He de admitir que se me ha helado la sangre al oír a Francisca lanzar sus
dardos envenenados a Martín. Pero no es por lo que ha dicho, sinó por como lo
ha dicho. La frialdad y crueldad de sus palabras, su indisimulado rencor hacia
su propio nieto,…. Unido a la casi total certeza de que lo que ha escupido su
boca es lo que piensa y desea, y pocas dudas me han quedado al respecto después
de oírle decir semejante barbaridad.
No es nada nuevo que aproveche la ocasión para sacar a relucir su mente
emponzoñada, a la manera de las más abyectas brujas (que no es más ni menos lo
que es), pero creo que hoy además ha conseguido que la gota colmara el vaso de
mi paciencia con ella, si es que quedaba aún algo.
Y para completarlo, solo faltaba que lo rematara con una versión llena de
falsedades como la que ha explicado a Bosco, poniéndole además cara de cordero
degollado. Realmente vomitivo!!
Como decía alguien, si Francisca algún día se muerde la lengua por
accidente seguro que se acaba envenenando. Pero si no llega este momento,
espero que al menos se cumpla el refrán de que “a todo cerdo le llega su S.
Martín”.
Tampoco me ha servido la pretendida lección de Mauricio a Bosco sobre la
eterna cuestión de la dualidad amor-odio en algunas personas. Quizás pueda utilizarse
en el caso de Raimundo, ya que éste y Francisca se han hecho mucho daño y hay
muchas heridas abiertas, pero un amor que a pesar de todo no se ha extinguido. Sin
embargo no veo que esta cuestión se pueda aplicar a esta abuela-nieto en
concreto porque, ya de entrada, tampoco creo que exista ningún motivo de peso para
el odio y rencor de la doña hacia un chico al que como mucho puede tacharle de
haber sido el que ha arrancado a María de su lado y al que, por descontado, no
puede culpar de ser hijo de quien es, ni trasladarle rencores irracionales que
tienen como objetivo una persona que ya hace mucho tiempo dejó de existir. Nada
de ello justifica ni de lejos su actitud. Y mucho menos cuando Martín formó
parte de su vida y al que vio crecer a su lado durante siete años, hasta que éste
fue secuestrado por una mente enferma que lo hizo desaparecer.
Después de todas estas consideraciones, llego al punto donde discrepo (de
manera excepcional) con Margonz y su conjetura de que Francisca en el fondo
(pero que muy en el fondo) aún sienta algo por su nieto. Por mucho que lo
intento no consigo ver nada que todavía una a Francisca con Martín. De hecho no
creo que ésta sienta nada por nadie, excepto cuando ello esconde intenciones
que en ningún caso tienen que ver con el corazón y si con el interés.
Solo algo más, pero ahora en el terreno de la realidad y centrándome más en
ambos actores. Cierto que Maria Bouzas brilla con luz propia en su papel de
malvada, pero considero que en sus escenas con Jordi existe un atractivo
especial, porque es entonces cuando en un duelo de voluntades éste suele sacar
a relucir una vena muy interesante de su manera de hacer profesional. Uno de
los mejores Jordi es cuando interactúan y sale su lado más explosivo. Es algo
que seguro también se va a echar en falta.
De acuerdo contigo, siempre lo he dicho: el mejor Jordi cuando Martin/Gonzalo está enfadado ;)
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