Después de que los acontecimientos se
hayan precipitado, parece que no tiene mucho sentido que tanto D. Anselmo como
Fe sigan manteniéndose callados por lealtad a María. En realidad, en uno y otro
caso, no han tenido más remedio que poner al corriente a los demás de lo que
conocen sobre la situación. Son las dos únicas personas, aparte de María (y, por
supuesto la doña, que es la que la ha provocado), que conocen todos los
entresijos del tema.
Pero desgraciadamente no pueden
hacer mucho más, porque se enfrentan a dos personas maquiavélicas, que
seguramente no han dejado ninguna huella que permita relacionarlas. Si, tienen
documentos que acreditan que el cubano es un delincuente peligroso, hechos
consumados como un ataúd vacío, pero no tienen pruebas físicas de la
implicación de Francisca en la presencia de Leonardo en el pueblo. Supongo que
un buen detective, con medios y experiencia, podría conseguir descubrir algo;
pero ya sabemos que no será así y que nunca se sabrá que ha sido la doña quién
ha descerrajado un tiro al cubano.
Así que pedir a Fe que hable,
como he leído en algún sitio, es lo mismo que pedirle que se meta en un
berenjenal del que va a salir escaldada, sin trabajo y sin posibilidad de
volverlo a encontrar. O algo peor. Porque la palabra de una sirvienta contra la
de una todopoderosa terrateniente es menos que nada.
Es triste, pero es así, a menos
que suceda algo con lo que no contamos (básicamente que los guionistas decidan
hacer algo diferente y den una vuelta de tuerca a la doña)
¿Quién le iba a decir a Fe que
meterse en La Casona era lo mismo que hacerlo en un avispero? Es cierto que su
natural manera de ser le permite que el ambiente enrarecido que se respira en
este lugar no la afecte en demasía, pero también tiene un enorme corazón y es
evidente que ello no le permite mantenerse ajena a lo que sucede en las
estancias superiores de la casa. Especialmente si las que padecen son personas
por las que ha llegado a sentir verdadero aprecio, como María. De hecho, las
escenas con ésta y la relación que se ha forjado entre ambas, considero que es
una de las mejores cosas de las que han pasado últimamente en la serie, porque
además han dejado surgir la faceta de Fe más personal: la de una mujer integra,
fuerte, perspicaz y valiente, capaz de ponerse en riesgo por alguien a quién ha
dado su amistad, algo que es recíproco.
A estas alturas ya no creo necesario reiterar que el personaje de Fe, a pesar de considerarse secundario, es
uno de los que está manteniendo el interés. De hecho debe ser de los pocos de
los que no he leído ningún comentario negativo. Ni del personaje ni, por supuesto,
de la actriz que lo defiende, y de la que es una obviedad volver a decir que ha
sido todo un descubrimiento.
Creo que con este personaje se
puede retratar además una sociedad en la que las diferencias estaban muy
marcadas, especialmente en los ambientes más alejados de la capital, en los ambientes
rurales dónde los poderosos se aferraban a los modos y costumbres de otros
tiempos. Porque mientras en algunas casas pudientes de las ciudades los
sirvientes recibían un trato más cercano (Amalia lo comentó en una ocasión),
Francisca, imbuida del poder de una terrateniente feudal, sigue tratándolos
como esclavos.
Pero Fe viene de la capital y parece
no impresionarse demasiado por estos modos ancestrales. Sin perder de vista que
la doña es quien le proporciona el sustento, no ha perdido el tono irreverente que
la hace diferente, pero ha aprendido a utilizarlo y torear al mismo tiempo a su ama sin que ésta se lo tenga en cuenta.
Incluso a veces parece que a ésta le divierte la manera de hacer de la chica
(no dudo que, tras la cámaras, la diversión está asegurada)
De ahí que Fe pueda ser testigo de cosas y hechos que, de otra manera, no serían posibles. “Ver, oír y callar” es el lema. Pero Fe ve muchas cosas, incluida una escena trepidante como la de Emilia poniendo a caldo a la doña y sin ceder ni un palmo, escucha cosas aquí y allá que sirven para ayudar a los demás, y calla cuando hace falta.
De ahí que Fe pueda ser testigo de cosas y hechos que, de otra manera, no serían posibles. “Ver, oír y callar” es el lema. Pero Fe ve muchas cosas, incluida una escena trepidante como la de Emilia poniendo a caldo a la doña y sin ceder ni un palmo, escucha cosas aquí y allá que sirven para ayudar a los demás, y calla cuando hace falta.
Y no sé qué le deparan los
guionistas, pero pienso que incluso su papel podría ser importante para el
desenlace de la trama de María. Porque no hay que olvidar que la doña desconoce
lo que sabe la sirvienta, y Fe tiene acceso a todas las estancias.
(Si, lo
admito, de ilusión también se vive!!)
Fé me encanta.
ResponderEliminarFe, es genial.
ResponderEliminarFe es el personaje más guay de la serie.
ResponderEliminar