21 de octubre de 2014

¡Hasta pronto Martín!

He optado por hacer dos comentarios diferenciados, porque hay algunas cosas de la trama despedida que quería separar de lo que es la ficción y trasladarlo al mundo real.
Evidentemente no es lo mismo un viaje a Cuba en la actualidad que hace un siglo. Como tampoco lo son los medios, ni la seguridad. Por ello puedo entender la desazón, los temores y las dudas que en aquel tiempo podían embargar a alguien que se proponía algo de esta magnitud y, por supuesto, las que tenían los familiares y amigos que veían partir a alguien hacia un destino incierto.
De todas maneras creo que se ha magnificado un poco todo, además de multiplicarse exponencialmente los cenizos y agoreros (empezando por el mismo Martín y su carta), con el que considero aparente ánimo de crear un estado de opinión, para que si se produce el hecho impensable de que suceda algo malo los espectadores ya puedan estar preparados. Aunque lo que sí es claro es que algo va a pasar que va a impedir el retorno de Martín, al menos de manera inmediata.
Supongo que, aparte de todos los interesados, nadie más debe conocer el rumbo que va a tomar la serie después de la marcha de Jordi, y si éste va a volver o no. Por descontado me alegraría que esto último sucediera, porque la serie no va ser lo mismo sin la historia de Martín con María y Esperanza, pero entiendo que todo en la vida es efímero y en una serie aún más. Y que además la máxima de “renovarse o morir” también ha de servir en este caso, por lo que es absolutamente lícito intentar dar vidilla a unas tramas que ahora mismo no están precisamente para tirar cohetes. O que suceda, en el peor de los casos, que no se acierte con ello y la serie languidezca totalmente hasta su fin.
Pero, aún sintiendo su marcha, puedo comprender las razones de Jordi para embarcarse en otros retos, buscando nuevos horizontes para su carrera profesional. Por lo que es del todo comprensible que no desaproveche la oportunidad que se le ha brindado de participar en algo diferente, que además va a tener mucha más repercusión al emitirse en “prime time”. Otra cosa es que esta nueva serie dé los resultados que se esperan (algo que, por supuesto, es mi más ferviente deseo, básicamente por él). 
Aunque también es posible que para su marcha (temporal o definitiva) de la serie puedan haberse dado otros factores que, aunque me atrevo a conjeturar, no tienen una base sólida más allá de la visión del papel que le estaba destinado actualmente y que le había hecho perder casi todo el protagonismo. No sé si puede haber influido o no, pero entendería que ello hubiera ayudado en su decisión de cambiar de aires.
Volviendo al tema del viaje y su dimensión en el ánimo de la familia y amigos de Martín.
Naturalmente hacía falta una excusa para explicar la ausencia de este personaje. Por cierto, ya es un gran paso que no hayan optado por liquidarlo inmediatamente, y además esto da algo de esperanza ya que este recurso puede ser válido para darle tiempo a Jordi de grabar en el proyecto en el que está inmerso y para que después, si lo desea, tenga la posibilidad de volver. Pero como he dicho antes creo que han exagerado un poco la repercusión de una aventura de estas características, aunque fuera en 1921. Porque aunque aparentemente no se prevé como un adiós definitivo, pues en la trama se plantea como un viaje para resolver un asunto y volver, pero con tanta despedida formal y pensamientos funestos no lo parece. 
Otra cosa es la justificación planteada, que aunque pueda ser razonable hasta cierto punto por el tema de limpiar el honor de Tristán, plantea también el hecho de todo lo que deja atrás Martín, como la dejación de un montón de responsabilidades.
Creo que no han estado muy acertados en escoger el tema. Considero que habría tenido que ser algo de más enjundia para que se entendiera que pusiera por delante el viaje a estar con la mujer con la que después de tantos avatares ha conseguido formar una familia. Y, por descontado, con su hija. 

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