17 de octubre de 2014

Un extraño proceder

Hasta ahora no me lo había cuestionado, pero finalmente he caído en la cuenta de la extraña manera de proceder de Aurora en estos días, sus pocas ganas de hablar con nadie y su modo brusco de despachar a la gente. No creo que puedan ser las preocupaciones porque, salvo el dispensario, lo demás no es de su entera responsabilidad. Aunque tampoco esté al margen de ello.
Y no sé hasta qué punto la culpa de ello la tiene Bernarda. Entiendo que le preocupe la posibilidad de que la mujer vuelva a infringirse heridas a sí misma, y es evidente que ha asumido como su responsabilidad el impedirlo. Pero esto no lo veo suficiente motivo para llevarle la desazón que acusa, y menos que ello le haga olvidar que tiene un novio y una familia, poniendo como prioridad a Bernarda a todos ellos.
La verdad es que no entiendo que pretenden con esta trama.
Bueno, quizás pueda entenderlo si le doy la vuelta a un escrito que hice anteriormente y en el que creo opiné sobre Bernarda cayendo en un error de pardilla. Ahora mismo he variado totalmente de parecer, y empiezo a pensar que los manejos de la mujer más bien tienen que ver con un intento de deshacerse de Aurora, lo que me lleva también a pensar en la connivencia con Francisca en este tema. Aunque otra cosa son unos motivos que no consigo imaginarme, aparte del odio irracional que la doña muestra hacia Aurora y Martín.
Y todo ello me lleva a hacer otras consideraciones sobre Aurora, aunque en otro sentido.
¿Cuánto hace que no existe una verdadera escena de romanticismo entre ésta y Conrado? El hombre últimamente parece destinado solo a moverse de aquí para allá con una carpeta debajo del brazo, reparando los entuertos provocados por la doña, y con una sola cosa en la cabeza. Por supuesto es importante el tema de la Casa de Aguas porque de ello depende su futuro y el de Aurora, pero tampoco estaría mal que a ambos les permitieran unos momentos para vivir su relación de pareja, en los que las preocupaciones mundanas dejaran paso a mayor intimidad. Ya que su historia de amor cada vez tiene menos espacio en los capítulos, y más bien parecen un par de personas con ocasional derecho a roce que no dos enamorados con planes de un futuro juntos.
También es cierto que las personalidades de Aurora y Conrado no tienen mucho de paralelismo con las otras parejas. Y puede que algo tenga que ver la diferencia de edad entre ambos. Su relación parece asentada en unas bases de mayor madurez, con poco margen para impetuosidades que podrían darse por la poca experiencia de Aurora y que Conrado contrasta con su mayor experiencia de la vida. Pero no creo que se tenga que llegar hasta el punto de convertirlos en un par de castos personajes, que no pueden ir más allá de unos besos y poco más.
En realidad pienso que los guionistas, por alguna razón inexplicable, están dejando languidecer también esta relación, al igual que la de María y Martín. Cierto que Aurora sigue teniendo protagonismo (no así Conrado) y supongo que aún va a tener más, después de haber visto en los avances que Bernarda le echa unas gotas en la bebida, que me imagino deben ser algún tipo de droga de efecto lento. Lo que me lleva también a pensar en algo que he leído que sucedió en la primera etapa y que es algo parecido a que Francisca drogó a Pepa para que se volviera loca. Por cierto, que alguien me corrija si no es así, ya que como he dicho otras veces no vi la primera parte de la serie. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario