No sabría decir si estoy defraudada
o indignada después del capítulo de hoy. Pero entiendo que aplazar el desenlace
de la escena del disparo y el grito posterior hecho por la voz inconfundible de
Martín, que ha impedido que María siguiese con su determinación de acabar lo que
había empezado, es probablemente una argucia de los guionistas para mantener la
tensión. Y de rebote la audiencia. También es posible que yo misma me hubiera
creado unas expectativas sin fundamento, cuando ya tendría que estar
escarmentada de ver cómo las gastan. Y en este caso indignarse no tiene ningún sentido, más cuando se trata de una ficción y es normal que se tomen licencias.
Así que me imagino que tendremos
que armarnos de paciencia y esperar el momento que consideren más oportuno para
que se produzca la escena tan esperada del reencuentro entre Martín y María. Aun
teniendo la certeza casi absoluta de que es la antesala de la despedida de
ambos de la serie.
Sin embargo, y casi sin creer lo que voy a decir, creo que finalmente
será un alivio verlos marchar de PV con su hijita. Sólo así tendrán la
posibilidad de ser felices, y vivir en paz. Y l@s espectadores descansar de
tantas desgracias como las que se han vivido junto a esta pareja hasta que han
conseguido llegar al culmen de su historia de amor, y además poder dejarlos marchar sin
tener que pasar por otra situación dramática, algo que viene siendo habitual en
el desenlace de muchas de las tramas.
Pero sin perder la perspectiva de
que este final de historia está forzado por hechos externos a la serie, como es
la marcha de los actores, admito que también me molesta, como parece en este
caso y a menos que se produzca algún hecho inesperado, que tengan que terminar
con una especie de huida de un lugar en el que la sombra alargada de la
Montenegro hace y deshace a voluntad, ayudada por la sumisión de unos vecinos
incapaces de rebelarse a sus desmanes, que con ello encima se convierten en sus
cómplices.
Algo que es claro que va a volver
a suceder una y otra vez mientras no desaparezca este personaje abyecto, al que
además la suerte suele acompañar. De hecho no habría de sorprender en absoluto que
Francisca sobreviva al disparo, por lo dicho anteriormente o también porque es
posible que las balas reboten al ser toda ella de piedra.
Y que es de este material lo
vuelve a demostrar en esta ocasión. No hace ni unas horas que le dijo a María (y
después volvió a reiterar) que la quería, pero ya vuelve a demostrar que esta
querencia para ella tiene un significado diferente al del resto del mundo, que la
acepción correcta es cuando se refiere a posesión. Porque ha quedado en
evidencia que la ha perdido para siempre, pero si no la puede tener ella, no la
tendrá nadie (o al menos así lo cree). Y lo ha vuelto a hacer: mentir,
manipular y dejarse llevar por sus deseos de venganza, atribuyendo a María
incluso lo que no ha hecho. Algo que, por cierto (y tal como me ha hecho ver
Rebeca en un comentario) es un hecho fácilmente demostrable, pues los disparos
han partido de dos armas diferentes. Un dato importante que, por supuesto, los
investigadores van a pasar por alto, como suele suceder habitualmente cuando se
trata de Francisca.
Pero a todo esto ¿Qué ha sido de
Martín, María y Esperanza?
Es evidente que los hechos han
avanzado antes de dejar saber a l@s espectadores cómo fue el encuentro de la
pareja. Y que toda la familia, y probablemente D. Anselmo, están al corriente
de lo sucedido en realidad y los están manteniendo ocultos hasta que se aclare
todo, o consigan dejarlos sanos y salvos en un lugar seguro y lejos de las
garras de la Montenegro. De hecho, y como también comentaba Rebeca, D. Anselmo quizás
tiene en sus manos el evitar que además María se convierta en prófuga de la
justicia, ya que dispone de algunas pruebas como el ataúd lleno de tierra o los
papeles del historial delictivo de Leonardo, así como su verdadera identidad.
Pero es cierto que esto es algo que de por sí no disculpa totalmente a María, ni compromete a
Francisca, aunque si deja muchas dudas y tampoco ésta queda en muy buen lugar al
haber acogido en su casa a un delincuente y permitir que pasara por su nieto. Porque
nadie que la conozca creería que se ha dejado engatusar tan fácilmente.
De todas maneras creo que voy a
dejarme de conjeturas porque, como comentaba alguien, esta trama se ha vuelto
tan enrevesada que a ver como la solucionan. Porque ya sería el acabose que
Martín y María quedaran otra vez como los culpables, y la doña se vuelva a ir
de rositas.
Estoy de acuerdo contigo
ResponderEliminarGracias.
EliminarUn abrazo cordial.
Por cierto, sigo tu blog y es muy interesante
Si no quedan como culpables, la que tiene que quedar como culpable es la Paca. Y a esa le queda cuerda pa' rato. Mejor vivos y juntos aunque prófugos que muertos.
ResponderEliminarGracias por comentar.
EliminarLo que dices es cierto,. aunque es un consuelo muy pobre cuando se podrían hacer las cosas de otra manera
Un abrazo
¿Cómo va a morir la Montenegro? es indestructible jajajaja no en serio, lo de estos guionistas es la leche. Le pegan un tiro y aunque pierda mucha sangre, aguanta como una campeona y después está prácticamente como una rosa. Pero lo mejor es su puntería para matar a Leonardo sin herir a Esperanza y además dispara a una gran distancia. Ni los francotiradores de Estados Unidos jaja
ResponderEliminarGracias por comentar Sia
EliminarJa ja ja. Muy bueno tu comentario!!
Yo también pensé lo mismo cuando vi la escopeta de cañones recortados, sin siquiera mirilla. Parece que la doña ha hecho muchas practicas de tiro y por lo tanto no ha de sorprender esta puntería. :-(
Por lo que respecta a su sanación milagrosa, no es de extrañar, porque solamente la mala baba ya la sostiene. Y además ya sabemos que en Pv las aguas o (lo que sea ) hacen verdaderos prodigios
Un abrazo