesitaba y a la que no supo proteger? ¿O
que no ha sabido entender que el amor es más importante que el honor y que
María no es un objeto en sus manos? ¿O que es capaz de trasladar su rencor a sus propios nietos?
Dicen que todo el mundo tendría que tener derecho a una segunda oportunidad , pero considero que el lastre de Francisca es demasiado abultado para que pueda salir a flote. No veo redención posible y tampoco me creo que a estas alturas pueda cambiar.
Los milagros no existen.
Dicen que todo el mundo tendría que tener derecho a una segunda oportunidad , pero considero que el lastre de Francisca es demasiado abultado para que pueda salir a flote. No veo redención posible y tampoco me creo que a estas alturas pueda cambiar.
Los milagros no existen.
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