23 de marzo de 2015

Un desayuno concurrido

Lo reconozco. La escena del desayuno en el Jaral probablemente me ha producido más incomodidad a mí que a los mismos personajes. Me ha parecido una situación forzada y muy extraña. Por descontado Bosco está en su casa, en el lugar que le corresponde, pero al contrario y aún a riesgo de decir algo que pueda parecer políticamente incorrecto, creo que Inés ahora mismo no está en el sitio adecuado. Aunque en realidad, y en vista de la evolución de las tramas, casi he llegado a creer que los responsables de las mismas no saben muy bien por donde encauzar a este personaje que desde hace meses no consigue salir de un bucle, con escenas que me parecen siempre iguales y que por consiguiente no consiguen despertarme el menor interés.  

Me reafirmo. Me parece excesivo meterlos a todos en el mismo lugar, como si el Jaral fuera el lugar donde van a parar todos los desahuciados. En realidad creo que, a diferencia de lo que sería deseable en un momento en el que todos necesitan de un cierto sosiego y de que las cosas se asienten, esta casa va camino de convertirse en un auténtico polvorín. Ya no solo porque Amalia no encaja en absoluto, sino porque meter en el mismo lugar a la mujer y a la amante es cuando menos peligroso. De hecho ya lo hicieron con Pepa y Gregoria, con lo que además se repite la historia. Y los resultados es sabido que no fueron para nada buenos, especialmente porque no dudo que también en breve podremos ver a Francisca colaborando para que la paz en el Jaral sea una quimera, buscando la venganza de lo que ella considera una afrenta. Es su sino, y ni siquiera su idilio otoñal con Raimundo creo que sirva para hacerla desfallecer.

Sin embargo no me voy a poner ahora a despotricar sobre Bosco y el triángulo amoroso que se intuye. Además de su infidelidad (de momento de pensamiento) hacia su esposa. Sería muy poco coherente con mi tolerancia anterior hacia otras relaciones adúlteras, además de que es patente de que el chico no es feliz en su matrimonio. Pero, aunque sólo basándome en mis impresiones y sin nada que lo respalde, creo que otra vez hay un intento de pisar el acelerador en este tema, cuando ahora nos encontramos ante una historia que podría dar mucho más de sí: el reencuentro entre los dos hermanos, además de la posibilidad de más protagonismo para el personaje de Bosco, al que hasta ahora han tenido relegado al papel de simple pelele.

Es cierto que Bosco ya tiene a su propia familia, formada por su esposa e hijo. Pero ahora también tiene algo más: toda una historia que reconstruir. Su propia historia.  

Y creo que estos días hemos visto algo de lo que podría ser. Su rostro ilusionado al hacerse a la idea de que va a vivir en la casa de su padre, y después el deseo de saber más de su progenitor a través de la persona que lo ha conocido mejor: Rosario.

Solo una última cosa. También es verdad que pueden darse las dos historias a la vez, pero creo que independientemente tienen la suficiente entidad como para merecer un lugar propio en las tramas. Y no sé si esto puede ser posible con un mismo protagonista. 

1 comentario:

  1. Creo que tiene toda la razón, y que se podría "extraer mucho jugo" de estas dos historias.

    ResponderEliminar