30 de enero de 2015

Una pantomima de juicio

Admito que los guionistas no dejan de sorprenderme con situaciones que, en mi opinión, van más allá de la lógica. No puedo imaginarme que alegando razones de salud, pero sin mediar certificado médico alguno, solo con su palabra, alguien pueda conseguir que todo un tribunal se desplace a su casa. Es cierto que ahora existen medios tecnológicos que pueden solventar este tema, pero creo que si existiera la posibilidad que se celebre un juicio fuera de los lugares previstos para ello, debe ser algo excepcional y siempre que el acusado no pueda desplazarse, no por las conveniencias de una simple testigo. Supongo que (otra vez) se trata de una licencia y como tal hay que tomarla.
Lo que es más que evidente es el motivo de ello, y todos son muy conscientes de que se trata más de una demostración de fuerza que algo realmente necesario. Y el saberlo ya le quita valor a lo que podría significar de intimidación. Pero Francisca siempre ha de dar la nota, dejando que el juez y los demás togados (a excepción del abogado de Aurora) parezcan de lo más condescendientes al permitir que además lleve las riendas y pretenda tener a todo el mundo esperando, para después entrar en el salón como si fuera una emperatriz, con pompa y boato y del brazo de su lacayo, que además le sigue la corriente sin inmutarse. Y, por supuesto, magnificando unos males inexistentes (o al menos no en la medida que pretende). Juez y fiscal han hecho dejación de sus funciones a favor del poder, algo que da una imagen desastrosa de la justicia (aunque después se haya arreglado). Las pruebas eran demasiado concluyentes como para pasarlas por alto, y ni siquiera un tribunal influenciado podía rebatirlas.
Aunque hay algo que también es evidente. Francisca estaba demasiado tranquila para sentirse amenazada y es evidente que, como le dijo a Mauricio, no había dejado cabos sueltos. Implicada o no en la muerte de Bernarda, y aunque fuera la inductora y la ideóloga, es claro que la culpa va a recaer toda en Fulgencio. Así de una sola tacada se libra de su primo y de ser inculpada. Solo que tendrá que esperar otra ocasión para librarse también de Aurora, porque con pruebas tan irrebatibles el juez no tendrá otra opción que descargar a ésta de culpa y devolverle la libertad.
Pero, otra vez, la doña se irá de rositas. Y van………..

2 comentarios:

  1. Tipico , tipico de Francisca Montenegro, ella va por delante de todos, por supuesto que no se deja ni un cabo suelto, al final se quito a su primo de en medio y salio indegne, No pensaba en que Francisca lo iba a pagar puesto que se acabaria la serie pero tampoco imaginaba que iba a salir asi de facil, como hilan de fino aqui los guionistas, solo espero que deje en paz a Aurora, ya tiene bastante con haberse apoderado de Bosco ahora tenemos encima la tragedia de Ines, haber caido en manos de Francisca y Amalia ha sido su mayor desgracia.

    ResponderEliminar
  2. Al final, Fulgencio Montenegro paga los platos rotos y termina convertido en vegetal por obra y gracia de su querida prima. Me alegro porque se lo merecía, pero menudo personaje más decepcionante.

    ResponderEliminar