Cierto que el amor puede hacer cometer locuras, pero
intentar dinamitar una prisión para liberar al hombre que ama, creo que ya es ir demasiado lejos. En realidad pienso que Aurora , otra vez, está actuando siguiendo sus impulsos y ni siquiera se ha parado
a pensar en las posibles consecuencias de una acción de este tipo, sólo guiada por su firme determinación de liberar a Conrado a toda costa . Pero lo cierto es que aunque entiendo que piense que los motivos por los que éste ha sido encarcelado no son suficientes, ante la ley, y a tenor de lo que él mismo ha dicho, Conrado podría ser culpable de homicidio imprudente o negligente. Otra cosa es que en realidad la rotura de la presa fuera debida a motivos a los que éste es totalmente ajeno y además puedan demostrarlo: materiales deficientes o en menor cantidad de la prevista, por ejemplo. Como es igual de posible que hayan hecho recaer las culpas en él y no sea más que un chivo expiatorio para ocultar a los verdaderos culpables.
Pero aunque todo parece llegar a la conclusión de que el destino de Conrado ya está escrito y sellado, unido al propio convencimiento de éste de su culpabilidad, ahora esto puede tomar otro cariz, ya que tiene a Aurora a su lado. Porque a pesar de que las cosas no pintan nada bien para él, ahora tiene algo por lo que luchar: por un futuro junto a la mujer que le ha demostrado que el amor está por encima de todo y que no hay fuerza que pueda detenerlo. La que quizás llevada por la inconsciencia de la juventud, el descubrimiento del primer amor, el deseo de estar junto al hombre que ama y sentir su calor sin obstáculos, o quizás por rebeldía ante el destino que le priva de la felicidad, unida a la confianza ciega en la inocencia de Conrado, no va a desfallecer, ni va a dejar que la desesperanza venza a éste.
Y hoy he creído ver que este amor, que ya no entiende de barreras, se está fortaleciendo. Ni siquiera ha hecho falta que se besaran para reafirmarme en esta sensación, porque sus palabras han bastado.
Porque si el de Aurora se traduce en su intención de no rendirse, en Conrado lo hace a las claras el hecho de que anteponga ante todo el futuro de ésta, aunque suponga renunciar a ella.
¡Que prueba de amor puede ser más fuerte que no dejarse vencer por el egoísmo!.
Pero aunque todo parece llegar a la conclusión de que el destino de Conrado ya está escrito y sellado, unido al propio convencimiento de éste de su culpabilidad, ahora esto puede tomar otro cariz, ya que tiene a Aurora a su lado. Porque a pesar de que las cosas no pintan nada bien para él, ahora tiene algo por lo que luchar: por un futuro junto a la mujer que le ha demostrado que el amor está por encima de todo y que no hay fuerza que pueda detenerlo. La que quizás llevada por la inconsciencia de la juventud, el descubrimiento del primer amor, el deseo de estar junto al hombre que ama y sentir su calor sin obstáculos, o quizás por rebeldía ante el destino que le priva de la felicidad, unida a la confianza ciega en la inocencia de Conrado, no va a desfallecer, ni va a dejar que la desesperanza venza a éste.
Y hoy he creído ver que este amor, que ya no entiende de barreras, se está fortaleciendo. Ni siquiera ha hecho falta que se besaran para reafirmarme en esta sensación, porque sus palabras han bastado.
Porque si el de Aurora se traduce en su intención de no rendirse, en Conrado lo hace a las claras el hecho de que anteponga ante todo el futuro de ésta, aunque suponga renunciar a ella.
¡Que prueba de amor puede ser más fuerte que no dejarse vencer por el egoísmo!.
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