A veces en la serie se suceden
escenas que me dejan perpleja porque aparentemente no tienen razón de ser. Y puede
que sea porque tengo la mala costumbre de cuestionar cosas, pero no he entendido a que ha venido que la
doña reprochase a Amalia el hecho de que hablase con su padre de la posibilidad
de un compromiso con Bosco. Al fin y al cabo era una conversación entre padre e
hija, y no veo que problema podía suponer.
Por ello ha faltado poco para que
además me echara a reír cuando la doña encima le ha hecho saber que temía que su
intención fuera manipular a Bosco. Si algo tiene este asunto es que los dos
chicos han sido utilizados desde el principio, con la única diferencia que
Amalia si sabía lo que se esperaba de ella. ¿O acaso no se trataba de que se
acercara a Bosco y consiguiera su atención? ¿O es que utilizarlo para conseguir
unos fines determinados es sólo exclusividad de Francisca? (por supuesto no quiero
decir que en ningún caso sea justificable que alguien use a otro u otros para
sus propósitos) Pero lo peor es que ha lanzado esto que podría ser una
acusación, y sin ni siquiera inmutarse, la que es la mayor manipuladora del
reino y parte del extranjero, que no solo está haciendo esto con el chico sinó
que encima lo mantiene engañado e ignorante de sus orígenes, que ya ha decidido
por él que con apenas dieciocho años ya es lo suficientemente mayor como para
casarse y formar su propia familia. Eso sí, quedando claro que va a quedar bajo
su tutela.
Y parece que los deseos de los
interesados no cuentan demasiado. Especialmente teniendo en cuenta que la doña
sabe lo que hay entre Bosco e Inés, y que interponiéndose en esta relación le
provoca sufrimiento (aunque él viva en la inopia de ello).
Pero parece que la máxima de que
el fin justifica los medios es su divisa. No importa que dos personas que
apenas han empezado a vivir, se vean
empujadas a atarse de por vida solo por intereses, que en muchos casos ni
siquiera les atañen directamente sino que es algo que conviene a sus
respectivas familias. Una práctica que en la época en la que transcurre la acción
no era una rareza, y no eran pocos los casos, especialmente entre las clases
pudientes, de parejas surgidas de acuerdos entre progenitores o tutores, movidos
por intereses económicos o de pureza de clase, y en los que los propios interesados
no tenían ninguna posibilidad de decidir. Especialmente si se trataba de chicas.
Además la doña ha dejado clara su
filosofía de vida. Para ella el amor es
solo un inconveniente, y lo que prevalece y une a la gente es el mutuo interés,
una simplificación que dice mucho del pensamiento de una determinada clase
social.
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