No creo
descubrir nada nuevo si afirmo que PV es una serie de mujeres fuertes, dotadas
de una gran personalidad. Aunque también hay que hacer distinciones, porque no
todas son iguales, ni tienen los mismos medios para hacerse valer. Existen las que viven por encima del bien y el mal, a las que es evidente que
el poder y el dinero les facilitan mucho las cosas y ayudan a tener una posición
dominante, que puede confundirse con otras cualidades, aunque en realidad sólo es
tiranía y manipulación de las clases que tienen sometidas a su yugo. Pero también existen las que teniendo poco o nada, saben bregar con ello y no desfallecer
ante la adversidad.
Huelga decir que en el primer caso estaría Francisca, en el segundo
el resto de féminas.
Y en el caso concreto de estas
últimas. Una a una, están demostrando que la fortaleza nace del interior y que
se pueden afrontar los infortunios que la vida pone en el camino y salir
adelante, solas o con la ayuda de los suyos. Evidentemente también cada
situación es diferente y una pérdida como la que ha experimentado María, algo
que en este caso es supuestamente irreversible, va a necesitar mucho más tiempo
que otras situaciones que si tienen solución (aunque sea a largo plazo).
Quizás sea esto, establecer
prioridades y buscar remedio para lo más inmediato, es lo que la ha llevado a sobreponerse a su dolor y actuar en consecuencia. Demostrando también al
mismo tiempo un alto grado de madurez para una persona que ni siquiera tiene
veinte años, pero a la que la vida ha dado tantos reveses y puesto en tantas
encrucijadas que no ha tenido más remedio que crecer aprisa. Que, aunque ahora
ya es toda una señora, en el fondo sigue siendo sólo una poco más que
adolescente que en este momento afronta una situación muy dura para cualquiera, que se ha
quedado sin su referente, su cómplice, su gran amor, y lo hace con una hija a su cargo, además de haberse
convertido en cabeza de familia y responsable de una hacienda. Demasiada carga
para unos hombros tan jóvenes. Sin embargo creo que la afirmación de Emilia de
que María es fuerte tiene mucho de cierto y, estoy convencida de que la chica podrá
superar esto (que no olvidar), porque cuenta además con el apoyo de toda una
gran familia.
Sólo un inciso. Es cierto que
María estaría posicionada en una escala intermedia entre las clases sociales y
que, en una situación personal similar, habían (y hay) mujeres que no tienen ni
de lejos los mismos recursos que de los que ella puede disponer, y que le
permiten tener una cierta tranquilidad en cuanto a su futuro económico se
refiere. Y afortunadamente para Aurora, María puede echar mano de ello para
aliviarle la situación en el psiquiátrico.
Pero vuelvo al tema de la
entereza de María. No veo nada nada fuera de lo corriente que en ocasiones se
hunda y llore su desesperación, pero hay que reconocerle que también sabe sacar
fuerzas de flaqueza para luchar contra el infortunio. Y además que lo haga para
ayudar a su querida prima, casi una hermana, con la que la une una preciosa
relación de cariño. Sus escenas de los últimos días han sido, al mismo tiempo, de
lo más bonito y desgarrador.
Solo espero que esta atmósfera
sombría dure un tiempo prudencial. La luz ha desaparecido de la serie,
volviéndose todo desesperanzador y negro, incluidos los ropajes de los
personajes. Admito que me cuesta verlos con el tono monocromo con el que los visten,
aunque entiendo que es lo dictaban las conveniencias y los usos sociales de la época, y ello hasta fechas recientes (aunque haya perdido casi totalmente su vigencia a día de hoy).
Y como el ánimo sombrío se me ha
pegado, no se me ha ocurrido nada más que buscar información sobre este tema,
encontrando algo sorprendente del inicio de esta tradición. Parece que
antiguamente se creía que el espíritu de los muertos podía regresar y buscar un nuevo cuerpo en
el que volver a vivir. Así que las personas pintaban su cuerpo de negro para
que el alma del fallecido no los pudiera encontrar. Evidentemente esto ha ido
cambiando, igual que el simbolismo, y ha acabado asociándose al dolor de la
pérdida. También ha cambiado la práctica que se establecía de mantener el luto
durante un tiempo, y que variaba según el grado de parentesco. Por ejemplo para
María, al ser el caso del cónyuge, serían dos años de luto riguroso,
más seis meses de alivio de luto para relajarse del negro.
Si los responsables de la serie quieren
ser rigurosos con este tema, nos espera una larga temporada de negro. A menos
que se concedan una licencia y se salten esto (como han hecho con otras tantas
cosas), o suceda algo que cambie todo ello y que no puede ser otra cosa que el descubrimiento que Martín no está muerto.
Una pregunta ¿Qué ha pasado con la
carta que éste escribió antes de marchar y que entregó a D. Anselmo?
Pues si, neni, Tienes razón, el negro se ha instalado en Puente Viejo, y en nuestra sociedad actual y no podemos más que llorar por los rincones.. Yo también espero que esto dure lo justo, ni más ni menos, y que todo cambiará.. aunque según las fotografías que he visto por la red.. a Aurora le toca sufrir de lo lindo.
ResponderEliminarMaría, siempre ha sido fuerte, como su madre.. y así lo demostrará.. tomando las riendas de su vida y de la de su familia.. en el Jaral.
En cuanto a la carta, qeu tiene don Anselmo, esta la tendrán que entregar más adelante, para que el espíritu de Martín continúe vagando por Puente Viejo. Llevamos un mes sin él, sintiendo su ausencia cada día, solo se ha producido un Flash, así que espero que dentro de unos dias le den la carta y que eso nos devuelva alguna imagen de nuestro Galán. así intentarán que la audiencia permanezca a la expectativa.
Besitos.
Estoy de acuerdo contigo.
ResponderEliminarEl luto en la época era tremendo, mi madre me contaba que llevó 9 años de luto por su padre y 7 por su suegro y eso que vivía en una ciudad, imaginaos lo que sería en la España profunda...
ResponderEliminar