5 de marzo de 2014

Un verdugo implacable

Escalofriante el empeño con el que Lesmes está ejecutando su perverso plan. Bajo la capa de respetabilidad con la que se viste y que le sirve convenientemente para sus propósitos, queda bien patente que se esconde un cobarde y desalmado que no se detiene ante nada. 
Es sorprendente como pueden coexistir en un mismo ser dos personalidades tan distintas. Porque a diferencia de Francisca, otra malvada pero a la que hay que reconocerle que al menos no se esconde , Lesmes puede ser un doctor reconocido y preocupado por sus pacientes y al minuto siguiente y sin que de ello se aperciba nadie , el más retorcido de los criminales. 
Lo peor es que sus planes parece que están dando resultado. Aparte de haber conseguido hacer enfermar a María y a su bebé, Lesmes está llevando más allá sus intenciones, tejiendo también una sutil tela de araña que, sin embargo, hace difícil decidir quién es el blanco de sus propósitos. Cierto que Aurora parece el principal objetivo y a ella van dirigidas la mayor parte de los intentos de desacreditación, convenientemente revestidos de supuesta preocupación. La capacidad de manipulación del médico es tan manifiesta que incluso està consiguiendo hacer dudar a Martin de su hermana, colocándola como la principal responsable de la infección que aqueja a Esperanza. Así que de un plumazo consigue que la chica esté en el punto de mira, que sufra doblemente por lo que supone una negligencia y por las posibles miradas acusatorias de los suyos. Y de paso vengarse por su rechazo. 
Pero esta situación también tiene otros frentes: el principal el bebé, que es quien acusa directamente la situación. Pero también Martin y María para los que es difícil encontrar un motivo por parte de Lesmes para hacerles daño. Y hasta podría incluirse a la doña, que quedará en entredicho con una medicina que no ha de dar resultados. 
En resumen. Un plan muy retorcido para el que hace falta una mente muy siniestra. 

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