No sé si es una licencia o
realmente era posible según las leyes de la época, pero entrar en un lugar, en
este caso el dispensario, así por las buenas, sin orden judicial y sin que medie
nada más que sospechas, sólo por la iniciativa de un simple mandado con algo de
autoridad, me parece una arbitrariedad.
La indefensión es absoluta porque
además no parece que, en este caso, exista la presunción de inocencia. El doble
rasero ha quedado de manifiesto ya que nadie ha cuestionado a Francisca, como
tampoco nadie parece haber puesto en entredicho las acusaciones, que se basan simplemente en unas amenazas proferidas, eso sí con mucha
vehemencia y con numerosos testigos, pero sabiendo todos de la inquina que la doña le tiene a su nieta y
de las continuas provocaciones que aquella le hace objeto a ella y a su
hermano. Claro que tampoco ayuda mucho el carácter de ambos, que constantemente caen en
las trampas que les tiende su abuela.
Y parece que la gente es muy olvidadiza. ¿O acaso puede más la actitud rastrera de sumisión, o el miedo a los poderosos? Ello empezando por el alcalde, que le está haciendo el juego a la Montenegro sin siquiera plantearse otras vías de investigación.
Y parece que la gente es muy olvidadiza. ¿O acaso puede más la actitud rastrera de sumisión, o el miedo a los poderosos? Ello empezando por el alcalde, que le está haciendo el juego a la Montenegro sin siquiera plantearse otras vías de investigación.
Solo los habitantes de Jaral
se han hecho una exacta composición de lugar y sin apenas despeinarse. ¿No es acaso
mucha casualidad que se haya encontrado un mecanismo de relojería idéntico al
utilizado contra el coche de Francisca, precisamente en el primer lugar al que
han ido a buscar los civiles? ¿Acaso piensan que Aurora sería tan descuidada
como para que, el caso de que se propusiera algo del calibre de lo que la
acusan, prepararlo en el lugar más visible? Y se me ocurren muchas otras
preguntas de lógica, pero ahora mismo actuar de abogado defensor es tarea
inútil. De hecho estoy convencida de que también lo va ser en el futuro, porque
Aurora ya está sentenciada de antemano.
Entiendo que el tema está en que,
como todos los otros protagonistas y para no ser menos, Aurora ha de pasar una
temporada a la sombra (o para que sea algo diferente en un instituto mental, algo que también hicieron con María y su reclusión en un convento). Pero
me parece un recurso de lo más gastado, aunque es evidente que ninguna protesta
por las reiteradas vueltas a tramas ya vividas, va a servir de mucho.
Sin embargo admito que me cabrea
y mucho, que para dar visibilidad a algunos de los principales personajes, estos
hayan de pasar por situaciones límite. Y que detrás de ello siempre asome
Francisca, que además invariablemente consigue que se haga su voluntad. ¡Creo
que ya está bien de este color!.
No entiendo de estudios de
mercado, ni de tendencias de los espectadores, por lo que meterse en este
terreno es como hacerlo en un barrizal. Pero no veo porque no puede existir la posibilidad
de tramas menos dolorosas y con más luz que la proponen los actuales
guionistas, que parecen empecinados en cargarse a los personajes. De hecho y con
algunos, siempre según mi opinión, incluso ya lo han conseguido de entrada.
Por cierto, y hablando de
cargarse.
Admito que el personaje de Bernarda no fue nunca
santo de mi devoción, pero creo que ello no es óbice para que reconozca la magnífica
labor de la actriz Mercedes León, que ha defendido este papel con total
solvencia. ¡¡Muchas gracias y hasta siempre!!
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