6 de enero de 2015

Y se hizo la luz

Era un hecho que no admitía dudas sobre su consecución, básicamente por lo que considero necesidades de guion. Es evidente que una de las protagonistas no podía permanecer en estado semi-vegetativo por mucho tiempo y tenía que recuperar el espacio perdido. Pero también lo es que van a cambiar muchas cosas, como si el tiempo que ha vivido en un lugar intemporal hubiera modificado algunos sentimientos en Aurora, diluyendo unos y magnificando otros.
Y ya se vislumbra un claro perdedor: Conrado. Que aunque no quiera hacerlo patente, creo que ya intuye que cada vez más está pasando a ser un convidado de piedra en esta historia.
Por cierto, discrepo de alguna opinión al respecto de la actitud de Rubén/Conrado en estos últimos capítulos. En primer lugar porque acusarlo de pasotismo cuando su salida de la serie parece cada vez más cercana, es lo mismo que dudar de la profesionalidad del actor. Y después porque considero que una actitud como la que muestra el personaje no es más que el resultado de ver como se derrumba su mundo y las circunstancias le alejan de Aurora, a pesar de haber luchado por ella. Otra cosa es que además todo ello viene acompañado de una cada vez más escasa presencia en escena y sólo de manera tangencial. Su protagonismo ha pasado a segundo plano, aunque espero que ello se corrija antes de su desaparición definitiva. 
Parece que la luz se va abriendo paso en la mente de Aurora. Como si de un interruptor se tratara, algo ha hecho que de pronto se hiciera clic y la corriente volviera a fluir. Lentamente eso si, como en una bombilla de bajo consumo que va cogiendo fuerza a medida que pasan los minutos.
Claro que tampoco van a ser minutos, sino días, pero ahora las esperanzas ya han dejado paso a la evidencia: lo de Aurora no era irreversible y puede recuperarse. Otra cosa es que lo consiga sin secuelas.
Parece que la terquedad de Lucas, unida a una terapia específica, ha dado resultados. Dejando claro además que el cariño puede ayudar, pero la recuperación espontánea no puede ser efectiva sin mediar además una rehabilitación intensiva y especializada. Y que la interferencia (eso sí, bien intencionada) de la familia, en este caso podría haber dado al traste con todo.
Creo que Aurora, a pesar de todo, está de suerte. Tiene a su lado, además de muchas personas que la quieren, a dos hombres maravillosos que además sienten algo especial por ella. Pero a los que aún no veo como a rivales, porque no creo que esté en el ánimo de Lucas hacer a un lado a Conrado.
Aún es pronto para hacer conjeturas, pero creo que ambos aman lo suficiente a la chica como para dejar que sea ella la que decida.
Es evidente que en el fondo está la salida de Conrado de la serie y la búsqueda de la manera menos traumática de llevarlo a cabo. Dejando que se vaya alejando poco a poco, aunque sea de manera dolorosa. Y al mismo tiempo, dando de alguna manera continuidad a la trama de Aurora, que no hay que olvidar que sería junto con Martín, el eje principal de la serie. Y al que supongo algún día se va a unir también Bosco, cuando consiga despegarse de las faldas de la doña.
Pero esto ya es otra historia. 

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