Lo reconozco. La escena del
desayuno en el Jaral probablemente me ha producido más incomodidad a mí que a
los mismos personajes. Me ha parecido una situación forzada y muy extraña. Por
descontado Bosco está en su casa, en el lugar que le corresponde, pero al
contrario y aún a riesgo de decir algo que pueda parecer políticamente
incorrecto, creo que Inés ahora mismo no está en el sitio adecuado. Aunque en realidad,
y en vista de la evolución de las tramas, casi he llegado a creer que los
responsables de las mismas no saben muy bien por donde encauzar a este
personaje que desde hace meses no consigue salir de un bucle, con escenas que me
parecen siempre iguales y que por consiguiente no consiguen despertarme el
menor interés.
Me reafirmo. Me parece excesivo
meterlos a todos en el mismo lugar, como si el Jaral fuera el lugar donde van a
parar todos los desahuciados. En realidad creo que, a diferencia de lo que sería
deseable en un momento en el que todos necesitan de un cierto sosiego y de que
las cosas se asienten, esta casa va camino de convertirse en un auténtico polvorín.
Ya no solo porque Amalia no encaja en absoluto, sino porque meter en el mismo
lugar a la mujer y a la amante es cuando menos peligroso. De hecho ya lo
hicieron con Pepa y Gregoria, con lo que además se repite la historia. Y los
resultados es sabido que no fueron para nada buenos, especialmente porque no
dudo que también en breve podremos ver a Francisca colaborando para que la paz
en el Jaral sea una quimera, buscando la venganza de lo que ella considera una
afrenta. Es su sino, y ni siquiera su idilio otoñal con Raimundo creo que sirva
para hacerla desfallecer.
Sin embargo no me voy a poner
ahora a despotricar sobre Bosco y el triángulo amoroso que se intuye. Además de
su infidelidad (de momento de pensamiento) hacia su esposa. Sería muy poco
coherente con mi tolerancia anterior hacia otras relaciones adúlteras, además
de que es patente de que el chico no es feliz en su matrimonio. Pero, aunque sólo
basándome en mis impresiones y sin nada que lo respalde, creo que otra vez hay un intento de pisar el acelerador
en este tema, cuando ahora nos encontramos ante una historia que podría dar
mucho más de sí: el reencuentro entre los dos hermanos, además de la
posibilidad de más protagonismo para el personaje de Bosco, al que hasta ahora han
tenido relegado al papel de simple pelele.
Es cierto que Bosco ya tiene a su
propia familia, formada por su esposa e hijo. Pero ahora también tiene algo
más: toda una historia que reconstruir. Su propia historia.
Y creo que estos días hemos visto
algo de lo que podría ser. Su rostro ilusionado al hacerse a la idea de que va
a vivir en la casa de su padre, y después el deseo de saber más de su progenitor
a través de la persona que lo ha conocido mejor: Rosario.
Solo una última cosa. También es
verdad que pueden darse las dos historias a la vez, pero creo que independientemente
tienen la suficiente entidad como para merecer un lugar propio en las tramas.
Y no sé si esto puede ser posible con un
mismo protagonista.
Creo que tiene toda la razón, y que se podría "extraer mucho jugo" de estas dos historias.
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